En 2045 el Hombre Será Amortal.

Fue en el libro “Homo Deus” de Yuval Noah Harari donde leí por primera vez que los villanos que azotan a la humanidad estaba en camino de ser controlados: hambre, enfermedad, guerra y por supuesto muerte.

Él mismo Harari advierte que para muchos esta afirmación resultará intolerable, extremadamente ingenua o quizá insensible.

Millones de personas en el mundo malviven por las condiciones de pobreza en que desarrollan su día a día, otro numeroso grupo de habitantes, por ejemplo, en África padecen con las crisis de enfermedades como el Sida o el Evola, y ni que decir de los expuestos a dengue, paludismo, etc. 

Mientras que las guerras locales afectan básicamente a los humanos que ahí viven, totalmente, modifican su orden de prioridades, los satisfactores básicos están desdibujados, se entremezclan con otras necesidades, que en época de paz no son apreciables.

Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis tomada de Poyolan.jugem.jp

Según la perspectiva de Harari, de vez en vez se producen hambrunas masivas, pero en la mayoría de los casos no se debe íntegramente a desastres naturales, o bien se deben a erróneas políticas humanas, o la combinación de causas naturales agravadas por fatales desiciones humanas. Centenares de millones de personas la siguen padeciendo, pero con respecto al total de humanos que habitamos el planeta se consideran muy pocos los fallecimientos que por esta causa ocurren.

Ahora el problema, es mixto, en algunos lugares aún no hay suficiente alimento, y en otros muchos la calidad del alimento es el inconveniente. 

Comer en exceso se ha convertido una costumbre más nefasta que la falta de comida. Aún cuando el problema sigue siendo el mismo, hay una enorme falta de nutrientes en la ingesta cotidiana que provoca desnutrición. Y la humanidad tiene muchos obesos, mal alimentados y según “The Telegraph”, en un artículo publicado el 13 de diciembre de 2012: en el año 2010, la suma de las hambrunas y la desnutrición mató a alrededor de un millón de personas en el mundo, mientras que la obesidad mató a tres millones aproximadamente.

La crisis humana del sobrepeso y obesidad, contrasta con el total de humanos que padecían desnutrición. En el año 2014, se estima que 2,100 millones de personas tenían sobrepeso y 850 millones sufrían desnutrición.

En el siglo XXI ya todos nos conocemos, la “aldea global”, ahora desarrolla procesos de enfermedades nunca antes vistas. Ya no “peste negra”, viruela, pero hay nuevas infecciones surgidas de las mutaciones aleatorias en el genoma de los patógenos. Lo que permite el tránsito de ellas entre especies distintas, como el Síndrome Respiratorio Agudo Grave y las gripes aviar y porcina. 

Es cierto que la mayoría de las personas mueren de afecciones, enfermedades no contagiosas: las cardiovasculares, el cáncer, respiratorias crónicas y la diabetes.

Pero la revolución del conocimiento y el avance tecnológico nos lleva a nuevos caminos: la biotecnología, la ingeniería genética, la medicina regenerativa, la nanotecnología, la robótica, nos dan la mano para solucionar problemas de salud, lo mejor está por venir.

Tríptico del Jardín de las Delicias

En cuanto a la guerra, Harari, explica que en la sociedades agrícolas antiguas, la violencia humana causaba, más o menos, el 15% de las muertes, para el siglo XXI coopera con el uno por ciento del total de muertes en el mundo.

Encaminada la humanidad del brazo, de un lado, del progreso social y del otro el desarrollo tecnológico en los más diversos campos, se libra cada día con más certeza el triunfo en la lucha contra los mitológicos “Cuatro Jinetes del Apocalipsis”.

Un enfoque actual sobre la muerte le ubica como consecuencia de un fallo técnico. No hay nada metafísico, nos referimos a problemas técnicos. 

Algunos expertos consideran que será asunto de tiempo el que alguna parte de la humanidad se vuelva “amortal”, eso es, podrán morir por causas accidentales: súbitas, externas y violentas, pero no naturales. Quizá para finales del siglo XXII o antes si la humanidad tiene mala estrella.

Encontréun artículo en torno a lo dicho por un muy polémico personaje, lo comparto con ustedes.

Las intermitencias de la muerte.

