Nuevas investigaciones serán posibles desde el Telescopio Extremadamente Grande en construcción en Chile, pero el Hubble las proporciona actualmente, y las más impactantes la sonda japonesa Hayabusa2.

Parece que la inventiva guiada por la experiencia adquirida en las últimas décadas, y fundamentada en los nuevos alcances tecnológicos llevaran a los científicos a un futuro mejor para la humanidad, pero en contra tenemos la preservación de intereses económicos que parecen llevar a la la especie Homo sapiens a lugares inconcebibles: el calentamiento global, la crisis climática, los conflictos bélicos, que tienen su origen en lo monetario, nos sitúan en una especie de "espada de Damocles".

Se construye un nuevo telescopio (ELT) de potencial nunca antes observado, se avanza en el conocimiento de los cuerpos celestes cercanos, una de las lunas de Júpiter, Europa, que se sabe contiene agua liquida y potencial de existencia de vida, y se ha confirmado la presencia de aminoácidos en el espacio exterior, según informan los japoneses del proyecto sobre el "asteroide Ryugu".


Imagen de Don Davis (NASA), del impacto del asteroide que formó el cráter de Chicxulub. Tomada de Hipertextual. com. 

Así que miremos tres ejemplos de los descubrimientos de la prometedora visión del futuro.

Traslademos nuestra atención hasta el litoral del Océano Pacífico de América del Sur, exactamente en el norte de Chile, en la "Cordillera de la Costay dentro de ella en su parte más elevada, llamada "Sierra Vicuña Mackenna" y para una mayor precisión en el cerro Armazones, que es la segunda montaña con más altura, con tres mil cuarenta y seis metros, que se ubica aproximadamente a ciento treinta kilómetros al sureste de la ciudad de Antofagasta, en la región del mismo nombre. Esta es una zona privilegiada para la práctica de la astronomía visual y en infrarrojo, pues cuenta con casi 350 noches despejadas al año. En estos especiales terrenos, avanza la construcción del "Telescopio Extremadamente Grande" (ELT), que será el más potente instrumento de su tipo inventado hasta ahora, capaz de llevar los límites de la ciencia más allá y aumentar en más de cinco mil veces la capacidad de observación existente. La construcción de este telescopio se inició en el año 2017.


El nuevo telescopio se construye en Cerro Armazones, en la Región de Antofagasta de Chile. Foto Afp

Este nuevo “ojo astronómico", que se sumará a partir de 2027 a los poderosos instrumentos de este tipo que ya funcionan en Chile, permitirá sobrepasar la actual capacidad de observación, apuntando a lugares aún desconocidos para responder interrogantes aún abiertos sobre los orígenes del Universo.

Afirmó a la Agencia Francesa de Prensa (Afp), Luis Chavarría, quién es doctor en ciencia y astrónomo representante del Observatorio Europeo Austral (ESO), que construye el (ELT): “Hay ciertas preguntas científicas que nos llevan a la necesidad de una tecnología que nos ayude a responderlas”. 

Los actuales instrumentos de observación, como el Telescopio Muy Grande (VLT), el instrumento óptimo más poderoso actualmente en operaciones, y el "Atacama Large Millimeter/submillimeter Array(ALMA), el radiotelescopio más grande del mundo, ambos instalados en el norte de Chile, son capaces de responder las dudas que los científicos se formularon hace ya tres décadas.

Agregó el doctor Chavarría: "Pero los límites del conocimiento se han corrido, obligando a la construcción de instrumentos aún más potentes, como el (ELT), emplazado a unos veinte kilómetros de distancia del (VLT), ambos en pleno desierto de Atacama. La astronomía siempre trabaja al límite de la tecnología, de detección, de todo lo que puedan entregar estos maravillosos instrumentos. Tendrá 39.3 metros de diámetro, en una especie de panal de 798 espejos hexagonales que estarán alojados en un enorme domo de 85 metros de diámetro. La obra tiene un costo de unos mil 380 millones de dólares, los cuales están completamente financiados. Los actuales telescopios ópticos, con diámetros de entre ocho a diez metros, han permitido a los científicos observar principalmente imágenes de planetas orbitando alrededor de otras estrellas.


El "Telescopio Extremadamente Grande" (ELT), una vez concluida su construcción. Tomada de la página del Observatorio Europeo Austral (ESO). org.

