El cambio climatico y sus circunstancias en el año 2023. Concluyó la COP 28

Casi 200 países lanzaron este miércoles trece de diciembre de 2023, cierre oficial de la Conferencia de las Partes (COP28), un histórico llamado para efectuar "una transición" energética que permita abandonar progresivamente los combustibles fósiles.


La conferencia (COP28) sobre el Cambio Climático de la ONU de este año, es una oportunidad crucial para tomar el rumbo correcto y acelerar la acción para afrontar la crisis climática, teniendo en cuenta los récords de las temperaturas a nivel mundial y los fenómenos temporales extremos que afectan a la población del planeta. En esta, el mundo hará balance del progreso establecido por el Acuerdo de París (tratado climático histórico firmado en 2015) y trazará el plan de acción para reducir las emisiones de forma drástica y proteger vidas y sustentos. Imagen toma de la página Laudato St. Movement.

Esta transición de las energías que han causado el calentamiento del planeta debe acelerarse "en esta década crucial", explicó el texto.

Declaró el presidente de la conferencia, el emiratí Sultan Al Jaber, tras la aprobación de la declaración: "Hemos sentado las bases para lograr un cambio transformador histórico. Por primera vez, tenemos lenguaje sobre combustibles fósiles en una declaración", se congratuló Jaber, ante los aplausos de los ministros y responsables presentes, que negociaron un día más allá del cierre oficial de la COP28, que se llevó a cabo del 30 de noviembre al 12 de diciembre del año en curso.

Afirmó el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra: "Ocho años después del Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático, la comunidad internacional dice que hay que prepararse para dejar atrás las fuentes de energía que le han permitido el mayor crecimiento económico de la historia. Por primera vez en 30 años, podríamos estar acercándonos al principio del fin de los combustibles fósiles. Estamos dando un paso muy, muy significativo para limitar el calentamiento a 1.5°C".

El texto señala:

"La comunidad internacional "reconoce la necesidad de profundas, rápidas y duraderas reducciones de gases de efecto invernadero", y para ello "pide a las partes que contribuyan" con una lista de acciones climáticas, "de acuerdo a sus circunstancias nacionales.

La primera acción es "triplicar la capacidad energética renovable" y "duplicar la eficiencia energética media" de aquí a 2030.

Luego "acelerar los esfuerzos para reducir progresivamente el carbón sin medidas de reducción", acelerar el uso de "combustibles con cero o bajas emisiones" y "efectuar una transición de los combustibles fósiles (...) de una manera justa, ordenada y equitativa".

Ello debe acelerarse "en esta década crucial para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050".

La meta es 2050, pero no deja claro que para esa fecha, clave en el calendario de la batalla climática, los países hayan abandonado totalmente su dependencia de la energía fósil.

Lo que la comunidad internacional reitera es que a mediados de siglo tiene que lograr equilibrar los gases que envía a la atmósfera con los que retiene ("neto cero", o "neutralidad de carbono")".

Si bien, reconocían expertos, el término inglés "transition away" es ambiguo y sujeto a interpretación.


En Dubai, capital del emirato del mismo nombre y parte de los Emiratos Árabes Unidos, se llevó a cabo la (COP28), lo que no deja de ser curioso, que una nación que vive de la explotación petrolera, sea anfitriona de la reunión que busca limitar el uso de las energías fósiles. Fotografía  tomada de la página Futuro 360.

La (COP28) empezó con buen pie el pasado 30 de noviembre, cuando los países acordaron, tras apenas un año de negociaciones, un fondo de daños y pérdidas para los países más afectados por el cambio climático.

La presidencia emiratí organizó en Dubai una enorme conferencia, con más de 80.000 delegados, todo un récord.

El presidente emiratí de la reunión, Sultan Al Jaber, que a su vez es dirige la compañía petrolera de su país, buscaba "un acuerdo histórico", pero su primer borrador suscitó indignación: apenas invitaba a los países a que consideraran "reducir el consumo y producción de combustibles fósiles".

Y ello como parte de un abanico de posibilidades.

