Novedosas investigaciones sobre el panorama vigente, que incluye al estrés y la alimentación, en la realidad de la humanidad en el otoño del año 2022.

Después de la etapa más aguda de la pandemia de Covid-19, en este otoño del 2022, los avances en la investigación sobre asuntos de la salud de la humanidad continuan anunciándose.

Si bien es cierto que se ha tomado conciencia de que los primeros humanos, y por largos espacios de su historia, fueron entes hechos a la medida de la consistencia genética, después de la invención de las actividades agrícolas y ganaderas, así como el descubrimiento de que se podía hacer acumulación de los recursos, dejando detrás la era colectiva, en una etapa más individualizada, trajo como consecuencia el desarrollo de las culturas que nos ha legado el comportamiento del "Homo sapiens", donde nos sentimos el "ombligo del Universo", la especie privilegiada por Dios, la cúspide de la creación, etcétera.

Y cambió la manera de vivir, de enfrentar lo cotidiano, nos autonombramos "sabios", nos clasificamos como "omnívoros", y creímos firmemente que todos los recursos naturales, incluidos los demás seres vivos nos pertenecían. Pero resultó que se maduraron las ideas y entonces no todos éramos iguales, la línea de pensamiento vigente entre los líderes impuso diferencias, se incluyo en la lista de propiedades a los: "otros"; empezando por las mujeres, siguiendo con los extranjeros y a todos aquellos a quien se calificaba de "imbéciles" por no presentar las mismas características físicas o ideológicas del calificador.

Lo cierto es que en estos tiempos, se abre una nueva forma de pensar, se inventaron los "Derechos Humanos" y se califica como correcto y deseable la homogeneización de todos los seres humanos, con una idea de erradicar los vicios del: machismo, el racismo, clasismo, y la discriminación de los que no comparten los ideales y pensamientos de los calificadores, y se concluyó que el gobierno ideal para los humanos debe corresponder a la democracia, esto es "gobierno del pueblo", de las mayorías, no de las élites.

Dejamos de ser caminadores y nos convertimos en sedentarios, dejamos la dieta natural del primate, y se pensó que la riqueza exentaba de seguir las reglas que la biología y la química han impuesto a los seres vivos.

Y luego la respuesta orgánica natural física para enfrentar alguna causa externa, como tener muchas tareas o padecer una enfermedad, dejo de ser totalmente efectiva.

En respuesta a la civilización de los humanos paso a ser inconveniente parcialmente pues la respuesta necesaria se fue de lo físico a lo mental, un estresor o factor estresante puede ser algo que ocurre una sola vez o a corto plazo, o puede suceder repetidamente durante mucho tiempo. En ocasiones no es real, sino una emoción de miedo surgida al inferir que el desastre y la calamidad pueden resultar de lo que nos está pasando.

En el libro de "El Precio de la Inteligencia: La Evolución de la mente Humana y sus Consecuencias", Drakontos, Editorial Crítica (2012), Jordi Agustí y Marina Mosquera Martínez sus autores, explican una teoría de como fue el proceso evolutivo, que nos tiene en la resolución del estrés nuestro de todos los días: "Los cambios inducidos por la cultura se han hecho excesivamente rápidos para que el ser humano pueda adaptarse a ellos mediante la mutación y selección genética. Nuestros genes fueron seleccionados para adaptarse a un entorno que ya no existe, por lo que los genes que fueron útiles en el entorno ancestral en el que se produjo nuestra evolución puede incrementar la susceptibilidad a diversas enfermedades  propias del mundo desarrollado.  Nuestras emociones ancestrales, como la reacción lucha - huida que compartimos con el resto de vertebrados, pueden también resultar dañinas en el medio actual. Ante cualquier amenaza, en la naturaleza existen sólo dos opciones: luchar o huir. En momentos de tensión, cólera o miedo se producen en todos los vertebrados una reacción evocativamente muy antigua consistente en una descarga de "adrenalina"  y "glucocorticoides" por parte de las glándulas suprarrenales, que induce la liberación de grasas y carbohidratos en el torrente sanguíneo, donde se transformaran en energía. La "adrenalina" reducirá la irrigación intestinal y aumentará el riego sanguíneo en el corazón, pulmones, músculos y cerebro, que se preparan para la acción. En ese medio ancestral en que evolucionamos los homínidos y en especial el "Homo sapiens" la descarga de adrenalina iba seguida de un intenso esfuerzo físico, ya fuera para luchar o huir o perseguir a una presa. En la mayor parte del planeta el homo ya no tiene necesidad de enfrentar peligros de sobrevivencia, en su lugar debe lidiar con otro tipo de amenazas, como son: la tensión laboral, la inseguridad económica, la monotonía, la soledad, las aglomeraciones, el ruido excesivo, el tráfico inmisericorde, y ante esto ya no funciona la vieja formula."

