Comunicación: el detonador de la inteligencia, en detalle: Sonidos icónicos, en lugar de gestos, ayudaron a ancestros a comunicarse.

La comunicación, ese tema tan importante en el desarrollo de los seres vivos, fundamental en las cosas necesarias para sobrevivir, y también para las cosas sin importancia, las de diversión y esparcimiento, para el tema de las cosas comunes, esas cercanas a lo cotidiano, y que a nosotros los humanos nos parece un campo muy importantes, y que por ello alcanzan notoriedad en el grupo humano en el que nos encontremos.

Los seres unicelulares también usan la comunicación para sobrevivir.

Las células de un organismo cualquiera se comunican a base de impulsos o pequeñas descargas electrizas, se "ponen de acuerdo" en lo concerniente al reparto del agua, los nutrientes, el oxígeno, conforme.a las necesidades individuales y del tejido u órgano del que forman parte. Inclusive existe un proceso en los organismos multicelulares en que, por ejemplo, en los mamíferos se presentan mecanismos que permiten al organismo dirigir a células individuales a la autodestrucción, este proceso se conoce como apoptosis, en este caso «instructiva», especialmente importante en el sistema inmunológico. La apoptosis normalmente se da en células que han acometido su función en el cuerpo durante el tiempo suficiente y les toca renovarse, para dar lugar a otras células nuevas y jóvenes. Cuando esto no tiene lugar, aparece el cáncer, las células se vuelven inmortales y no paran de proliferar. Durante los procesos de muerte celular se pueden distinguir tres etapas: activación, propagación y ejecución. es un proceso que se produce de manera ordenada y controlada, que empieza con la ruptura del ADN del núcleo y sigue con la formación de pequeñas vesículas a partir de la membrana celular. Estas vesículas, denominadas “cuerpos apoptóticos”, contienen los elementos del interior de la célula.


Ilustración de Apopotosis: Una Forma de Muerte Celular, tomada de Beatriz Galindo Tello Blog Spot.com.

En esta ocasión "La Machincuepa Cuántica" hará un recorrido por diferentes temas, de variada índole, con la intención de establecer lo importante que es nuestro proceso de comunicación, y ello ocurre hasta en los temas científicos.

Los humanos, sean sapiens o no, han utilizado todo lo que está a su alcance para fortalecer la especie, mejorando la comunicación, valiéndose de gestos, señas, gritos, interjecciones y palabras.

El “eslabón perdido” que ayudó a nuestros antepasados a comenzar a comunicarse entre sí a través del lenguaje puede haber sido una variedad de sonidos icónicos, en lugar de gestos a modo de mímica.

Ha dicho él profesor Marcus Perlman: “Nuestro estudio llena una pieza crucial del rompecabezas de la evolución del lenguaje, lo que sugiere la posibilidad de que todos los idiomas, tanto hablados como de señas, puedan tener orígenes icónicos”


Foto tomada del sitio triple w birmingham. ac . uk / Archivo

Se creía ampliamente que, para que despegaran los primeros idiomas, nuestros antepasados primero necesitaban una forma de crear señales novedosas que pudieran ser entendidas por otros, basándose en signos visuales cuya forma se asemejaba directamente al significado pretendido.

Sin embargo, un equipo de investigación internacional, dirigido por expertos de la Universidad de Birmingham y el Leibniz-Centre General Linguistics (ZAS) de Berlín, descubrió que las vocalizaciones icónicas pueden transmitir una gama mucho más amplia de significados con mayor precisión de lo que se suponía anteriormente.

Los investigadores probaron si las personas de diferentes orígenes lingüísticos podían comprender vocalizaciones novedosas para treinta significados diferentes comunes en todos los idiomas y que podrían haber sido relevantes en la evolución temprana del lenguaje.

Estos significados abarcan entidades animadas, incluidos humanos y animales, en detalle: niño, hombre, mujer, tigre, serpiente, venado; por entidades inanimadas: cuchillo, fuego, roca, agua, carne, fruta; además de acciones: recolectar, cocinar, esconder, cortar, cazar, comer, dormir; algunas cualidades o propiedades: aburrido, agudo, grande, pequeño, bueno, malo;  y cuantificadores: uno, muchos; y demostrativos: esto, aquello.

El equipo publicó sus hallazgos en "Scientific Reports", destacando que las vocalizaciones producidas por hablantes de inglés podrían ser entendidas por oyentes de una amplia gama de antecedentes culturales y lingüísticos.

Los participantes incluyeron hablantes de veintiocho idiomas de doce familias lingüísticas, incluidos grupos de culturas orales como hablantes de "palikur" que viven en la selva amazónica y de "daakie" en la isla de Vanuatu en el Pacífico Sur. Los oyentes de cada idioma fueron más precisos que el azar al adivinar el referente pretendido de las vocalizaciones para cada uno de los significados evaluados.

Citado por "Eureka Alert", el profesor Marcus Perlman, experto en Lengua Inglesa y Lingüística en la Universidad de Birmingham, comentó: “Nuestro estudio llena una pieza crucial del rompecabezas de la evolución del lenguaje, lo que sugiere la posibilidad de que todos los idiomas, tanto hablados como de señas, puedan tener orígenes icónicos. La capacidad de utilizar la "iconicidad" para crear vocalizaciones comprensibles universalmente puede apuntalar la vasta amplitud semántica de los lenguajes hablados, desempeñando un papel similar a los gestos representativos en la formación de lenguajes de señas.”

Un experimento en línea permitió a los investigadores probar si un gran número de participantes diversos del mundo podían comprender las vocalizaciones. Un experimento de campo que utilizó doce significados fáciles de imaginar les permitió probar si los participantes que vivían en sociedades predominantemente orales también podían comprender las vocalizaciones.

Ciclos del clima tropical influyeron en la evolución del hombre, según estudio.

Un nuevo análisis de datos sugiere que los cambios evolutivos de la especie humana fueron influidos por los ciclos del clima tropical.

Aunque en el pasado muchos científicos dirigieron su atención a las eras de hielo en el hemisferio norte como detonantes, ahora se piensa que fenómenos como los de "El Niño" y "La Niña", alrededor de la zona del Ecuador, también fueron claves en la evolución humana de los pasados tres y medio millones de años.

