A propósito de la celebración del Dia de la Madre, el (Inegi) informa que las tasas de reemplazo poblacional están quedando cortas en México, y se estima que seguirán a la baja.

En México, cada vez es más común que las mujeres, sobre todo las más jóvenes, descarten la maternidad como parte de su proyecto de vida. Los argumentos van desde los aspectos económicos, laborales, ambientales, de crecimiento personal y educativo, hasta la convicción de que su género no las obliga a procrear.


Madre e hija, en las nuevas generaciones es un escenario menos frecuente. Tomada de la página Por Tu Matrimonio.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hace apenas unas décadas, casi la totalidad de ellas ni se planteaba la posibilidad de no tener hijos. Como consecuencia de esa manera de planear su vida, actualmente, 93.2% de las mujeres mayores de 60 años son madres, sin embargo, la cifra se reduce a 44.9% entre las que han cumplido de entre 20 y 29 años.

Desde hace décadas, se ha venido observando que la tendencia de nacimientos en el país va en decremento. Lo cual se ha observado desde el punto de vista demográfico como deseable.

Para ejemplificar con claridad lo ocurrido, se puede observa que hace 20 años, en 1994, hubo poco más de 2.9 millones de nacimientos, mientras que para el año 2022, se redujo la cifra a  casi 1.9 millones.

Con las encuestas demográficas del (Inegi), se evidencia el descenso constante de la tasa global de fecundidad, medida en le número de hijos por mujer: 
en 1970 fue de 6.72;   
en año 1990, se situó en 3.35;
en 2012  en 2.21;
y en el año 2020 fue de 1.9.

Por otra parte el Banco Mundial informó que en 2021, la citada tasa se ubicaba en 1.8.

Estas dos últimas tasas, se sitúan por debajo del nivel que se requiere para el remplazo poblacional, la que es del orden es 2.1.

Al cuarto trimestre de 2023, en México había 38 millones y medio de madres, y se establece que su situación era:
46.5 % estaban casadas;
20.5% en unión libre;
12%, viudas;
10%, solteras;
7.5%, separadas, y
3.1%, divorciadas.

Las mujeres más jóvenes, hoy día, se expresan de manera muy distinta a la forma en que sus abuelas vivieron.

Con motivo del Día de las Madres, Sofía, de 26 años, asegura que no tendrá hijos. Sus argumentos a favor de la “no maternidad” se centran en lo económico y la crisis climática. “¿Como para qué traer al mundo a más personas? No tiene sentido, somos demasiados y estamos acabando el planeta. Además, aunque tengo una licenciatura y trabajo, ni siquiera me alcanza para independizarme, menos para mantener hijos; ya les dije a mis papás que el único nieto que tendrán es mi gato”.

Jennyfer, empleada de intendencia de 30 años, dice: “ahora contamos con el derecho a elegir; no tengo hijos ni quiero tener en el futuro”. Está “orgullosa” de su independencia económica, pero estima que su sueldo sólo alcanza para cubrir sus necesidades.

Iris Santillán Ramírez, profesora investigadora del Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) plantel Azcapotzalco, expone que “en los últimos años los jóvenes se enfrentan a la precariedad laboral de manera general, pero que en el caso de las mujeres es más grave. Los sueldos son bajísimos y sin prestaciones... así no hay forma. ¿Cómo se tiene un hijo en estas condiciones? Y por otro lado, el feminismo ha quitado esa visión androcéntrica y patriarcal que nos vendía la idea de que la única manera de ser felices era a través del matrimonio y la maternidad”.

Natalia sabe que ya no hay marcha atrás. “La menopausia me alcanzó, al menos de manera natural ya no hay cómo engendrar”, pero no se arrepiente. Sus hermanas tomaron otra ruta: son madres. Una de ellas combinó la maternidad con su vida laboral, “y sí se puede, pero es un gran desgaste; no estaba di puesta a eso; soy feliz, aunque digan que fui egoísta... y si así fue, ¿qué?”.

Angélica es una joven profesional, y debido a que hasta ahora no ha tenido mejores oportunidades laborales, descarta la maternidad. Gabriela Gutiérrez Mendoza, jefa de educación en la Coordinación para la Igualdad de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refiere que “se está entendiendo que la maternidad no es el destino de las mujeres por el hecho de tener la capacidad de procrear”.


Panorama de algunas mujeres con mayores posibilidades de desarrollo y preparación educativa.
Fotografía tomada de la Gaceta UNAM del 27 de enero de 2020.

La nueva visión se ha documentado en fechas recientes, en la "Gaceta UNAM" del 27 de enero de 2020, se aborda esta postura, se reproduce enseguida una parte de dicho contenido.

