Y la pregunta sobre el surgimiento de la vida se confunde entre el cuando, donde y por cuanto tiempo.

 

La vida no sería exclusividad de nuestro planeta.

La Tierra no es el único planeta, ya que se han descubierto más de cuatro mil extrasolares; la ciencia nos ha mostrado que debemos ser humildes y no pensar que somos lo máximo, afirmó Julieta Fierro (24 Febrero 1948), investigadora del Instituto de Astronomía y profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que los planetas nacen con la materia que sobra alrededor de las estrellas recién formadas.

La científica Julieta Fierro. Fotografía de Cuarto Obscuro / Archivo

Al dictar la conferencia inaugural de la "Sexta Feria Nacional de Ciencias" (Programa Adopte Un Talento "PAUTA"), denominada “Los retos del nuevo mundo”, que concluyó el 13 de septiembre pasado, la académica refirió que en la sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, se ubica el telescopio SAINT-EX (llamado así en honor del autor de El Principito: Antoine Saint-Exupéry (1900 - 1944)), que desde México permite descubrir planetas extrasolares (esto es, que orbitan alrededor de una estrella diferente al Sol).

“El Observatorio está hecho para ver las estrellas más pequeñas, que viven mucho más que el Sol. Si hay planetas con agua, podría haber civilizaciones más avanzadas que la nuestra, y así podríamos descubrir vida inteligente fuera del Sistema Solar. Desde nuestro país es posible encontrar nuevos mundos, todos misteriosos, diferentes, extraordinarios y por explorar”.

Hace tiempo se pensaba que el agua era un compuesto químico que solamente existía en nuestro planeta y de ahí surge la idea de que la vida, que se desarrolló en el océano y pervivió en él, era aplicación del monopolio terrestre. Ahora se ha descubierto que el agua no existe únicamente en la Tierra, está desperdigada por todos los rincones del Universo, y por tanto es muy factible que la vida se haya desarrollado también en muchos otros lugares.

La ganadora del "Premio Kalinga" para la divulgación de la ciencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, entre otros reconocimientos, dijo que en el espacio hay (infinidad de) objetos que giran alrededor de otros.

La Luna se mueve en torno a la Tierra, y nuestro planeta lo hace con respecto al Sol, y éste en derredor de nuestra galaxia, que tiene 100 mil millones de estrellas, y todas giran. Gracias a ese movimiento, por ejemplo, Júpiter no cae en el Sol.

Pero, realmente lo que sabemos del inicio de la vida en el planeta Tierra, es confuso, sobre todo en consecuencia a ideas preconcebidas, con la lógica humana. Hay huellas de algo que podría considerarse como pruebas de existencia de seres vivos, apenas un cientos de millones de años después de que el planeta se había integrado como tal. 

Sin embargo no existe continuidad en la permanencia de esos primordiales "seres vivos", ahora, se interpretan que la vida apareció y desapareció, a lo largo de cientos de millones de años. Aquellos microscópicos seres, no se parecían a los multicelulares seres que hoy viven en el planeta.

Se tocaba una obertura, en la que no participaban, aún toda la gama de recursos y desarrollos que la vida habría de inventar y evolucionar en este lugar terrestre.

El inicio de la vida fue inevitable, y su permanencia en el entorno se ha prolongado, apareciendo nuevas formas y fórmulas, en el artículo de esta Machincuepa Cuántica que da cuenta de las recientes formas de vida descubiertas en el Archipiélago de los Gálapagos (del 29 de agosto 2020), se comentan generalidades de sus muy particulares características, y con ello nos asomamos a un panorama que plantea, el posible inicio de las formas de vida, ya evolucionadas dentro del multicelularismo.

Pero hay otra historia en lo que se refiere a la evolución de las formas de vida unicelulares, o aún anteriores a la invención de la célula.

Revisemos en cuanto a bacterias de larga sobrevivencia y de posible procedencia extraterrestre.

Una bacteria sobrevivió tres años en el espacio durante un estudio realizado a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), lo que sugiere que formas de vida simples podrían viajar de un planeta a otro, indicaron el miércoles (29 de julio 2020) científicos japoneses.

Este descubrimiento apoya la "Teoría de la Panspermia", según la cual microorganismos podrían transportar vida entre planetas, según los autores del estudio, la hipótesis que sugiere que las bacterias o la esencia de la vida prevalecen diseminadas por todo el Universo y que la vida comenzó en la Tierra gracias a la llegada de tales semillas a nuestro planeta.