Para demostrar la correlación entre la evolución humana y los cambios climáticos en los trópicos, los científicos, según publica "The Independent", han realizado un análisis climático sin precedente. Investigadores de Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos y Etiopía examinaron muestras de sedimentos de lagos en Kenya, Malawi, Etiopía y Ghana, así como marinos de las costas de Tanzania, Namibia, Congo, Mauritania, Libia y Egipto.


Fotografía. Las Costas Africanas, tomada de Brainly

El estudio de esas muestras ha permitido comprobar que existe una correlación desde hace 600 mil años. Ahora los científicos, dirigidos por la paleoclimatóloga Stefanie Kaboth-Bahr, de la Universidad de Potsdam, planean extraer más núcleos con el objetivo de conocer el clima africano hasta de hace tres millones de años.

Debido a que los cambios en ese periodo en la órbita y la rotación de la Tierra ya son conocidos, los expertos saben, teóricamente, lo que las muestras podrían revelar.

El estudio, publicado en "Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias" estadunidense, revela la relación entre un gran cambio climático en los trópicos y la crisis de nuestro antepasado, el Homo sapiens, hace cerca de 300 mil años.

Para los científicos esas presiones derivadas de los cambios climáticos ocasionaron grandes flujos migratorios, mayor intercambio genético, una adaptación ambiental más rápida, una evolución acelerada y el surgimiento de nuevas especies humanas.

Y con todos estos factores, la posibilidad de establecer formas de comunicación entre los grupos de Homos.

Propone Yuval Noah Harari, ya viejo conocido, en su libro "De Animales a Dioses", que unos 70 mil años atrás, se produjo una revolución, la cognitiva, que le permitió al Homo sapiens pensar y compartir no sólo información sino también forjar mitos comunes y cooperar en grandes comunidades. Se convirtió así en el gran depredador, superando a las especies humanas físicamente más fuertes y a las fieras peligrosas. Este espectacular salto en el escalafón tuvo sus consecuencias: los cazadores-recolectores remodelaron la ecología del planeta antes de la primera aldea agrícola (ejemplifica con la extinción de la megafauna australiana y americana): el hombre se convirtió en un "platicador consuetudiinario". La característica sobre la avanzada comunicación existente entre los homínidos, surgió desde varios cientos de miles antes, pero en ese momento se transformó en algo sobresaliente, extraordinario.

La naturaleza humana fue violenta durante la Edad de Piedra

Una nueva investigación arqueológica sugiere una naturaleza humana extremadamente violenta durante la "Edad de Piedra", también conocida como "Etapa Lítica​​", es el período de la prehistoria que abarca desde que los seres humanos empezaron a elaborar herramientas de piedra hasta el descubrimiento y uso de metales

Se ha llevado a cabo un análisis detallado de las heridas sufridas por los miembros de una comunidad pequeña que vivió en Valle del Nilo hace alrededor de veinte mil años reveló que los "guerreros" prehistóricos atacaban poblaciones e indiscriminadamente la incursión podía incluir, el matar o herir, a las mujeres y los niños que se encontraran ahí, con la misma frecuencia con que asesinaban a hombres adultos.


Los esqueletos examinados durante los pasados ocho años provienen de una excavación realizada en Jebel Sahaba, en el norte de Sudán, en 1965. Foto cortesía Archivos Wendorf del Museo Británico

De acuerdo con el estudio llevado a cabo por el Museo Británico y el Centro Nacional de Investigación Científica Francés, las grandes batallas campales no eran frecuentes; en lugar de eso, parece que las agresiones en pequeña escala a grupos familiares eran la norma, y en algunas ocaciones con una ferocidad y violencia mucho mayores a los necesarios para simplemente quitarle la vida a alguien, señala "The Independent".

De los restos estudiados, se descubrió que muchas de las víctimas tenían múltiples heridas, de  entre diez y veinte, producidas por flecha o lanza, no curadas. Adicionalmente en ocho casos los científicos encontraron fragmentos de puntas de flecha de piedra incrustados en los huesos de las víctimas, en otros veinte casos más, también encontraron restos de flecha en otras partes del cuerpo, lo que sugiere una gran cantidad de heridas en órganos y músculos.

Isabelle Crevecoeur, líder de la investigación, señaló que: “las heridas curadas y no curadas causadas por flechas, lanzas y otras armas fueron encontradas en alrededor de dos tercios de los 61 individuos enterrados en el sitio, de forma independiente de su edad o sexo, incluyendo niños pequeños”.

Durante los pasados ocho años, los científicos usaron microscopios para examinar en gran detalle el cementerio prehistórico conocido como Jebel Sahaba, en el norte de Sudán. De las 61 personas analizadas, 41% sufrieron heridas de flecha o lanza en los huesos restantes, otro 21% habían sido lastimados o asesinados con garrotes o alguna otra arma sin filo.

En muchos casos casi la mitad de las heridas habían sanado, sugiriendo que esos individuos habían sido atacados en múltiples ocasiones, tal vez incluso varias veces al año. Sin embargo, el conteo de heridas todavía permanece como una pequeña fracción del posible total de ataques sufridos por las víctimas debido a que muchos de los huesos no han logrado sobrevivir y porque muchas heridas en órganos y carne se han perdido, al no quedar registro fósil de ellas.


Violencia Prehistorica, tomada Universidad de Cantabria.

En términos de género, tanto hombres como mujeres parecen haber sido atacados el mismo número de veces por agresiones hechas a distancia; en el caso de los niños las muertes parecen haber sido perpetradas con martillos de piedra o hueso y garrotes de madera. El único grupo más o menos ausente en el estudio fueron los adolescentes.

Los científicos estiman que los niveles de violencia en Jebel Sahaba eran probablemente muy altos debido a que los cambios climáticos incrementaron la competitividad entre distintas comunidades del valle del Nilo. Lo que conecta con los cambios en la evolución humana debido a factores del clima y añade matices a las posibilidades de comunicación entre los grupos, incluso los antagónicos.

Para Daniel Antoine, del Museo Británico: “Jebel Sahaba ha sido mostrado como el más viejo cementerio en el Valle del Nilo y uno de los más tempranos lugares en mostrar violencia interpersonal extensa en el mundo. La competencia por los recursos debido a un cambio en el clima fue muy probablemente responsable de esos conflictos frecuentes”.

La edad exacta de Jebel Sahaba es desconocida, pero las pruebas indican que los esqueletos fueron enterrados de hace 13 mil 400 a 20 mil años; sin embargo, el cementerio en sí mismo parece que sólo fue utilizado durante dos o tres generaciones.