Pero entrando en lo referente a estas recientes investigaciones, inicio con:

Estudio indica que el cambio climático y sus crisis locales empeoran los efectos de enfermedades infecciosas en los humanos.

Los peligros climáticos, como las inundaciones, las olas de calor y la sequía, han empeorado más de la mitad de los cientos de enfermedades infecciosas conocidas en las personas, como la malaria, el hantavirus, el cólera y el ántrax, según un estudio publicado ayer en "Nature Climate Change", que es una revista científica especializada, que cubre todos los aspectos de la investigación sobre: el calentamiento global, el cambio climático actual y especialmente sus efectos, cuya periodicidad es mensual, y es sancionada por pares, y publicada por "Nature Publishing Group". Este grupo editorial es una división de la Editorial Científica Internacional Springer Nature, que publica revistas académicas, revistas, bases de datos en línea y servicios en ciencia y medicina.


Las inundaciones y las olas de calor son parte de los factores que agravan los males infecciosos. La imagen, en Indonesia. Foto Ap / Archivo

Los investigadores revisaron la literatura médica de casos establecidos de enfermedades y encontraron que 218 de las 375 enfermedades infecciosas humanas conocidas, es decir el cincuenta y ocho por ciento, parecían empeorar por uno de los diez tipos de clima extremo relacionado con el cambio climático, se señaló como conclusión de este trabajo. 

Los médicos, desde siempre han relacionaron durante mucho tiempo las enfermedades con el clima, pero este estudio muestra cuán fuerte es su influencia en la salud humana. Jonathan Patz, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Wisconsin-Madison y coautor del estudio, ha declarado: “Si el clima está cambiando, el riesgo de estas enfermedades también”

Los médicos, como Patz, aseveran que deben pensar en los padecimientos como síntomas de una Tierra enferma.

Por otra parte Carlos del Rio, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory, que no formó parte del estudio, señaló: “Los especialistas en enfermedades infecciosas y microbiología debemos hacer del cambio climático una de nuestras prioridades, y trabajar todos juntos para prevenir lo que sin duda será una catástrofe como resultado del cambio climático. Los hallazgos de este estudio son aterradores e ilustran bien las enormes consecuencias del cambio climático en los patógenos humanos”. 

Los investigadores ampliaron su búsqueda con el objeto de poder observar todo tipo de padecimientos humanos, incluidos las no infecciosos como son: asma, alergias e incluso mordeduras de animales, para ver cuántos podrían relacionarse con los peligros climáticos de alguna manera, esto en adición al especial cuidado destacado sobre las enfermedades infecciosas y su evolución específica.

En resumen, publican que encontraron un total de 286 males únicos y, de esos, 223 parecían empeorar por los peligros climáticos, lo que implica el 78%, el tren por ciento, nueve casos, fueron disminuidos por los peligros climáticos y cincuenta y cuatro (19%) tenían casos tanto agravados como minimizados, reveló la investigación.

Es importante señalar que dicho estudio no hace las estimaciones para atribuir modificaciones, probabilidades o magnitud de enfermedades específicas al cambio climático, pero encuentra casos en los que el clima extremo fue un factor probable entre muchos. El estudio mapeó las un mil seis conexiones entre el peligro climático y la enfermedad.

Camilo Mora, quien es el autor principal del estudio, y es profesor de análisis de datos, y realiza análisis de datos climáticos de la Universidad de Hawái, explicó que es importante tener en cuenta que el estudio no trata de predecir casos futuros, y aclaró:  “Aquí no hay especulación alguna. Son cosas que ya pasaron”.