Estas ideas tienen su origen en algunas de las consideraciones del filósofo griego Anaxágoras (mediados del siglo V antes de nuestra era). El término fue defendido por el biólogo alemán Hermann Richter en 1865. Fue en 1908 cuando el químico sueco Svante August Arrhenius (1859 - 1927) usó la palabra "Panspermia" para explicar el comienzo de la vida en la Tierra. El astrónomo Fred Hoyle (1915 - 2001) también apoyó dicha hipótesis. 

Fue en el año 1903 cuando el ganador del Premio Nobel de Química, Svante Arrhenius popularizó el concepto de la vida originándose en el espacio exteriorideas que se incluyeron en la explicación de Aleksandr Ivánovich Oparin (1894 - 1980) y John Burdon Sanderson Haldane (1892 - 1964), realizada en 1927, en ella se establecía que en las condiciones terrestres, a lo largo de cientos de millones de años, la vida surgió poco a poco, a partir de moléculas inorgánicas, en primera instancia se formaron "unidades estructurales", como los aminoácidos y posteriormente evolucionaron, mediante combinaciones, a generar polímeros complejos. Y que los primeros  compuestos orgánicos simples podrían haber llegado del espacio exterior instalados en los meteoritos que cayeron sobre el joven planeta.



Bacteria E. Colli aumentada quince mil veces. Imagen Rocky Mountain Laboratories, NIAID, NIH, dominio público, a través de Wikimedia.org.

Para probar esta hipótesis, los investigadores japoneses depositaron una bacteria, llamada 'Deinococcus radiodurans', en el exterior de la ISS, a una altitud de 400 kilómetros.

A pesar de un ambiente extremo, con una fuerte exposición a rayos ultravioletas, y amplios rangos de temperatura, la bacteria sobrevivió tres años.

"Sabía que sobreviviría tras diversos estudios en laboratorio, pero cuando volvió con vida, me sentí aliviado", declaró a la AFP el autor del estudio, Akihiko Yamagishi, profesor emérito en la Universidad de Farmacia y Ciencias de la Vida de Tokio.

"Todo el mundo cree que el origen de la vida se encuentra en la Tierra, pero nuevos hallazgos indican que la vida también podría haber comenzado en otros planetas", añadió el profesor.

Bacterias habrían podido hacer el viaje hasta la Tierra en una roca expulsada desde Marte por una colision en una época en la que habría existido una forma simple de vida microbiana en el planeta rojo.

La universidad y su equipo, cuyo estudio fue publicado por la revista "Frontiers in Microbiology", esperan realizar otros trabajos similares en los que expongan bacterias a radiaciones aún mayores.

Pero hay más argumentos al respecto, pues se conoció que microbios marinos de la era de los dinosaurios reviven en laboratorio, científicos logran revivir microbios de un poco más100 millones de años, hallados en sitio casi sin oxígeno.

Reuters, Afp y Europa Press miércoles, 29 jul 2020

 


Imagen de microscopía de fluorescencia atrapada por membrana de las muestras antes de los procesos de purificación celular, donde se observaron partículas de sedimentos muy abundantes, en un ubicación no revelada. Foto Afp

Según un estudio cuyos resultados fueron publicados en la revista "Nature Communications", revelan las asombrosas capacidades de una de las formas de vida más primitivas aparecidas en la Tierra, que puede "sobrevivir" durante decenas de millones de años casi sin oxígeno ni nutrientes, y "renacer" en un laboratorio, científicos lograron despertar estos microbios de  cien millones de años de edad, que se encontraban bajo el océano, en un lugar muy poco propicio para la vida.

Un equipo de investigación la Agencia de Ciencia y Tecnología de la Tierra y el Mar de Japón (Jamstec) y la Escuela de Oceanografía de Graduados de la Universidad de Rhode Island reunió muestras de sedimentos antiguos hace diez años durante una expedición al Gyre del Pacífico Sur, la parte del océano con la productividad más baja y la menor cantidad de nutrientes disponibles para nutrir la red alimentaria marina.

Sin embargo, los científicos lograron revivir esos microbios que habían sobrevivido en estado inactivo durante 101.5 millones de años, en una investigación que ilustra la resistencia de la vida en la Tierra. Y quizás también en el espacio exterior.

Los microbios, que abarcan diez grupos principales y numerosos menores de bacterias, pueden ser los organismos más antiguos conocidos del planeta. Los científicos informaron que estaban presentes en muestras de arcilla extraídas desde la nave de investigación Joides Resolution a unos setenta y cuatro metros y medio en el fondo del mar.