La investigación, publicada en "Nature", sugiere que en la época pudieron no haber existido reglas, tradiciones y tabús entre las comunidades, lo que a su vez sugiere la inexistencia de valores éticos, al menos hacia los miembros de otras comunidades. La excesiva cantidad de violencia y el brutal asesinato de niños también brinda pistas sobre los atacantes y su posible deseo de eliminar a una comunidad en lugar de simplemente someterla.

La herramienta fue la comunicación, su uso es responsabilidad del "operario" que la emplea, así  se teoriza: La violencia colectiva surge al parecer en el Cercano Oriente con la sedentarización de comunidades humanas hacia finales del Paleolítico, esto es, unos trece mil años antes de nuestra era. Pero las víctimas de esa violencia colectiva suelen ser por regla general individuos aislados o grupos reducidos de personas, lo que puede revelar tan solo la existencia de conflictos en el seno de una comunidad y la aparición de los sacrificios humanos. Sin embargo, en dos yacimientos arqueológicos se han encontrado vestigios que constituyen una excepción a esa regla: el “Sitio 117”, ubicado en el Jebel Sahaba, que se halla en la margen derecha del Nilo cerca de la frontera septentrional del Sudán con Egipto; y el sitio de Nataruk, situado en el noroeste de Kenya. 

En la necrópolis del Jebel Sahaba se han exhumado de varias fosas cubiertas con lápidas 59 esqueletos de hombres, mujeres y niños de toda edad fallecidos entre 14,340 y 13,140 años atrás. La mitad de esas personas perecieron de muerte violenta por golpes asestados sobre todo en la cabeza, pedradas y perforaciones con lanzas cuyas puntas se han encontrado clavadas en algunos cuerpos. Además, tres de los hombres asesinados fueron probablemente rematados cuando se hallaban por tierra. Aunque queda por despejar la duda de si los 59 cuerpos fueron enterrados al mismo tiempo, este hallazgo podría atestiguar el primer caso conocido de violencia colectiva. Otro interrogante que deja el debate abierto sobre el “Sitio 117” atañe a la cuestión de saber si esa violencia se ejerció en el seno una misma comunidad o contra personas de otro grupo humano. 

Por otra parte, en el sitio de Nataruk se han encontrado 27 cuerpos de individuos fallecidos hace unos diez mil años, y 14 de ellos –tanto hombres como mujeres y niños– fueron al parecer arrojados al fondo de un pantano. Diez de esas personas presentan señales de haber sido víctimas de actos de violencia y, además, se ha podido comprobar que dos de ellas –una mujer encinta y otro individuo– murieron con las manos atadas. Hallado a distancia considerable de un hábitat humano, este reducido grupo de cazadores-recolectores paleolíticos quizás fue el exterminado por otra comunidad semejante en el transcurso de un desplazamiento.


Orígenes de la Violencia, UNESCO.
  
Es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la encargada de publicar en su hoja "Correo" Un Sólo Mundo, Voces Multiples, a quien explica el fenómeno de la violencia, con una aportación de la especialista en estudios prehistóricos y el hombre de Neardental, Marylène Patou-Mathis, que es directora de investigaciones del Centro Nacional de Investigaciones (CNRS) de Francia con destino en el Museo Nacional de Historia Natural de París. Quien ha escrito: "Hoy en día la imagen de los humanos prehistóricos salvajes y guerreros parece ser tan solo un mito forjado en la segunda mitad del siglo XIX. Las investigaciones arqueológicas nos muestran que la violencia colectiva surge en realidad con la sedentarización de las comunidades humanas y la transición de una economía predatoria de la naturaleza a una economía de producción".

En la imaginación del público, las sociedades humanas de la Prehistoria se perciben en general como violentas y en conflicto permanente, pero debemos preguntarnos si eran tan violentas como las contemporáneas. Solamente los vestigios arqueológicos pueden proporcionarnos elementos para responder a esta interrogante. Para caracterizar un acto como violento, los arqueólogos analizan los impactos de proyectiles y las heridas presentes en los hallazgos de restos óseos humanos fosilizados, el estado de conservación de los esqueletos y el contexto en el que se han descubierto. 

Las huellas más antiguas de violencia del hombre de que disponemos actualmente son las resultantes de la práctica del canibalismo. En efecto, en osamentas humanas del Paleolítico se han observado vestigios de desarticulaciones, descarnaduras, fracturas y calcinaciones de cuerpos. De esta práctica relativamente rara, surgida hace unos setecientos ochenta mil  años, se han encontrado rastros en el conjunto de yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la "Sierra de Atapuerca", en territorio de la actual España, y se sabe que perduró en otras sociedades de cazadores-recolectores nómadas del Paleolítico y entre comunidades agropecuarias del Neolítico. Sin embargo, estos testimonios de los actos de seres humanos con los cuerpos de sus semejantes plantean el interrogante de si se mató efectivamente a las víctimas para consumirlas, ya que el canibalismo alimentario se practica a veces con personas fallecidas por causas naturales, por ejemplo en los casos de endocanibalismo ritual funerario en el que los parientes y allegados de un difunto se nutren de su cuerpo después del óbito.

El tránsito de la economía predatoria a la productiva generó muy pronto un cambio radical de las estructuras sociales y, al parecer, desempeñó un papel importante en el desarrollo de los conflictos. A diferencia de la explotación directa de los recursos silvestres, la producción agraria permitió optar por la acumulación de excedentes de alimentos y así nacieron la idea de “propiedad” y las subsiguientes desigualdades. Muy rápidamente los productos alimentarios almacenados suscitaron la codicia y provocaron luchas internas en cada comunidad, así como conflictos con comunidades alógenas generados por el ansia de hacerse con un posible botín.

La aparición de las figuras sociales del jefe y el guerrero en la Europa del Neolítico –patentes en el arte rupestre y las sepulturas– es un testimonio de que el cambio a la economía productiva trajo consigo una jerarquización en las sociedades agrarias y pastorales con la aparición de una élite y de castas como la de los guerreros y, por ende, la de los esclavos, indispensables para la realización de las faenas agrícolas. Además, el surgimiento de élites con intereses y antagonismos propios originó luchas intestinas por el poder y fomentó los conflictos entre comunidades

Las huellas de conflictos entre poblados solo son claramente más abundantes a partir del año 5,500 antes de nuestra era, cuando se produjo la llegada de nuevos migrantes. Esos conflictos se van a multiplicar desde los inicios de la Edad del Bronce, que dio comienzo hace unos tres mil años. En este periodo es cuando la guerra va a institucionalizarse con la aparición de las armas de metal.