El doctor Camilo Mora expuso su propia experiencia: "Hace unos cinco años, en mi casa, ubicada en la zona rural de Colombia, hubo una inundación, por primera había agua en la sala de estar, lo que imaginé, creaba un caldo de cultivo ideal para los mosquitos (Aedes aegypti), y contraje chikungunya, que como saben es un virus desagradable que se transmite por las picaduras de estos mosquitos. He sobrevivido, pero, todavía tengo dolor en las articulaciones, cinco años después".

También incluyó en sus declaraciones, lo sucedido en Siberia, en el año 2016, en esa ocasión un cadáver de reno de décadas de antigüedad, muerto por ántrax o carbunco, que es una enfermedad infecciosa grave causada por una bacteria grampositiva y baciliforme conocida como Bacillus anthracis, fue desenterrado cuando el permafrost se descongeló por el calentamiento, un niño lo tocó, contagiándose y con ello se generó un brote de la enfermedad. A veces, el cambio climático actúa de manera extraña. 

En un principio, el objetivo era buscar casos médicos para ver cómo el Covid-19 se mezclaba con los peligros climáticos, el equipo del doctor Mora encontró casos en los que el clima extremo exacerbó y disminuyó las posibilidades de la enfermedad. En algunos casos, el calor extremo en áreas pobres hizo que las personas se congregaran para refrescarse y exponerse a la enfermedad, pero en otras situaciones, los fuertes aguaceros redujeron la propagación de Covid-19 porque las personas se quedaron en casa, lejos de los demás.

En forma paralela en México expertos determinan que: Los trastornos del sueño afectan la salud.

No dormir el tiempo suficiente (entre siete y nueve horas) o tener mala calidad de descanso puede afectar el sistema inmunológico, alterar los patrones hormonales e incluso detonar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, señaló Javier Velázquez Moctezuma, fundador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I).


Dormir mal puede detonar trastornos en la mente. Estudio de polisomnografía en la clínica del sueño. Foto Marco Peláez.

El experto en psicobiología y en neurociencias, dijo al diario La Jornada que diversos estudios internacionales revelan que la mala calidad y la falta de sueño también pueden incidir en el sobrepeso y obesidad, debido a que alteran la liberación de las hormonas que regulan el hambre y la saciedad.

Subraya que pese a la importancia de dormir bien, a la población en general y a los médicos les ha costado reconocer el “impacto” que producen estos trastornos:

El sueño ocupa una tercera parte de nuestras vidas. Si vivimos 90 años, tres décadas las vamos a pasar dormidos. Cada noche al dormir, el cerebro se limpia de agentes tóxicos, y  los sistemas inmunológico, endocrino, homeostático y cardiovascular se restauran; como consecuencia, por la mañana nos sentimos como nuevos, tras una buena noche de sueño, si ello no sucede. entonces debes tomar nota, tu descanso no es satisfactorio."

Así es, cuando dormimos poco y mal, tenemos una vida menos saludable, lo cual también se refleja en el estado de ánimo. Nos ponemos de mal humor, estamos más irritables, nos da más hambre, hay problemas para concentrarse y se eleva el riesgo de accidentes, tanto en el hogar, en la calle e incluso laborales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce alrededor de 88 trastornos del sueño, entre ellos: el insomnio, el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño, que provoca pausas respiratorias mientras se duerme; y la Narcolepsia, que genera un estado de somnolencia diurna.

Velázquez Moctezuma advierte que en medio de una pandemia es importante conocer la estrecha relación que existe entre el buen sueño y el sistema inmunológico, profundiza en sus conceptos: “Está comprobado por décadas de investigación que el sueño regula el sistema inmunológico. Por ejemplo, la gente que duerme mal antes y después de aplicarse vacunas, no genera la cantidad de anticuerpos adecuados”.

Estudios sobre el impacto del virus SARS-CoV-2, revelan que en algunos casos, una de las secuelas es el insomnio, lo que probablemente está ligado a la liberación de citocinas, que son proteínas que se generan ante un ataque de un agente nocivo, en este caso, el de un nuevo virus.

