Especie de ave de Japón aletea para transmitir el mensaje “después de ti”.

Según un estudio de la Universidad de Tokio, publicado en la revista "Current Biology", una especie de ave pequeña, el "herrerillo japonés" cuyo nombre científico es (Parus minor), utiliza los movimientos de las alas como gesto para transmitir el mensaje que indica: “después de ti”. Esto es, cuando una pareja de esta especie llega a su nido con comida, esperará posada afuera. Entonces uno de ellos, a menudo agitará sus alas hacia el otro, aparentemente indicándole que entre primero.

Los investigadores dicen que este descubrimiento desafía la creencia anterior de que la comunicación gestual es prominente sólo en humanos y grandes simios, lo que avanza significativamente nuestra comprensión de la comunicación visual en las aves.


El hallazgo desafía la creencia de que la comunicación gestual ocurre sólo en homínidos. Fotografía de Toshitaka Suzuki, vía La Jornada.

Por tanto, los investigadores de la Universidad de Tokio se sorprendieron al encontrar pruebas claras del uso de gestos simbólicos por un pequeño pájaro salvaje, el herrerillo japonés.

Afirmó en un comunicado Toshitaka Suzuki, profesor de esa casa de estudios: “En nuestro reciente descubrimiento, revelamos que esta especie utiliza gestos para comunicarse con su pareja. Desde hace más de diecisiete años me dedico al estudio de estas fascinantes aves. No sólo utilizan llamadas específicas para transmitir significados particulares, sino también combinan diferentes llamadas en oraciones usando reglas sintácticas. Estas diversas vocalizaciones me llevaron a iniciar la presente investigación sobre su uso potencial de los gestos físicos.”

Un pulgar hacia arriba, un gesto de despedida o señalar un libro en un estante, y muchos más gestos son parte integral de cómo nos comunicamos.

Hace algún tiempo se pensaba que, estos señalamientos eran utilizados exclusivamente por humanos, fue un tiempo después que se realizaron observaciones más detalladas de los "grandes simios", como chimpancés (Pan troglodytes)y bonobos (Pan paniscus), revelaron que ellos también mueven sus cuerpos para comunicarse de forma no verbal.

En años más recientes, estudios sobre otros animales, como los cuervos (Corvus corax) y algunos peces, han demostrado que también utilizan algunos gestos sencillos para, por ejemplo, señalar objetos o mostrar algo de interés, lo que se denomina "gesto deíctico".

Sin embargo, los gestos simbólicos, como mostrar la mano abierta para indicar “después de ti”, requieren habilidades cognitivas complejas, y no hubo evidencia concluyente que respalde la existencia de tales habilidades en animales distintos de los humanos.

En primavera, los herrerillos japoneses, familiares de los herrerillos comunes europeos, se aparean y construyen sus nidos en el interior de las cavidades de los árboles, con una pequeña entrada.

Los investigadores simularon esas cavidades arbóreas con cajas nido colocadas en medio de la naturaleza, y, al analizar en detalle más de 320 visitas al nido, vieron como la pareja busca una rama donde posarse antes de entrar y, una vez sobre ella, un miembro de la pareja, generalmente la hembra, agita las alas hacia el otro. Ese aleteo invita al miembro de la pareja que recibe el gesto de aleteo a entrar primero en la caja nido, mientras que el miembro de la pareja que mueve las alas entra en segundo lugar, por lo que se aprecia que ese gesto determina el orden de entrada al nido, que siempre es de uno en uno, y viene a ser equivalente al “después de ti” en la comunicación humana.

Ello llevó a los investigadores a creer que este comportamiento cumple los criterios para ser clasificado como gesto simbólico en estas aves porque sólo se produce en presencia de la pareja y cesa después de que ésta entre en la caja nido.

El investigador de lingüística animal, Toshitaka Suzuki, jefe del equipo, agregó: “Observamos que los herrerillos japoneses agitan las alas solo en presencia de su pareja. El gesto lo realizan más a menudo las hembras, tras lo cual el macho entra en la caja nido, independientemente de cuál hubiera llegado primero. Si la hembra no agita las alas, entonces se introduce en ella antes que el macho en la caja nido. Creemos que caminar sobre dos patas permitió a los humanos mantener una postura erguida, liberando sus manos para una mayor movilidad, lo que a su vez contribuyó a la evolución de los gestos. Del mismo modo, cuando las aves se posan en las ramas, sus alas quedan libres, y eso puede facilitar el desarrollo de la comunicación gestual. Seguiremos descifrando de qué hablan las aves a través de gestos, vocalizaciones y sus combinaciones. Este empeño no sólo nos permite descubrir el rico mundo de los lenguajes animales, sino que también sirve de clave crucial para desentrañar los orígenes y la evolución de nuestro propio lenguaje”.


Fotografía de una bandada de cuervos en el atardecer, tomada de la página Freepik.
El llamado lenguaje de las aves "Jibarrate", se creee, se originó hace millones de años y evolucionó junto con las propias aves. Es un lenguaje muy sofisticado que varía de una especie a otra, y cada ave tiene su propio dialecto único. Algunos investigadores especulan que "Jibarrate" puede haber evolucionado como un medio para establecer territorio, atraer parejas o advertir de un peligro inminente. Si bien los orígenes siguen siendo un misterio, su complejidad y universalidad entre las especies son innegables, implican la vida social que estos muy especiales seres presentan, se basa en una combinación de vocalizaciones, posturas corporales y exhibiciones visuales. Las aves utilizan una amplia gama de sonidos, desde simples chirridos y silbidos hasta complejas melodías y trinos, para transmitir mensajes específicos. Además, emplean varios movimientos corporales, como esponjar las plumas, extender las alas o saltar, para mejorar su comunicación. La estructura de "Jibarrate" tiene muchos matices, con diferentes combinaciones de sonidos y movimientos que transmiten diferentes significados.

Por otro lado, el "cuervo grande" antes denominado "cuervo común" (Corvus corax), presente en casi todo el hemisferio septentrional, es la especie de córvido con la mayor superficie de distribución en el planeta. Convive con los humanos desde inmemoriales tiempos, son decididamente una especie muy exitosa, lo que se explica por su carácter alimenticio de omnívoros, es extremadamente oportunista, alimentándose de carroñas, así como de insectos, de residuos alimentarios, de cereales, de frutas y de pequeños animales, esto último lo ha declarado enemigo de los hombres que viven de sus cosechas. Se han observado varias demostraciones notables de resolución de problemas en esta especie, lo que hace pensar que el cuervo grande es muy inteligente.

El cuervo grande posee uno de los cerebros más grandes de todas las especies de aves, muestra también varias habilidades como la resolución de problemas así como la imitación y la intuición, pueden producir también sonidos no vocales incluidos ruidos con las alas y crujidos de pico. Los crujidos se observaron más a menudo en las hembras que en los machos. Si desaparece un miembro de la pareja, el compañero reproduce sus gritos reclamando su regreso.

Se descubre una característica que se pensaba única en la especie homínida, ahora se observa que la naturaleza otorga similares herramientas a muy distintas especies. Y lo que aún nos falta por investigar y descubrir.



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