Durante dos días consecutivos, los negociadores de casi doscientos países protagonizaron un forcejeo diplomático, habitual en las Conferencias de Partes de la ONU (COP), en las que todo debe decidirse por consenso.

El texto representa un "paso adelante" pero "no suministra el equilibrio necesario para reforzar la acción mundial", reaccionó la "Alianza de los Pequeños Estados Insulares" (Aosis) en un comunicado.

Pero el tono general, en una asamblea cansada tras horas de negociaciones y reuniones, era de satisfacción.

A pesar de todas las promesas, el mundo aumenta invariablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero, y los expertos advierten que, de aquí a 2030, los compromisos de reducciones propuestos en Dubái solo representarán una tercera parte del sacrificio necesario.

El planeta vivió en 2023 su año más caluroso desde que se tienen registros, aseguran los climatólogos.

Se anuncia que la superficie de los océanos del planeta incrementó temperatura como nunca antes, ello ha ocurrió en el transcurso del presente año, que queda como emblemático, al no llevarse a cabo acciones que realmente mitiguen la participación humana, coadyuvante del incremento en las temperaturas. Y en esencia se debe a cuestiones económicas, la falta de resultados concretos.


La temperatura media de la superficie de los océanos alcanzó esta semana un récord de 20.96 ºC, según datos del observatorio europeo Copernicus.
Fotografía de la Agencia Ap / Archivo.

La temperatura media de la superficie de los océanos ha alcanzado un récord de 20.96 ºC, según datos del observatorio europeo sobre el clima "Copernicus" divulgados este verano, indicó un portavoz de Copernicus" a la Agencia Afp, este pico, que de acuerdo con la base de datos "ERA5" se alcanzó el 30 de julio pasado, y superó la marca del récord anterior de 20.95 ºC obtenida en el mes de marzo del 2016.

Plantaciones de macroalgas y geoingeniería, en negociaciones climáticas.


Plantaciones de macroalgas en los océanos a gran escala amenazan la biodiversidad del ecosistema. Fotografía de la Agencia Ap / Archivo.

Advirtió el "Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración" (Grupo ETC): "Plantaciones de macroalgas en los océanos a gran escala que amenazan la biodiversidad del ecosistema o la manipulación genética de cultivos y árboles para que capturen más carbono, son algunas de las técnicas de la geoingeniería que se habían descartado, y ahora se empujan en las negociaciones del clima para que pasen al centro de la atención".

Esta agrupación que se dedica a la conservación y promoción de la diversidad cultural y ecológica y los derechos humanos, abundó en sus argumentos: "La geoingeniería es la manipulación tecnológica intencional y a gran escala del clima del planeta y “hay propuestas muy preocupantes que deben cuestionarse, como nuevos mecanismos de mercado que pretenden legitimar la geoingeniería como forma de ‘remoción de carbono’ y la promoción de técnicas de geoingeniería marina”, mismos que fueron presentados en ocasión de los diálogos de la COP27sobre el Océano y el Cambio Climático de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Se señaló que las tecnologías de geoingeniería no son una solución a la crisis climática, representan graves riesgos ambientales y requieren grandes cantidades de energía, además de que podrían provocar un aumento de las emisiones de "gases de efecto invernadero" (GEI) y mayor disrupción climática.

Apuntó uno de ls voceros del (Grupo ETC): "Las discusiones dentro de la convención contrastan con el enfoque precautorio sobre geoingeniería que se ha adoptado en otros foros intergubernamentales, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Convenio sobre la Prevención de la Contaminación del Mar por Vertimiento de Desechos y Otras Materias".

Y mencionó que una de las principales herramientas retóricas utilizadas por la industria es el concepto llamado “emisiones cero netas” o la pretensión de “neutralidad climática”, lo cual asume que se puede continuar o incluso aumentar las emisiones si se “equilibran” mediante la remoción de carbono de la atmósfera o si se pueden resarcir a través de compensaciones de carbono.

