Investigaciones sobre medicina humana. que revela el funcionamiento cerebral de humanos y mosquitos.

Con planteamientos inimaginables en el pasado, utilizando inteligencia artificial y con la obtención de imágenes de cerebros de humanos y de mosquitos a una resolución muy alta para observar detalles antes desconocidos. Se revisan dos trabajos realizados recientemente.

Como si fuese una historia de ciencia ficción, ahora las investigaciones en laboratorios de aplicación al desarrollo de procedimientos, terapias y elaboración de medicamentos, usan  indicadores, como los utilizados en la obtención de tomografías y de imagénes de alta resolución, difícil de creer, pero estamos en el siglo Veintiuno.

La Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), publico desde el año 2013, lo siguiente: El cerebro humano crece mucho los dos primeros años de vida y después de los cinco años de edad lo hace más lentamente hasta alcanzar su tamaño total al llegar a la adolescencia. Sin embargo, aunque su crecimiento tiene un límite, su desarrollo nunca termina ya que va aumentando y mejorando las funciones que realiza durante toda la vida.

Nuevo método permite hacer mapa cerebral de los síntomas de Alzheimer.

Un nuevo modelo para hacer un mapa de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro fue propuesto por científicos de Mayo Clinic, organización sin fines de lucro dedicada a la investigación, educación y la práctica clínica en Estados Unidos.


Uno de los científicos explica en qué consiste el método. Foto cortesía de la Clínica Mayo.

El método fue creado a partir del análisis de imágenes cerebrales mediante el uso de inteligencia artificial, de modo que es capaz de abarcar todo el funcionamiento del cerebro, en lugar de regiones o redes específicas, y así explicar la relación entre la anatomía de ese órgano y el procesamiento mental.

De acuerdo a las investigaciones precedentes, el cerebro necesita combustible en forma de glucosa; para que este desarrollo y un funcionamiento adecuado, la glucosa necesaria se ha estimado en aproximadamente 5.6 miligramos por cada 100 gramos de tejido cerebral por minuto. Ahora bien, es la glucosa el único azúcar que alimenta al cerebro, es su principal fuente de energía. En los seres humanos el cerebro requiere aproximadamente el 20% de la energía derivada de la glucosa, por lo tanto, es necesaria para una función cerebral apropiada.

Prestigiosos investigadores en neurología, realizaron una muy interesante revisión científica, “Azúcar para el cerebro: el rol de la glucosa en las funciones fisiológicas y patológicas cerebrales”, para conocer y ofrecer una visión global sobre el papel del metabolismo de la glucosa en la función del cerebro. Sus autores han analizado entre otros aspectos la bioenergética de la neurotransmisión, la composición celular de la red metabólica, la regulación del flujo sanguíneo (CBF), el metabolismo de la glucosa periférica y la regulación de la supervivencia celular a través de enzimas que metabolizan la glucosa.

El metabolismo de la glucosa a nivel cerebral, proporciona el combustible necesario para cubrir sus funciones fisiológicas, mediante la generación del "trifosfato de adenosina" (ATP), molécula considerada “la moneda energética universal”. Al romper los enlaces que contiene el (ATP), se libera energía almacenada, y la mayor parte de ésta la utiliza el cerebro para el procesamiento de información. Por ejemplo, una de las funciones que se lleva a cabo en la corteza cerebral humana, en la que se utiliza la glucosa, es la síntesis y liberación de neurotransmisores que median la comunicación química de unos 10 mil millones de neuronas, con cerca de 50 trillones de sinapsis y, para cumplir tal misión requiere, aproximadamente, 3.8 x 1,012 moléculas de (ATP) para su funcionamiento. Toda una hazaña metabólica.

El metabolismo de la glucosa está evolutivamente relacionado con la regulación de la muerte celular. En el caso de las neuronas, se encuentran entre los tipos de células que se basan casi exclusivamente en el metabolismo de la glucosa para la generación de energía. Es decir, no pueden obtener suficiente energía de otras fuentes, como de los lípidos. Un metabolismo alterado está estrechamente relacionado con la muerte celular de tipo autofágica, es decir, que al no contar con suficientes nutrientes, la célula se consume así misma con objeto de obtener energía. 

Ahora se conoce que las neuronas son intolerantes a la energía inadecuadamente suministrada, y por lo tanto, la gran demanda de energía y la escasez de fuentes para obtenerla las predispone a una variedad de enfermedades cuando el suministro de energía se ve damnificado, en ello radican los mecanismos de la enfermedad.

