Enviamos algunos objetos suben al espacio y otros aterrizan en la Tierra.

El cielo terrestre fue un espacio, casi siempre vacío a lo largo de la historia, solamente las aves y la nubes eran vistas con frecuencia. En tiempos relativamente recientes  la gente se acostumbró a observar en estos espacios a cuerpos artificiales, artefactos como los globos aerostáticos o los dirigibles y posteriormente los aviones y los helicópteros.

En la época anterior también estaban los cuerpos que llegaban a caer de las alturas y amenazan con liquidar a los habitantes de la corteza terrestre, a estos se les llamaron  meteoritos. Cuerpos sólidos, normalmente pequeños, pero también los había de mayor dimensión.

Sin embargo a partir de 1957, empezaron a orbital la Tierra, los satélites artificiales. Claro que no eran a simple vista, pues su lugar estaba a mucho mayores alturas.

Veamos estas historia de reciente factura.

Un meteorito de 7.6 kilogramos, es uno de los más grandes hallados en la Antártida.


Un equipo internacional regresó de la Antártida con cinco nuevos meteoritos, incluido uno que pesa 7.6 kilos. Fotografía tomada del Twitter de @ETH_en.

Un equipo de investigadores de las Universidades de: Chicago, Libre de Bruselas y la Escuela Politécnica Federal (ETH) Zurich han descubierto en la Antártida un meteorito de 7,6 kilos, que se encuentra entre los cien más grandes hallados en ese continente.

La Antártida es uno de los mejores lugares del mundo para buscar meteoritos. Esto es así en parte porque se trata de un desierto, y las condiciones secas limitan el grado de degradación que experimentan los meteoritos. El paisaje es también ideal, ya que estas oscuras rocas espaciales se destacan claramente en la superficie helada. Incluso aunque se hundan en el hielo, el movimiento de los glaciares vuelve a exponerlos a la superficie.

Un equipo internacional ha regresado de la Antártida con cinco nuevos meteoritos, incluido uno que pesa 7.6 kilogramos. Maria Valdés, científica del Museo Field y la Universidad de Chicago, estima que de los alrededor de 45 mil meteoritos recuperados de la Antártida en el siglo pasado, solo un centenar alcanzan o superan ese tamaño.

Dice Valdés: "El tamaño no necesariamente importa con los meteoritos, e incluso lo más pequeños pueden tener un increíble valor científico, pero encontrar uno tan grande es raro y realmente emocionante".

El equipo exploró los emplazamientos de meteoritos cartografiados usando imágenes por satélite. Los cinco meteoritos serán analizados por el Royal Belgian Institute of Natural Sciences, y sedimentos que potencialmente contienen micrometeoritos serán distribuidos entre los organismos científicos de los miembros del equipo.


El clima seco y paisaje claro hace de la Antártida uno de los mejores lugares para encontrar meteoritos. Fotografía de Europa Press / Archivo.

Valdés destaca que estudiar a los meteoritos nos ayuda a conocer mejor nuestro lugar en el Universo: "Cuanto más grande sea el tamaño de la muestra de los meteoritos, mejor se puede entender nuestro sistema solar y a nosotros mismos", declaró, citada por "Eureka Alert", que es una plataforma de distribución de comunicados de prensa sobre ciencia, operada por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).

Como se observa los instrumento que la humanad ha colocado en el cercano espacio ahora son utilizados para realizar diversas tareas, agrupados genéricamente en "Satélites de Observación" y "Satélites de Comunicaciones"  El 4 de octubre de 1957, Rusia, en aquella época nombrada la Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lanzó el primer satélite artificial, el "Sputnik 1". 

La "Red de Vigilancia Espacial" (SSN), ha estado rastreando los objetos espaciales desde 1957, tras el lanzamiento del mencionado "Sputnik 1". Desde entonces, la (SSN) ha registrado más de 26 mil objetos orbitando sobre la Tierra y mantiene su rastreo sobre unos ocho mil objetos de fabricación humana. El resto ha entrado de nuevo en la atmósfera donde se desintegran o si resisten, impactan con el planeta. Los objetos pueden pesar desde varias toneladas, como etapas de cohetes, hasta sólo unos kilogramos. Aproximadamente el 7% de los objetos espaciales, unos 560 satélites, están en funcionamiento, mientras que el resto son "desperdicio espacial". Para el año 2022 se estimó existían alrededor de  de treinta mil objetos, entre ellos la gran mayoría son satélites más pequeños que pesan entre cien y mil kilogramos.

He aquí una historia reciente sobre el final de la vida útil de un satélite artificial.

Satélite Geotail 
Magnetospheric Observation Satellite
culmina operaciones luego de treinta años en órbita.