Las citocinas son pequeñas proteínas que resultan cruciales para controlar el crecimiento y la actividad de otras células del Sistema Inmunitario y las células sanguíneas. Cuando se liberan, le envían una señal al Sistema Inmunitario para que cumpla con su función.

Ante la importancia que tiene la calidad del sueño en la salud, en la (UAM-I) se busca crear un posgrado en medicina del sueño, lo que se observa como necesario, pues es costumbre en muchas personas entre la población en general, realizar actividades como llevar a la cama el celular, la computadora portátil o tener televisión en el dormitorio, por lo que no gozan de un sueño reparador.

Recordó que antes de ir a dormir, es muy recomendable: no hacer ejercicio, comer o tomar agua en exceso o bebidas con cafeína.

Y lo explica: “El primer gran golpe al sueño del ser humano fue el descubrimiento del fuego, luego vino la luz eléctrica, la televisión y el Internet. Ahora, para mayor desgracia los aparatos electrónicos se han vuelto compañeros de cama”.

Un mayor estrés aumenta niveles de glucosa y libera cortisol: estudio.


De acuerdo a lo publicado en la revista ‘Nature’, el estrés afecta negativamente los hábitos alimenticios. Foto José Antonio López / Archivo.

El ritmo de vida actual puede llegar a causar estrés en las personas, lo que conlleva a que se incrementen los niveles de glucosa en la sangre, así como la liberación de hormonas como el cortisol, la cual está asociado con la resistencia a la insulina, esto según un estudio publicado por la revista científica "Nature", y promovido por el "Laboratorio de datos contra la Obesidad".

La hormona insulina ayuda a controlar el nivel de azúcar, glucosa, en la sangre. La resistencia a la insulina provoca que las células del cuerpo no respondan normalmente a la insulina. La glucosa no puede ingresar a las células con la misma facilidad, lo que provoca que se acumule en la sangre. Eventualmente, esta complicación puede derivar tener la enfermedad  "diabetes de tipo 2". Por lo general, la resistencia a la insulina no presenta síntomas. La pérdida de peso y el ejercicio pueden revertir la insulinorresistencia.

El estrés afecta de manera negativa los hábitos alimenticios, al exigir una mayor demanda de oxígeno y energía y darse un aumento de uso de nutrientes, así como la excreción de estos mismos.

La hormona de la "adrenalina" inhibe el apetito, sin embargo, el aumento del "cortisol" causa antojo en alimentos con niveles elevados de azúcar, grasas y calorías, lo que se traduce en un aumento de peso.

Es por esto que es muy recomendable mantener una dieta nutritiva, ya que de no hacerlo, se puede manifestar una deficiencia alimentaria. Para ello es recomendable consumir porciones balanceadas, con una frecuencia que impida largos lapsos sin ingerir alimentos, y procurar incluir en las comidas todos los grupos en que se clasifican los alimentos.

Los alimentos están formados en su mayor parte por compuestos bioquímicos comestibles que derivan principalmente de fuentes vivas, tales como plantas y animales. La sal y el agua son los únicos procedentes de naturaleza inorgánica que se incluyen en la alimentación. Todos los alimentos están constituidos por los siguientes elementos en distintas proporciones: agua, hidratos de carbono, proteínas, lípidos (grasas), vitaminas, minerales, pigmentos, saborizantes y compuestos bioactivos. Estos componentes están dispuestos de formas distintas en los alimentos, para darles su estructura, textura, sabor (flavor), color (pigmentos) y valor nutritivo. La composición general de los alimentos y la forma en que sus componentes se organizan, le otorgan sus características particulares. El agua es el principal componente de la mayoría de los alimentos y forma parte de la composición de prácticamente la totalidad de los mismos. Los principales componentes sólidos son: hidratos de carbono, proteínas, lípidos y sus correspondientes derivados



Para lograr equilibrio en tu alimentación, puedes consumir el Plato del Bien Comer, que ilustra cada uno de los grupos de los alimentos y te informa sobre su variedad y la mejor manera de combinarlos.

Los tres grupo de alimentos a considerar son:

Frutas y verduras. (Reguladores) Son fuente de vitaminas, minerales y fibra que ayudan al buen funcionamiento del cuerpo humano, lo que permite un adecuado crecimiento, desarrollo y estado de salud.