Susy Solis, geóloga asistente técnica de la construcción del (ELT), explicó a la antes citada agencia: "Una vez que esté en operaciones “se supone que va a ser 5 mil veces más de lo que vemos hoy día", los nuevos descubrimientos hicieron necesario contar con un instrumento de más capacidad, que pudiera recoger una mayor cantidad de luz y calidad de detalle de lo observado. El (ELT) “reunirá 15 veces más luz que los telescopios ópticos que operan en la actualidad y proporcionará imágenes 15 veces más nítidas que las del telescopio Hubble. Uno de sus máximos objetivos es la de obtener imágenes de exoplanetas rocosos para caracterizar sus atmósferas y medir directamente la aceleración de la expansión del universo".

A manera de conclusión Luis Chavarría, expresó: “Es un proyecto a futuro que nos va a permitir alcanzar otras distancias en el universo. Es una proeza tecnológica inmensa tener los niveles de precisión necesarios para usar estos telescopios a su máxima expresión (...), algo que sobrepasa las barreras de la tecnología”.

Y la herramienta en plena producción de noticias del espacio exterior, el Telescopio Hubble muestra altos niveles de CO2 en luna de Júpiter.

Se han logrado obtener mapas casi globales de la luna Europa de Júpiter en longitudes de onda ultravioleta (UV), que han sido tomadas con el "Telescopio Espacial Hubble", muestran concentraciones de dióxido de azufre en su lado posterior.


Europa, una de las lunas de Júpiter. Foto Europa Press.

La importancia de esta luna es grande, se ha teorizado por los científicos especialistas en la búsqueda de vida extra terrestre, de que escondido debajo de la superficie helada de elle existe un océano de agua salada, cuyo volumen equivale a casi el doble de agua que en todos los océanos de la Tierra. Los resultados de la investigación fueron publicados en The Planetary Science Journal.

Europa puede ser el lugar más prometedor de nuestro sistema solar adecuado para alguna forma de vida más allá de la Tierra. Con estos nuevos mapas se llena un "vacío" en las diversas longitudes de onda utilizadas para observar este mundo de agua helada.

Dijo en un comunicado la doctora Tracy Becker, del Southwest Research Institute (SwRI), autora principal del artículo que describe estas observaciones (UV): "La superficie relativamente joven de Europa está compuesta principalmente de hielo de agua, aunque se han detectado otros materiales en su superficie. Determinar si estos otros materiales son nativos de Europa es importante para comprender tanto su formación como su posterior evolución".

La evaluación del material de la superficie puede proporcionar información sobre la composición del océano subterráneo. El conjunto de datos de (SwRI) es el primero en producir un mapa casi global de dióxido de azufre que se correlaciona con regiones más oscuras a gran escala en las longitudes de onda visible y ultravioleta.


Fotografía de la luna Europa, de Jupiter. Tomada de OnceNoticias.Digital.

La doctora Philippa Molyneux de (SwRI), quién es coautora del artículo, ha declarado: "Los resultados no fueron sorprendentes, pero obtuvimos una cobertura y resolución mucho mejores que las observaciones anteriores. La mayor parte del dióxido de azufre se ve en el hemisferio 'posterior' de Europa. Es probable que se concentre allí porque el campo magnético co-rotatorio de Júpiter atrapa las partículas de azufre que arrojan los volcanes de la luna Io y las golpea contra la parte trasera de Europa".

Io es otra de las lunas más grandes de Júpiter pero, por el contrario, se considera el cuerpo más volcánico del sistema solar. El campo magnético de Júpiter puede provocar reacciones químicas entre el hielo de agua y el azufre, creando dióxido de azufre en la superficie de Europa.

Dijo Becker "Además de estudiar el dióxido de azufre en la superficie, seguimos tratando de comprender el enigma de por qué Europa, que tiene una superficie que se sabe que está dominada por hielo de agua, no se ve como hielo de agua en longitudes de onda ultravioleta, como confirmada por este periódico.  Estamos trabajando activamente para entender por qué".

Fue en el año 2018 que la nave Hayabusa2 de la agencia Japonesa de exploración Aeroespacial descendió en el Asteroide Ryugu, ahora publica que contiene componentes básico para la vida terrestre.


El polvo de asteroide recogido por una sonda japonesa contiene material orgánico que muestra que algunos de los componentes básicos de la vida en la Tierra pueden haberse formado en el espacio, informaron científicos. En la imagen, el Ryugu, publicada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón; fue captada en noviembre de 2019 por la nave Hayabusa2. Foto Afp.