Hasta un noventa y nueve por ciento de los microbios, que datan de la época de los dinosaurios, que se encontraron encerrados en el sedimento sobrevivieron a pesar de no tener nutrientes durante todo ese tiempo.

Los investigadores, liderados por el geomicrobiólogo Yuki Morono, del Jamstec y autor principal del trabajo, incubaron los microbios hasta por 557 días en un entorno seguro de laboratorio, proporcionando fuentes de alimentos de carbono y nitrógeno, como amoníaco, acetato y aminoácidos.

Los investigadores pusieron las muestras en incubación, para ayudar a los microbios a salir de su letargo, ocurrido entre los sedimentos del fondo marino, en el corazón del Pacífico Sur, que habían sobrevivido en estado inactivo durante ciento un  millones y medio de años, en una demostración que ilustra la resistencia de la vida en la Tierra.

Reuters martes, 28 jul 2020

Científicos lograron revivir microbios recuperados de los sedimentos del fondo marino en el corazón del Pacífico Sur que habían sobrevivido en estado inactivo durante 101.5 millones de años. Foto Afp


Los microbios, incluyen 10 grupos principales y numerosos grupos menores de bacterias, y pueden ser catalogados como ejemplos de los organismos más antiguos conocidos del planeta, estaban presentes en muestras de arcilla extraídas a unos 75 metros bajo el fondo del mar, y por debajo de entre unos cinco y seis kilómetros de agua.

Los microbios crecieron, se multiplicaron y mostraron diversas actividades metabólicas. "Es sorprendente y biológicamente desafiante que una gran fracción de microbios puedan ser revividos tras mucho tiempo de entierro en condiciones extremadamente bajas de nutrientes o energía", dijo Morono. Los microbios eran aeróbicos, es decir que, requieren oxígeno para vivir, y el oxígeno estaba presente en las muestras de sedimentos.

Esto indica, dijeron los investigadores, que si el sedimento se acumula gradualmente en el fondo del mar a una velocidad de no más de un metro o dos cada millón de años, el oxígeno puede permanecer presente para permitir que dichos microbios sobrevivan por largos períodos de tiempo.

"La parte más emocionante de este estudio es que básicamente muestra que no hay límite para la vida en los sedimentos de los océanos de la Tierra", dijo el oceanógrafo Steven D'Hondt, de la Universidad de Rhode Island, coautor del estudio publicado en la citada revista "Nature Communications"; y agregó: "Mantener una capacidad fisiológica completa durante 100 millones de años en aislamiento y sin alimentos es una hazaña impresionante"

Como antecedente del presente resultado existe una investigación publicada en el año dos mil, en la que se describió la reactivación de bacterias dentro de cristales de sal de 250 millones de años en Texas, pero, existe una disputa sobre la antigüedad de esos microbios.

Mas los experimentos realizados apuntan en la misma dirección de estos últimos, fueron efectuados por un equipo dirigido por Russell Vreeland, un microbiólogo de la Universidad de West Chester, quien declaró en ese momento: "Ahora tenemos por lo menos un microorganismo que se remonta a aquellas lejanas épocas y al que le podremos plantear preguntas biológicas... algo que no podíamos hacer antes".

El hecho de que Vreeland y sus colegas pudieran "despertar" a la bacteria durmiente, denominada "Bacillus Permians", y regresarla a la vida después de tanto tiempo, abre la posibilidad de que las esporas bacterianas puedan vivir indefinidamente, estaba atrapada en un cristal. "Estaba completamente protegida", dijo Vreeland, cuya investigación se publicó en la revista científica "Nature".

Julieta Fierro explicó que existen dos maneras para determinar cuánto viven las estrellas; una es conocer su materia, porque de ello depende el tiempo que pueden brillar, y la otra es ver cuántas nacen y mueren.

Eso hace la ciencia, propone una idea y la revisa de varias formas; eso le brinda certeza. No obstante, reconoció la universitaria, “estamos súper limitados; cometemos errores, sabemos que nos equivocamos y rectificamos”.

La astronomía se hace observando la luz: ondas de radio, infrarroja, luz visible, rayos X. Pero de repente descubrimos que también hay ondas gravitacionales. Ahora tenemos otra manera de explorar el Universo. “En ciencia siempre hay cosas nuevas, sorpresas, regalos que nos da la vida. Por ejemplo, Si un microorganismo estuviera encapsulado en un cristal y fuera arrojado a un planeta cualquiera, o arrojado de este por una colisión de meteoros, hay una probabilidad razonable de que sobreviva lo suficiente para viajar, no sólo de planeta en planeta, sino de sistema solar a sistema solar".

