Lo de hoy en la pandemia Covid-19


Las cifras actualizadas de la pandemia, el resultado de investigaciones sobre el coronavirus y un nuevo enfoque para eliminar su efecto que difiere del principio biológico de las vacunas, ademas de información del análisis sobre los efectos psicológicos en las sociedades humanas por el confinamiento y las nuevas pautas que se observan en la forma en que la pandemia se comporta al paso del tiempo.

Según balance establecido por AFP este martes (18 de agosto del 2020), a las 11 horas GMT en base a fuentes oficiales, la pandemia de Covid-19 ha provocado al menos 774 mil 832 muertos en el mundo desde que la oficina de la Organización Mundial de la Salud  (OMS) en China dio cuenta de la aparición de la enfermedad en diciembre de 2019, además se contabilizan 21 millones 936 mil 820 personas contagiadas en 196 países o territorios. La tasa de letalidad (número de fallecimientos entre número de contagiados) después de transcurridos ocho meses es de 3.53 % (en lo sucesivo se nombra "letalidad").

Mónica Olvera de la Cruz es profesora en Northwestern, egresó de la UNAM y se doctoró en Cambridge (Foto: Twitter@ACSCentSci)

Doctora Mónica Olvera de la Cruz, Tomada de INFOBAE.

Según las autoridades se han recuperado al menos 13 millones 623 mil 700, que representa el 62.10 %.

El lunes 17 de agosto, se conoce que en el mundo hubo 4 mil 233 nuevas muertes y 220 mil 645 nuevos contagios.

El panorama por continente es el siguiente:

América contabiliza un total de 423,032 muertes, y en cuanto a contagios se tiene conocimiento de 11 millones 786 mil 246, 3.59 % de letalidad.

Asia tiene registrados 114,461 decesos y 5 millones 432 mil 401 contagios, 2.10 % de letalidad.

Europa acumula 210 mil 978 fallecimientos de un total de 3 millones 562 mil 495 de infectados, 5.92 % de letalidad.

África ha registrado  25 mil 890 fallecimientos y un millón 129 mil 613 de contagios, 2.29 % de letalidad.

Oceanía tiene un registro de 471 fallecidos y 26,072 infectados, 1.81 % de letalidad.

Afp  martes, 18 ago 2020
En una estación de trenes de Yakarta, Indonesia. Foto Afp

Y en Asia surge el día de hoy la siguiente información.

El coronavirus "SARS-CoV-2" ha entrado en una "nueva fase" en la región Asia-Pacífico, donde se propaga actualmente entre los menores de 50 años a menudo asintomáticos, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) este martes.

Y las personas sin síntomas o son síntomas leves corren el riesgo de infectar a personas de edad avanzada o con problemas de salud, dijo Takeshi Kasai, director de la OMS para el Pacífico occidental, en una rueda de prensa telemática.

"La epidemia está cambiando. Las personas de 20, 30 o 40 años son cada día más una amenaza", dijo. "Muchos no saben que están infectados. Tienen síntomas ligeros o a veces ningún síntoma".

"No estamos viendo únicamente un rebrote, yo veo señales de que hemos entrado en una nueva fase de la pandemia en Asia-Pacífico", dijo Kasai.

Dos tercios de los contagiados de los últimos días en Japón tienen menos de 40 años, según datos de la OMS. Igual ocurre con la mitad de los infectados en Filipinas y Australia.

"Hay que redoblar esfuerzos para que el virus no llegue a las poblaciones más vulnerables", advirtió Kasai.

Países donde la epidemia parecía estar controlada como Nueva Zelanda, Vietnam o Corea del Sur detectaron nuevos focos últimamente, lo cual obligó a las autoridades a reimponer restricciones en varias ciudades.

Recurrir a confinamientos localizados, sin consecuencias económicas tan graves para los países, parece estar funcionando en muchos casos y resultaría una herramienta útil a largo plazo, según Kasai.

Sin embargo, "la amenaza perdurará mientras el virus circule y no estemos inmunizados contra él", advirtió.

Los efectos psicológicos y sociales en las poblaciones humanas 

Y en el continente americano se realizan análisis y estudios sobre los efectos de la pandemia entre la población. La afectación se ha establecido que alcanza grandes segmentos de entre la población. Es pues una realidad que la situación socio-económica, juega un papel importante en la situación que padecen las grandes mayorías, al vivir el confinamiento y las repercusiones sobre su economía personal y familiar.

