Nobel de Medicina 2018

Este mes de octubre se distinguió por ser en el que se ha realizado la designación de los ganadores de los premios Nobel, pero no todo se ventila en ese afamado foro de difusión de los avances obtenidos en las ciencias.

Hoy me refiero al premio correspondiente a Fisiología o Medicina. 

En el frente ruso, por otra parte, se ha informado de los avances logrados con una técnica complementaria a la premiada por el comité encargado del Nobel, aunque las tres están fundamentadas en el mismo principio.

Una modificación en el punto de vista en el ataque a las células afectadas. Siempre se buscaba una medicina que por si misma atacara al “cáncer”.

Desde la década final del siglo veinte, el enfoque empezó a ser diferente, dos equipos de trabajo empezaban sus trincheras de combate, pero ahora, con un nuevo plan de enfrentamiento.

Ahora se buscaba que la principal arma para combatir el cáncer, fuera el propio organismo. Se había descubierto que el sistema de “autodefensas”, tenía frenos en el propio organismo.

Si se mira con cercanía el extraño comportamiento del sistema que defiende al organismo de agentes externos que realizan acciones dañinas. Nos toma por sorpresa el hecho de que el mismo organismo sabotee su defensa.

Esta nueva estrategia se ha denominado “Inmunoterapia”, y se apoya en la premisa de que el sistema inmunitario del organismo presenta la principal característica por su capacidad de reconocer el “yo” y el “no yo”, los virus y las bacterias son identificadas como extrañas y entonces el sistema les ataca.

Imagen de Linfocitos “T”. 

Tomada de BBC News Getty images

Actualmente existen cuatro variantes de inmunoterapia, es decir, sobre el procedimiento que haciendo uso del sistema inmunitario lucha contra las enfermedades.

Estas 4 variantes, por cierto, las más estudiadas, son: 

Inhibidores de “Puntos de Control” (checkpoint), 

Terapia celular con Linfocitos “T”, 

Anticuerpos bi – específicos y 

Vacunas anticancerosas.

En el juego de la bioquímica del organismo pasan situaciones que nos resultan raras, el método tiene fallas, las sustancias que el cuerpo genera, funcionan en contra del mismo.

Se ha logrado encontrar que existen dos proteínas, que se comportan de tal forma, que frenan el impulso destructor para con los extraños del organismo por parte del sistema inmunitario.

James P. Allison, de la Universidad de Texas en Estados Unidos, y Honjo Tasuku, de la Universidad de Kioto en Japón, compartieron en 2018 el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, que se otorgó a su "terapia contra el cáncer por la inhibición de la regulación inmune negativa".

Tasuku Honjo (27 de Enero de 1942), doctor en inmunología por la Universidad de Kioto, también descubrió una proteína generadora de un proceso celular de muerte programada, conocida como apoptosis.

James P. Ellison (7 de agosto de 1947) es profesor y director ejecutivo de la plataforma de inmunoterapia del “M. D. Anderson Cancer Center” ligado a la Universidad de Texas. 

Proteínas, sustancias de efectos mágicos como “puntos de control”.

“CTLA-4” (citotoxic T-lympochyte antigen 4) y “PD-1” (programmed death 1 receptor). Dos proteínas creadas por el organismo, la primera fue estudiada por el investigador James P. Ellison, la segunda por Tasuku Honjo. Ambas comparten la característica de poner freno a las principales células componentes del sistema inmunitario humano.

Honjo descubrió que la proteína “PD-1” es capaz de detener la función de las células primordiales del sistema inmunitario, y Ellison encontró la proteína “CTLA-4” que realiza la misma función pero ambas manejan estrategias distintas.

“Pembrolizumab”, es el nombre de la medicina que ya autorizada, se suministra a los pacientes de cáncer, y se desarrolló con el equipo de trabajo que dirige Tasuku Honjo. 

Se ha comentado que el éxito del medicamento que actúa como un anticuerpo propiciando que las células principales del sistema inmunitario llamadas “linfocitos T” actúen de forma efectiva para acabar con los tumores, y ya ha probado su eficiencia en los casos pulmonares y renales.