“Esto no es más que un truco de contabilidad que justifica la extracción continua de combustibles fósiles en lugar de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero. Sobre estas engañosas bases, dos mil de las mayores empresas del mundo han anunciado compromisos de ‘emisiones cero netas’ y presionan para que en las negociaciones sobre el Artículo 6.4 del Acuerdo de París, se establezca un nuevo mecanismo de mercados de carbono y compensaciones”.

Finalmente aclaró, la mayoría de las técnicas de remoción de dióxido de carbono son teóricas y especulativas, y ninguna ha demostrado ser útil como medio para remover el carbono de la atmósfera de forma efectiva y permanente.

Consecuencias reales por el Cambio Climático se han modificado los colores de los océanos.


El color de los océanos se ha modificado de manera significativa en los últimos veinte años, lo que centros de investigación en Estados Unidos y Reino Unido atribuyen al Cambio Climático. Fotografia de Europa Press.

Revela un estudio publicado por la revista "Nature", por un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) del Reino Unido y otros organismos,  de estas modificaciones, difíciles de detectar para el ojo humano, se han producido en el cincuenta y seis por ciento de los océanos en el mundo.  El equipo afirmó que han detectado cambios en el color del océano en las últimas dos décadas que no pueden explicarse solo por la variabilidad natural de un año a otro. Las diferencias de color que capta el satélite son demasiado sutiles para que los ojos humanos las distingan. Gran parte del océano se muestra azul ante nuestros ojos, mientras que el color verdadero puede contener una mezcla de longitudes de onda más sutiles, desde azul hasta verde e incluso rojo.

Por ejemplo, las regiones de los océanos tropicales cerca del ecuador se han vuelto cada vez más verdes con el correr del tiempo. Según los autores del estudio, un cambio en el color del océano podría reflejar un cambio en el estado de sus ecosistemas, el azul intenso indica menos vida, mientras que los tonos más verdes indican más actividad del fitoplancton. Es esta una imagen de lo que ocurre en las capas superficiales del agua.

Explicó la coautora del estudio Stephanie Dutkiewicz, científica investigadora principal en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del (MIT) y del Centro para la Ciencia del Cambio Global: "He estado ejecutando simulaciones que me han estado diciendo durante años que estos cambios en el color del océano van a suceder, ver que realmente sucede no es sorprendente, sino aterrador. Y estos cambios son consistentes con los cambios inducidos por el hombre en nuestro clima".

El color del océano es un producto visual de todo lo que se encuentra dentro de sus capas superiores. En general, las aguas de color azul profundo reflejan muy poca vida, mientras que las aguas más verdes indican la presencia de ecosistemas, y principalmente fitoplancton, microbios similares a plantas que abundan en la parte superior del océano y que contienen el pigmento verde clorofila, el cual ayuda al plancton a recolectar la luz solar, que utilizan para capturar el dióxido de carbono de la atmósfera y convertirlo en azúcares.

El fitoplancton es la base de la cadena alimenticia marina que sostiene organismos cada vez más complejos, lo que incluye a: krill, peces, aves marinas y mamíferos marinos. El fitoplancton también es un componente poderoso en la capacidad del océano para capturar y almacenar dióxido de carbono. Por lo tanto, los científicos están interesados en monitorear el fitoplancton en la superficie de los océanos y ver cómo estas comunidades esenciales podrían responder al Cambio Climático. Para hacerlo, los científicos han rastreado inicialmente cambios en la clorofila en función de la proporción de la cantidad de luz azul frente a la verde que se refleja en la superficie del océano, que se puede monitorear desde el espacio. Posteriormente, concluyeron que es más confiable buscar tendencias en todos los colores en lugar de solo en la clorofila.

En el estudio actual, el equipo analizó las mediciones del color del océano tomadas por el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo del Satélite Aqua, que ha estado monitoreando el color del océano durante 21 años. (MODIS) toma medidas en siete longitudes de onda visibles, incluidos los dos colores que los investigadores usan tradicionalmente para estimar la clorofila.