Depresión, ansiedad, estrés: la pandemia de Covid-19 causó una "crisis de salud mental" sin precedentes en todo el continente americano, y llevó a un "alza de la violencia doméstica", alertó el martes la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

"La pandemia de Covid-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra región a una escala que nunca antes habíamos visto", dijo en rueda de prensa Carissa Etienne, directora de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según las encuestas, en Estados Unidos, Brasil y México, los tres países americanos más afectados por el coronavirus, aproximadamente la mitad de los adultos están estresados debido a la pandemia. Esto ha incrementado el consumo de drogas y alcohol, lo cual "puede exacerbar los problemas de salud mental", advirtió Etienne.

Dijo además que las medidas para frenar los contagios, sumadas a los impactos sociales y económicos del virus, "están aumentando los riesgos de violencia doméstica".

"El hogar no es un lugar seguro para muchos", subrayó, al señalar una multiplicación de los pedidos de ayuda por abusos en Argentina, Colombia, y México.

Por otra parte, debido a la interrupción de ciertos servicios de apoyo y el aislamiento de las víctimas, "es probable que se subestime el alcance real de la violencia doméstica durante la Covid-19", apuntó.

Etienne dijo que las "necesidades crecientes" de atención de la salud mental y los "recursos reducidos para abordarlas" crean una "tormenta perfecta" en muchos países.

"Es urgente que el apoyo a la salud mental se considere un componente fundamental de la respuesta a la pandemia", pidió.

Con casi 11millones y medio de casos y más de 400 mil muertos, puntualizó, el continente americano sigue siendo el más golpeado por la Covid-19 en el mundo, con 55% de la nuevas infecciones reportadas la semana pasada, "Tienen aproximadamente el trece por ciento de la población mundial, pero suman hasta ahora el 54.65 % de las muertes mundiales reportadas oficialmente", dijo Etienne, basada en información de la propia organización Panamericana..

Si bien, Estados Unidos y Brasil, son los países más impactados, se ha observado "una tendencia creciente" en zonas hasta antes estables durante varias semanas, como lo son los países del Caribe, destacando a República Dominicana, Jamaica, Bahamas y Trinidad y Tobago.

Naciones con altos indices de pobreza, que conllevan esquemas socio-económicos de mayor vulnerabilidad. Los países asiáticos, africanos y aún europeos, presentan comportamientos similares entre sus poblaciones, pues existen similitudes entre los humanos, y la violencia es una posible respuesta entre los miembros de la especie.

Se entiende que la tendencia detectada en el continente Americano no es excepcional, y si bien, porcentualmente afecta a los sectores menos favorecidos, no implica que estos comportamientos sean exclusivos de estos sectores, pero si son más recurrentes.

Ahora se da paso a información sobre las investigaciones sobre el tema que hoy nos ocupa y un resultado recientemente dado a conocer, un nuevo camino para intentar detener al virus que propicia la enfermedad Covid-19.

En la prensa nacional mexicana, entre otros medios de comunicación, ha aparecido el día de hoy información sobre una investigación sobre la manera de anular al coronavirus SARS-CoV-2, he aquí un resumen de lo publicado en la página de INFOBAEBBC Mundo.

Como especialista en física enfocada en la ciencia de los materiales, la doctora mexicana Mónica Olvera trabajaba en sus propios desarrollos tecnológicos hasta que la pandemia de covid-19 cambió las cosas. Olvera de la Cruz es oriunda de Acapulco, en el estado de Guerrero, es egresada de la carrera de Física, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cuenta con un doctorado por la Universidad de Cambridge. Se convirtió en asistente de profesor y por sus logros alcanzados fue nombrada líder de su equipo de trabajo

Fue su hermano quien enfermó de gravedad en México, lo cual llevó a la científica a enfocar sus estudios en entender cómo el virus SARS-CoV-2 interactúa con el cuerpo humano a un nivel físico-biológico.

"Yo no tenía nada que ver con medicina. Yo soy científica en ciencia de materiales. Pero a la hora de ver este problema tan fuerte, entramos en acción", declaró la especialista.

Su equipo en la Universidad Northwestern analizó las diferencias entre el coronavirus que causó la epidemia SARS de 2003 y el causante de la enfermedad covid-19.

Desde su campo de especialidad, estudio a los virus, realizando una investigación a nivel computacional , logrando encontrar, lo que ella llama "un punto débil" por donde se le puede atacar, en las interacciones electroestáticas que le dan la posibilidad de unirse a las células humanas.

"No encontré una cura, hallé un método científico que da una dirección. Lo que hicimos fue buscar otra manera de vulnerar, de reducir la atracción entre la proteína spike (del SARS-CoV2) y el receptor humano donde se pega el virus. Estamos bloqueando al virus", señala al explicar cómo su experimento a nivel molecular ha reducido de manera inicial en 30% la conexión del patógeno con los receptores humanos.

"Antes de ingresar el virus al organismo que va a infectar, sí podemos atacarlo para que ya no tenga tanta energía de atracción, es decir, que no sea capaz de infectar. Y si, llega a entrar, que esté bloqueado el sitio", explicó la doctora.