Si los niveles de glucosa descienden, se activan una serie de mecanismos de defensa que corrigen esta situación. Si estas respuestas defensivas fallan y los niveles de glucosa siguen a la baja, entonces se activa una respuesta más intensa presentando síntomas como: irritabilidad, problemas de visión, ansiedad, mareos y hambre, entre algunos otros, con ello se alerta a la persona para que ingiera alimentos y corrija así la hipoglucemia; de esta forma se evita la presencia de convulsiones o incluso un estado de inconsciencia o coma. Cuando estos estados se prolongan, el resultado es la muerte neuronal.

Además, ese estudio trasladó la conclusión de que varias patologías del sistema nervioso central son la consecuencia, y a veces hasta la causa, de disturbios del metabolismo de la energía de la glucosa, que puede verse afectada en casi todos los niveles. A modo de ejemplo, el diagnóstico precoz del síndrome de deficiencia del "transportador tipo 1" (GLUT1), es importante porque la inclusión de una "dieta cetogénica", esto es, una dieta fundamentada en la restricción de alimentos ricos en azúcares, se constituye en un tratamiento efectivo para un porcentaje de en torno a un 10% de pacientes de epilepsia. En general, una dieta cetogénica eficiente suprime los ataques epilépticos en la infancia resistentes a los medicamentos de la epilepsia.

En todos los órganos, la entrada de glucosa a las células se realiza mediante proteínas transportadoras especializadas. En la mayoría de los tejidos, los transportadores de glucosa se mueven hacia la membrana celular en respuesta al incremento de insulina en la sangre. Dado que, en el tejido, la concentración de glucosa es 20% menor a la sanguínea, el flujo de glucosa a través del transportador ocurre por difusión facilitada a favor de su gradiente de concentración. Un dato interesante es que las células del cerebro no necesitan insulina para capturar glucosa, porque los transportadores de ésta en el cerebro se regulan de forma diferente y se localizan permanentemente en la membrana celular. Por lo tanto, incluso en situaciones en las que la concentración de glucosa se ve alterada como ocurre en enfermedades como la diabetes, por cuya causa los niveles de insulina se presentan disminuidos, las células cerebrales continúan recibiendo un suministro adecuado de glucosa; pero siempre y cuando la sangre contenga una concentración de glucosa dentro de los valores normales.

Las células del endotelio vascular cerebral que forman los "capilares" en el cerebro representan el primer mecanismo de captura de glucosa, recordemos que estos capilares son vasos minúsculos con paredes extremadamente finas, que actúan como puentes entre las arterias (que transportan la sangre que sale del corazón) y las venas (que la transportan de vuelta hacia él). Estas células utilizan "transportadores" denominados (GLUT1), que son proteínas que permiten el paso de la glucosa hacia la célula, en donde, normalmente se encuentra en la sangre en concentraciones superiores a las de los tejidos. En seguida, participan los "astrocitos", que se extienden, rodeando los capilares con estructuras denominadas "pies chupadores". Estas células también utilizan (GLUT1) y participan en la asimilación y posterior distribución de glucosa, así como de otros "metabolitos" hacia las neuronas.


Ilustración del cerebro y la recepción de glucosa en el torrente sanguíneo. Tomada de Gaceta. unam. mx. El cerebro humano pesa, en promedio, 1.4 kilogramos, lo que representa 2% del peso corporal, aproximadamente, y consume alrededor de 20% de la energía producida a partir de la glucosa. Lo anterior equivale a consumir entre 5 y 10 gramos de glucosa por hora, pudiendo alcanzar la cantidad de 140 gramos por día.

Por otro lado, se ha sugerido que la glucosa igualmente se puede difundir desde las células endoteliales a través de los espacios extracelulares hacia las neuronas. Estas últimas, a diferencia de los astrocitos y el endotelio, expresan al "transportador" (GLUT3), que tiene una mayor afinidad por la glucosa y la transportan a mayor velocidad, aún en situaciones en las que existe un nivel bajo de glucosa. De esta manera, se asegura que las neuronas tengan un suministro adecuado de glucosa para cubrir sus actividades, incluso, en situaciones de estrés.

