Articulos de información obre los admirados cetáceos, en esta ocasión cachalotes y ballenas azules.
Ubican a las ballenas azules antárticas por su canto.
Un equipo internacional difundió una instantánea completa de las ballenas azules "Balaenoptera musculus", en la Antártida, basada en datos acústicos y publicada en Frontiers in Marine Science, en ella se mostraron los datos que se distribuyen alrededor de la Antártida y a través del subantártico durante el verano.
Investigadores utilizan “sonoboyas”, cada una de las cuales tiene un hidrófono que transmite sonidos a un barco en tiempo real a través de un enlace de radio VHF. Una vez que se detectan las llamadas de las ballenas azules, el equipo de especialistas puede obtener una dirección hacia ellas y posteriormente desplegar más instrumentos para obtener una posición precisa. Fotografía Programa Antártico Australiano vía Europa Press.
Ha explicado en un comunicado el doctor Brian Miller, experto en mamíferos marinos del Programa Antártico Australiano, que dirigió el estudio: “Este análisis representa la información circumpolar más contemporánea sobre la distribución de estos animales esquivos y raramente avistados, que fueron atacados hasta el borde de la extinción durante la caza industrial de éstos. Son los animales más grandes de la Tierra, pueden llegar a medir hasta treinta metros de largo y pesar hasta doscientas toneladas, que equivale al de un Boeing 787. Sin embargo, es el sonido que emiten, no su tamaño, lo que revela su ubicación".
Este estudio lleva un extenso tiempo en desarrollo, durante casi dos décadas, el equipo ha utilizado “sonoboyas” flotantes como “estaciones de escucha” para detectar, rastrear y registrar a la ballena azul antártica y otros sonidos de cetáceos.
Fotografía de un "sonoboya", estos ingenios son sistemas de sonar consumibles relativamente ligeros y baratos que se lanzan para diversas búsquedas, tomada de Business Wire.
En resumen, las cifra indican que después de más de ocho meses en el mar, el equipo de científicos viajo más de 145 mil 510 kilómetros y monitoreó casi 3 mil 900 horas de sonido desde estaciones de escucha en la Antártida.
En combinación con diversos métodos, incluido el seguimiento por satélite, por video, fotografía, muestreo de ADN, drones e inteligencia artificial, construyen una imagen de la distribución, abundancia y comportamiento de los animales.
Asimismo, el doctor Miller dijo que: "Las sonoboyas son una de las formas más rentables de estudiar las ballenas azules, pero existen límites a lo que se puede aprender escuchando únicamente. Cada sonoboya tiene un hidrófono que transmite el sonido al barco en tiempo real a través de un enlace de radio VHF. Una vez que se detectan las llamadas de las ballenas azules, el equipo puede obtener una dirección hacia las ballenas y luego desplegar más instrumentos para obtener una posición precisa".
Y abundó en sus descripciones: "Durante los últimos 20 años realmente hemos perfeccionado nuestra capacidad para localizar y encontrar estos animales acústicamente; podemos escucharlos de manera confiable, navegar hacia ellos y observarlos visualmente, luego fotografiarlos y seguirlos, e incluso tomar pequeñas biopsias de su piel y grasa para estudios posteriores. El estudio recientemente publicado se centró en grabaciones de "canciones" fuertes y de baja frecuencia que eran específicas de las ballenas azules antárticas: la "llamada Z" y parte de la llamada Z conocida como "Unidad-A". El estudio también analizó la llamada "D" sin canción, que realizan todas las poblaciones de ballenas azules. Se cree que las llamadas D son llamadas sociales realizadas por ballenas macho y hembra en las zonas de alimentación, mientras que las llamadas cantadas solo las hacen los machos.
Finalmente, el Dr. Miller explicó: "La Unidad A fue la llamada de mayor distribución detectada en la mayor cantidad de sonoboyas en toda la Antártida y subantártica, detectamos más llamadas de canciones D sin canción a principios de la temporada de alimentación de verano, y las llamadas de canciones de las Unidades A y Z más tarde en el verano y principios de otoño. El monitoreo acústico pasivo está preparado para desempeñar un papel crucial en futuras investigaciones que aborden las lagunas de conocimiento sobre las ballenas azules antárticas",
Los integrantes del equipo dijeron: "Se necesita más investigación para comprender la relación entre las ballenas y su principal fuente de alimento, el krill, frente al cambio ambiental y la creciente presión de pesca del krill. Esto podría implicar una variedad de nuevos métodos de estudio, incluida una flota de vehículos sin tripulación, equipados con hidrófonos para detectar ballenas y otros instrumentos para estudiar a sus presas. Los científicos también podrían colocar etiquetas de acelerometría de hidrófonos en las ballenas, que registran las llamadas y miden la velocidad de nado, para comprender cómo se relaciona el tipo y la cantidad de vocalización con las tasas de alimentación.
Con conjunto de sonidos llamados clics, los cachalotes crean un alfabeto fonético.
Los científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que estudian a los cachalotes "Physeter macrocephalus", que viven alrededor de la isla caribeña de Dominica describieron por primera vez los elementos básicos de cómo podrían comunicarse entre sí, en un esfuerzo que algún día podría ayudar a protegerlos mejor.
En un estudio publicado el pasado martes 13 de mayo, en la revista Nature Communications, los investigadores analizaron más de ocho mil setecientos fragmentos de clics de cachalote, conocidos como codas, y hallaron cuatro elementos básicos que creen que componen este alfabeto fonético.
Estos animales parecen tener vínculos sociales muy elaborados, señala investigador.