"Hace unas tres décadas, algunas mujeres que por deseo y convicción no querían ser mamás se hicieron visibles en el mundo anglosajón. Pronto se les conoció popularmente como las mujeres (NoMo), que viene de la abreviatura en inglés de "Not Mothers", esto es, “No Madres”.

En la actualidad, el número de mujeres (NoMo) ha aumentado, lo que hace evidente que cada vez más personas del sexo femenino deciden romper el mandato de la maternidad como proyecto único de vida.

Como señala el (Inegi), basado en los datos generados por la Encuesta Nacional sobre Discriminación, de 1960 a la fecha, la tasa global de fecundidad ha ido a la baja, pasando de siete hijos promedio a dos, especialmente en mujeres que viven en contextos urbanos y tienen una mayor preparación educativa.

Apenas en los últimos años se ha popularizado el concepto no maternidad para nombrar y reconocer el deseo de las mujeres de no tenerlos”, afirmó Tania Rocha Sánchez, académica de la Facultad de Psicología.

La decisión de no tener hijos puede estar condicionada por diferentes causas, como las dificultades en materia de salud que algunas mujeres enfrentarían al buscar procrear o los estragos que muchas sufrirían al someterse a tratamientos especializados que, por lo demás, no son accesibles para todas.

No obstante, también hay mujeres que toman esta determinación desde su propia historia y el deseo de no ser madres, en algunos casos porque no quieren repetir la vida de aquellas que les antecedieron como abuelas o madres, porque no les atrae el hecho de dedicar su vida al cuidado y la crianza de un hijo o porque dan prioridad a su desarrollo personal y profesional.

Quizás en algún momento las mujeres (NoMo) sí pensaron en la posibilidad de tener hijos, pero entonces no había las condiciones (económicas, de disponibilidad de pareja…), o bien, cuando había las condiciones, ellas sintieron que no era el momento adecuado. Es importante pensar en un deseo fluctuante, en el que diversos factores, tanto externos como internos, se vinculan con la vivencia de la no maternidad.

“Sea como sea, es fundamental echar por tierra la idea de que las mujeres (NoMo) tienen algún problema psicológico, sufrieron algún trauma en la infancia o son lesbianas, aspecto que no interfiere con el deseo y la posibilidad de que sean madres. Muchas de ellas manifiestan que tienen otras prioridades en su vida, como desarrollarse en el ámbito personal y profesional, o que sencillamente no se sienten atraídas por el proceso que las convertiría en madres. Sin embargo, no les resulta fácil asumir esta posición porque, a partir de la creencia de que el deseo de ser madre es universal e innato, y, por consiguiente, está presente en todas las mujeres, la sociedad ejerce una presión muy fuerte sobre ellas”, indicó Rocha Sánchez. .....


Existen, hoy día, más mujeres que  dan prioridad a su desarrollo personal y profesional.
FIlustración tomada de Gaceta UNAM.

Se sabe que entre más educación y preparación profesional tienen las mujeres, menos hijos llegan a parir. No obstante, en México aún prevalece el discurso de que lo mejor que le puede pasar a una mujer es tener hijos. Sin embargo existen contradicciones.

Las consecuencias de esto son patentes: mientras disminuye la tasa de fecundidad en mujeres que viven en contextos urbanos y gozan de una mayor preparación educativa, el país enfrenta un problema de salud grave por la tasa elevada de embarazos adolescentes, propiciado por los estereotipos y las expectativas en torno a las mujeres y el rol de ser madres.

“Se tiene que ver este contraste para comprender, por un lado, que el movimiento (NoMo) sí está creciendo en México, pero a pasos muy lentos; y, por el otro, que el reto que afronta es gigantesco, sobre todo si tomamos en cuenta que sigue habiendo niñas de 10 u 11 años que son forzadas a parir y que el aborto todavía no se ha legalizado en todo el territorio nacional.”

Es ahora que las condiciones en la sociedad mexicana, inicia una manera distinta de observar el panorama de siempre, se presentan cambios en la manera de comportamiento, hay una mayor apertura a la diversidad. Pero, somos parte de las "generaciones bisagra", y por ello no se aprecia con claridad el cambio estructural en las personas, lo importante considero, es que ya se da libertad a las manifestaciones públicas que hace tres décadas eran impensables. La "generación de cristal", goza de mayores y profundos conocimientos sobre la manera en que la mente del "Homo sapiens", puede optar en su comportamiento, y se concibe la posibilidad, de que existen muchas divergencias y que no son, ni enfermedades ni problemas, son parte de la normalidad de la especie, pero hasta estos días se puede ejercer con mayor libertad. Sin embargo, apenas se está iniciando esta parte del camino.

Comentarios

  1. Un escrito muy amplio , y muy bien explicado , escrito por una persona súper preparada e inteligente

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