En el caso de las enfermedades neurogenerativas como el Alzheimer, uno de los signos más tempranos de la enfermedad es la reducción del metabolismo de la glucosa cerebral; estudios tanto en humanos como en animales sugieren que la alteración en la glucosa está asociada al progreso de la enfermedad. Además, la obesidad y la variante tipo 2 de la diabetes están muy relacionadas con la progresión del Alzheimer y en general del deterioro cognitivo; la deficiencia de la glucosa y la menor sensibilidad a la insulina produce en el cerebro una serie de alteraciones que son muy similares al Alzheimer.

A través de la estimulación del nervio vago y su conexión con el tracto gastrointestinal, el tejido adiposo, el páncreas y el hígado, el hipotálamo logra modular el transporte, síntesis, almacenaje y metabolismo de la glucosa en el cuerpo.

Es así como nuestro cerebro tiene un control perfecto de sus recursos.

Los investigadores actualmente concluyen que es necesario seguir avanzando en estudios que proporcionen una foto final de la cooperación entre los diferentes sistemas, el endocrino y el nervioso, y los tipos de células que los componen; un profundo entendimiento de estos mecanismos conducirá a un mejor conocimiento de la fisiopatología de los múltiples desórdenes del cerebro permitiendo así el desarrollo de novedosos y estratégicos tratamientos y en esas sigue el avance.

Destacó el neurólogo David T. Jones, principal autor del estudio, publicado en la revista "Nature Communications": “Permite entender mejor cómo funciona y se descompone el cerebro durante la vejez y la enfermedad de Alzheimer, por lo que aporta nuevas maneras de controlar, prevenir y tratar los desórdenes de la mente”.

Hasta ahora, el terrible y temido Alzheimer ha sido descrito como un problema del procesamiento de algunas proteínas que se depositan en determinadas zonas del cerebro y provocan una falla neuronal que deriva en síntomas como la pérdida de la memoria, dificultad para comunicarse y confusión.

A pesar de eso, la relación entre la sintomatología, las pautas del daño cerebral y la anatomía del órgano todavía no ha sido identificada.

Otra de las dificultades para estudiar los problemas relacionados con el cerebro está en el hecho de que un paciente puede padecer más de una enfermedad neurodegenerativa, lo cual dificulta su diagnóstico, de modo que contar con un mapa completo del comportamiento cerebral podría aportar una nueva perspectiva para los médicos al momento de dar un dictamen.

El nuevo modelo se creó a partir de la utilización de los niveles de la glucosa cerebral de una tomografía por emisión de "positrones" con "fluorodeoxiglucosa" realizada en 423 participantes del estudio que sufrían un impedimento cognitivo, la imagen muestra cómo la glucosa aviva ciertas partes del cerebro, dependiendo de cada padecimiento.

Enfermedades como el Alzheimer y las demencias de los cuerpos de Lewy y frontotemporal, por ejemplo, emplean la glucosa en pautas distintas.

Explicó el neurólogo David T. Jones, de Mayo Clinic: “Este nuevo modelo computacional con más validación y apoyo puede redirigir el esfuerzo científico en el estudio de la mente y la demencia para enfocarlo en la dinámica de los complejos sistemas biológicos, en lugar de concentrarlo principalmente en las proteínas mal plegadas”.

El modelo propuesto por Jones y su equipo permite identificar la anatomía cerebral involucrada en los síntomas de demencia, dentro de un marco conceptual codificado por colores que muestra las zonas cerebrales relacionadas con los trastornos neurodegenerativos y las funciones mentales. Esta capacidad de predecir los cambios fisiológicos sufridos por el cerebro fue comprobada en 410 personas. También se obtuvieron datos sobre el envejecimiento normal y los síndromes demenciales que afectan la memoria, las funciones ejecutivas, el lenguaje, el comportamiento, el movimiento, la percepción, el conocimiento semántico y las capacidades visoespaciales.

Entre sus hallazgos, los investigadores encontraron que existen diez pautas con las que se pueden explicar el cincuenta y uno por ciento de las variaciones en el consumo de glucosa dentro de los cerebros de pacientes con demencia. Cada persona posee su propia combinación de estos modelos, y dicha mezcla estaría relacionada con los síntomas que presenta.

En el Programa de Inteligencia Artificial del Departamento de Neurología en Mayo Clinic, dirigido por el propio neurólogo Jones, se utilizan esas diez pautas para trabajar con sistemas de inteligencia artificial que faciliten la interpretación de las exploraciones cerebrales por enfermedad de Alzheimer y otros síndromes afines.

