Se sitúa en hace 250 mil años un mestizaje de hombres modernos y neandertales. Se encuentra una prueba física de este mestizaje, así como el cometido con los denisovanos.

En un estudio publicado en la prestigiada revista "Current Biology", un equipo dirigido por la Universidad Estatal de Pensilvania demostró que un antiguo linaje de humanos modernos emigró a Eurasia hace más de doscientos cincuenta mil años, donde se cruzó con los neandertales. Ello con la evidencia encontrada en análisis del Ácido Desoxirribonucleico (ADN), en fósiles de estos Homos.


Excavaciones en la Gruta de Oliveira, en Portugal. Foto Joao Zilhao

Los trabajos fueron dirigidos por un grupo internacional supervisado por Diego Angelucci de la Universidad de Trento João Zilhão, este último de la Universidad de Lisboa, así como por Mariana Nabais del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, situado en Tarragona. Con el tiempo, esos humanos se extinguieron, dejando una población con ascendencia predominantemente neandertal.

Explicó Diego Angelucci, arqueólogo y coautor del trabajo, publicado en la revista "PLOS ONE": "En otro estudio, se demuestra que los neandertales podían hacer fuego y que éste era un elemento central en su vida diaria”.

Por otra parte, señaló en un comunicado Alexander Platt, de la Escuela de Medicina Perelman y uno de los principales autores del estudio "Encontramos ese reflejo de un antiguo mestizaje en el que los genes fluyeron de los antiguos humanos modernos a los neandertales".

El equipo científico llegó a esta conclusión: "El grupo humano original abandonó África hace entre 250 mil y 270 mil años. Eran una especie de primos de todos los humanos vivos hoy día, y se parecían mucho más a nosotros que a los neandertales, al comparar un genoma de neandertal con un conjunto diverso de esos materiales de poblaciones indígenas modernas del África Subsahariana".

La investigación no pudo determinar cómo ese (ADN) similar al neandertal entró en estas poblaciones, si se originó a partir de humanos modernos que habían migrado desde África, se cruzaron con los neandertales en Eurasia y luego regresaron, o si fue el resultado de un encuentro anterior.

Debido a que el estudio se basó en un número limitado de genomas del "Proyecto Mil Genomas", todos los cuales comparten un ancestro común relativamente reciente en África central y occidental, tampoco estaba claro si el (ADN) similar al neandertal está muy extendido entre las poblaciones del África subsahariana.

Para comprender mejor cuán extendidas están estas regiones de (ADN) neandertal en el África subsahariana y dilucidar sus orígenes, el equipo aprovechó un conjunto genéticamente diverso de genomas de 180 individuos de doce poblaciones diferentes en: Camerún, Botsuana, Tanzania y Etiopía.

Luego compararon los genomas humanos modernos con el de un neandertal que vivió hace unos cien veinte mil años. Descubrieron que todas las poblaciones subsaharianas contenían (ADN) similar al neandertal, lo que indica que este fenómeno está muy extendido. Como resultado de este mestizaje, alrededor de 6% del genoma neandertal fue heredado de los humanos modernos.


Fotografía que muestra los trabajos arqueológicos en la cueva de Oliveira.
Tomada de la página Archeolog home.

Por otro lado, el trabajo publicado en la citada revista "PLOS ONE" documenta y compara restos de fuegos estructurados encontrados en la "Gruta de Oliveira", ubicada en Portugal, uno de los yacimientos arqueológicos europeos más importantes del Paleolítico Medio, sucedido desde hace 127 mil hasta hace unos 30 mil años en el pasado.

Continuó Diego Angelucci en su presentación: "Los restos de hogares para hacer fuego construidos y utilizados intencionalmente en la cueva llamaron la atención de los expertos. Las estructuras circulares en forma de cuenca estaban llenas de restos. Los hallazgos muestran que los habitantes solían cocinar sus alimentos. Encontramos huesos y madera quemados, así como restos de ceniza. La roca de debajo estaba enrojecida por el calor: un detalle crucial porque nos dice que la estructura está en una posición primaria. El fuego es un elemento fundamental en su vida diaria. Hace que el lugar sea cómodo y ayuda a la socialización, quizá hicieron hicieron el fuego como en el Neolítico, golpeando rocas de pedernal contra otra para arrojar chispas sobre una yesca, técnica prehistórica que se descubrió estudiando a Ötzi, el hombre de hielo”.

