Historias sobre aves, las endémicas en las diversas islas corren peligro de extinción.

Tal y como sucede con las aves que habitan las islas del Archipiélago Revillajigedo, las que habitan las islas del caribe o el Océano Atlantico, en el hemisferio sur, el entorno ya no les brinda la protección total que avale su supervivencia, aunque por diversas causas.

El pájaro más pequeño del mundo tiene una casa con jardín en Cuba.

Tan pronto se posa en una rama, remonta el vuelo batiendo sus diminutas alas. En Pálpite, al suroeste de Cuba, el Jardín de Bernabé Hernández se transformó en un refugio para el "Colibrí Abeja", el ave más pequeña del mundo.

Nos asegura este septuagenario hombre de campo, mientras observa cómo dos ejemplares se abalanzan sobre un pequeño bebedero suspendido en el jardín de su casa: “No nos cansamos. Siempre hay algo nuevo que descubrir”.



El "Mellisuga helenae" está clasificado como una especie “casi amenazada”. Fotografía Agencia Afp.

Es una especie endémica de la Isla de Cuba y considerado el pájaro más pequeño del mundo, este colibrí abeja (Mellisuga helenae) mide tan sólo entre cinco y seis centímetros, y su peso oscila entre 1.6 y 2.5 gramos. Pertenece a la familia "Trochilidae", aves originarias de América, se caracterizan por el colorido de su plumaje, su tamaño minúsculo, su forma de volar y por los hábitos peculiares de alimentación que poseen. Los análisis cromosómicos sobre los colibríes, indican que se separaron de su grupo hermano: los "vencejos" y los "vencejos arboricolas", hace unos 42 millones de años. Se estima que el ancestro común de los colibríes actuales vivió hace unos veintidós millones de años en el territorio de la actual Sudamérica.

Los cubanos lo llaman "zunzuncito", diminutivo de zunzún, nombre genérico que dan a la especie, y onomatopeya derivada del zumbido que producen sus alas cuando vuela, incluso cuando está en suspendido en el aire, mientras liba en las flores, su característico aleteo puede alcanzar las 100 veces por segundo.

En el sombreado jardín, donde florecen árboles: de mango, de guayaba y de aguacate, media docena de estos colibríes revolotean a toda velocidad ante la mirada de algunos turistas, que se apresuran a tomarles fotos.

Bernabé Hernández y su esposa, Juana Matos, no tenían la menor intención de convertir su jardín en este observatorio, pero terminaron bautizando su morada como "La casa de los colibríes".

Nos refiere el señor Bernabé: "Todo empezó hace más de veinte años, cuando debí comenzar de cero, después de que el poderoso huracán "Michelle" destruyera mi casa, ubicada en un paraje de la "Ciénaga de Zapata", que es el más grande humedal del Caribe. Entonces el gobierno me asignó un terreno y materiales para que construyera una nueva casa en el pueblo de Pálpite, en los límites del citado paraje. Me mudé aquí pero no había aves. Sembré un "ponasí" (Hamelia patens),  para que le diera sombra a la casa y atrajo a algunos pájaros, este perenne arbusto silvestre, cuyo fruto tiene fama de cautivar a las aves, no sabía que al "zunzuncito", también conocido en la isla como "picaflor" o "pájaro mosca", le fascina el néctar de las flores color bermellón del "ponasí". Irremediablemente atraídos por el jugo azucarado, llegaron los primeros golosos. Cuando vi un zunzuncito por primera vez, pensaba que era un "insecto”. Entonces que decidí sembrar más árboles de "ponasí, que tienen la particularidad de florecer durante todo el año".

Además del "zunzún," en el jardín de los Hernández hay otra especie de colibrí ligeramente más grande de apenas diez centímetros de longitud, y que es más común, se le conoce como "Esmeralda Cubana" (Riccordia ricordii), que también habita en las islas vecinas del Caribe. Hacen vuelo estático y en todas direcciones. Tienen ramitas preferidas para posarse a descansar. Se alimentan del néctar y de pequeños insectos en las flores y de arañas o insectos que cazan mientras vuelan. No caminan, solo pueden usar las patas para posarse como todos los "Apodiformes", es decir, "a" que significa "sin", y "podos" es "pies", esto es, "sin pies". Cuando liban las flores inclinan el cuerpo en cerca de 45 grados.

Gracias a los consejos de los guías del Parque Natural Ciénaga de Zapata, la pareja aprendió a preparar la mezcla precisa de agua y azúcar que vierten en los bebederos y a limpiarlos cuidadosamente para evitar los hongos. El "Mellisuga helenae" está clasificado como una especiecasi amenazada”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que calcula su población en Cuba entre veintidós mil y sesenta y seis mil ejemplares.