Aunque hoy resulta un tanto difícil calibrar la amplitud real de los actos de violencia en la Prehistoria debido a que el estado actual de los descubrimientos e investigaciones no permite todavía una evaluación exacta de la importancia de este fenómeno, se pueden formular algunos elementos de reflexión sobre la cuestión. Por un lado, se ha observado que el número de sitios arqueológicos prehistóricos que atestiguan la existencia de acciones violentas es escaso, si se tienen en cuenta la vasta extensión geográfica de la presencia humana en la Era Prehistórica y la gran duración de esta (centenares de miles de años). Por otro lado, aunque la conducta violenta con el prójimo sea antiquísima, la guerra propiamente dicha no siempre ha existido. Su origen parece guardar relación con el desarrollo de la economía productiva que entrañó una transformación radical de las estructuras sociales


Paleolítico en el Continente Americano, tomada de MI Historia Universal.com.

La violencia no está inscrita, por lo tanto, en los genes del ser humano y su aparición obedece a causas históricas y sociales. La noción de “violencia primigeniaes un mito y la guerra no es un elemento íntimamente ligado a la condición humana, sino el producto de las sociedades y de sus correspondientes culturas. Los estudios sobre los primeros grupos sociales humanos nos muestran que las comunidades de cazadores-recolectores superaban mejor las crisis cuando sus relaciones descansaban en la cooperación y ayuda mutuas, en vez de basarse en el individualismo y la competición.

Y a manera de conclusión, Marylène Patou-Mathis, termina su articulo expresando que: Con respecto a la vida real de nuestros remotos antepasados cabe decir, por último, que probablemente se situaba en un lugar intermedio entre la visión mítica de unos “cruentos albores” de la humanidad y la hipótesis quimérica de una “edad de oro” feliz, sostenidas respectivamente por los seguidores de Hobbes y Rousseau.

El continuo ir y venir de los grupos humanos, desarrollando nuevos lenguajes, nuevas situaciones, nuevas culturas, fue alcanzando paulatinamente más extensiones de tierra, en el caminar sin rumbo, adaptándose a las condiciones reinantes, que permitieran la sobrevivencia de los grupos humanos, se llegó hasta el último rincón del planeta, la comunicación sustenta las culturizaciones consecuentes.

Humanos habrían llegado a América hace más de 30 mil años.

Un descubrimiento inesperado sugiere, aunque no por vez primera, que los primeros humanos puedieron haber llegado a América del Norte hace más de treinta mil años, mucho antes de las teorías del paso por el estrecho de Bering que sitúanos el paso hace tan sólo trece mil años.


Mapa Bering paso humano de Asia a America, tomada de Naukas

Andrew Somerville, profesor asistente de antropología en la Universidad de Iowa State, señaló que él y sus colegas hicieron el descubrimiento mientras estudiaban los orígenes de la agricultura en el Valle de Tehuacán en México.

Como parte de ese trabajo, querían establecer una fecha para la ocupación humana más temprana de la Cueva de Coxcatlán en el valle, por lo que obtuvieron fechas de radiocarbono para varios huesos de conejo y venado que se recolectaron de la cueva los años sesenta como parte del Proyecto Arqueológico-Botánico. Las fechas de los restos llevaron repentinamente a Somerville y sus colegas en una dirección diferente con su trabajo.

Los rangos de fechas para las muestras de hueso de la base de la cueva oscilaron entre 33 mil 448 y 28 mil 279 años. Los resultados se publican en "Latin American Antiquity". Somerville indicó que a pesar de que estudios anteriores no habían fechado elementos del fondo de la cueva, no esperaba una edad tan avanzada.

Los hallazgos encuentran acomodo el el viejo debate sobre una teoría de que los primeros humanos cruzaron el estrecho de Bering hacia el continente americano hace 13 mil años.

El científico agregó que los hallazgos brindan a los investigadores una mejor comprensión de la cronología de la región. Los estudios anteriores se basaron en muestras de carbón y plantas, pero los huesos fueron un mejor material para la datación.

La población que avanzó a nuevas tierras que resultaron ser un continente distinto, no tenía ni idea de lo que le sucedía, en su diario existir, la labor diaria, era continuar con la rutina de siempre. No planeaban llegar a una "tierra mágica", simplemente que esos lugares les dieran los medios de subsistencia necesarios. 

Y ahora abordamos la situación que guardan las especies campeonas de la sobrevivencia, de millones de años, como son  "Quelonios" y "Escualos", antiguas especies habitantes de nuestro planeta, en los mares prehistoricos y actuales.

Tiburones y tortugas: el rastreo que preserva la vida de las Galápagos

Una aleta asoma en el infinito azul turquesa. Cuando se acerca a la lancha, el tiburón es atrapado. Será una captura breve. Pronto volverá a las aguas con un chip que le permitirá a la ciencia rastrear a una de las especies emblemáticas de las islas Galápagos.

"¿Lo ven? ¡Allá!", exclama Alberto Proaño, señalando a un tiburón atraído por un cebo arrojado desde la embarcación. Este biólogo de 34 años lanza su sedal. El anzuelo está limado para no herir al pez. Un pelícano en picada arrebata la carnada. El tiburón se ha ido.

Bajo el implacable sol que cae sobre estas islas volcánicas del Pacífico, situadas a un mil kilómetros de la costa de Ecuador, se reanuda la espera. Transcurre una hora. Otro tiburón muerde pero consigue huir. El motor se pone en marcha y la lancha se dirige a otra zona


Una imagen aérea muestra a tortugas marinas nadando mientras los guardabosques los monitorean en la Isla Floreana, de las Islas Galápagos, en el Océano Pacífico, a 900 km de la costa ecuatoriana, el 14 de abril de 2021. Foto Afp

Las Galápagos, que llevan el nombre de las tortugas gigantes que las habitan, siguen siendo un laboratorio a cielo abierto, el mismo que aprovechó el naturalista inglés Charles Darwin, otro famoso y antiguo conocido, para su teoría de la evolución.

Sus aguas, ricas en nutrientes gracias a la confluencia de cuatro corrientes frías y calientes, albergan más de dos mil 900 especies marinas, un 25 por ciento de las cuales son endémicas.