La herencia de los neandertales al Homo sapiens, se muestra en la forma de la nariz.


Cráneos de humano moderno (izquierda) y de neandertal arcaico muestran la diferencia en la altura de la cavidad nasal. Foto Kaustubh Adhikari, CUL

Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Colegio Universitario de Londres (CUL), concluye que: "Los humanos heredaron material genético de los neandertales que afecta la forma de nuestra nariz"; cuyos resultados fueron publicados en "Communications Biology" editada por "Nature".

Se encontró un gen particular, que conduce a una nariz más alta, de arriba a abajo, esto, puede haber sido producto de la selección natural cuando los humanos antiguos se adaptaron a climas más fríos después de salir de África.

El doctor Kaustubh Adhikari, de Genética, Evolución y Medio Ambiente y Universidad Abierta, del Colegio Universitario de Londres y coautor del estudio, señaló: “En los pasados quince años, desde que se secuenció el genoma neandertal, hemos podido aprender que nuestros propios ancestros aparentemente se cruzaron con esa especie de Homo, dejándonos con pedacitos de su (ADN). Aquí, encontramos que parte del (ADN) heredado de los neandertales influye en la forma de nuestras caras. Esto podría haber sido útil para nuestros antepasados, ya que se ha transmitido durante miles de generaciones”.

El estudio utilizó datos de más de seis mil voluntarios de América Latina, de ascendencia mixta europea, nativa americana y africana, que forman parte del estudio "CANDELA" (Consorcio para el Análisis de la Diversidad y Evolución de América Latina), dirigido por el (CUL), que reclutó a personas de Brasil, Colombia, Chile, México y Perú. Los investigadores compararon la información genética de los participantes con fotografías de sus rostros, específicamente observando las distancias entre los puntos de las caras, como la punta de la nariz o el borde de los labios, para ver cómo los diferentes rasgos faciales se asociaron con la presencia de distintos marcadores genéticos.

En México, el profesor, maestro e investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Víctor Acuña Alonzo , destacó que la forma de los rostros fue analizada con un nuevo método automatizado, basado en un programa computacional trabajado, principalmente, por los investigadores chinos Qing Li y Jieyi Chen, de la Universidad de Fudan, en Shanghái. El método coloca puntos en la fotografía del rostro para analizar las formas anatómicas; “cuando el proyecto inició, esto se hacía manual”.


Los especialistas identificaron recientemente treinta y tres regiones del genoma asociadas con la forma de la cara, 26 de las cuales pudieron reproducir en comparaciones con datos de otras etnias, utilizando participantes en el este de Asia, Europa o África.
Fotografía tomada de la página del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Gobierno de México.

En una región del genoma en particular, llamada "ATF3", los investigadores encontraron que muchas personas en su estudio con ascendencia nativa americana, así como otras con ascendencia del este asiático de otra cohorte, poseían material en el gen que fue heredado de los neandertales, contribuyendo al aumento de la altura nasal. También encontraron que esta región del gen tiene signos de selección natural, lo que sugiere que otorga una ventaja a quienes portan los pedazos de (ADN).

Fue el doctor Qing Li, de la Universidad de Fudan, en Shangai, y autor principal del estudio, quién señaló: “Durante mucho tiempo se especuló que la forma de nuestra nariz está determinada por la selección natural; dado que puede ayudarnos a regular la temperatura y la humedad del aire que respiramos. La nariz con forma puede adaptarse mejor a los diferentes climas en los que vivieron nuestros antepasados. El gen que hemos identificado aquí puede haber sido heredado de los neandertales para ayudar a los humanos a adaptarse a climas más fríos cuando nuestros antepasados se mudaron fuera de África.”

El también coautor del citado estudio, el doctor Andrés Ruiz-Linares, de la Universidad de Fudan, de Genética, Evolución y Medio Ambiente del (CUL), así como de la Universidad Aix-Marsella, agregó: “La mayoría de los estudios genéticos de la diversidad humana han investigado los genes de los europeos; la muestra diversa de participantes latinoamericanos de nuestro trabajo amplía el alcance de los hallazgos del análisis genético, ayudándonos a comprender mejor esa área de todos los humanos”.

Es el segundo descubrimiento de (ADN) de humanos arcaicos, distintos del "Homo sapiens", que afecta a la forma de nuestra cara. El mismo equipo halló en el año 2021 que un gen que influye en los labios se heredó de los antiguos denisovanos, los resultados fueron publicados en en su oportunidad en la revista "Science Advances".