Ryugu es un asteroide que forma parte de los clasificados como "Asteroides Apolo", asignada su identificación con (162173), fue descubierto el 10 de mayo de 1999, por el equipo del Lincoln Near-Earth Asteroid Research desde el Laboratorio Lincoln en Socorro, de Nuevo México. Fue nombrado en honor al palacio submarino "Ryūgū-jō"  donde habitaba Ryūjin, o Ryōjin, el dios - dragón de la mitología japonesa, palacio construido con corales de color rojo y blanco, y desde donde el dragón controlaba las olas del mar utilizando unas gemas mágicas (Kanju y Manju) con las cuales podía apaciguar y embravecer la marea. Descritos en esa mitología como sus sirvientes aparecen las criaturas marinas, como: tortugas, peces y medusas.

Estos "asteroides Apolo" toman el nombre del descubierto por el astrónomo Karl Reinmuthen (1892 - 1979) en la década de los años treintas del siglo Veinte, que se le nombró "Apolo", y son un grupo de pequeños cuerpos cercanos a la Tierra, se estima existen unos setenta millones, cuyas trayectorias cruzan la de la órbita terrestre, de ahí su fama un tanto morbosa en consecuencia de la latente posibilidad de que se impacten contra nuestro planeta,  tienen un "semieje mayor orbital" mayor que el de la Tierra (a > ua) pero distancias de perihelio menores que la distancia del  afelio de la Tierra (q < 1.017 ua).

Se ha propuesto la teoría de que fue un cuerpo similar al mayor de estos asteroides, el llamado "Sísifo" (1866), un cuerpo de ocho kilometros y medio de diámetro, descubierto en 1972, fue el que cayó en Chicxulub hace 66 millones de años y propició la extinción de los dinosaurios, con la característica concreta, de que en ese caso si existe un cráter, cuyas huellas aún son visibles y se ha documentado con bastante detalle.


Fotografía que muestra el resplandor del meteorito Cheliábinsk, del 15 de febrero de 2013. Tomada de Publico. es.

En fechas más recientes el conocido como "meteorito de Cheliábinsk", que era un asteroide de clase Apolo, se nombró así debido a  que explotó aproximadamente a veinte mil metros de altura sobre esa ciudad rusa ubicada en la región sur de los Montes Urales, el 15 de febrero de 2013, hiriendo a unas mil quinientas personas con los vidrios caídos de las ventanas rotas. Dada su contemporaneidad se tienen bastantes datos del fenómeno, se rehizo su trayectoria y se dice que sobrevoló los cielos hasta impactar a ochenta kilómetros de Cheliábinsk, y alcanzaron el suelo entre cuatro mil y seis mil kilogramos de pequeños meteoritos, incluido un fragmento de unos seiscientos cincuenta kilogramos que fue recuperado posteriormente en el Lago Chebarkul. Se dice que este objeto seguía una órbita que lo acercaba al sol, a una distancia similar a la que tiene el planeta Venus al Sol y alejándose hasta el "Cinturón de Asteroides". La mayor parte de la energía se liberó entre los cinco y los quince  kilómetros de altura, lo que hace peculiar a dicho evento; aunque objetos como estos caen varias veces al año y suelen quemarse a mayor altura, de entre treinta y cincuenta kilómetros, tras penetrar la atmósfera.


Fotografía de los efectos del bólido de Tunguska, ocurrido el 30 de junio de 1908. Tomada de Ciencia. Nasa. gov.

Uno de los precedentes más populares es el ahora conocido como "El bólido de Tunguska", que fue una muy fuerte explosión, ocurrida el 30 de junio de 1908, en la región despoblada, de la taiga siberiana oriental, en la cercanía del Rio Tunguska Pedregoso,  debido a la lejanía del lugar y la instrumentación limitada disponible en el momento del evento, las interpretaciones científicas modernas de su causa y magnitud se han basado principalmente en evaluaciones de daños y estudios geológicos realizados muchos años después del hecho. Los estudios han arrojado diferentes estimaciones del tamaño del meteoroito, del orden de cincuenta a ciento noventa metros, dependiendo de si el cuerpo ingresó a baja o alta velocidad. Aplastó aproximadamente ochenta millones de árboles en un área de dos mil 150 kilómetros cuadrados de bosque, y los informes de testigos presenciales sugieren que al menos tres personas pudieron haber muerto en el evento, lo que dada su potencialidad es mínimo, pues  las estimaciones de su energía liberada oscilan entre tres y treinta megatones de "trinitrotolueno" (TNT), y una explosión de esta magnitud sería capaz de destruir una gran área metropolitana. Se clasifica como un evento de impacto, aunque no se haya encontrado nunca el correspondiente cráter de impacto; se cree que el objeto se desintegró a una altitud de entre cinco y diez kilómetros en lugar de haber golpeado la superficie.

