Se cumplen 200 años de la primera descripción completa de un dinosaurio.



El Museo de Historia Natural de Londres ofrece charlas y visitas guiadas para celebrar el aniversario y será el próximo mes de octubre en el que abrirá una muestra en torno al autor de la descripción



William Buckland, geólogo británico que estudió los fósiles del espécimen al que llamó Megalosaurus.
Imagen  tomada de Welcome Images, Strange Science.

En febrero de 1824 el científico británico William Buckland (1784 - 1856), dio una conferencia ante eruditos de Inglaterra. Su anuncio cambió el curso de la ciencia, pues describió con rigor académico los huesos de reptiles gigantes encontrados en la campiña inglesa, un nuevo espécimen al que llamó "Megalosaurus", fue el primer "dinosaurio" que recibió un nombre, “el que empezó todo”.

Este año se cumple el aniversario doscientos de este “momento crucial en la ciencia”, que marcó la investigación de los gigantes que habitaron el planeta y dejaron bajo el suelo las huellas de una incógnita que sigue fascinando y un mundo prehistórico que fue completamente un misterio.

Él describió la especie ante científicos estudiosos de los planetas y la Tierra en una reunión de la Sociedad Geológica, el 20 de febrero de 1824. Entonces, erróneamente se confundieron los huesos con los de un lagarto gigante, de ahí la asignación que dio como "Mega" - "losaurus", al combinar las palabras griegas “megas”, de “grande”, y “sauros”, de “lagarto”.

Sería hasta dieciocho años después, esto es, en 1842, cuando Richard Owen (1804 - 1892), acuñaría la palabra “dinosaur”, es decir: dinosaurio; que significa “lagarto terrible”.

Enormes huesos se habían encontrado desde épocas ancestrales. Eran tan grandes que no podían pertenecer a una especie conocida. Los chinos pensaron que se trataban de restos de dragones, en otras partes del mundo se imaginaron humanos gigantes, como los titanes.

A tan sólo unos veinte kilómetros de Oxford se encuentra el pequeño pueblo de Stonesfield. Trabajadores en una cantera encontraron entre las capas de piedra caliza fragmentos de huesos sin parecido a lo ya conocido. Muchos de estos restos fósiles fueron adquiridos por las facultades y museos de la Universidad de Oxford.

Lo anterior es narrado por el Museo de Historia Natural de esa Universidad, una de las más antiguas y prestigiosas en el mundo, durante un recorrido virtual en su página en línea para conocer dos siglos de la historia de los dinosaurios. Una impresionante mansión victoriana resguarda siete millones de objetos, incluidos estos restos que fascinaron a los noveles paleontólogos.

Uno de los curiosos expertos que llegaron a la ciudad al sur de Londres fue William Buckland, interesado especialmente en un fémur gigante, unas cuántas vértebras y un pedazo de mandíbula con dientes. Cuando estuvo listo para publicar la descripción científica del animal fósil en 1824, llevaba ya varios años analizando los restos con otros científicos, como la na- turalista Mary Morland (1797 - 1857) y el anatomista Georges Cuvier (1769 - 1832) con quienes mantuvo correspondencia en la que analizaban el tema.

Este último es quien concluyó que el fémur de Stonesfield perteneció a un reptil de unos doce metros de largo. Buckland notó que los dientes fósiles tenían forma similar a la de lagartos modernos.


Imagen de Megalosaurus bucklandii. Wikipedia

El Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford realiza diversas actividades para celebrar el acontecimiento científico, incluidas charlas y visitas guiadas, además de que en octubre se abrirá la exposición dedicada a Buckland. La Sociedad Geológica en Londres, también imparte conferencias sobre cómo ha evolucionado el entendimiento sobre los dinosaurios en los pasados doscientos años e instaló una réplica de un esqueleto de "Megalosaurus."

Aquellos primeros tiempos, en que los hombres de ciencia europeos, entraban a una etapa de la historia que había estado vedada. Con interpretaciones llenas de extrañas ideas, sobre la fauna y aún sobre la humanidad. En verdad se ha transformado la interpretación sobre estos animales, iniciando con el prolongado tiempo que existieron, habitaron la Tierra en la era mesozoica , desde el período triásico superior hasta fines del cretácico, lo que significa de 245 a 65 millones de años atrás. Con mayor conocimientos sobre sus ascendientes y descendientes, así como sobre sus muy variadas características y capacidades físicas.


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