Finalmente el doctor por la Georgetown University School of MedicineDavid T. Jones declaró: “Si las funciones mentales relevantes para la enfermedad de Alzheimer se llevan a cabo de forma distribuida por todo el cerebro, se necesita un nuevo modelo de la enfermedad como el que proponemos. Creemos que este modelo puede influir sobre el diagnóstico, los tratamientos y el conocimiento fundamental de la neurodegeneración y de las funciones mentales, en general”.


Fotografía del doctor, investigador y neurólogo David. T. Jones. Tomada de Mayo. edu.


Investigación sobre la preferencia de los mosquitos, vectores de enfermedades, para alimentarse de sangre humana.

Los mosquitos (culícidos son una familia de dípteros (que poseen dos alas), nematóceros (que presentan largas antenas filiformes)) siempre han preferido deleitarse con los humanos sobre otros animales, pero exactamente cómo distinguen entre los dos ha seguido siendo un misterio hasta ahora.

Los mosquitos "Aedes aegypti", cuyo nombre procede del griego "aēdēs", que significa "odioso" y Aegypti, que proviene de Egipto, han evolucionado para picar a los humanos confiando en moléculas de olor distintas de las exudadas por otras criaturas en el entorno circundante, reveló un nuevo estudio, publicado en "Nature", y tiene que ver con el aroma a cítrico que despide el organismo humano.

Estos mosquitos, que actúan como vectores de enfermedades como el "zika", el "dengue" y la "fiebre amarilla", así como "chikunguña" y el "virus Mayaro" prefieren el olor humano sobre el de otros animales, de acuerdo con la investigación que recupera el diario "The Independent".


En Singapur exploran el uso de machos Aedes para acabar con esa población de insectos de ese país. Foto Afp.

El nuevo estudio, en el que participan científicos de la Universidad de Princeton, aplicó un enfoque novedoso al obtener imágenes de cerebros de mosquitos a una resolución muy alta para observar cómo identifican a sus próximas víctimas.

Los científicos diseñaron genéticamente mosquitos para hacer que sus cerebros se iluminaran cuando estaban activos y les entregaron aire con sabor humano y animal de maneras que podrían detectar mientras estaban dentro del equipo de imágenes personalizado del equipo.

Los investigadores buscaron comprender la mezcla exacta de componentes en el aire que los mosquitos usaban para reconocer el olor humano.

Carolyn McBride, profesora asistente de ecología y biología evolutiva y neurociencia, en la Universidad de Princenton señaló: “Nos sumergimos en el cerebro del mosquito y preguntamos: ¿Qué puedes oler? ¿Qué ilumina tu cerebro? ¿Qué activa tus neuronas?, y ¿cómo se activa tu cerebro de manera diferente cuando hueles el olor humano en comparación con el animal?”

Si bien el olor humano se compone de docenas de compuestos diferentes, estos también están presentes en la mayoría de los mamíferos en proporciones ligeramente diferentes. Para comparar y probar cómo los mosquitos detectaron olores de mamíferos y humanos, los científicos recolectaron muestras de pelo, piel y lana y utilizaron olor de 16 humanos, dos ratas, dos conejillos de indias, dos codornices, una oveja y cuatro perros.

Explicó la estudiante graduada Jessica Zung : “Para las muestras humanas, tuvimos un grupo de voluntarios. No se les permitió que se ducharan durante unos días, luego se desnudaron y se acostaron en una bolsa de teflón”.


Fotografía. Paciente infectado por Fiebre Amarilla. Tomado de Departamento de estadística y Epidemiología de Word Press.

Los participantes estaban desnudos ya que el algodón, el poliéster y otras fibras tienen sus propios olores que distorsionarían los datos, puntualizaron los científicos.

En un principio, los investigadores sospechaban que los cerebros de los mosquitos probablemente tenían una técnica muy complicada para distinguir a los humanos de otros animales, pero el estudio encontró que el proceso es mucho más simple de lo que se pensaba.

Explicó Carolyn McBride doctora en Biología de Poblaciones por la Universidad de California en Davis: “La sencillez del proceso identificatorio nos sorprendió. Los mosquitos han desarrollado un mecanismo sorprendentemente simple para reconocernos”.

