Un nuevo estudio documenta el vuelo de cuatro mil 200 kilómetros de mariposas sobre el Océano Atlántico.

Mariposas de la especie "vanesa de los cardos" (Vanessa cardui), que fueran descubiertas en Guayana Francesa en el año 2013, y que no son habituales en América del Sur, llegaron desde Europa luego de atravesar el Océano Atlántico desde África.

Esta es la conclusión de un estudio internacional, publicado en Nature Communications, que utilizó herramientas multidisciplinarias innovadoras para seguir el viaje de cuatro mil doscientos  kilómetros de esos misteriosos lepidópteros.


Ejemplar de la mariposa "vanesa de los cardos", especie originaria de África que viaja a América.
Fotografía de Gerard Talavera.

En primer lugar, el equipo de investigación reconstruyó las trayectorias del viento para el periodo anterior a la llegada de estas mariposas en octubre de 2013. Encontraron condiciones de viento excepcionalmente favorables que permitirían una travesía trasatlántica desde África Occidental, lo que abre la posibilidad de que esos individuos pudieran haber volado a través de todo el océano.

En seguida los investigadores se dieron a la tarea de secuenciar los genomas de estas mariposas, y al analizarlas en comparación con las poblaciones a nivel mundial, descubrieron que la "vanesa de los cardos" tenía una relación genética más estrecha con las poblaciones africanas y europeas. Este resultado eliminó la probabilidad de que vinieran de América del Norte, lo que refuerza la hipótesis de un viaje transoceánico.

Los investigadores aprovecharon una combinación única de técnicas moleculares de última generación, así realizaron la secuenciaron del Ácido Desoxirribonucleico (ADN) de los granos de polen transportados por estas mariposas. Identificaron dos especies de plantas que sólo crecen en África tropical, lo que indica que bebieron néctar de flores africanas antes de emprender su viaje trasatlántico.

Analizaron los isótopos de hidrógeno y estroncio en las alas de las mariposas, una señal química que actúa como una “huella dactilar” de la región de origen natal. La combinación de isótopos con un modelo de idoneidad del hábitat para el crecimiento de las larvas reveló un posible origen natal en Europa Occidental, posiblemente Francia, Irlanda, el Reino Unido o Portugal.

El doctor Clement Bataille, profesor de Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Ottawa, que codirigió el estudio, señala: “Es la primera vez que esta combinación de técnicas moleculares que incluyen geolocalización de isótopos y codificación de barras metabólica del polen se prueba en insectos migratorios. Los resultados son muy prometedores y transferibles a muchas otras especies de insectos migratorios. La técnica debería transformar fundamentalmente nuestra comprensión de la migración de los insectos”.

Por su parte, afirmó Roger Vila, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC) de la Universidad Pompeu Fabra y coautor del estudio: “Solemos ver a las mariposas como símbolos de la fragilidad de la belleza, pero la ciencia nos demuestra que pueden realizar hazañas increíbles. Aún queda mucho por descubrir sobre sus capacidades", .

Los investigadores evaluaron la viabilidad de un vuelo trasatlántico analizando el gasto energético del trayecto. Predijeron que el vuelo sobre el océano, de entre cinco y ocho días sin escalas, era factible gracias a unas condiciones de viento ventajosas.

Fue el científico Eric Toro-Delgado, del (CSIC), otro de los coautores del artículo, que explicó: “Las mariposas sólo podrían completar esta travesía al usar una estrategia que alternara entre vuelo activo, costoso energéticamente, y el planeo con el viento. Calculamos que sin corrientes de aire, las mariposas volarían un máximo de 780 kilómetros antes de consumir toda su grasa y, por tanto, su energía”, .

Los investigadores destacan la capa de aire sahariana como una importante ruta aérea de dispersión. Se sabe que estas corrientes de viento transportan grandes cantidades de polvo sahariano desde África hasta América, fertilizando la Amazonia. Este estudio demuestra ahora que estas corrientes de aire también son capaces de transportar organismos vivos.

Este hallazgo indica la posible existencia de corredores aéreos naturales que conecten continentes, lo que facilitaría la dispersión de especies a una escala mucho mayor de lo que se imaginaba anteriormente.

Dice Megan Reich, becaria posdoctoral de la Universidad de Ottawa y coautora del estudio: “Este estudio demuestra bien hasta qué punto tendemos a subestimar las capacidades de dispersión de los insectos. Además, es totalmente posible que subestimemos la frecuencia de estos eventos de dispersión y su impacto en los eco-sistemas”.

Finalmente Gerard Talavera, descubridor de las mariposas en 2013 e investigador principal del estudio, añade: “A lo largo de la historia, los fenómenos migratorios han sido importantes para definir las distribuciones de las especies a medida que las observamos hoy”.

Los "lepidópteros" cuyo nombre procede del griego: "λεπίς, lepís, 'escama'", y "πτερόν, pteron, 'ala'"; son un orden de insectos holometábolos, casi siempre voladores, conocidos comúnmente como mariposas, se han encontrado fósiles de 125 millones de años en ámbar, y constituyen el segundo orden más numeroso de los insectos, solamente superado por los "coleópteros", esto es, los escarabajos.

La movilidad de las diversas especies, aún deparan sorpresas al observar sus acciones con otra clase de herramientas de mayor alcance tecnológico, y hemos de esperar una nueva generación de estas que darán mayores explicaciones en futuros estudios. Falta conocer más detalles de los viajes migratorios, que fomentan la evolución y por tanto el desarrollo armonioso de la vida.


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