Cereales y Tubérculos. (Energéticos) Aportan una fuente principal de la energía que el organismo utiliza para realizar sus actividades diarias, como: correr, trabajar, jugar, estudiar, bailar, etcétera, también son fuente importante de fibra cuando se consumen enteros.

Leguminosas y alimentos de origen animal. (Constructores) Proporcionan principalmente proteínas que son necesarias para el crecimiento, mantenimiento y desarrollo del organismo, para la formación y reparación de tejidos.


Las porciones porcentuales de los tres grupos de alimentos. Tomada de Pinterest.

Si bien la mayoría de las personas son conscientes de que se debe mantener una alimentación balanceada, así como acompañarla con ejercicio regular, ignoran que mejorar los niveles de estrés es una parte importante para mantener una buena salud.

Con objeto de tener un mejor manejo del estrés los especialistas sugieren utilizar técnicas de: respiración profunda y meditación; en su caso buscar ayuda psicológica, poniendo especial énfasis en realizar actividades recreativas, así como mantener un buen ciclo de sueño.

El estrés, no es una calamidad, la evolución lo creo para ayudar a sobrevivir, es una respuesta automática física, mental y emocional a un evento considerado dificultoso; es una parte normal de la vida. Al utilizarlo positivamente, el estrés puede conducir al crecimiento, la acción y el cambio; sin embargo, el estrés negativo, a largo plazo, puede disminuir tu calidad de vida.

Controlar el estrés puede ayudarte a llevar una vida más equilibrada y saludable.

La "Cínica Mayo", en su página WEB sobre el control del estrés, indica:

Trabajar en lo personal para:
Desarrollar habilidades de aprendizaje, como la resolución de problemas, la priorización de tareas y la gestión del tiempo;
Aumentar tu capacidad para hacer frente a la adversidad.

Para ello, la clínica sugiere que busques aprender a mejorar tu conciencia y tus reacciones emocionales, aumentar tu sentido de control, encontrar mayor significado y propósito en la vida, y cultivar la gratitud y el optimismo. Para ello puedes practicar técnicas de relajación, como respiración profunda, yoga, meditación, tai chi, ejercicio y oración, y lograr mejorar tus relaciones personales.

Como se observa, el fenómeno que ha representado la pandemia del Covid-19, ha removido la visión de los científicos, ahora hay un nuevo factor que incide en lo que sucede con los humanos, sus culturas y enfoques. Los estudios y análisis lo demuestran.

Hemos de aprender a vivir en este nuevo instante, que depara situaciones inéditas, tanto por el surgimiento del nuevo virus y la enfermedad que produce, como por los conocimientos y herramientas con que se cuenta para hacerlo, cosas que también son de reciente adquisición. Es una experiencia completamente novedosa, todo un reto, aunque habrá quien lo interprete como una contingencia mayor. He aquí la opinión desde el punto de vista médico


Fotografía de Gustavo Reyes Terán, titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad. Tomada de La Jornada. Cuarto Oscuro/Archivo.

El futuro de la pandemia de covid-19, que no ha terminado, sigue siendo incierto por varios factores, entre ellos, que el coronavirus sigue en evolución y aún se desconocen las consecuencias de largo plazo en la salud de la población por los daños en diversos sistemas, como el cardiovascular o respiratorio, afirmó Gustavo Reyes Terán, investigador especializado en infectología y titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (Ccinshae).

La humanidad ha superado una gran etapa de la emergencia sanitaria y la ciencia reconoce que las vacunas cambiaron sus implicaciones y perspectivas. De hecho, por una menor afectación, las personas realizan su vida cotidiana, e indicó: “Pero nadie sabe cómo estaremos en los siguientes dos, tres o más años”. Y abundó en su intervención.