Aseguró Zhilei Zhao, colaborador de la doctora McBride, quien es coautor del estudio: "Los cerebros de los mosquitos tienen 60 centros nerviosos llamados "glomérulos" y pensarmos que muchos, quizás la mayoría”, serían utilizados para encontrar su comida favorita. Cuando vi por primera vez la actividad cerebral, no podía creerlo, sólo dos glomérulos estaban involucrados”, lo que contradecía todo lo que esperábamos, así que repetí el experimento varias veces, con más humanos, más animales. Simplemente no podía creerlo. Es muy simple”.

Las investigaciones que atraen la atención de Zhilei Shao, en el trancurso del doctorado que lleva a bajo con la dirección de la doctora McBride son las que se refieren a loscircuitos neuronales que subyacen a los comportamientos animales y la evolución de dichos circuitos, y esos son principalmente los que han sido descubiertos en esta espectacular tarea.


Fotografia de la cabeza de un mosquito, tomada de Wikipedia.

Reduciéndose a los "glomérulos" que los mosquitos utilizan para detectar a los humanos, los científicos descubrieron que usan estos centros cerebrales para detectar básicamentedos sustancias químicas,: "decanal" y "undecanal", que tienen un olor ligeramente anaranjado y cítrico y están enriquecidos con el de humano.

Y finalmente, añadió McBride: “Para mí, es una historia evolutiva: si creamos una prueba estadística para diferenciar el olor humano, sería muy complejo, pero el mosquito hace algo muy simple, que le funciona bastante bien”. 

Y en lo practico, se encontró que, sobre la base del estudio, los científicos involucrados han patentado una mezcla con decanal que esperan que pueda conducir a cebos que atraigan a los mosquitos a trampas letales o repelentes que interrumpen la señal.

El "decanal" es un compuesto orgánico cuya fórmula química es: Carbono 9 + Hidrogeno 19 + Carbono + Hidrógeno + Oxígeno. Es el más simple de los aldehídos de diez carbonos. El decanal se produce naturalmente y se utiliza en fragancias y aromatizantes. El "decanal" se produce en la naturaleza y es un componente importante en los cítricos.

El "undecanal" también conocido como "undecil aldehído", es un compuesto orgánico con la fórmula química: Carbono 10 + Hidrógeno 21 + Carbono + Hidrógeno + Oxígeno. Es un aldehído de once carbonos, que se produce de forma natural en los aceites cítricos. Un líquido graso incoloro, que es utilizado como componente de perfumes.

Estos insectos están entre los objetivos de la investigación médica debido a que se estima causan alrededor de 50 millones de infecciones y 25 mil muertes anualmente. Se obtuvo completa a secuencia genómica de esta especie en el año 2007, y fue a segunda especie secuenciada, la primera fue "Anopheles gambiae", que en realidad es la unión de seís especies de "culicidosmorfológicamente indistinguibles y pertenecientes al género Anopheles, y que son el vector de la "malaria" a nivel mundial.

Sin embargo, su participación en los ecosistemas también es positiva, por ejemplo, hembras y machos se alimentan de néctar y participan en la polinización de abundantes "angiospermas" (la plantas con flores). Son parte significante de ecosistemas en zonas húmedas, donde desempeñan un papel en el ciclo del carbono y del nitrógeno al punto de ser considerados "bioindicadores" por algunos biólogos, además contribuyen a la "biodiversidad" de los llamados "puntos calientes", que son los lugares de mayor diversidad de especies en la tierra. Asimismo, sus larvas forman parte del "zooplancton" en numerosas zonas húmedas, pero con diferente a otros dípteros, al hecho que las propias larvas y adultos son una fuente de nutrición de sus numerosos depredadores (insectos, peces, anfibios, lagartijas, aves). Transfieren biomasa de los ambientes acuáticos a la tierra.  Participan en la purificación de aguas estancadas, debido a que algunas larvas constituyen una parte importante de la biomasa de los ecosistemas acuáticos, alimentándose de microorganismos y desechos orgánicos, purificando así el agua y sus cadáveres y desechos contribuyen con nitrógeno como fertilizante de plantas. Así es que funcionan las especies de los seres vivos, jugando diversos papeles en un ecosistema.

La naturaleza funciona con interconexiones, que son invisibles para lo sentidos humanos, solamente sus macroscópicas consecuencias, por ello debe usarse el conocimiento con mucha previsión, no basta aplicar la solución clásica humana de pretender destruir todo lo que no se entiende y por ello se juzga maléfico o innecesario.



Lago de Texcoco en el posclásico (950 a 1521). Tomado de Yavidaxiu - Trabajo propio, from the work of Christine Niederberger in Paléopaysages et archéologie pré-urbaine du Bassin du Mexique (CEMCA, México).