Debajo de la superficie se percibe una sombra. Alberto vuelve a lanzar su sedal. "¡Ya lo tengo!", espeta después de varios intentos. Deja que el animal vaya y venga "para cansarlo". Luego, con las manos protegidas por guantes, tira con todas sus fuerzas y lo acerca a la embarcación.

El animal lucha. La lancha se bambolea. El capitán y su ayudante hacen contrapeso en estribor. Otros dos guardias del Parque Nacional Galápagos (PNG) acuden al rescate: el tiburón finalmente es amarrado con cuerdas ni bien es sacado del mar. Comienza el marcado.

"Hay que ser muy rápido porque un tiburón no puede estar más de unos minutos fuera del agua", dice Alberto a la Afp.

Agachado sobre la borda, indica las medidas: una hembra de 2.30 metros de largo, unos 150 kilogramos de peso, y su edad se calcula en unos 15 años. Un hermoso ejemplar de tiburón de Galápagos (Carcharhinus galapagensis), una de las treinta y seis especies que habitan el archipiélago.


Carcharhinus galapagensis, tomada de Florida Museum Natural History.

Con un rápido movimiento de bisturí, el biólogo toma una muestra de piel, fija una varilla de plástico amarilla numerada e inserta un chip electrónico debajo de la gruesa dermis. Luego, muy suavemente, el escualo es liberado de sus ataduras. En unos segundos, la aleta desaparece.

Mientras tanto, Rubí Cueva, una pasante de 23 años, toma nota de todo en un registro. "Mi sueño es de estudiar también al tiburón ballena", explica esta joven originaria de Galápagos que cursa la carrera de gestión ambiental.

El trabajo de seguimiento y marcado de especies, llevado a cabo por el PNG y otras organizaciones científicas como la Fundación Charles Darwin (FCD), tiene como objetivo realizar análisis y dotar a los animales de un código internacional único. En algunos casos emplean balizas de rastreo satelital. Se trata de determinar la población, los hábitats, la alimentación, las rutas migratorias, etc.

"Este estudio nos permite saber qué parte del año o qué tanto tiempo se quedan en ciertas zonas", agrega Alberto Proaño, feliz de haber podido marcar un segundo ejemplar ese día.

El PNG ha realizado más de trescientas salidas al mar con el fin de identificar las zonas de nacimiento de los tiburones o marcar a los adultos.

Otra misión, la misma semana, generará menos adrenalina pero no será menos desafiante. Al amanecer, Alberto Proaño y Jennifer Suárez, de 33 años, también bióloga y guardaparque, se van con su equipo.


Tortugas Galapagos, tomada de Nature Galapagos Y Ecuador

La búsqueda del día: tortugas marinas. Desde la lancha se puede ver a decenas de ellas retozando en las olas. Pero las rompientes disuaden de acercarse. El ancla se lanzará más adelante, en una cala accesible de la "Isla Floreana". A ello seguirán dos horas caminando con dificultad entre rocas de placas de lava negra, donde las iguanas marinas se asolean.

Finalmente, en la playa espera la recompensa: cinco tortugas lánguidas. "No las dejen escaparse", recomienda Jennifer Suárez. A cada uno se le asigna una y, a la señal, comienzan a correr por la arena blanca.

Las tortugas se arrastran frenéticamente, decididas a alcanzar el agua transparente. Pero, con cuidado, son inmovilizadas entre las rodillas, que sujetan firmemente su caparazón mientras las manos cubren sus ojos para calmarlas.

Los biólogos proceden entonces a tomar las muestras y marcarlas. Más de 18 mil tortugas han sido identificadas desde 2002. Algunas fueron detectadas en Costa Rica, Perú y México.

"Tenemos varios programas de seguimiento de especies emblemáticas para conocer su población (…) qué las amenaza, qué las afecta", explica Jennifer Suárez.

Porque el objetivo, enfatiza, es "generar datos que permitan su protección", al igual que con los tiburones, pero también los leones marinos, los corales, las iguanas, todas las especies que hacen de Galápagos un sitio excepcional, catalogado como patrimonio natural de la humanidad.

Una vez más se utilizan métodos e instrumentos para obtener información y poder comunicarla con la intención de mejorar la comprensión de los comportamientos de los animales, y con ello evitar dañarles. Se ha empezado a entender que todos los seres vivos cumplimos roles de actuación en un muy sofisticado sistema que hace perdurar la ida en el planeta.

Y también echemos una mirada a los animales componentes de una de los grupos más exitosos: los artrópodos, en este caso, en específico los alacranes, y la forma en que los humanos hemos aprendido a realizar y comunicar las medidas de prevención contra sus interacciones dañinas a los seres que conviven con ellos.

Usan caballos para producir antiveneno de alacrán.

México tiene amplia experiencia en la producción de anticuerpos en equinos, fundamentalmente en el área de antivenenos, en respuesta a la necesidad de atender el alto número de casos de picaduras de alacranes peligrosos, pues al año se reportan de manera oficial trescientas mil, destacó Alejandro Alagón Cano, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien participó en la transmisión del ciclo "Charlas con Premios Nacionales".


Los caballos tienen que ser manejados de forma humanitaria y con todo cuidado para que produzcan anticuerpos en cantidades tan altas que hacen falta para producir antivenenos, puntualizó Alejandro Alagón Cano, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Foto Marco Peláez

El científico, Premio Nacional de Ciencias 2005, presentó el tema "Anticuerpos equinos policlonales terapéuticos" en el ciclo, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyTy el Consejo Consultivo de Ciencias (CCC) que es el órgano permanente de consulta del Gobierno de México a través de CONACyT, sobre la planificación nacional de las políticas y las prioridades científicas y tecnológicas de México. Este fue creado en 1989 como unidad de asesoría y apoyo técnico del Ejecutivo, el CCC está integrado por los investigadores distinguidos con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, quienes participan de manera honorífica y están integrados en Comités en las áreas de: Ciencias Físicas, Químicas y Matemáticas; Ciencias Sociales, Filosofía e Historia; Ciencias Naturales; y Tecnología y Diseño.

El investigador emérito habló acerca de la inmunidad activa y la pasiva.

Al referirse a la primera,
señaló que la persona produce los anticuerpos;
mientras en la segunda,
un organismo, como los caballos, es inmunizado antes contra venenos, o incluso, contra el Covid-19, para crear anticuerpos.

Y profundizó: “Esos anticuerpos se purifican, se refinan y se transfieren a los pacientes, ya sea porque fueron mordidos o picados por animales venenosos o sufren la enfermedad causada por el nuevo coronavirus”.