Fotografía del CETI.
Como muchas ballenas y delfines, los cachalotes son mamíferos muy sociables y se comunican exprimiendo aire a través de sus sistemas respiratorios para producir cadenas de "clics rápidos" que pueden sonar como un cremallera extremadamente fuerte bajo el agua. Esos sonidos también se utilizan como una forma de ecolocalización para ayudarles a rastrear a sus presas.
Los científicos han intentado durante décadas comprender qué podrían significar esos "clics", con un progreso mínimo. Aunque todavía no lo saben, ahora creen que hay conjuntos de ellos que creen que forman un “alfabeto fonético” que las ballenas pueden usar para construir el equivalente aproximado de lo que la gente considera palabras y frases.
Sostuvo David Gruber, que es profesor de biología en la Universidad de la Ciudad de Nueva York,, quien es fundador y presidente de la Iniciativa de Traducción de Cetáceos (CETI), un esfuerzo dedicado a traducir la comunicación de los cachalotes: “Estamos empezando a encontrar los primeros componentes básicos del lenguaje de las ballenas”. Y destacó: "Los cachalotes parecen tener vínculos sociales elaborados y que descifrar sus sistemas de comunicación podría revelar paralelos con el lenguaje y la sociedad humanos".
Por otra parte, Pratyusha Sharma, investigadora principal del artículo y experta en Inteligencia Artificial y ciencias informáticas del Instituto Tecnológico de Massachusetts, afirmó: "Las ballenas podrían utilizar este alfabeto en un número ilimitado de combinaciones. No parece que tienen un conjunto fijo de codas. Eso da a las ballenas acceso a un sistema de comunicación mucho más amplio, es como si tuvieran un diccionario muy grande".
Los cachalotes tienen el cerebro más grande de todos los animales del planeta, pesa poco más de nueve kilos, unas seis veces el tamaño de uno humano en promedio. Viven en grupos matriarcales de unos diez individuos y a veces se encuentran con cientos o miles de otras ballenas. Pueden crecer hasta 18 metros de largo y sumergirse casi mil metros para cazar calamares. Y sorprendentemente, duermen de forma vertical, en grupos".
Para obtener suficientes ejemplos de los clics del cachalote en Dominica, donde hay una población residente de unas doscientas ballenas, los científicos crearon un estudio de grabación submarino gigante con micrófonos a diferentes profundidades. Las etiquetas en esos cetáceos también registran en qué posición se encuentran cuando hacen clic, por ejemplo, buceando, durmiendo, respirando en la superficie, y si hay otros ejemplares cerca con los que podrían estar comunicándose.
Por otra parte, Jeremy Goldbogen, que es profesor asociado de océanos en la Universidad de Stanford, calificó la nueva investigación de “extraordinaria”, y resaltó que tenía “vastas implicaciones para la forma en que entendemos a los gigantes oceánicos”.
Los cachalotes están clasificados como “vulnerables” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Las ballenas fueron cazadas durante siglos por el aceite contenido en sus cabezas gigantes y la especie aún se está recuperando.
Fotografía de un grupo de cachalotes, tomada de la página Wired.
Diana Reiss, experta en comunicación y comportamiento de mamíferos marinos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, dijo: "Los científicos comprenden razonablemente bien ciertos aspectos de la comunicación de los animales marinos, incluidos los silbidos utilizados por los delfines y los cantos de las ballenas jorobadas. Sin embargo, cuando se trata de cachalotes, incluso ese conocimiento básico falta. Lo nuevo de este estudio es que están tratando de observar la base del sistema de comunicación de las ballenas... no sólo las llamadas particulares que hacen”.
Finalmente, Gruber destacó que se necesitarían millones y posiblemente miles de millones de codas para recopilar suficientes datos y tratar de descubrir lo que dicen las ballenas, pero espera que la inteligencia artificial ayude a acelerar el análisis. Dijo que otras poblaciones de cachalotes, las ballenas se encuentran en océanos profundos desde el Ártico hasta la Antártida, probablemente se comunican de maneras ligeramente diferentes.
Explicó Daniela Rus, directora del "Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory del MIT" (CSAIL) y profesora del (MIT).: "El uso del aprendizaje automático es crucial para identificar las características de sus comunicaciones y predecir lo que dirán a continuación. Nuestros hallazgos indican la presencia de contenido de información estructurada y también desafían la creencia predominante entre muchos lingüistas de que la comunicación compleja es exclusiva de los humanos”.
Las investigaciones realizadas en poblaciones de "Physeter macrocephalus" han confirmado que son mamíferos altamente sociales que se comunican entre sí mediante vocalizaciones o chasquidos secuenciales (clics) conocidos como “codas”, las cuales son tan complejas que sus propiedades físicas revelan características específicas del cachalote que las produce. Además, han demostrado ser altamente efectivas, ya que las poblaciones de cetáceos se mueven coordinadamente a través de los océanos. En una analogía humana, se ha proporcionado un abecedario que puede utilizarse de manera compleja según las necesidades de cada población de cetáceos. Las investigaciones futuras deberán avanzar para acercarse a algo similar a un “diccionario” del sistema de comunicación de los impresionantes cachalotes.
Los sorprendentes y muy apreciados cetáceos, han dejado de cazarse de la peor manera como la humanidad lo hizo en épocas anteriores, hoy se perciben como ejemplares de notable inteligencia, tanto es así que se investigan sus métodos de comunicación, haciendo a un lado el prejuicio existente sobre la exclusividad de comunicación perteneciente a los "Homo sapiens".
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