En el llamado Valle de México, que es en sí, sólo es uno de los cuatro valles: Cuautitlán, Apan, Tizayuca y el propiamente dicho, Valle de México que forman la Cuenca de México, originalmente endorreica, y que a partir de la época colonial (1607) fue abierta artificialmente con la construcción de un desagüe (Tajo de Nochistongo) que desfoga las aguas de los lagos al Río Tula y de ahí al Golfo de México mediante la región hidrológica Del Río Pánuco. Se logro la desecación casi total de los tres lagos que conocieron los europeos: Texcoco, de aguas salobres, Xochimilco y Chalco, de aguas dulces estos dos.


Detalle de un mapa antiguo Del Valle de México con el lago de Texcoco. En él, se observa la desaparición de la laguna de México, que rodeaba a la ciudad por el occidente. Dominio público.

En temporada de lluvia, el Lago de Texcoco se unía con los otros cuatro, que se localizaban entre las cadenas montañosas que rodean el valle, al norte del Lago de Texcoco se localizaban dos pequeñas lagunas de agua salada. Estas han sido llamadas de Xaltocan y Zumpango. El límite entre el Lago de Texcoco y el Lago de Xaltocan, lo señalaba un canal que pasaba entre el norte de la Sierra de Guadalupe y los cerros que marcan la división entre el corazón de los valles de México y Teotihuacán. Hacia el sur, el lago de Texcoco se extendía hasta la península de Iztapalapa y se comunicaba con el Lago de Xochimilco a través de un paso entre el Cerro de la Estrella y la llanura aluvial de Coyoacán. La totalidad del sistema de lagos, se estima,  cubría un área de aproximadamente 114,477 hectáreas, lo que equivale a la extensión de la zona lacustre del Lago de Chapala, considerado el más grande del país.

Y después de cumplida la desecación de los cuerpos de agua, originalmente cinco, después tres, y en la actualidad en medio de un esfuerzo por devolver algo de su disposición presenta un panorama terregoso, donde la fauna y la flora local del antiguo Valle de México despareció, a lo que contribuyó fuertemente la sobrepoblación del territorio, y que lleva al pensamiento de lo conveniente que fue la destrucción del estado natural Del Valle, pensando que quizás hubo otras alternativas a desarrollar, pero que no fueron consideradas, dada la manera de pensar de los habitantes de el antiguo lugar donde todos querían habitar, dadas sus características climáticas y geográficas.

La temperatura promedio en la región era de 14°C, pero, sobre todo, sin picos elevados en lo mínimo y lo máximo, adicionalmente con lluvias que depositaban menos de 600 milímetros cúbicos como promedio anual. La temporada de lluvia abarcaba los meses de junio a octubre, aunque mucho más abundantes durante los meses de julio y agosto, situaciones que actualmente ya no rigen la zona, lo que es una consecuencia de la alteración de la geografía local y mundial.


Mapa comparativo del área de la Ciudad de México y los antiguos Lagos del Valle.Trabajo propio de Yavidaxiu.

En el vaso de Texcoco y zonas aledañas, es decir, en lo que el Consejo Nacional de la Población (CONAPO) define como "Área metropolitana del Valle de México" (AMVM),vive actualmente cerca del 19% de la población mexicana. Es decir, más de 19 millones de personas. La zona oriental de la AMVM, o en otras palabras, las zona correspondiente a los antiguos lagos, sigue siendo la más depauperada de la gran urbe. Funciona como "ciudad-dormitorio", dado que la mayor parte de las fuentes de trabajo de la ciudad se localizan en el centro del área metropolitana.

Las decisiones extremas tomadas en una época en que el conocimiento del entorno era mínimo, se dieron a lo largo y ancho de todo el orbe, con las consecuencias perjudiciales al entorno del planeta; en estos tiempos se conocen informaciones sobre el entorno y la necesidad de llevar a cabo acciones que permitan la sobrevivencia de los sistemas ecológicos, y aún así hay serios problemas para contener o suavizar los efectos del calentamiento global y el cambio climático, que traen aparejada la extinción de especies de animales y vegetales, situación que es una realidad en el Valle de México. Así entonces, habrá que tener cuidado para no implementar acciones que perjudiquen aún más al planeta.

Cuidemos mosquitos y abejas, es decir a los insectos, pero también a todos los seres vivos que pueblan la Tierra.



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