El señor Martínez concluye emocionado: "Después de que el huracán "Michelle" azotó la zona en 2001, desapareció el "zunzuncito", ni siquiera había flores. Murieron muchos. Es imposible saber cuántos colibríes visitan el jardín a diario, pues su enérgico movimiento impide contarlos, sin embargo, están presentes durante todo el año. Es una gran alegría saber que tenemos el pájaro más pequeño del mundo”.

Temen extinción de aves "cucuves" en las islas Galápagos, en investigación científica reciente se demostró que los también llamados "sinsontes" ya no reconocen el canto de pájaros de su misma especie procedentes de otro lugar.

Los cucuves, son unas pequeñas aves que han estado aisladas por casi dos sigloss en dos islotes de las islas Galápagos, han experimentado cambios genéticos y variaciones en su canto, lo que podría llevarlos a una eventual extinción por la imposibilidad de reconocer a otros individuos de la misma especie de otras islas, destacó el lunes un informe del Parque Nacional Galápagos y la Massey University de Nueva Zelanda.

De acuerdo con esta investigación, los cantos de los "cucuves" (Mimus parvulus) de la isla Floreana, han experimentado cambios notables debido al aislamiento en que habitan en los islotes Gardner y Champion, lo que quedó en evidencia tras compararlos con grabaciones de cantos realizadas por científicos estadunidenses hace sesenta años.

Hay poblaciones remanentes que se estiman de entre 250 a 400 aves, en el islote de Gardner y de 50 a 80 en Champion, luego de que la mayor población de esas aves fuera extinguida en la isla Floreana, hace casi 200 años, lo anterior fue consecuencia de que los humanos arribaron llevando especies invasoras: gatos, ratas, cabras y otros animales que invadieron el territorio y destruyeran su hábitat, ante la indiferencia humana.

Estos dos islotes, en los que actualmente viven los ejemplares de esta especie, están ubicados cerca de la isla Floreana, en al extremo sur de las Galápagos, que se convirtieron en santuarios de los "cucuves", también conocidos como "sinsontes". 

El científico que lideró la investigación, Luis Ortiz-Catedral, de la Massey University, declaró que: "Los cucuves originales son genéticamente diferentes a los que habitan los islotes, pero lo más importante es que también quedó en evidencia que sus cantos han cambiado. Eso es imperceptible para el oído humano, pero fue detectado mediante un programa digital especializado. Si los dos grupos de los dos islotes no son reconectados con individuos de su especie, vamos a tener una barrera infranqueable, y los vamos a condenar a la extinción; con ello desaparecerá la diversidad genética, de los dos grupos; por ejemplo, para soportar patógenos o quizá soportar mejor las condiciones extremas de las islas”.

El científico Charles Darwin (1809 1882), se inspiró para desarrollar su teoría de la evolución de las especies (1859), considerando lo que observó en estas aves, lo que no atestiguó fue que poco tiempo después de su visita a las islas, en el año de 1835, esa especie desapareció de la Isla Floreana por efecto de las especies llevadas por los seres humanos que se convirtieron en invasoras; las aves que quedan en los islotes cercanos, cuando llegan volando a ella, de inmediato se convierten en presa de los depredadores.

El experto biólogo y ornitólogo ecuatoriano Juan Manuel Carrión destacó las funciones que cumplen los cantos de las aves: "El canto de las aves es una señal muy importante para el cortejo, para marcar territorio y para identificar individuos de la misma especie, sobretodo entre los cucuves, que han desarrollado cantos muy elaborados, si no logran comunicarse entre individuos de esa especie, tampoco podrán reproducirse y terminarán desapareciendo, y el riesgo es más alto, cuando quedan tan pocos individuos aislados”.

El equipo de científicos participantes en el proyecto tienen previsto reintroducir en Floreana tortugas gigantes, varias especies de aves, incluidos los "cucuves", y culebras; en los próximos cinco años, como parte de un plan de restauración de esa isla, lo que beneficiará a las poblaciones aisladas de "sinsontes" por eventual contacto mutuo.

El Parque Nacional Galápagos y su Reserva Marina, fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Natural de la Humanidad en 1979, debido a sus especies terrestres y marinas, animales y vegetales, únicas en el planeta. El Archipiélago se localiza a unos mil kilómetros del territorio continental ecuatoriano.

Es un espacio privilegiando en el que se puede observar con mayor claridad lo que acontece en la evolución de la vida en nuestro planeta.

Las islas constituyen una frontera entre los espacios vitales para las especies animales y vegetales, su consideración es importante para salvaguardar las reservas biológicas de nuestro planeta. Debe, por tanto, otorgarse la máxima atención a su estudio y comprensión, con ello se garantizará un mejor futuro para la vida en el planeta Tierra.



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