"Es otra manera de curar. Esto no son anticuerpos, como los de las vacunas, los cuales tienen el problema de que pueden hacer resistente al virus. Hay muchos casos en los que los virus se vuelven resistentes a los anticuerpos", añade.

En tres meses la doctora Olvera espera diseñar un polímero -un compuesto químico- que triplique la efectividad del bloqueo y que esto se convierta en una forma de proteger al cuerpo de un virus tan contagioso como el SARS-CoV-2. este se incorpora al cuerpo a través de sus proteínas S, que hacen contacto con la enzima convertidora de angiotensina (AC2) de las células humanas.

Dichas células con (AC2) están presentes en las células epiteliales nasales faríngeas, que se constituyen como el primer contacto con el virus y también en las células del corazón, en el estómago, en el riñón, cerebro y células de los conductores de aire más bajo y gastrointestinales, "por eso cuando infectan a un ser humano este virus puede dañar los órganos", explica Olvera.

En su estudio, hecho en colaboración con el doctor Baofu Qiao, detectó que el SARS-CoV-2 tiene conexiones con cargas positivas en la proteína espiga (spike) de su corona que pueden ser bloqueadas.

Y agregó: "La energía de atracción entre ese grupo que está en la spike y las células epiteliales era más débil en el primer coronavirus que en el SARS-CoV-2. Nos dimos cuenta de que si mutábamos los que no estaban en el de 2003, la atracción con el receptor bajaba. Nada más lo mutamos y bajó muchísimo su atracción".

El trabajo de bloqueo se dio en uno de los tres grupos de la proteína espiga, lo que redujo en un 30% la capacidad del virus para conectarse con el receptor, en este caso las células del cuerpo.

A diferencia de otras investigaciones, Olvera y Qiao detectaron un sitio con carga positiva, llamado sitio de escisión polibásico, a 10 nanómetros (algo sorprendentemente "lejano" de la base, en términos de esas mediciones) en la proteína espiga.

Así que si se obtiene un polímero que bloquee los tres grupos, como lo están investigando, el resultado podría triplicarse y hacer que el nuevo coronavirus tuviera muy poca oportunidad de atacar al organismo.

"Quiero diseñar uno que ataque a todos. Es muy complicado, es un diseño difícil. Pero la idea es crear una protección bajo un diseño que funcione y quede probado en un laboratorio", señala la científica.

El proceso de crear un polímero que actúe contra las espigas del SARS-CoV-2 puede tomar de dos a tres meses.

Una vez creado, habría que elegir un medio de administración. Y al doctora Olvera considera que podría funcionar a través de un aerosol, con las ventajas que eso tiene.

"Los virus son tremendos. Pueden usar las cápsidas (estructuras) de otros virus y el ARN, duplicarse y mutar", advierte.

Y es que las vacunas en las que trabajan a contrarreloj varios países y organizaciones enfrentan el problema de que los anticuerpos que generen puedan ser inefectivos ante mutaciones del SARS-CoV-2.

"Queremos crear algo que no sea biológico, que no cree resistencia. Evitar que el virus encuentre otras maneras de salir adelante. Creemos que puede ser una manera de debilitar el virus, diferente a lo que se está haciendo", añade.

Si las mutaciones mantuvieran los mismos grupos polibásicos para atraer células receptoras del cuerpo, el remedio seguiría funcionando.

La investigación fue encabezada por la multicitada doctora Mónica Olvera de la Cruz, actualmente profesora Lawyer Taylor de Ciencia e Ingeniería de Materiales en la Escuela de Ingeniería McCormick de Northwestern. Mientras que Baofu Qiao, quien es profesor asistente de investigación del grupo de investigación de la científica mexicana, destaca como el primer autor del artículo publicado en la revista "ACS Nano" el pasado día dos de agosto.

“Este trabajo, además de arrojar luz sobre el mecanismo por el cual la proteína pico del SARS-CoV-2 se une a las células humanas, sugiere el diseño de péptidos terapéuticos para apuntar a los sitios de escisión polibásicos que inhiben la unión del RBD del SARS-CoV-2 a ACE2”, concluyen los investigadores en su publicación.


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Los científicos de la universidad de Northwestern, que descubrieron la vulnerabilidad en la proteína espiga, pico del nuevo coronavirus, lo que dispondría de un tratamiento contra la COVID-19. Al centro la Doctora Monica Olvera, a su lado Baofu Quao. Tomada de INFOBAE.


Con los datos de su investigación, los profesores de la universidad de Northwestern pretenden asociarse con químicos y farmacólogos de esa institución y así diseñar un nuevo fármaco que sea capaz de unirse a la proteína del pico del virus.


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