Se trata de “casos en que las personas no tienen tiempo de producir sus anticuerpos y hay que transferirlos de otro organismo, que en este caso es el caballo”.

El científico Alejandro Alagón Cano sostuvo que debido a la enorme cantidad de casos, “la necesidad de generar un antiveneno contra alacrán es muy grande”. Añadió que “también se registran de entre cuatro mil a cinco mil mordeduras por víboras y entre dos mil y cuatro mil picaduras de arañas.

La base de la información sobre los alacranes y su situación en el país, se sustente en el Articulo Científico: Alacranes: Arachnida Scorpiones de importancia para la salud pública en México, por: Javier Ponce-Saavedra, Ana. F. Quijano-Ravell, Rodrigo Cortés Santillán; que laboran para el Laboratorio de Entomología “Biol. Sócrates Cisneros Paz”. Facultad de Biología. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Y Oscar F. Francke B. perteneciente a la Colección Nacional de Arácnidos. Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México. Publicado en línea el 31 de diciembre de 2016, por la Sociedad Mexicana de Entomología.

Estos  artrópodos son muy antiguos, se calcula que existen en nuestro planeta desde hace unos cuatrocientos millones de años. Durante ese tiempo han desarrollado muchos mecanismos para defenderse de sus agresores y para capturar las presas de las que se alimentan. Conquistaron casi todos los ambientes ecológicos, pero sobre todo se distribuyeron en las regiones tropicales y subtropicales de la Tierra. Se han adaptado perfectamente a los ambientes desérticos de clima caliente, como los que existen en México. Existen, en el mundo, cerca de dos mil quinientas especies diferentes, agrupados en 22 familias. No todos los alacranes son peligrosos para los humanos; en realidad sólo una de sus familias puede llegar a causarnos problemas. En México hay ocho especies que son peligrosas. Habitan en la vertiente del Océano Pacífico. Entre los estados más afectados están: Jalisco, Morelos, Guerrero, Nayarit, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Durango, Oaxaca y el Estado de México. En los estados colindantes con el Golfo de México, los alacranes no son peligrosos para los humanos. En el Distrito Federal tampoco hay alacranes peligrosos para el humano, excepto en mercados públicos donde, por accidente e inadvertidamente, pudieran haber recibido animales transportados entre las frutas y verduras provenientes de zonas que tienen animales peligrosos. Usualmente el alacrán peligroso es de color amarillo claro o color paja, también conocido como "alacrán güero". Tiene manchas oscuras en el dorso que le dan un aspecto rayado. Los alacranes negros, como los que habitan  en la Ciudad de México, no son peligrosos para los humanos. Pero cuidado con el excepcional alacrán de Nayarit, que es de color oscuro medio rojizo, porque es el que tiene la ponzoña más potente de todos los alacranes de México; es el "Centruroides noxius".


Alacrán de Nayarit "Centruroides noxius", tomada de Enciclo vida.

Finalmente, como es bien conocido, el extremo de la cola del alacrán, donde está el aguijón y el par de glándulas del veneno, los segmentos de la cola son de forma cilíndrica en los animales peligrosos, y son cúbicos en los no peligrosos. Además, los alacranes esbeltos con pinzas largas y delgadas, esto es, con extremidades frágiles y aparentemente débiles, son potencialmente peligrosos. Los que tienen las pinzas gruesas y fuertes no contienen ponzoña dañina para los humanos. Estos datos son solamente indicativos de algunas características externas importantes que pueden ayudar a diferenciar un alacrán peligroso de uno no peligroso para los humanos. El estado que tiene mayor incidencia de piquetes de alacrán es Jalisco, pero el que tiene mayor tasa de picaduras por número de habitantes es el estado de Morelos.

Los alacranes son un grupo de "arácnidos" pertenecientes al orden "Scorpiones", presente en la mayor parte del mundo. Todos los alacranes tienen en el "metasoma", comúnmente llamada cola, un aguijón conectado a las glándulas de veneno y por ende todos los alacranes son de importancia médica; sin embargo, menos del 2% de las dos mil trescientas  especies conocidas se consideran de importancia para la salud pública. En México existen diversas especies que viven desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los dos mil quinientos metros sobre el nivel del mar. En otros países hay alacranes que pueden habitar en lugares de mayor altitud; por ejemplo, en la zona de los Andes en Perú y Argentina se encuentra el género "Orobothriurus spp"., que llega hasta cuatro mil novecientos dies metros sobre el nivel del mar (Mattoni et al., 2012).

Los alacranes son depredadores de pequeños invertebrados (moluscos, insectos, arácnidos y artrópodos en general); algunas especies pueden comer pequeños vertebrados como lagartijas o roedores, y son capaces de soportar largos periodos de inanición sin ningún efecto notable (Polis, 1990). La mayoría de las especies son nocturnas y permanecen ocultas y en reposo durante el día. En zonas desérticas sobreviven con muy poca agua (incluso sólo con la que toman de su alimento); pero en otras áreas, requieren beber agua de vez en cuando, para complementar sus requerimientos metabólicos, lo que hace que busquen áreas húmedas durante la noche (Polis, 1990) y en consecuencia sea común verlos en zonas cercanas a fuentes de agua, naturales o artificiales, áreas que desgraciadamente, también son preferidas por los humanos para establecerse.

El ciclo de vida de los alacranes incluye en la mayoría de los casos, una época del año en que se presentan los apareamientos, caracterizados por un desplazamiento importante debido a que los machos se encuentran en búsqueda de hembras (Polis, 1990). Generalmente esta época se ubica antes de la temporada de lluvias y que en la mayor parte de nuestro país coincide también con la época de temperaturas más altas, por lo que es común que se asocie el hecho de que haya “más alacranes” en época de calor (Ponce-Saavedra, 2003).

Alejandro Alagón Cano nos informa que en el país hay dos arácnidos muy peligrosos: la viuda negra o capulina y la loxosceles.

