Los fósiles dan que hablar: "Archaeopteryx", vuela lejos.

Después de más de siete años de investigaciones se ha encontrado una nueva especie del “Archaeopteryx”, y el descubrimiento es importante en la medida que se ha considerado esta especie como el eslabón entre aves y dinosaurios.

Se le ha llamado en ocasiones: "icono de la evolución" y en otras: "eslabón perdido"; y su papel se desarrolla entre dinosaurios y aves.



Ilustración de la nueva especie “Archaeopteryx albersdoerferi”, creado por Zhao Chuang, tomada de ABC.

El conocido “Archaeopteryx” se ha convertido en uno de los descubrimientos de fósiles más famosos de la paleontología, y ahora un grupo de científicos reportó el descubrimiento de una nueva especie de este animal. Investigadores de la Universidad de Manchester informaron que los restos están más cerca de las aves modernas en términos evolutivos.

Ellos forman parte de un equipo internacional de científicos, fue el Doctor John Nudds por la Universidad de Durham, y que actualmente labora en la “Escuela de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente”, quien comentó que aplicaron en el encontrado “Archaeopteryx” un examen con el “sincrotrón”, esto es, un análisis de “rayos X” en tercera dimensión.

Fotografía del Doctor John Nudds, tomada de The Conversation.

Es el “European Synchrotron Radiation Facility” (ESRF) in Grenoble, donde se han realizado los experimentos cuyo resultado aquí se describen y puede ser entendido como un super microscopio dotado con unos poderosos “rayos X”, es un estructura circular de 844 metros de circunferencia, por cuyo interior circulan, en el vacío, electrones que llegan a alcanzar una energía de unos seis mil millones de electro voltios.



Fotografía del European Synchrotron Radiation Facility” (ESRF), tomada de Win 911.

Este acelerador de partículas está siendo utilizado por una gran cantidad de científicos de diversas especialidades, entre las que se encuentran la Física, la Biología, el Arte, la Arqueología, etc. El Sincrotón está compuesto por un cañón de electrones que son acelerados a velocidades cercanas a la de la luz, de ahí son llevados a un anillo, en donde se genera un haz de luz de muy alta intensidad, en una gama muy grande de longitudes de onda, desde la luz visible hasta los “rayos X”, la salida de este anillo se realiza en trayectoria transversal del círculo y se guían a diferentes cabinas científicas, llamadas “líneas de haz”, que es el lugar donde se realizan las mediciones, mediante el uso de instrumentos.

En un comunicado reportaron que este fósil individual, conocido como “espécimen número ocho”, está físicamente más cerca de un ave moderna que de un reptil. Por lo tanto, es distintivo evolutivamente y lo suficientemente diferente como para describirlo como una nueva especie: “Archaeopteryx albersdoerferi.

Algunas de las diferentes características esqueléticas de la pieza analizada incluyen huesos craneales, diferentes fajas pectorales (pecho), elementos de las alas y una configuración reforzada de metacarpianos (mano), toda esta información se estableció en una publicación realizada en la revista especializada “Historial Biology

Estas particularidades se observan más en las aves voladoras modernas, que en las especies más antiguas de “Archaeopteryx lithographica, las cuales se parecen más a los reptiles y dinosaurios.

La muestra número ocho es la más joven de las 12 muestras conocidas en aproximadamente medio millón de años, se encontró en Daiting (Alemania) en 1990.

Al diseccionar digitalmente el fósil, identificaron que este espécimen difería de todos los demás al poseer adaptaciones esqueléticas que habrían resultado en un vuelo mucho más eficiente.

Archaeopteryx”se describió por primera vez como el "eslabón perdido" entre los reptiles y las aves en 1861, y ahora se considera como el vínculo entre los dinosaurios y las aves.


Fotografía del fósil considerado una nueva especie, tomada de La Jornada y a su vez de Wikipedia.org 

Se han reportado 12 especímenes, todos pertenecen al “Jurásico de Baviera”, en el territorio que ahora es Alemania, que data de aproximadamente 150 millones de años. Son tan diversos que se han recibido propuestas para considerar a cada uno de ellos como especies distintas, pero una organización más detallada solamente considera dos especies, en las que se ubican los once restantes, y son: “A. lithographica” y “A. siemensii”.

El autor principal, el Doctor Martin Kundrát, de la Universidad de Pavol Jozef Šafárik, de Eslovaquia, destacó que “esta es la primera vez que se ven numerosos huesos y dientes de “Archaeopteryx” desde todos los aspectos, incluida la exposición de su estructura interna”.

Agregó que el uso de la microtomografía de sincrotrón fue la única forma de estudiar el espécimen, ya que está comprimido con muchos huesos fragmentados parcial o completamente ocultos en la piedra caliza.