“Y al día siguiente no murió nadie”. Con esa frase comienza este libro de José Saramago (1922 - 2010), novela publicada en el año 2005, que describe un día primero de enero, de no sabe bien que año, los humanos dejaron de morir. Ello genera un problema de tremenda magnitud para la sociedad y un desafío demográfico difícil de imaginar.

Pues bien, ese momento que un día vislumbró Saramago ya tiene fecha.

En el año 2045 el hombre será inmortal”

Así lo ha afirmado Jose Luis Cordeiro, profesor y asesor de la “Singularity University”, una institución académica americana creada en 2009 por la NASA y financiada por Google, que ha participado en el encuentro “Inteligencia Artificial y Porvenir de la Especie humana” de la Universidad Internacional de Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.

Tabla Izquierda "El Jardín del Edén"

Ni el sida, ni el cáncer, ni el hambre. Nada. En poco más de 30 años, ninguna enfermedad podrá acabar con la especie humana porque, según asegura, "el envejecimiento es una enfermedad curable".

Para hacer semejantes afirmaciones, Cordeiro se basa en una corriente cada vez más extendida y de la que ya se hizo eco la revista “Time”: la llamada “singularidad tecnológica”. Esta apunta hacia el progreso tecnológico y la llegada de la inteligencia artificial como las herramientas que acabarán con la “edad humana” y dejaran en boga la edad “post – humana”.

Un hito hasta ahora inimaginable en un mundo en el que la brecha digital y las desigualdades sociales siguen siendo una evidencia de los distintos países que pueblan el planeta y en el que aún hoy existeun acceso desigual a la sanidad o la tecnología.

Cordeiro viene a confirmar lo dicho por Ray Kurzweil (inventor del primer lector electrónico para ciegos, nació el 12 de febrero de 1948), quien vaticinó en distintas ocasiones que en un momento en la historia de la humanidad las máquinas llegarán a tomar conciencia.

Según Cordeiro, Director de Ingeniería de Google y fundador de la Singularity University, en 2029 tendremos artefactos del tamaño de un ordenador, capaces de sobrepasar el nivel de inteligencia de un ser humano; y en 2045, algún tipo de software será capaz de asumir la inteligencia combinada de todos los hombres y la complejidad de los procesos del pensamiento. En ese momento, un software podría llegar a sobrepasar la sofisticación del cerebro humano y a provocar "la muerte de la muerte".

Tabla Central del Jardín de las Delicias

"Entre el año 2029 y el 2045, vamos a tener computadoras con más transistores que neuronas tiene nuestro cerebro. Y ese será el inicio de la singularidad tecnológica, cuando “la inteligencia artificial alcance a la inteligencia humana", afirma en esa línea el profesor Cordeiro.

Pero este investigador venezolano va más allá. Prevé que, en los próximos diez años, por diez dolares cualquier hombre podría llegar a acceder a la secuenciación de su “genoma”, conocer que relación guardan enfermedades como el cáncer o el Alzheimer con sus genes y llegar a prevenirlas. 

Ello, garantiza, permitiría a los humanos en un futuro próximo "diseñar" a nuestros descendientesa nuestro gusto y evitar según qué trastornos.

Hace 50 años, el escritor británico de ciencia fricción Arthur C. Clarke (1917 -2008) formuló tres leyes relacionadas con el avance científico



La primera de ellas decía que si un científico afirma que algo es posible, seguramente esté en lo correcto; pero si dice que es imposible, probablemente esté equivocado.

La segunda insistía en que la única forma de descubrir los límites de lo posible era aproximarse hacia lo imposible.

Y la tercera, que toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia

Era ciencia ficción, pero en ellas se apoya la singularidad tecnológica para aventurarse a realizar semejantes previsiones futuras de una realidad distópica

Ejemplos famosos de novelas distópicas son: “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley, “1984” de George Orwell y “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury.

"Hace treinta años no había ordenadores personales. Hace veinteaños comenzaban a aparecer los primeros móviles. Hace diez años Google era una pequeña start-up y hoy es una de las compañías más ricas del mundo y paga mi salario.

 Detalle "Infierno Musical"

¿Qué va a pasar en los próximos 10, 20, 30 años? Cosas mágicas", asegura este investigador.