Mientras que el medicamento correspondiente a los esfuerzos de trabajo del equipo de James P. Ellison, se ha mostrado más eficaz en el tratamiento de melanoma.

El “pembrolizumab”, no es único, afortunadamente se han desarrollado diversos tipos de medicamentos, aunque e importante que no ha logrado un éxito del cien por ciento, pero en casos específicos, ya documentados, ha logrado detener el mal, no obstante que ya estuviera en la etapa de diseminarse por el cuerpo (metastasis).

Existen cuatro productos comercializados, el mencionado "Pembrolizumab" es de laboratorios Merck, pero también están “Ipilimumab” y “Nivolumab” de Brystol-Myers Squibb y el “Atezolizumab” de Genentech subsidiaria de Roche. Lamentablemente también se han documentado efectos adversos con la aplicación de los medicamentos, que suponen siempre vía intravenosa. Superados con inmunosupresores y esteroides.

Se tiene el caso del expresidente norteamericano Carter, que a los 91 años fue diagnosticado con cáncer en etapa terminal, con metástasis incluida, y que para el año en curso, en que ya cumplió los 94 años, no tiene ya la presencia de cáncer hepático, ni tampoco la que se detectó se había alojado en su cerebro por metástasis.

CAR es una proteína híbrida capaz de unirse selectivamente con los antígenos que activan las células “T” del sistema inmune, para que ataquen las células cancerosas. 

Foto tomada de http://mom.ceb.edu.es

El pasado martes 9 de octubre en Novosibirsk, científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular (IBMC) de la Sucursal Siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia, informaron que están desarrollando nuevos métodos de tratamiento del cáncer basándose en una tecnología que complementa la de inmunoterapia que recibió el Premio Nobel en 2018, informó a los periodistas el experto del IBMC, Serguey M.Kulemzin.

El descubrimiento, como antes se menciono, que data de la década de los años noventa del siglo veinte, permitió crear fármacos contra los tumores malignos.

El sistema inmune del ser humano es capaz de identificar y destruir las células cancerosas, pero sus receptores externos pueden dar tanto la señal de atacar el tumor como la de "no hacer nada".

Allison y Tasuku aprendieron a bloquear la señal negativa con la ayuda de los inhibidores de “checkpoint”, resultado de lo cual la célula del sistema inmunitario empieza a destruir con eficacia el tumor.

"En nuestro Instituto también nos dedicamos a la inmunoterapia del cáncer, pero no con la ayuda de los inhibidores de “checkpoint”, sino con las células “CAR-T”, donde “CAR” (Receptor Constitutivo de Androstano) es una proteína híbrida capaz de unirse selectivamente con los antígenos que activan las células T del sistema inmune, para que ataquen las células cancerosas", explicó Kulemzin.

También dijo que la terapia “CAR-T” puede usarse junto con los inhibidores de “checkpoint” en los casos, bastante comunes, en que el sistema inmune no percibe el tumor maligno como algo ajeno y no lo destruye.

Los “checkpoint” anticuerpos están utilizados para inhibir “checkpoint” inmunes, con el objetivo de aumentar la vigilancia inmunológica frente a las células tumorales. Nuestro sistema inmune involucra intrincados mecanismos de control (puntos de control inmunológicos) para que no se generen respuestas exacerbadas o inapropiadas.

El cáncer se aprovecha de estos mecanismos para escapar del sistema inmune y existen varias moléculas expresadas por los linfocitos “T” que tienen la función de “puntos de control” inmunes, entre ellos los ya comentados CTL-4 y PD1.

La profundización en los temas de la bioquímica abren posibilidades al avance en la lucha contra las enfermedades que aquejan a los humanos. La batalla es fuerte, pero ya se ganan más batallas que en el pasado.

Encuentro que la difusión de los avances en las ciencias, a las que apoya el trabajo que los medios de comunicación hacen al otorgarse los premios Nobel, ayuda a que el nivel de conocimiento sobre estos temas se eleve, lo que sin duda despertará la curiosidad de la gente, redundando en la ampliación del número de personas que se unan al estudio de estas materias, impulsando  mayores descubrimientos y avances en el futuro inmediato.