El espécimen de la nueva especie, debió haber existido unos cuatrocientos mil años después que cualesquiera de los otros individuos fosilizados existentes, estaba enterrado en la formación denominadas Mörnsheim, que constituye con toda claridad un depósito mucho más reciente, que los estratos en los que han aparecido los demás “Archaeopteryx”.

Y abunda en el tema el Doctor Benjamin Kear de la Universidad de Uppsala (Suecia): “...cuando examinamos las relaciones evolutivas de varias especies de “Archaeopteryx”, encontramos que sus características relacionadas con el vuelo habían aparecido por separado de las de los dinosaurios, ello nos lleva a concluir que los estilos de vida voladores se han desarrollado más de una vez.”

Así se tiene, que hace unos ciento cincuenta millones de años, la parte que hoy ocupa el sur de Alemania, estaba cubierta por un mar poco profundo, salpicado de islas tropicales, que como ocurrió en tiempos más modernos en las “Islas Galápagos”, en su diversidad de medio ambientes en las islas fomentó una rápida evolución.

Se comprueba la capacidad de vuelo del “Archaeopteryx”.

Así mismo se ha utilizado esta nueva tecnología para determinar la factibilidad de vuelo de esta especie de dinosaurio, en consecuencia de que ahora ya no es necesario remover los restos fosilizados, sino que se analizan en el lugar y estado físico en que se encuentran, preservando la materia y logrando obtener resultados pasmosos. Se llega a la observación de la estructura atómica y molecular de los fósiles.

La clave de este hallazgo la constituyó la geometría de los huesos de las alas, que corresponden a los diseños utilizados en los vuelos activos, pero no similar a las de las aves rapaces, si no como la de los vuelos de los faisanes, cuyo objetivo era el de burlar depredadores o superar obstáculos.

Se pudo establecer que la arquitectura de los huesos apendiculares resulta de la acción de la evolución mediante la selección natural, favoreciendo la resistencia y minimizando la masa ósea, también la forma en que se acomodan los huesos a las fuerzas que actúan durante la vida del organismo.

El investigador, de este otro estudio, Dennis Voeten de la Universidad Palacky (República Checa), que es el autor principal del mismo, ha expresado: “Su anatomía simplemente no es capaz de realizar los movimientos de un pájaro actual. Esto es consecuencia directa de que no se puede resolver únicamente con la geometría del hueso del ala.”




Fotografía de Dennis Voeten, tomada de Human of ESRF.

Se informó que se hizo especial énfasis en la parte media de los huesos del brazo porque en esas secciones se hallan las señales de este rasgo evolutivo, informando que : “Este dinosaurio no presenta las adaptaciones de la cintura pectoral que caracteriza a las aves modernas, por lo que el tipo de vuelo activo que les caracterizaba debía ser distinto.” 

Otra característica especial en el espécimen estudiado, la constituye el grosor encontrado en las paredes óseas, mucho más delgadas que las de los dinosaurios terrestres, se asemejan, por tanto, a las de las aves conocidas en la actualidad.

Las estimaciones hechas establecen que los individuos de la especie podrían haber recorrido distancias de entre veinte y mil quinientos metros, sin embargo, Dennis Voeten también aclaró que: “Reconstruir a ciencia cierta la distancia de vuelo depende de su rendimiento metabólico y muscular, además de su aerodinámica”.

También se ha considerado el entorno en que se ubicó el organismo en vida, el ambiente climático fue un archipiélago tropical, en el que lo común es la posibilidad de cambiar de isla con frecuencia, inclusive para escapar de depredadores.

Su plumaje es lo que puso el foco de atención sobre el dinosaurio: lo perfectamente apreciable que eran las plumas en el fósil hallado en Alemania. De hecho, las representaciones de dinosaurios gigantes como el “Tyranousaurio rex” dejaron hace unos años de tener el aspecto de reptiles gigantes repletos de escamas, para ser representado cubiertos de plumaje, al menos una gran mayoría de ellos.

La evolución es una marcha de ida y regreso, de intentos diversos, lejos del estatismo la naturaleza siempre está en movimiento, nunca deja de proponer cambios, quizás con un gran desperdicio de recursos, de vidas, de trabajos admirables previos, pero con resultados muy efectivos.

Desde el inicio de la vida en nuestro planeta, la asociación para dar lugar a seres más complejos, el invento de la procreación sexual, que trajo como consecuencia la muerte de los organismos y el surgimiento de las enfermedades de origen en la vida misma, el descubrimiento de la multicelularidad, y con animales y plantas multicelulares el dominio de los distintos medios físicos: aire, mar, tierra desde los desiertos hasta las selvas.

Nos llegan las pruebas sin que exista un orden lógico, los avances y descubrimientos, podrían ser calificados de fortuitos, el avance en las investigaciones, con el uso de tecnologías cada vez más efectivas.

Mientras tanto nos divertiremos con lo que alcanzamos a atisbar del futuro.


Recreación del “Archaeopteryx albersdoerferi”, tomada de Nivel Uno.

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