Con la idea de que los robots son por default demasiado humanos.

Un robot es una entidad virtual o mecánica artificial, ya en  la práctica, por lo general un sistema electromecánico que, por su apariencia o sus movimientos, ofrece la sensación de tener un propósito propio. La independencia en sus acciones hace que sus acciones sean la razón de un estudio razonable y profundo en el área de la ciencia y tecnología. La palabra puede referirse tanto a mecanismos físicos como a sistemas virtuales de "software", aunque suele aludirse a los segundos con el término de "bots".

Actualmente podría considerarse que un robot es una "computadora" con la capacidad y el propósito de movimiento que en general es capaz de desarrollar múltiples tareas de manera flexible según su programación; así que podría diferenciarse de algún electrodoméstico específico.

Los robots domésticos para la limpieza y mantenimiento del hogar son cada vez más comunes, sin embargo, existe una cierta ansiedad sobre el impacto económico de la automatización y la amenaza del armamento robótico, una ansiedad que se ve reflejada en el retrato a menudo perverso y malvado de robots presentes en obras de la cultura. Comparados con sus colegas de ficción, producto de la desbordada imaginación humana, los robots reales siguen siendo limitados, también producto de la imaginación humana, atada a objetivos concretos.


Se recrean los humanos cuando desarrollan un robot.
Fotografía tomada de la página The Conversation.

Al pensar en robots o aún en "Inteligencia Artificial" (IA) asalta la memoria una galería fantástica incubada en la cultura popular. Representaciones infantilizadas de hojalata y transistores que se mueven con rigidez mecánica o seres malévolos, con voluntad propia y sin compasión. Coincidentemente con las características con que se visten a los posibles visitantes extraterrestres.

En la novela de ciencia ficción, de Philip Kindred Dick, (1928 - 1982)"¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" (1968), esos personajes son más sofisticados porque sugieren la posibilidad de anidar anhelos y rebeldía, impulsos demasiado humanos. De hecho, en su ficción exploró diversas cuestiones filosóficas y sociales, como la naturaleza de la realidad, la percepción, la naturaleza humana y la identidad, y comúnmente presentaba personajes que luchaban contra elementos como realidades alternativas, entornos ilusorios, corporaciones monopolísticas, abuso de drogas, gobiernos autoritarios y estados alterados de conciencia.

Pero tanto la (IA) como los robots se han colado desde hace tiempo en el quehacer de las sociedades avanzadas. La industria manufacturera y la guerra, ante todo, son las que más invierten y la explotan. Aunque, como explica el físico y doctor en Filosofía de la Ciencia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y especialista en temas de ética aplicada a la robótica y la inteligencia artificial, Adrián Santuario: "Hemos convivido un par de siglos con un mecanismo que se acoge a una de las definiciones de robot: el flotador del retrete, condenado a vivir en el anonimato vulgar de los baños, es un invento de finales del siglo XVIII obra del mexicano José Antonio de Alzate y Ramírez (1737 - 1799). Es un dispositivo sujeto a determinados comandos que reacciona al ambiente y ejecuta una acción de acuerdo con su diseño; es decir, tiene un algoritmo y, por tanto, cumple con ciertas exigencias mínimas que algunos investigadores consideran propias de lo robótico".

Hay formas más sofisticadas en este tema que invaden la vida cotidiana, incluso a ras de suelo. Las barredoras rastreras que se mueven de acuerdo con programas y sensores que les indican hacia adónde desplazarse para enfrentar al enemigo, el polvo. Y por supuesto, a través de vuelos, que los remontan a cubrir grandes distancias como sucede con los "Vehículos Aéreos No Tripulados" (VANT), también conocidos como "drones", que también están para enfrentar al enemigo, que puede ser muy variado, de acuerdo a los objetivos del humano que les utiliza.

Agrega el doctor Santuario" en una entrevista en video para la Revista de la Universidad de México: “Un robot puede ser no sólo algo tangible con motor, sino algo más etéreo que sólo viva en una computadora”.


Están hechos los robots a "Imagen y semejanza".
Fotografia tomada de la página Ifema.

El especialista detalla que: “Un robot puede ser un autómata, un dispositivo mecánico, electrónico o digital, con reglas preestablecidas para ejecutar una acción; robot, la idea más compleja de éste, es un ente que puede ser digital o electrónico, o ambos, y ejecuta una acción, pero gracias a una retroalimentación que proviene de sensores al ambiente, y la última definición es mucho más compleja y se refiere, precisamente, a la inteligencia artificial”.

El doctor Santuario, nacido en 1986, actualmente se desempeña como "VP" de Ciencia de Datos en "Klustera", además de ser profesor en la Facultad de Ciencias de la (UNAM) y miembro del consejo de planeación y evaluación del "Festival Transitio Mx". Su obra ha sido exhibida en el Laboratorio Arte Alameda, el Centro Multimedia del CENART, la Science Gallery en Irlanda y el MediaLab Prado en España. Tomó notoriedad encuentro país al retomar una estadística del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), sobre la manera en que la "Movilidad Social", es afectada por el color de piel de la persona, su obra se publicó como: Cromatocrácia: el Pantone® de los partidos políticos en México”, del 2017; en el que se muestra el manejo de Ciencia de Datos, proyecto que se ha convertido en exitoso.

Entonces, los seres humanos se proyectan en sus obras, sucede con estas herramientas tecnológicas, las que han avanzado a grado tal, hasta hacer posible se presenten en el año 2023, como entes individuales, y se intuya que son capaces de desarrollar cualidades humanas por si mismos. Es un campo de investigación de reciente creación y la polémica le impulsa.




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