Se realiza siembra de ostras con la intención de contener la subida del nivel del mar.

Es en la costa oeste de los Estados Unidos, lugar en el que se ha implementado una estrategia novedosa, en la Bahía de San Diego, no hay perlas creciendo en los arrecifes de ostras, pero los científicos esperan que produzcan un tesoro aún más valioso: protección contra la erosión costera provocada por el aumento del nivel del mar.

Se estima que en el año 2050 los niveles del mar en California aumentarán 20 centímetros, según un estudio de la "Administración Nacional Oceánica y Atmosférica" (NOAA) lanzado a comienzos del año antepasado. Esto aumentaría drásticamente la frecuencia de inundaciones en la costa oeste, lo que también se verá agravado por las tormentas y fuertes lluvias exacerbadas debido al cambio climático, causado por la actividad humana.

Miles de diminutos moluscos han comenzado a aparecer en esos arrecifes artificiales dispuestos en la bahía como parte de un plan para mitigar el daño en la línea costera del sur de California. 


La imagen fue captada en Normandía. Foto Afp / Archivo

Declaró en su oportunidad, octubre del 2023, Eileen Maher, directora de Conservación Ambiental del Puerto de San Diego: "Vemos diferentes formas de ayudar a combatir la subida del nivel del mar, y estos arrecifes son una de las herramientas que tenemos para hacerlo”.

El puerto implantó 360 estructuras, en las orillas de la Bahía de San Diego, próxima a la Península Coronado.

Estas estructuras con forma similar a un dedal gigante pesan unos 135 kilos y están hechas de cemento, arena y conchas de ostras triturados, un ingrediente crucial para atraer a las ostras vivas para que vengan a instalarse allí.

Explicó Maher: "Después de meses en el agua, los arrecifes están cubiertos con un musgo verdoso que esconde miles de microscópicas ostras". 

Y profundizó: "El grupo de científicos trabajando en este proyecto piloto espera que con el tiempo se formen verdaderos arrecifes de ostras que podrían impactar la región. Ellos esperan que se conviertan  en mucho más que una herramienta contra la erosión por las mareas. Sus habitantes además son en la práctica miniplantas de filtración esenciales para el ecosistema marino. Con el propósito de capturar los nutrientes que necesitan para sobrevivir, cada ostra filtra unos 190 litros de agua por día. Ayudan a remover la turbiedad del agua y la limpian, lo que proporcionará beneficios adicionales a la hierba marina, la vegetación acuática sumergida. Mientras más hierba marina hay en la bahía, hay menos posibilidad de que haya erosión en la orilla. Cualquier planta ayudará a prevenir la erosión en la costa”.

Adicionalmente: "Como las ostras, estos lechos de vegetación marina también asistirán con el fin de proveer alimentos cruciales para las ochenta especies de peces y las trescientas variedades de aves que habitan en esta área, la reserva protegida de Chula Vista".

Dice Jason Giffen, vicepresidente de "Planificación y Medioambiente del Puerto de San Diego": "El aumento del nivel del mar empeorará la erosión que amenaza a la costa de California, en San Diego, ya es evidente, no es algo que sucederá, ya está pasando. Al sur, las calles de la playa Imperial se inundan con frecuencia durante la marea alta, mientras al norte, a una hora de carro, la línea ferroviaria fue cerrada en el trecho de San Clemente donde las piedras que soportan los rieles se están hundiendo a causa de la erosión. Tenemos que asegurarnos de ser capaces de recuperarnos”.


La barrera de ostras en la Bahia de San Diego. Fotografía tomada de la página Tres Pm.

Agregó Giffen: "El proyecto de arrecifes de 1.3 millones de dólares está bajo evaluación durante cinco años., y se conoce que proyectos similares han sido también desarrollados en San Francisco y Nueva York. Las barreras de ostras sólo funcionan en las áreas donde el agua es poco profunda, . Para los otros lugares, el puerto analiza otras alternativas. En el norte de la bahía, pequeños refuerzos con agujeros han sido amarrados a los muelles. Además de proveer estabilidad, ofrecen refugio a las algas, peces y moluscos, lo que ayuda a impulsar la biodiversidad.

Concluyó Giffen: "Actualmente, alrededor de 70% de la línea costera de la bahía de San Diego cuenta con algún tipo de protección artificial rocosa. Podemos pensar en remplazar a largo plazo esa infraestructura con algo más sensible desde el punto de vista ambiental y biológico, lo que sería un valor añadido en materia de calidad ambiental”.

Una ingeniosa alternativa de resistencia ante lo inevitable, el incremento en el nivel de los océanos, situación que lamentablemente es ya una realidad.


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