Algunos simios africanos desarrollaron una postura erguida por comer hojas de los árboles muchos millones de años antes de lo que se suponía, revela reciente estudio.

A unos de días de haberse conmemorado el aniversario 141, el 19 de abril, del fallecimiento de Charles Darwin (1809 - 1882), se siguen recibiendo informes sobre los aspectos evolutivos, que reafirman la historia contada formalmente y publicada en 1859, por él naturalista más ilustre de todos los tiempos.


Ilustración del naturalista Charles Darwin.
Tomada de la página del Instituto Mexicano de la Radio (IMER).

Ha molestado con su teoría a lo largo de los últimos siglos, a muchas personas, esta forma de explicar la manera en que la vida progresó en el planeta ha chocado contra el pensamiento simple de que la creación fue estática, como una fotografía, cuando es una película o quizás un holograma, sus dichos sin embargo, nos indican que había lógica en su manera de observar el mundo y sobre todo sobre las conclusiones por él encontradas y que ejemplifico con estas frases:

"Sin duda no hay progreso".
"El amor por todas las criaturas vivientes es el más noble atributo del hombre".
"No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio".
"No hay ninguna diferencia fundamental entre el hombre y los animales en su capacidad de sentir placer y dolor, felicidad y miseria".
"La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento".

Sin embargo, el sabio, era un hombre de su tiempo, sus interpretaciones, en ocasiones fueron tan desacertadas como la de cualquier otro ciudadano decimonónico, se tiene que en su libro "El Origen del Hombre" (1871), escribió: "El hombre es más valiente, combativo y enérgico que las mujeres, y tiene una genialidad más inventiva. Su cerebro es absolutamente más grande." Su interpretación fue que con un cerebro «absolutamente más grande», con una «mente» y un «genio más inventivo», con una «eminencia» y un grado «superior», el varón supera en comparación a la mujer. Era entonces tan misógino como la sociedad a la que pertenecía.

Asimismo se refirió a la creencia de que el europeo (blanco y de posición económica desahogadas), grupo al que el pertenecía, era la "raza humana", con la mayor capacidad intelectual, mientras que a los asiáticos les asignó la menor capacidad; escribió en ese mismo libro lo siguiente: "La creencia de que existe en el hombre alguna estrecha relación entre el tamaño del cerebro y el desarrollo de las facultades intelectuales se apoya en la comparación de los cráneos de las "razas salvajes" y las "razas civilizadas", de los pueblos antiguos y modernos, y por la analogía de toda la serie de vertebrados. El Dr. J. Barnard Davis ha demostrado por muchas medidas cuidadosas, que la capacidad interna media en el cráneo de los europeos es 92.3 pulgadas cúbicas, en los americanos es de 87.5 y en los asiáticos es de 87.1 y en los australianos es de sólo 81.9 pulgadas cúbicas. El profesor Broca ha encontrado que en el "siglo XIX" los cráneos de las tumbas en París eran mayores que las de las tumbas del "siglo XII", en el periodo de 1484 a 1426, y que el aumento de tamaño, comprobados por mediciones, era exclusivamente en la parte frontal de la cráneo - la sede de las facultades intelectuales. En algún periodo del futuro, no muy distante, como en cuestión de siglos, es casi seguro que «las razas civilizadas del hombre exterminarán y reemplazarán a las razas salvajes en todo el mundo». Al mismo tiempo, los monos antropomorfos, tal como el profesor Schaaffhausen ha señalado, será sin duda exterminados. La ruptura entre el hombre y sus aliados más cercanos entonces será más amplia, porque «intervendrá en el hombre en un estado más civilizado», como podemos esperar, incluso que el de los caucásicos, y algunos monos tan inferiores como el mandril, en lugar de como ahora [pasa] entre el negro o el australiano y el gorila".

De lo anterior, interpretó y describió que: La "selección naturalafectaba a lo que el llamaba las «naciones civilizadas», articulando los conceptos de «raza inferior» y «raza superior» a la vez que comenta lo que él consideraba como «obstáculos» importantes para el incremento numérico de «hombres de cualidades superiores» y proliferación de los que no lo eran.

