Los lagos pequeños del mundo actúan como "fábricas de gases de efecto invernadero".
La cantidad de lagos en la Tierra ha aumentado sustancialmente en las décadas pasadas, según una encuesta global única que ubicó 3.4 millones de ellos.
Ha habido un incremento particular en el número de pequeños cuerpos de agua que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero. El estudio es de gran importancia para la cuenta de carbono del planeta, los ecosistemas globales y el acceso humano a los recursos hídricos, aseguran científicos de la Universidad de Copenhague y otras instituciones de educación superior que prepararon un mapa más preciso y detallado. Explica la doctora Jing Tang, profesora asistente en el Departamento de Biología y coautora del estudio, que se publica en Nature Communications: “Entre otras cosas, nuestro nuevo conocimiento sobre la extensión y la dinámica de los lagos nos permite estimar mejor su potencial de emisiones de carbono”,.
Lago Baker, cerca de East Bolton, Quebec, Canadá.
Fotografía de la Agencia noticiosa Afp.
Las bacterias y los hongos que se alimentan de plantas y animales muertos en el fondo de un lago emiten grandes cantidades de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y otros gases. Algunos de éstos acaban en la atmósfera. Este mecanismo hace que esos cuerpos actúen como fábricas de gases de efecto invernadero.
De hecho, indican los investigadores en un comunicado, los de agua dulce probablemente representan veinte por ciento de todas las emisiones globales de dióxido de carbono de combustibles fósiles a la atmósfera.
Los pronósticos sugieren que el Cambio Climático hará que los lagos emitan una proporción cada vez mayor de gases de efecto invernadero.
Entre 1984 y 2019, la superficie de los lagos en el mundo creció en más de cuarenta y seis mil kilómetros cuadrados, similar a la superficie de Dinamarca, con lo que aumentaron las emisiones de esos gases. Es sólo una de las razones por las que es importante saber cuántos y qué tan grandes son estos lagos, además de cómo se desarrollan. Hasta ahora esa información era desconocida.
Los investigadores realizaron el mapa utilizando imágenes satelitales de alta resolución combinadas con Inteligencia Artificial (IA).
Según el estudio, el aumento anual de las emisiones de dióxido de carbono de los lagos durante el periodo es de 4.8 teragramos, esto es, 10 elevado a 12 billones, de carbono, lo que equivale al aumento de las emisiones del Reino Unido en 2012.
Desde 1984 han aparecido más y más pequeños lagos. El número de éstos es especialmente importante según los investigadores, porque son los que emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero en relación con su tamaño. Si bien los lagos pequeños representan sólo 15% del área total del lago, representan 25% de las emisiones de dióxido de carbono y 37% de metano. Además, también contribuyen al 45% y a 59% de los aumentos netos de las emisiones de dióxido de carbono y metano del lago, respectivamente, durante 1984-2019.
Añadió la doctora Jing Tang: “Los cuerpos de agua pequeños emiten una cantidad desproporcionada de gases de efecto invernadero, porque por lo regular acumulan más materia orgánica, y también, debido a que suelen ser superficiales. Esto facilita que suban a la atmósfera. Al mismo tiempo, son mucho más sensibles a los cambios en el clima y el tiempo, así como a las perturbaciones humanas. Como resultado, sus tamaños y la química del agua fluctúan mucho”.
El mapeo también revela que hay dos razones principales para la aparición de muchos lagos nuevos en la Tierra: el Cambio Climático y las actividades humanas.
Los embalses representan más de la mitad del aumento del área del lago, es decir, lagos artificiales. La otra mitad se crea principalmente por el derretimiento de los glaciares o el deshielo del permafrost.
Según los investigadores, el nuevo conjunto de datos ofrece una gama de aplicaciones regionales y globales.
Finalmente y a manera de conclusión Jing Tang, profundizó: “Envié nuestras nuevas estimaciones a las personas responsables de calcular el presupuesto global de carbono, los que están detrás de los informes del "Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático" de de la Organización de las Naciones Unidad (ONU)”.
Los resultados de un estudio reciente indican de la acelerada alza
de concentraciones de metano en la atmósfera.
Las concentraciones de metano en la atmósfera se incrementan constantemente, a un ritmo que se ha acelerado en los años recientes, pese a la promesa de muchos países de reducir las emisiones de este gas, que causa el efecto invernadero, indicó el equipo internacional de científicos bajo los auspicios de la organización Global Carbon Project, cuyo estudio fue publicado en la revista Environmental Research Letters.
En un comunicado los expertos describieron la situación de la siguiente manera: “El metano está aumentando más rápido en términos relativos que cualquier otro gas de efecto invernadero importante y ahora se encuentra en niveles 2.6 veces más alto que en la época preindustrial”
Se conoce que el metano (CH4) es el segundo gas de efecto invernadero vinculado a la actividad humana después del dióxido de carbono (CO2).
Alrededor de 40% del metano proviene de fuentes naturales, especialmente de humedales, pero la mayoría, esto es, alrededor de 60% de la emisión, está vinculada a actividades humanas como son: la cría de rumiantes y la agricultura, el cultivo de arroz,la quema de combustibles fósiles y los desechos generados en estos procesos.
La capacidad de calentamiento del (CH4) es ochenta veces mayor que el del (CO2), pero se descompone más rápidamente, lo que posibilita que se reduzca su impacto.
Sin embargo, el estudio muestra que las concentraciones de (CH4) en la atmósfera, el emitido menos una parte absorbida por los suelos y las reacciones químicas en la atmósfera, suben constantemente.
Historicamente se conoce que en la primera década del siglo Veintiuno, el aumento de (CH4) en la atmósfera fue de 6.1 millones de toneladas anuales en promedio, pero a partir del año 2010, se disparó hasta 20.9 millones de toneladas.
Y en conclusión los datos indican que este crecimiento se ha acelerado en años recientes, con niveles no vistos desde los años ochentas del siglo Veinte.
El coautor del estudio y director ejecutivo de Global Carbon Project, con sede en Canberra, Australia, Pep Canadell, declaró a la Agencia noticiosas (Afp): “Las emisiones antrópicas, es decir, las provocadas por los seres humanos, han seguido al alza en casi todos los países del mundo, con la excepción de Europa y Australia, que están mostrando una trayectoria de lento descenso”.
Los aumentos fueron impulsados principalmente por las emisiones de la minería del carbón, la producción y el uso de petróleo y gas, la cría de ganado, vacas y ovejas, así como la descomposición de alimentos y materiales orgánicos en vertederos, e inferimos que por la formación de numerosos lagos pequeños alrededor del planeta.
La disminución de niveles en las regiones de los países desarrollados, se sugiere, se debe a que las actividades generadoras de gases de efecto invernadero, han sido trasladadas a los territorios de países en vías de desarrollo, en un señuelo de aportar inversiones para mejora las condiciones económicas en estos.
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