La llamada "Viuda Negra",o "Capulina", "Del trigo", o "Mico mico" en Bolivia, especie de araña araneomorfa, pertenece a la familia Theridiidae, su nombre científico es "Latrodectus mactans", suele vivir cerca de la tierra y en puntos abrigados y oscuros, sin embargo, también prepara sus cuevas sobre plantas. La tela de la viuda se puede encontrar en hendiduras debajo de piedras, en plantas, en grietas o agujeros, en terraplenes de suciedad y en graneros. No son agresivas y no tienen el instinto de morder; son tímidas, sedentarias, solitarias, caníbales y nocturnas. La única vida social que muestran es al aparearse. Reciben el nombre popular de viuda negra debido a que generalmente la hembra se come al macho después del apareamiento, aunque a veces el macho escapa y logra aparearse de nuevo; pero generalmente el macho se queda en la tela de la hembra para servirle de alimento y asegurar una buena puesta. Durante las horas de la luz, esta araña pasa su tiempo en su túnel de seda, que es la base de la trampa. La viuda negra cuelga al revés en su tela; con su marca roja, de forma de "reloj de arena", que es una señal de peligro visible. Esta araña cae de su tela con la vibración más leve y finge que está muerta. La viuda negra es generalmente torpe cuando no está en contacto directo con su tela,  es muy activa en los meses de otoño y su tela se extiende por todas partes. La mayoría de estas arañas vive solo un año. Su veneno es "neurológico", lo que significa que bloquea la transmisión de impulsos nerviosos, paralizando el "Sistema Nervioso Centraly produciendo dolores musculares intensos. Si la viuda negra es presionada contra la piel humana, reacciona naturalmente mordiendo para su defensa. Los efectos más comunes de la mordedura comprenden dolor abdominal, espasmos musculares abdominales e hipertensión. Su picadura, en personas físicamente en malas condiciones, les ocasiona mayores sufrimientos, que incluso pueden producir la muerte.


Fotografía Araña Violinista, tomada de Diario De Xalapa

La segunda también se les conoce como "arañas violinistas" y "arañas del rincónes" y constituyen un género de arañas araneomorfas de la familia Sicariidae altamente venenosas. Tiene una amplia distribución mundial; "Loxosceles laeta, la que posee mayor distribución en Sudamérica, es sin duda la más tóxica y peligrosa,  de actividad principalmente nocturna que se alimentan de pequeños insectos, son tímidas y no agresivas, pueden ser de diagnóstico difícil dado que en ocasiones la araña o su picadura pasan inadvertidas, la aparición de síntomas no es inmediata y algunos de los mismos son inespecíficos. En América hay más de cincuenta especies del Género Loxosceles, distribuidas principalmente en las zonas tropicales y templadas. Se han adaptado a la vida en construcciones realizadas por el hombre por lo que se las puede hallar en intradomicilios en la totalidad del territorio continental. Si existen las condiciones de hábitat adecuado estas arañas son capaces de colonizar nuevos sitios, siendo transportadas pasivamente en bultos u objetos acarreados por el mismo ser humano. La picadura de las Loxosceles puede producir lesiones locales, con pérdida de tejido, llegando a requerirse cirugía reparadora. En algunos casos se presentan lesiones sistémicas graves como hemólisis, coagulación intravascular diseminada (CID) e insuficiencia renal aguda (IRA), que pueden desencadenar coma y muerte. A pesar de los numerosos estudios realizados sobre el veneno de las arañas de este género y su modo de acción, no existe aún consenso en la literatura sobre el mecanismo fisiopatológico que se desarrolla en el envenenamiento

Precisó Alagón Cano que: “en México hay más de 240 especies de alacranes, de las cuales unas quince son peligrosas para el hombre”. 

En México se tiene registro publicado de especies de alacranes en todas las entidades federativas. El registro actualizado incluye ocho familias, 38 géneros y 289 especies, seis especies más que el último dato publicado por Santibañez- López et al. (2015). De las especies de alacranes registradas para México, la familia Buthidae es la única con especies consideradas como de importancia para la salud pública. Esta familia en México está representada por dos géneros: "Centruroides" y "Chaneke" (Francke, Teruel y Santibañez-López, 2014). De estos dos géneros, Chaneke está representado por cuatro especies, ninguna de ellas con importancia para la salud pública; mientras que Centruroides tiene 44 especies de las cuales hay 19 que proponemos sean consideradas en la categoría de importancia para la salud pública, considerando la información que de ellas se dispone.



Familia                            No. de                No. de                
                                       géneros              especies
Buthidae                             2                            48
Caraboctonidae                 2                              9
Chactidae                           2                              3
Diplocentridae                    3                            58
Euscorpiidae                      3                              8
Superstitionidae                 1                              1
Typhlochactidae                 4                           1 1
Vaejovidae                        20                          151

Total                                   37                          289

Son los estados del centro, sur y occidente de México los que tienen problemas importantes de alacranismo, debido fundamentalmente a la distribución de las especies del género Centruroides y particularmente de las del grupo “rayados”Estos alacranes "rayados" son de color base amarillo, ocre e incluso rojizo en los que se aprecian claramente dos bandas longitudinales obscuras sobre el dorso del mesosoma a los lados de una banda mesal sin pigmento, si no hay bandas longitudinales en el dorso del mesosoma apreciables o son difíciles de distinguir, entonces el carapacho tendrá cuatro líneas longitudinales bien definidas al menos en la parte anterior.

En el resto del país, existen varias especies de alacranes, incluyendo algunas del género Centruroides e incluso algunas del grupo de los “rayados”, sin embargo, de acuerdo con los datos de morbilidad y mortalidad disponibles, no hay problema con ellos en el ámbito de la salud pública

El problema de alacranismo, medido en número de casos de "intoxicación por picadura de alacrán" (IPPA), ha repuntado debido a la reducción en el uso de insecticidas para combatir vectores de la enfermedad de Chagas y paludismo, así como la cada vez más importante invasión humana de los hábitat naturales de los alacranes, tanto en áreas rurales como urbanas.

Esto ha dado como resultado que el alacranismo sea la primera causa de intoxicación por animales ponzoñosos en todo el país durante los últimos 20 años, y ocupando los lugares del 11 al 15 entre todas las enfermedades de mayor incidencia en México en el período 2005-2015.

En los estados de mayor incidencia como: Colima, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán y Morelos, ocupan del cuarto al séptimo lugar según los datos del Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE, 2005-2015).

Con los datos de morbilidad registrada por cada 100,000 habitantes por la Secretaría de Salud a través del SUIVE (2016), se hizo una categorización de las entidades federativas, en la que se puede apreciar que los estados del centro-occidente del país son los que tienen mayor problema con el alacranismo, ya que excepto Chiapas, todos los demás tienen una tasa de morbilidad alta (Morelos, Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Colima, Nayarit, Durango y Sinaloa) o intermedia (Oaxaca y Sonora). Otros estados con datos de morbilidad intermedia son Aguascalientes, Puebla, Quértrtaro y Zacatecas; en el resto del país la morbilidad es baja.