Los cambios de color en la aguas superficiales de los océanos del mundo, se han convertido en una realidad, captada con el uso de del espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) del Satélite Aqua. Fotografía tomada de la página Eco Avant.com.

En el estudio, llevaron a cabo un análisis estadístico utilizando los siete colores del océano medidos por el satélite desde 2002 hasta 2022. Primero, observaron cuánto cambiaban los siete colores de una región a otra durante un año determinado, lo que le dio una idea de sus variaciones naturales. Luego se alejaron para ver cómo cambiaron estas variaciones anuales en el color del océano durante un período más largo de dos décadas. Este análisis arrojó una clara tendencia, por encima de la normal variabilidad interanual.

Para ver si esta tendencia está relacionada con el cambio climático, luego miraron el Modelo de Dutkiewicz de 2019. Este modelo simuló los océanos de la Tierra en dos escenarios: uno con la adición de gases de efecto invernadero y el otro sin él. El modelo de gases de efecto invernadero predijo que debería aparecer una tendencia significativa dentro de veinte años y que esta tendencia debería causar cambios en el color del océano en aproximadamente el cincuenta por ciento de la superficie de los océanos del mundo, que resultó ser casi exactamente lo que encontraron en el actual análisis de datos satelitales.

Ha dicho el doctor B. B. Cael, autor principal del trabajo: "Esto sugiere que las tendencias que observamos no son una variación aleatoria en el sistema de la Tierra, lo que es consistente con el cambio climático antropogénico".

Los resultados del equipo muestran que monitorear los colores del océano más allá de la clorofila podría brindar a los científicos una forma más clara y rápida de detectar cambios en los ecosistemas marinos provocados por el Cambio Climático.

Un panel de expertos en el asunto del cambio climático, indica que limitar el aumento en 1.5 grados no es suficiente.


Plantío de girasoles afectado por la falta de agua en Beaumont du Gatinais, Francia, en 2022. Fotografía Ap.

Limitar el calentamiento del planeta a +1.5°C permitirá frenar el Cambio Climático, pero no el sufrimiento de las poblaciones de los países en vías de desarrollo, advirtió un equipo de 50 investigadores que pertenecen a la "Global Commons Alliance", que es una coalición de más de 70 centros de investigación., en un estudio publicado en la revista "Nature".

Indicaron estos expertos: "Unos doscientos millones de personas en las regiones pobres se verán expuestas a un calor insoportable, y unos quinientos millones a la catastrófica subida de las aguas, incluso si el mundo llegara a respetar ese aumento de 1.5 ºC de la temperatura media del planeta, respecto a la Revolución Industrial". 

Ese escenario es considerado en la actualidad como optimista, puesto que las emisiones de gas de efecto invernadero se mantienen en niveles récord.

Los climatólogos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estiman que las políticas actuales conducen al planeta a un calentamiento de 2.7° C de aquí a finales de siglo.

Según los autores de este estudio: "La temperatura media en la superficie del planeta ya aumentó en cerca de 1.2°C desde la era preindustrial, lo que ya es excesivo. Para evitar que millones de personas se vean expuestas a "perjuicios importantes (…) el límite justo debe ser fijado en 1°C o menos" y la concentración atmosférica de CO2 -actualmente de 420 partes por millón (ppm)- debe ser reducida a 350 ppm".

Declaró Johan Rockström, autor principal del estudio, en alusión a la nueva época geológica marcada por el impacto del ser humano en el planeta: "Nos hallamos en el Antropoceno, lo que pone en peligro la estabilidad y la resiliencia de todo el planeta. La humanidad ya ha franqueado seis de las nueve líneas rojas que afectan a la salud del planeta: el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero, la aceleración de la extinción de especies, el exceso de azote y fósforo en la atmósfera (a causa principalmente de los abonos), la deforestación, el exceso de uso del agua potable y la omnipresencia de productos químicos sintéticos".

Un foro internacional más, llevado a cabo por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), palabras expresadas en discursos y plasmadas en documentos de acuerdos, es deseable se transformen en acciones concretas, dado que ya vivió la humanidad el año más caluroso de la historia reciente.

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