La veracidad de su afirmaciones, insiste,se encuentra en los avances de la ciencia y la tecnología. En los logros alcanzados por la Methuselah Foundation, una institución que ha conseguido extender la vida saludablede los ratones hasta los cinco años en la última década, "el equivalente a un milaños humanos"; o en la demostración de que células como las germinales, las cancerígenas o las bacterias "no envejecen".

Ello demostraría que "la vida nació para vivir y no para morir".

Sea como fuere, lo que sí es una evidencia es que la tecnología cambia de forma exponencial y el progreso de la inteligencia y del conocimiento es aparentemente imparable. 

¿Dónde están los límites ? O, más bien, ¿existen esos límites? Aparentemente, no.

"El cerebro es la estructura más compleja del universo y, además, el único órgano que aún no se ha creado artificialmente. Sin embargo, los científicos están empezando a estudiar el cerebro de forma sistemática y vamos a tener una explosión de la inteligencia artificial, explica el profesor de la Singularity University. La “Iniciativa Brain”, un proyecto de investigación estadounidense para tratar de trazar un mapa de toda la actividad cerebral, la última gran frontera de la ciencia; o el, “Human Brain Project” un programa internacional que intenta facilitar a los investigadores una herramienta que ayude a entender el cerebro humano, además de simular informáticamente su funcionamiento,ello lleva a este investigador a pronosticar que "en los próximos años los humanos se fusionarán con los robots". 

Éstos, como en 'El hombre bicentenario', llegarán incluso a tener sentimientos.

En 2007, los gobiernos de Corea y Japón ya mostraban su preocupación por un futuro lleno de robots y emprendían distintas medidas con el fin de tratar de regular su conducta. De hecho, el título de esta iniciativa legislativa era “Borrador de guía para asegurar la sana conducta de la próxima generación de robots”.

Ambos países consideraban insuficientes las leyes que ya formulase Isaac Asimov: un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inactividad, permitir que un ser humano sufra daño; un robot debe obedecer las órdenes de los seres humanos, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley; un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.

Detalle tabla izquierda "Dios y Eva"

Podría decirse que todo lo anterior es pura especulación. Tal vez un tremendo disparate. Pero José Luis Cordeiro y la “Singularity University”, una de las instituciones de mayor prestigio y especialización en la investigación y formación sobre nuevas tecnologías y su aplicación en los sectores más estratégicos y decisivos sobre el crecimiento económico y el bienestar social de la población, creen que no.

En los próximos treinta años vamos a curar todas las enfermedades y ustedes son parte de la primera generación inmortal humana”, insiste. Y es que, como dijo el filósofo y dibujante inglés William Blake:

“Todo lo que hoy vemos, fue un día solamente imaginado; todo lo que hoy imaginamos, podrá ser realidad mañana”.

O como dijo Mafalda “El Futuro ya no es lo que era antes”.

De lo anterior me imagino que el impacto que esto tendría en la sociedad humana sería profundo. Todas las reglas que actualmente se siguen se volverían obsoletas, las consecuencias no han sido imaginadas, por ejemplo, demográficamente señalaría que tendríamos un planeta con entradas, por los nacimientos, pero sin salidas, al no haber muertos o ser muy escasos.

Detalle tabla central "Paraiso"

En 2017 la población mundial llegó a 7,600 millones de personas, de las que Asia aporta el 60% (China e India tienen 37% de la población mundial), África el 16%, Europa el 10%, América con el 13.5% y Oceanía apenas el 0.5%.

Considerando las tendencias actuales se dice que para el futuro la situación sería:
En el 2030 ocho mil quinientos millones de habitantes.
En el 2050 nueve mil setecientos millones de habitantes.
En el 2100 once mil doscientos millones de habitantes.

El continente africano presenta el crecimiento más veloz en su población.

Las muertes en todo el planeta en el año 2016, se estimaron en casi cincuenta y siete millones, lo que otorga una tasa de 7.8 muertes por cada mil habitantes, es decir, 108 fallecimientos por minuto y 1.8 por segundo.

Podemos hacer volar la imaginación…

Todas las imágenes del "Jardín de las Delicias" fueron tomadas de Jerónimo Bosch -  Y Esta imagen ha sido extraída del archivo : Jheronimus Bosch, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?

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