"Es posible anticipar que, como ocurrió en las últimas dos oleadas de contagios, la protección que generan las vacunas aplicadas y las infecciones previas del virus SARS-CoV-2, evitará casos graves y muertes durante la temporada de invierno, cuando se tiene previsto que habrá un nuevo incremento en la transmisión. Desde la detección del coronavirus en Wuhan, China, en diciembre de 2019, cada seis meses en promedio, surgió una nueva variante hasta que llegó ómicron en diciembre de 2021, de la que han emergido otras subvariantes. La subvariante "BA.5" que predomina en México actualmente, es considerada por algunos expertos como la peor versión del virus SARS-CoV-2, debido a su alta capacidad de transmisión y de evasión de la respuesta inmune inducida por vacunas y/o la infección previa, aunque no es más letal.

Por esta razón lo conveniente y que afortunadamente acontece, es que las vacunas deben estar en constante reingeniería, a partir de ómicron, en Estados Unidos y Europa se ha buscado actualizar las vacunas para usarlas como refuerzos bivalentes. Esto es, confieren protección contra la variante original de Wuhan y contra "BA.1" o "BA.5" de ómicron. Aunque se asume que se obtendrá una mejor y mayor protección con respecto a los refuerzos que se han utilizado hasta ahora, no existe seguridad sobre cuál será la extensión del beneficio de esos biológicos bivalentes. Además, se desconoce si tendrán la capacidad para prevenir la infección o reinfección causada por la variante que domine la siguiente oleada.”

Con base en la vigilancia genómica que se realiza en el mundo, y aunque “es muy limitada con 13.2 millones de secuencias sometidas hasta ayer a la plataforma internacional GISAID en diferentes países se han identificado nuevos sublinajes de ómicron que, al parecer, convergen en su evolución en regiones particulares del coronavirus, donde se encuentra la proteína S (espiga)”. A este sitio están dirigidos los anticuerpos que neutralizan al virus.

Entre las nuevas subvariantes de ómicron detectadas, hay dos bajo estrecha vigilancia: BA.2.75.2 , que es una descendiente del sublinaje que extraoficialmente se llamó centaurus, y BQ.1.1, que es otro sublinaje de BA.5. Ambas tienen mayor capacidad de crecimiento, así como para eludir la respuesta inmune de personas vacunadas y/o infectadas previamente por el coronavirus. También podrían afectar la unión con el receptor celular. Lo que no se sabe es si se convertirán en predominantes, ni cuándo.

En cualquier caso, se deben mantener las medidas de prevención ya conocidas contra el coronavirus y otros virus respiratorios: la vacunación contra el SARS-CoV-2, con cuarta dosis para adultos mayores e individuos con sistema de defensas bajo y/o enfermedades crónicas subyacentes. También el uso de cubrebocas en espacios cerrados y lavado frecuente de manos, atención de las enfermedades víricas, entre otras”.

En concordancia con estas declaraciones, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Thedros Adhanom Gebreyesus, solicitó a las naciones realizar un sprint final para lograr llegar a la meta. Para esto, informó que en la primer semana de septiembre, el número de muertes semanales notificadas por Covid-19, fue de once mil y es el más bajo desde marzo de 2020. 

Y ejemplificó su petición: “Nunca hemos estado en mejor posición para acabar con la pandemia. Todavía no hemos llegado, pero el final está a la vista. Un corredor de maratón no se detiene cuando la línea de meta está a la vista. Corre más fuerte, con toda la energía que le queda. Nosotros también debemos hacerlo, es el momento de "cosechar las recompensas por el duro trabajo” y pidió “aprovechar la oportunidad”. Si no, advirtió, corremos el riesgo de más variantes, más muertes, más trastornos y más incertidumbre”.

La Machincuepa Cuántica, establece que como componer las cosas globales, tal vez, está fuera de nuestro alcance personal, lo que si se puede controlar, es lo que se refiere a nosotros mismos. Así entonces fortalece tu Sistema Inmunitario, mejora tu manejo del estrés y tu alimentación, cuidando raciones y los alimentos incluidos en ellas.

Nadie sabe lo que pasará mañana, la matemática nos auxilia para predecir en cierta medida, pero también ha evolucionado y sabe que no es completamente exacto que lo sucedido antes  volverá a repetirse, hoy en especial, cuando se pueden considerar con mayor certeza cuantas variables intervienen en la determinación de los hechos y se mejora su forma de medirles. La estadística computacional ha permitido a los estadísticos el desarrollo de métodos que usan recursos informáticos intensivamente.


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