Pero el juicio al ser humano, no es suficiente para invalidar sus conclusiones científicas, ajenas a sus creencias, muy acendradas en aquellos lejanos años, de la segunda mitad del siglo Diecinueve, una sociedad discriminatoria, de todo ser humano que físicamente no fuera como ellos.

Es ahora, segunda década del siglo Veintiuno que se da a conocer el siguiente hallazgo, publicado en la revista "Science", el que arroja luz sobre los orígenes de los simios y retrasa el inicio de los bosques herbáceos desde siete y diez millones de años hasta los veintiún millones de años, durante el Mioceno temprano.


Representación artística de la reconstrucción del hábitat boscoso abierto del Morotopithecus trepando verticalmente con una cría en la espalda. Fotografía de la Agencia Europa Press.

Los antropólogos han pensado durante mucho tiempo que nuestros antepasados simios desarrollaron un torso erguido para recoger fruta en los bosques. Sin embargo una nueva investigación de la Universidad de Michigan (UM) sugiere que una vida en bosques abiertos y una dieta que incluía hojas impulsaron la postura erguida de los simios.

La fruta crece en la periferia de los árboles, para alcanzarla, los grandes simios tienen que distribuir su peso en las ramas que salen del tronco y extender las manos hacia su premio. Esto es mucho más fácil si el simio está erguido, ya que puede agarrarse más fácilmente a las distintas ramas con las manos y los pies. Si la espalda está horizontal, las manos y los pies suelen estar debajo del cuerpo, lo que dificulta el movimiento hacia las ramas más pequeñas del árbol, sobre todo si el simio es corpulento.

Así es como los simios actuales alcanzan la fruta y, según los investigadores de la (UM), la doctora y paleoantropóloga Laura MacLatchy y el doctor y profesor John Kingston, se ha teorizado que esa es la razón por la que los simios evolucionaron para estar erguidos.

Esta nueva investigación centrada en el fósil de un simio fque vivió hace veintiún millones de años de antigüedad llamado "Morotopithecus ", la cual fue dirigida por la doctora MacLatchy sugiere que esto podría no ser así. En su lugar, los investigadores creen que los primeros simios comían hojas y vivían en un bosque estacional con un dosel roto y zonas abiertas cubiertas de hierba. Los investigadores sugieren que este paisaje, en lugar de la fruta en bosques de dosel cerrado, impulsó la postura erguida de los simios.

Sus resultados se ven reforzados por un artículo complementario que examina estos hábitats paleoforestales cubiertos de hierba, publicado en el mismo número de la revista "Science".

Explica en un comunicado MacLatchy, que en la (UM) donde se desempeña como paleoantropóloga y profesora del Departamento de Antropología: “La expectativa era: tenemos este simio con la espalda erguida. Debe vivir en los bosques y comer fruta. Pero a medida que íbamos conociendo más datos, lo primero que nos sorprendió fue que comía hojas. La segunda sorpresa fue que vivía en bosques”.

Ambos trabajos surgieron de una colaboración internacional de paleontólogos financiada por la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF), de los Estados Unidos. Dicho estudio se centra en un yacimiento de una antigüedad de 21 millones de años, conocldo como Moroto, que está localizado en el este de Uganda, en África.

Este grupo de expertos, que incluía a los investigadores el doctor William Sanders y la aspirante al doctorado en (UMMiranda Cosman, examinó los fósiles hallados en una única capa estratigráfica, incluidos los fósiles del simio más antiguo y claramente documentado, "Morotopithecus".

En esta capa también había fósiles de otros mamíferos, suelos antiguos llamados paleosuelos y diminutas partículas de sílice de plantas llamadas fitolitos. Los investigadores utilizaron estas pruebas para recrear el antiguo entorno de Morotopithecus.