Explicó Alejandro Alagón Cano, que en el veneno de los alacranes hay varios grupos de toxinas; todas actúan sobre canales iónicos, que sirven para la comunicación intracelular, especialmente a nivel de neuronas o músculo. Hay toxinas muy peligrosas para el hombre y otras que tienen acciones farmacológicas muy interesantes, normalmente están desarrolladas evolutivamente para paralizar a las presas”.

El veneno de los alacranes es una mezcla compleja de componentes, principalmente proteicos, que rebasan la cifra de las 250 substancias distintas para la especie morelense (Centruroides limpidus limpidus). De estas, cerca de 30 a 40 son péptidos considerados toxinas o semejantes a toxinas. Todos son proteínas, esto es, son polímeros de aminoácidos. Las palabras péptido, polipéptido o proteína significan la misma cosa, pues son químicamente de la misma naturaleza. La distinción está en el tamaño de la cadena. Usualmente se usa el término péptido o polipéptido cuando la longitud de la cadena es corta y el término proteína para secuencias más largas. Todos son el producto de la condensación de aminoácidos a través de los llamados enlaces peptídicos. Estos se forman a partir de la reacción de un grupo químico llamado ácido carboxílico con un grupo amino, eliminando una molécula de agua. Todas las proteínas conocidas están compuestas de 20 variedades distintas de aminoácidos. Ellos son como las cuentas de un collar o de un rosario. Cada unidad se pega a la siguiente mediante el enlace peptídico y forma la estructura tridimensional de las proteínas, que es lo que define su función. Sería prácticamente imposible para los bioquímicos estudiar las proteínas si la naturaleza química no fuera semejante. Se estima que existen por lo menos cien mil millones de proteínas diferentes en los seres vivos, y si estas no tuvieran algo en arreglo variado de los aminoácidos depende que el producto sea una toxina de alacrán, una toxina de bacteria patógena o un anticuerpo que es capaz de proteger en contra del efecto dañino de toxinas. En el caso de las toxinas del veneno de alacranes, hay dos tipos principales de moléculas: unas compuestas por cerca de 40 y otras de alrededor de 65 aminoácidos. El efecto fisiológico causado por estos péptidos tóxicos es cambiar la polaridad de las células, esto es, causan una despolarización anómala de las células excitables, principalmente músculo y nervio, impidiendo la comunicación adecuada entre las células. El blanco hacia adonde apuntan las toxinas se conoce por el nombre de canales iónicos. Estos son proteínas de diez a veinte veces mayores que las toxinas de alacrán y se sitúan en la membrana externa de las células, donde controlan la apertura y cierre de poros iónicos que permiten a los iones sodio, potasio, calcio y cloro pasar de un lado a otro de la membrana. El intercambio de los iones mantiene una cierta polaridad (diferencia de potencial) en las membranas celulares y permite, a través de los potenciales de acción, mandar mensajes a las terminales nerviosas. De esta forma, la acción de las toxinas cortas es bloquear los canales iónicos de potasio y la de las toxinas largas (65 aminoácidos) modificar la cinética de apertura y cierre del canal. Esto causa un desarreglo de las funciones de comunicación de las células. Los efectos sintomáticos en los pacientes bajo el efecto de estas toxinas es aumentar las secreciones de las mucosas (lagrimeo, salivación), sensación de “pelos” en la garganta, hormigueo, parálisis parcial, distensión abdominal, movimientos oculares incontrolables, dificultad para respirar, modificación del tono cardíaco, pudiendo causar edema pulmonar, que es una de las causas de muerte más frecuentes.

Este párrafo es de la autoría de  Conogasi. (2018). Naturaleza química de las toxinas del veneno de alacrán. 2021, Junio 18, Conogasi.org Sitio web: http:// conogasi. org/ articulos/ naturaleza-quimica-de-las-toxinas-del-veneno-de-alacran/


Fotografia Serpiente de Cascabel, tomada de Ecured.

En años recientes, indicó Alagón Cano, “hemos investigado venenos de especies mexicanas, como el de las víboras de cascabel (Crotalus durissus) de Morelos y de Veracruz”. El de las primeras no es neurotóxica, pero el de las segundas sí.

A las serpientes se les agrupa en la familia Viperidae y son exclusivas del continente americano. El grupo está representado por dos géneros: Crotalus, con más de cuarenta especies, y Sistrurus con seis, de las primeras existen más de treinta en México; y de las Sistrurus sólo tenemos dos.

Su origen nos remite al Plioceno, hace seis millones de años, y se piensa que sus ancestros fueron lagartijas cavadoras, con ojos atrofiados y patas reducidas, que vivían bajo la superficie de la tierra, por lo que el sentido de la vista de las serpientes actuales es deficiente. Sus ojos inmóviles no tienen párpados, pero se hallan cubiertos por una escama traslúcida. En sí, todo su cuerpo está cubierto por escamas pero, a diferencia de los peces, son de origen epidémicos, muy queratinizadas y en forma de quilla, lo que proporciona a las serpientes una textura que va de aterciopelada a áspera. Las escamas desempeñan varias funciones, como proteger el cuerpo contra el desgaste por la fricción, la desecación y otras agresiones físicas. Por otro lado, les brindan apoyo en el suelo para la locomoción. Las escamas presentan coloraciones asociadas que forman grecas y permiten al animal confundirse en la hojarasca, o el substrato, para no ser visto por sus presas y depredadores.

El trabajo de los equinos, sometidos a un cuidadoso procedimiento, es para generar cantidades muy grandes de anticuerpos neutralizantes. “Los caballos tienen que ser manejados de forma humanitaria y con todo cuidado para que produzcan anticuerpos en cantidades tan altas que hacen falta para producir antivenenos”, puntualizó Alagón.

Con estas investigaciones, precisó, se busca que “la gente sepa que existen antivenenos, es decir, un recurso terapéutico que funciona; también es necesario educar a los médicos en la forma en que se utilizan y la dosis” que se aplica.

Una vez más la comunicación es importante, lo destaca este contenido sobre los peligros que significan los animales que evolutivamente se han transformado en peligrosos, para nuestra especie, y es tarea necesaria para salvaguardar a sus elementos.

Continuaremos en comunicación.






Comentarios