Los datos enviados por Geotail, satélite enviado en conjunto entre la JAXA y la NASA, derivó en más de mil artículos científicos. Foto tomada del sitio de https://www.nasa.gov / Archivo.

Después de treinta años en órbita, las operaciones de la misión conjunta de las Agencias espaciales Norteamericana y Japonesa (NASA) y la (JAXA) respectivamente, llamada "Geotail", han finalizado tras el fallo de la grabadora de datos que quedaba en la nave.

Desde su lanzamiento, el 24 de julio de 1992, "Geotail" orbitó la Tierra, recopilando un inmenso conjunto de datos sobre la estructura y la dinámica de la "magnetosfera", es decir, la burbuja magnética protectora de la Tierra.

Inicialmente, este satélite tenía una duración prevista de cuatro años, pero la misión se prolongó varias veces debido a la gran calidad de los datos obtenidos, que dieron lugar a más de un millar de publicaciones científicas.

Aunque uno de los dos registradores de datos de Geotail falló en 2012, el segundo siguió funcionando hasta que experimentó una anomalía el 28 de junio de 2022. Tras fracasar los intentos de reparar a distancia el registrador, las operaciones de la misión finalizaron el 28 de noviembre de 2022.

Expresói en un comunicado Don Fairfield, científico espacial emérito del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, y primer científico del "Poyecto Geotail" hasta su jubilación en 2008: "Geotail ha sido un satélite muy productivo, y fue la primera misión conjunta de la (NASA) y la (JAXA). La misión hizo importantes contribuciones a nuestra comprensión de cómo el viento solar interactúa con el campo magnético de la Tierra para producir tormentas magnéticas y auroras.

Con una órbita alargada, Geotail navegó a través de los límites invisibles de la magnetosfera, recopilando datos sobre el proceso físico que allí se desarrolla para ayudar a comprender cómo llega a la Tierra el flujo de energía y partículas procedentes del Sol. "Geotai"l hizo muchos avances científicos, entre ellos ayudar a los científicos a comprender la rapidez con la que el material procedente del Sol pasa a la magnetosfera, los procesos físicos en juego en el límite de la magnetosfera y la identificación de oxígeno, silicio, sodio y aluminio en la atmósfera lunar.

La misión también ayudó a identificar la ubicación de un proceso llamado reconexión magnética, que es un importante transportador de material y energía del Sol a la magnetosfera y uno de los instigadores de la aurora. Este descubrimiento allanó el camino para la misión Magnetospheric Multiscale, o MMS, que se lanzó en 2015.

A lo largo de los años, Geotail colaboró con muchas otras misiones espaciales de la (NASA), como MMS, Van Allen Probes, Time History of Events and Macroscale Interactions during Substorms mission, Cluster y Wind.


El 24 de julio de 1992, se lanzó la misión conjunta Geotail de la JAXA y la NASA Geotail para estudiar la magnetosfera. Foto tomada del sitio de https://www.stp.isas.jaxa.jp.

Con una órbita que, en ocasiones, le llevó hasta 120.000 millas de la Tierra, "Geotail" ayudó a proporcionar datos complementarios de partes remotas de la magnetosfera para dar a los científicos una imagen completa de cómo los eventos observados en un área afectan a otras regiones. Geotail también se emparejó con observaciones en tierra para confirmar la ubicación y los mecanismos de formación de las auroras".

La conclusión del aparato espacial en estos días, tiene dos opciones, dependiendo de cuán alto es el satélite. Para los más cercanos, los ingenieros utilizarán su último pedacito de combustible para ralentizar. De esa manera, caerá de órbita y quemará en la atmósfera.

La segunda opción es enviar el satélite aún más lejos de la Tierra. Se puede necesitar mucho combustible para un satélite para reducir la velocidad bastante para retroceder en la atmósfera. Esto sobre todo es verdad si un satélite está en una órbita muy alta. Para muchos de estos satélites altos, se necesita menos combustible para lanzarlo al espacio más lejos que para enviarlo de regreso a la Tierra. Los que son enviados a una "órbita del cementerio". Esta es una órbita casi trescientas veinte mil kilómetros más lejos de la tierra que los satélites más lejanos.

Dentro de la primera opción, los más cercanos, hay dos posibilidades: la primera es para deshacerse de los satélites más pequeños en órbitas bajas es simple, con el calor de la fricción del aire se quema el satélite cuando  cae hacia la Tierra alcanza una velocidad muy alta, miles de kilómetros por hora. La segunda opción se presenta con los de mayores dimensiones, estos objetos no se podrían quemar completamente antes de alcanzar la tierra. Entonces los operadores de naves espaciales pueden planificar el destino final de sus antiguos satélites para asegurarse de que cualquier residuo caiga en un área remota. Este lugar hasta tiene un nombre: "El cementerio de naves espaciales", localizado en el Océano Pacífico y es más o menos el lugar más apartado de cualquier civilización humana que pueda encontrar.