MacLatchy y Kingston descubrieron que las plantas que vivían en este paisaje estaban sometidas a lo que se denomina “estrés hídrico”, lo que significa que vivían en periodos estacionales de lluvia y de aridez. Esto también significa que, al menos parte del año, los simios tenían que depender de algo más que de la fruta para sobrevivir. En conjunto, estos descubrimientos indican que el Morotopithecus vivía en un bosque abierto salpicado de copas de árboles y arbustos.

Argumenta la doctora MacLatchy: “Estos entornos abiertos se han invocado para explicar los orígenes humanos, y se pensaba que estos entornos más abiertos y estacionales empezaron a existir hace entre siete y diez millones de años . Se cree que ese cambio ambiental fue seleccionado para el bipedismo terrestre: nuestros antepasados empezaron a caminar por el suelo porque los árboles estaban más separados. Ahora que hemos demostrado que esos entornos estaban presentes al menos diez millones de años antes de que evolucionara el bipedismo, tenemos que replantearnos también los orígenes humanos. La primera pista de que estos antiguos simios comían hojas estaba en los molares de los simios. Eran muy “crestados”: escarpados, con picos y valles. Este tipo se utiliza para desgarrar hojas fibrosas, mientras los utilizados para comer fruta suelen ser más redondeados".




Morotopithecus es una especie de simio fósil descubierta en depósitos del Mioceno en Moroto, Uganda. El estado filogenético de "Morotopithecus Bishopi" se debate en la medida en que desafía los puntos de vista establecidos sobre la conexión entre los primates del Mioceno y los homínidos actuales.
Tomada de wiki index, Fandom.

Los investigadores también se dieron a la tarea de examinar el esmalte dental de los simios, así como el de otros mamíferos hallados en la misma capa estratigráfica. Descubrieron que las proporciones isotópicas –la abundancia de dos isótopos del mismo elemento– en su esmalte dental mostraban que los simios y otros mamíferos habían estado comiendo plantas (C3) sometidas a estrés hídrico que son más comunes en los bosques abiertos o en las zonas áridas.

Agregó la doctora MacLatchy. “Juntando la locomoción, la dieta y el entorno, básicamente descubrimos un nuevo modelo para los orígenes de los simios . En antropología nos preocupamos mucho por la evolución de los simios porque los humanos están estrechamente emparentados con ellos y rasgos como la estabilidad de la parte inferior de la espalda representan una adaptación arborícola que puede haber dado lugar en última instancia a los humanos bípedos.”

Anteriormente, los investigadores creían que el África Ecuatorial del Mioceno Temprano estaba densamente cubierta de bosques y que las praderas y los bosques estacionales abiertos no evolucionaron hasta hace entre siete y diez millones de años.

Sin embargo, el segundo artículo utiliza un conjunto de indicadores ambientales para reconstruir la estructura de la vegetación de nueve yacimientos de simios fósiles en África, incluido el de Moroto, durante el Mioceno Temprano. Según Kingston, antropólogo biológico y profesor asociado del Departamento de Antropología de la (UM), estos indicadores revelaron que las gramíneas (C4) estaban “por todas partes” durante ese periodo.

“Por primera vez –prosigue–, estamos demostrando que estas hierbas están muy extendidas, y es el contexto general de ecosistemas boscosos estacionales abiertos el que fue integral en la configuración de la evolución de los diferentes linajes de mamíferos, incluyendo y especialmente en nuestro caso, cómo evolucionaron los diferentes linajes de simios.”

Amplia Kingston su explicación: "Los nueve yacimientos están repartidos por el África ecuatorial oriental, lo suficiente para desarrollar una “imagen regional” de cómo eran los paisajes de los yacimientos en el Mioceno Temprano,  En esa época se estaba formando el Rift de África Oriental. La Tierra se estaba separando. Como resultado, toda la región se elevó, provocando una enorme variación en la topografía y, por tanto, en el clima y la vegetación regionales".