El "Ryugu" está situado a una distancia media del Sol de un mil 189 unidades astronómicas (ua), pudiendo alejarse hasta un mil cuatrocientos quince (ua) y acercarse hasta a menos de una unidad astronómica (0.9633 ua). Posee una excentricidad de 0.190 y una inclinación orbital de 5.883 grados. Para su movimiento de traslación emplea 473 mil 914 días, en completar una vuelta entera alrededor del Sol, y en lo que respecta a su rotación, esta la lleva a cabo en cuatro mil 627 horas.

Entrando en detalle de los resultados de los análisis efectuados sobre las "arenas meteóricas", mismas que tras un viaje de seis años y cinco mil doscientos millones de kilómetros, entraron a  nuestro planeta, la nave "Hayabusa2" dejó caer el 6 de diciembre de 2020 sobre Australia un contenedor con una pequeña cantidad de polvo y gas del asteroide.

Esta nave de factura japonesa "Hayabusa2", fue lanzada en un cohete en 2014, hizo contacto dos veces con la superficie de Ryugu en 2019 para recoger las muestras en una compleja e histórica operación. Estos nuevos detalles hasta hora desconocidos sobre los resultados de la investigación a la que se está sometiendo a las muestras se filtraron este lunes a través del Ministerio nipón de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT).

Según fuentes ministeriales, que calificaron el hallazgo como un logro importante en la investigación, los ocho equipos que están realizando los análisis se encuentran en la fase de recopilación de los resultados de sus pesquisas y se espera que un informe oficial sea publicado próximamente, de acuerdo a la cadena pública de radiodifusión Nippon Hōsō Kyōkai (NHK).


Este diagrama agrupa los aminoácidos proteinogénicos de acuerdo con diversas propiedades fisicoquímicas. Los distintos aminoácidos se diferencian entre sí en la denominada “cadena lateral” o “grupo R”. De ésta dependen las propiedades singulares de cada aminoácido: polaridad, carga eléctrica, hidrofobia, volumen... Es importante comprender estas propiedades porque son la clave de la estructura y función de una proteína. Tomada de Biomodel. UAH. es.

Más de veinte tipos de aminoácidos, considerados uno de los pilares de la vida, han sido detectados en las muestras del remoto asteroide Ryugu traídas a la Tierra hace tres años y cuyos análisis continúan. Es la primera vez que se confirma la presencia de aminoácidos en un asteroide que se encuentra en el espacio, según las autoridades niponas. Los materiales se enviaron a la Tierra en una cápsula que no estuvo expuesta en ningún momento al aire exterior y sin que hubieran estado erosionados por la luz solar o los rayos cósmicos.

Los primeros análisis, realizados en un laboratorio de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) situado en la localidad de Sagamihara, al suroeste de Tokio, pocos días después de que el contenedor aterrizara en la Tierra, confirmaron que el gas derivaba del remoto asteroide.

El material es interesante para avanzar en el conocimiento del origen de nuestro sistema solar, encontrar detalles sobre la propia formación de Ryugu, hace 4 mil 600 millones de años, y comprender mejor su afinidad con las condritas carbonáceas, un tipo de meteorito que se cree que podrían estar vinculados al origen de la vida en el universo y la posible presencia de vida orgánica en otros planetas. Existen varias teorías sobre la aparición de la vida en la Tierra. Unas señalan que surgió poco a poco a partir de moléculas inorgánicas que dieron paso a compuestos orgánicos como los aminoácidos, mientras que otras plantean la hipótesis de que los compuestos orgánicos podrían haber llegado en meteoritos.

Por si es de interés, puedes consultar los primeros reportes sobre "Ryugu" que fueron presentados a conocer por la Machincuepa Cuántica en la entrega del 18 de diciembre de 2018: "El asteroide "Bennu" ha sido abordado".

Es muy positivo encontrar estos resultados que se obtienen en este año, en temas distintos todos relacionados con las investigaciones científicas sobre el origen y desarrollo del Universo, y que prometen ser el principio de historias de gran importancia para el desarrollo de explicaciones sobre nuevas preguntas, como nos menciona el doctor Luis Chavarría: “Hay ciertas preguntas científicas que nos llevan a la necesidad de una tecnología que nos ayude a responderlas. Estos son proyectos a futuro que nos va a permitir alcanzar otras distancias en el universo. Es una proeza tecnológica inmensa tener los niveles de precisión necesarios para usar estos telescopios a su máxima expresión (...), algo que sobrepasa las barreras de la tecnología”. 

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