China puso en órbita nuevos satélites.


El cohete Gran Marcha-7 despegó con los tres satélites desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales Wenchang, en la provincia de Hainan. Fotografía  Xinhua / Archivo.

China envió en enero del año 2023, con éxito tres nuevos satélites al espacio desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales Wenchang en la provincia insular sureña de Hainan. Forman parte del programa "Gran Marcha de China".

Este lanzamiento fue la misión de vuelo número 459 de la serie de cohetes portadores Gran Marcha.

Los satélites: "Shijian-23", "Shiyan-22A" y "Shiyan-22B", fueron lanzados a bordo de una versión modificada del cohete portador "Gran Marcha-7" a las 06:00 hora local y entraron a sus órbitas previstas exitosamente.

El "Shijian-23" sería utilizado principalmente para experimentos científicos y verificación técnica, mientras que los satélites "Shiyan-22A" y "Shiyan-22B" servirán para pruebas de verificación en órbita de nuevas tecnologías como vigilancia del entorno espacial.

Y el proyecto continúa con éxito, el pasado mes de mayo, fue el cohete portador chino "Gran Marcha-6C" él que  realizó su vuelo inaugural, llevando al espacio cuatro satélites.

El vehículo de transporte despegó a las 11:21 (hora de Beijing) desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Taiyuan, en la provincia septentrional de Shanxi, y puso en sus órbitas planeadas a los satélites "Neptune-01" y "Smart-1C", así como a un satélite óptico de banda ancha y a uno más de video de alta resolución.

Se trató de la misión de vuelo número 520 de la serie de cohetes Gran Marcha y supuso la introducción de un nuevo miembro en la serie que enriquece la categoría de la nueva generación de cohetes portadores Gran Marcha de China.

El "Gran Marcha-6C" fue desarrollado por la Academia de Tecnología de Vuelos Espaciales de Shanghai (SAST) con el objetivo de servir al futuro mercado de lanzamientos comerciales.

Como cohete portador de combustible líquido de nueva generación, el "Gran Marcha-6C" tiene una primera etapa con un diámetro de 3.35 metros propulsada por dos motores de oxígeno líquido y queroseno con ciento veinte toneladas de empuje, y una segunda etapa de 2.9 metros de diámetro, propulsada por un motor de oxígeno líquido y queroseno con un empuje de dieciocho toneladas.

La longitud total del vehículo es de unos cuarenta y tres metros, con un peso de despegue de 215 toneladas, aproximadamente. Tiene una capacidad de carga de unas 2.4 toneladas para una órbita heliosincrónica de quinientos kilómetros y puede equiparse con diversos carenados de satélite según los requerimientos de las distintas misiones.

En la creciente industria del lanzamiento de satélites, los usuarios necesitan cohetes portadores altamente confiables, rentables, adaptables y de rápida respuesta.

Explicó Hu Cunming, experto en cohetes de la (SAST): "Aplica la tecnología de control de aumento adaptativo para lograr un control preciso de su actitud e impulsar la inteligencia del sistema de control. En términos sencillos, la tecnología puede explicarse como una conducción inteligente. Adicionalmente, les logró reducir el espacio sobrante entre dos tanques del interior del cohete para rebajar su peso y permitir que transporte la mayor cantidad posible de combustible. Esto mejoró tanto la eficiencia estructural como la capacidad de carga del artefacto. Cabe destacar que los satélites a bordo del cohete se sometieron a licitaciones comerciales abiertas para ser incluidos en el lanzamiento". 

La carrera espacial, ya no pertenece a solamente dos naciones, como cuando inició. En este caso se observó lo realizado por el gigante asiático, pero no es el único país involucrado. Pronto habrá nuevas noticias: India, Japón, Canadá, Italia, Francia, Australia, Alemania, Reino Unido, Polonia, Países Bajos, España, Indonesia, Chequia, Bulgaria, Suecia, Brasil, México, Portugal, Tailandia, Turquía, Corea del Sur, Pakistán, Argentina, Luxemburgo, Israel, Chile, Malasia, Noruega, Filipinas, Egipto, Singapur, Dinamarca, Sudáfrica, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Grecia, Nigeria, Irán, Kasajistán, Colombia, Vietnam, Venezuela, Letonia, Ecuador, Bolivia, Perú, Uruguay Costa Rica, Guatemala y Paraguay, conforman la extensa lista de naciones que ya cuentan con satélites propios que auxilian en labor de comunicaciones y observaciones meteorológicas.


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