Los científicos estarían comparando la antigua bacteria con sus parientes modernos y  buscando ancestros aún más antiguos. 

"Ya comenzamos a buscar muestras de 500 y 800 millones de años de edad, y estamos trabajando en otras todavía más antiguas", agregó Vreeland.

Los datos que aportan los investigadores parecen descartar uno de los grandes peligros en este tipo de experiencias: la contaminación externa, informó la Agencia Reuters en aquella ocasión.

Y regresando a lo sucedido en la Ciudad de México en el medio de la pandemia de Covid-19, en un intento por permear la información científica a la sociedad mexicana y en especial a los menores, tenemos que Julieta Fierro, participó en el ya mencionado encuentro organizado por el "Programa Adopte un Talento" (PAUTA) –que surgió en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM–, e incluye actividades y conferencias a distancia para la comunidad y el público en general, recorridos virtuales por museos, charlas para docentes sobre el reto de enseñar ciencias desde casa, equidad de género y formas de impulsar el interés de los menores en esas disciplinas.

En el evento se presentan 323 proyectos con impacto social presentados por niños y adolescentes de Querétaro, Michoacán, Chiapas, Morelos y la Ciudad de México.

Tal es el caso de Sofía, de 7 años, originaria de la Ciudad de México, quien investiga cómo crear un globo comestible a partir de la cáscara del mango manila, a fin de evitar la muerte por asfixia de cientos de especies debido a que con frecuencia ingieren los convencionales al considerarlos alimento.

Y el de Vale, de Querétaro, quien cursa el quinto año de primaria. Ella planteó el abandono animal como proyecto de investigación.

Durante la inauguración, Alejandro Frank, fundador e integrante del Consejo Directivo del Programa (PAUTA), así como coordinador general del Centro de Ciencias de la Complejidad, expuso que la ciencia es una carrera llena de esfuerzos, de muchos retos e incertidumbres. “El camino es largo, el mérito se gana paso a paso, con mucha voluntad y pasión”.

Pero el mayor privilegio es conocer el mundo a través de su lenguaje universal que, junto con el arte, es uno de los mayores logros culturales del mundo. Es una empresa noble por naturaleza, expresó el también investigador emérito del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN).

PAUTA ayuda a impulsar a niños y jóvenes para desarrollar su creatividad y talento. “La experiencia de trabajar en las comunidades del país durante la última década y media, ha sido extraordinaria y emotiva, y hemos comprobado que el talento florece en todas partes cuando se protege e impulsa”, añadió.

El científico universitario consideró prioritario estimular la formación científica y humanística de los niños y jóvenes, quienes merecen vivir un mundo mejor.

A su vez, la directora del (ICN), Pilar Carreón, recordó que la idea de PAUTA nació en la entidad que ahora dirige, y refrendó su apoyo para continuar con estas actividades.

Uladimir Valdez Pérez Núñez, subsecretario de Educación de la Secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología de la Ciudad de México, sostuvo que la ciencia, investigación e innovación son temas que deben estar en el día a día de las familias, los niños y jóvenes.

Sin ciencia no se podría enfrentar la pandemia que nos mantiene a la distancia. A través de ella y con respuestas desde ella, es como entenderemos a este virus y lo incorporaremos a nuestra vida. Es fundamental acercar a la gente a ella, finalizó.

La complejidad es una definición reciente, estimo que con ella empieza la descripción de que la existencia es una materia compleja, debido a que en ella, por ella y para ella, interactúan multitud de variables, que hacen que las predicciones lógicas no funcionen al cien por ciento.

La humanidad avanza y conoce de nuevos enfoques, con información sorprendente, que a veces corta el hilo de las investigaciones y en otras las confirma.

En todo el proceso del cómo fue el inicio de la vida en el planeta, de que fue lo sucedido, en que orden pasaron las cosas y el porque, hay muchas preguntas a responder, en el panorama íntegro del tema hay luces que nos indican claras señales que nos llevan a abandonar algunas dudas, pero al mismo tiempo, se generan nuevas interrogantes, y repitiendo la frase de Julieta Fierro: "En Ciencias siempre hay cosas nuevas, sorpresas".

Por último, las preguntas sobre el dónde fue que pasó (la vida), así como por cuanto tiempo, son más inciertas las respuestas, de hecho, requeriremos nuevas herramientas tecnológicas, nuevos puntos de vista, y que transcurra el tiempo para encontrar respuestas convincentes, aunque sean de carácter parcial.

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