Para reconstruir el paleoambiente de cada lugar, los investigadores utilizaron análisis de isótopos de carbono de la antigua materia orgánica del suelo, biomarcadores de cera vegetal y fitolitos encontrados en cada lugar. Los análisis de isótopos de carbono revelaron que en las praderas vivía una gran variedad de plantas, desde las que componen el dosel cerrado hasta las praderas arboladas.

Tras utilizar distintos indicadores para reconstruir los paleoambientes de estos nueve yacimientos, los investigadores descubrieron que las gramíneas (C4) eran abundantes en el África ecuatorial oriental y constituían una parte fundamental de los hábitats heterogéneos del paisaje. Sus datos también hacen retroceder en más de diez millones de años las pruebas más antiguas de la existencia de hábitats dominados por gramíneas (C4) en África y en el resto del mundo.

El Mioceno Temprano duró desde 23.03 ± 0.05 Millones de años (Ma) a 15.97 ± 0.05 (Ma). Fue precedida por la época del "Oligoceno". A medida que el clima comenzó a enfriarse, el paisaje comenzó a cambiar. Nuevos mamíferos evolucionaron para reemplazar a los animales extintos de la época del Oligoceno.


Ilustración del plano terrestre  en el Mioceno Temprano. Tomado de Wiki Index. Prehistoria Fandom.

Los cambios climáticos ejercieron una influencia profunda sobre los animales, su mejor indicador son los cambios evolutivos y de distribuciones geográficas. La gran abundancia de plantas herbáceas en este período permitiría llamarlo "Edad de las Hierbas". El éxito de las plantas herbáceas es el resultado del deterioro climático generalizado que tuvo lugar durante el Oligoceno y el Mioceno. El enfriamiento del clima y unas condiciones más secas, ocasionaron la regresión de los bosques y la presencia de plantas herbáceas que prefieren los hábitats abiertos y pueden resistir bajas precipitaciones. Muchas criaturas consideradas "menores" experimentaron un gran éxito. Las gramíneas y sus parientes extintos datan de hace unos 89 millones de años, el grupo principal divergió hace unos 83 millones de años, se teoriza que el grupo basal de las gramíneas se habría diversificado y distribuido en el continente "Gondwana" antes de que el subcontinente Indio quedara geográficamente aislado. Aún no se conoce a detalle el proceso de evolución de estas muy importantes plantas,  la fotosíntesis (C4), que es una adaptación para las plantas que viven en climas cálidos y áridos, pues algunas plantas que viven en climas secos y calurosos mantienen una baja concentración de oxígeno en sus hojas dado que mantienen los estomas cerrados para evitar la pérdida de agua, parece haber estado presente en las gramíneas desde el Mioceno Temprano  incluso en el lapso identificado como medio, esto ocurriría tanto en las grandes planicies de Norteamérica como en África, hace entre veinticinco y doce y medio millones de años. Quizás este tipo de fotosíntesis estuvo inicialmente asociada a cambios adaptativos en respuesta a una disminución en la concentración de Dioxído de Carbono (CO2) en la atmósfera, si bien la gran expansión de este mecanismo fisiológico ocurrió hace sólo entre nueve y cuatro millones de años. Aún no está claro si este evento estuvo además favorecido por los incrementos en la temperatura, la disminución de las precipitaciones, el aumento de los vientos y el concomitante incremento de incendios, que habrían removido a los árboles de algunos hábitats en ese período, se infiere que de acuerdo al registro histórico existió una radiación de mamíferos herbívoros en el Mioceno, son entonces las gramíneas una fascinante familia, no solo por su importancia económica, sino también por su relevancia biológica.

Este tipo de estudios, mezcla resultados de diversas materias, pues la realidad se compone de los efectos de las diversas variables que intervienen en los procesos de la vida y su evolución, se ha efectuado el recorrido de las circunstancias geográficas, sus efectos en los seres vivos y las consecuencias de los mismos. Es entonces la incorporación de "Morotopithecus Bishopi"
en el entorno africano de hace veintiuno millones de años, una nueva versión de la evolución de los primates, que afecta directamente al Homo sapiens.

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