Ilustración de la hipotética visión del órostro de un individuo deniusovano.
Tomada de la página Ancient origins.

En un estudio de asociación de todo el genoma de seis mil 169 individuos latinoamericanos, un equipo internacional de científicos identificó treinta y dos regiones genéticas (loci) que influían en rasgos faciales como la nariz, los labios, la mandíbula y la forma de las cejas, nueve de los cuales eran descubrimientos completamente nuevos mientras que el otros validaron genes con evidencia previa limitada; uno de estos genes parece haber sido heredado de los denisovanos, un grupo hermano extinto de neandertales.

El doctor Kaustubh Adhikari, científico del University College London (CUL) y la Open University, y sus colegas analizaron los datos del ya citado estudio "CANDELA", de voluntarios reclutados en cinco países de América Latina: Brasil, Chile, Colombia, México y Peru.

Compararon la información genética de los participantes con las características de la forma de su rostro, cuantificadas con 59 medidas, esto es: distancias, ángulos y relaciones entre puntos de ajuste, a partir de fotos de sus rostros de perfil. Detectando una asociación significativa de treinta y dos rasgos con al menos uno, e incluso, hasta seis de treinta y dos regiones genómicas diferentes.

También encontraron un gen "TBX15", que contribuye al grosor de los labios, estaba relacionado con datos genéticos encontrados en denisovanos, lo que proporciona una pista sobre el origen del gen.

Declaro en su oportunidad el doctor Adhikari: "Los genes de la forma de la cara que encontramos pueden haber sido el producto de la evolución a medida que los humanos antiguos evolucionaron para adaptarse a sus entornos", Posiblemente, la versión del gen que determina la forma de los labios que estaba presente en los denisovanos podría haber ayudado en la distribución de la grasa corporal para adaptarlos mejor a los climas fríos de Asia Central, y se transmitió a los humanos modernos cuando los dos grupos se reunieron y mestizaron.

Expresó el coautor primero, el doctor Pierre Faux, investigador de la Universidad de Aix-Marsella: "Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que una versión de un gen heredado de humanos antiguos se asocia con un rasgo facial en los humanos modernos. En este caso, solo fue posible porque nos movimos más allá de la investigación eurocéntrica; Los europeos de hoy en día no portan ningún ADN de los denisovanos, pero los nativos americanos sí".


Imagen sobre el estudio "Candela", con la participación de las cinco naciones latinoamericanas, estudia la genética de la población americana con combinación de ascendencia mixta europea, nativa americana y africana. Tomada de la página 20 minutos.

Agregó la coautora principal, la doctora Betty Bonfante, también de la Universidad de Aix-Marsella: "Es uno de los pocos estudios que buscan genes que afectan la cara en una población no europea, y el primero que se enfoca solo en el perfil".

Otro de los genes recién descubiertos es "VPS13B", que influyó en la puntualidad de la nariz, el equipo d investigadores encontró que este gen afecta la estructura de la nariz en ratones, lo que indica una base genética ampliamente compartida entre especies de mamíferos lejanos.

El coautor principal, el profesor Andrés Ruiz-Linares, ya conocido, completó la información: “Una investigación como esta puede proporcionar conocimientos biomédicos básicos y ayudarnos a comprender cómo evolucionaron los seres humanos. Los hallazgos podrían ayudar a comprender los procesos de desarrollo que determinan los rasgos faciales, lo que ayudará a los investigadores a estudiar los trastornos genéticos que conducen a anomalías faciales".

El estudio del contenido genético confirma que somos una sola especie, el mito de las razas humanas, inventado por los científicos del siglo diecinueve, sustentado en sus propios prejuicios, para explicarse como los mejores exponentes en inteligencia de la especie "Homo sapiens", no se mantiene. Es tiempo de que los estudios sobre el (ADN), empiece a considerar a las poblaciones de los otros continentes, que no sean únicamente enfocados a los europeos, ahora hay dos ejemplos.

También se va dejando atrás la imagen de los demás homínidos, esa que los describía como estúpidos, para vanagloria de los sapiens por parte de ellos mismos, hoy se dan a conocer detalles que los sitúan en igualdad de los humanos. En el futuro aparecerán mayores detalles y permitirán la mejor comprensión de la evolución de la vida en nuestro planeta.

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