Son identificados los marcadores sanguíneos que podrán predecir se presente en el organismo cáncer de pulmón.

Investigadores del "Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer" (IARC) e instituciones asociadas identificaron "Marcadores Proteínicos" en muestras de sangre que se asocian al cáncer de pulmón, y basados en ellos, desarrollaron un algoritmo para identificar personas que padecerán la enfermedad, dichos hallazgos se publicaron como artículos independientes en "Nature Communications" y en "The Journal of the National Cancer Institute".


Especialista revisa una radiografía de tórax. Fotografía de la Agencia. Afp / Archivo.
Es este tipo de cáncer la causa más frecuente de muerte por cáncer en el mundo.

A pesar de los avances en el tratamiento, la estrategia más prometedora para mejorar la supervivencia a largo plazo es avanzar en la detección precoz.

Afirmó la doctora Hilary Robbins, que es científica del Departamento de Epidemiología Genómica del "Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer" (CIIC) y codirectora de estos estudios: “El cribado aplicado al cáncer puede salvar vidas, pero hay que sopesar los beneficios con los perjuicios. Los biomarcadores sanguíneos tienen un gran potencial para identificar mejor a las personas que desarrollarán cáncer de pulmón en el futuro, lo que permitiría orientar el cribado hacia ellas”. 

Los nuevos estudios utilizaron datos proteómicos de seis análisis prospectivos de grupos poblacionales que participan en el "Consorcio de Cohortes de Cáncer de Pulmón" (LC3).


Edificio del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), organismo de la
Organización Mundial de la Salud dedicado al cáncer. Tomada de wikipedia.

Es una iniciativa de un gran consorcio de veinticinco cohortes de todo el mundo, que comprenden datos de tres millones de voluntarios de investigación que han sido objeto de seguimiento durante muchos años.

Los autores del estudio publicado en "Nature Communications", el primero de este tipo que busca marcadores proteicos tempranos del cáncer de pulmón en muestras de sangre previas al diagnóstico, midieron hasta un mil doscientas proteínas en muestras recogidas de 731 personas con antecedentes de tabaquismo a las que posteriormente se diagnosticó cáncer de pulmón en los tres años posteriores a la extracción de sangre.

Confirmó Hana Zahed, estudiante de doctorado del Departamento de Epidemiología Genómica del (IARC) y una de las autoras principales del estudio: “El resultado fue la identificación de 36 marcadores proteínicos estrechamente relacionados con el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón”. 

Por otro lado, con el segundo estudio, publicado en "The Journal of the National Cancer Institute" y que fuera dirigido por el doctor Xiaoshuang Feng, becario posdoctoral de la Sección de Epidemiología Genómica del (IARC), los autores utilizaron los datos de (LC3) para desarrollar y validar un algoritmo de predicción del riesgo basado en proteínas.


Fotografía de paciente, tomada de Who.int. Guilles Reboux.

El algoritmo de proteínas superó a estas herramientas a la hora de discriminar entre los individuos que desarrollaron cáncer de pulmón y los que no, lo que demuestra que los marcadores tienen un gran potencial para proporcionar información sobre el riesgo, más allá de las herramientas de predicción existentes.

Por su parte el doctor Mattias Johansson, científico de la Sección de Epidemiología Genómica del (CIIC) y codirector de los estudios informó:  “Los resultados de estos estudios son muy prometedores y suponen un gran paso hacia el desarrollo de una herramienta basada en biomarcadores para mejorar la toma de decisiones clínicas en el cribado del cáncer de pulmón,  ahora estamos avanzando rápidamente para desarrollar y evaluar un ensayo que pueda utilizarse en la práctica”.

Estadísticas recientes sobre el cáncer y sus efectos a nivel mundial que informa la Organización Mundial de la Salud.

«Cáncer» es un término genérico utilizado para designar un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo; también se habla de «tumores malignos» o «neoplasias malignas». Una característica definitoria del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, en un proceso que se denomina «metástasis». La extensión de las metástasis es la principal causa de muerte por la enfermedad.

Se conoce que el cáncer es la principal causa de muerte en todo el mundo: en el año 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi diez millones de defunciones.

Los cánceres más comunes en ese año, por lo que se refiere a los nuevos casos, fueron los siguientes:
de mama (2.26 millones de casos);
de pulmón (2.21 millones de casos);
colorrectal (1.93 millones de casos);
de próstata (1.41 millones de casos);
de piel (distinto del melanoma) (1.20 millones de casos); y
gástrico (1.09 millones de casos).

Los tipos de cáncer que causaron un mayor número de fallecimientos en 2020 fueron los siguientes:
de pulmón (1.8 millones de defunciones);
colorrectal (916 mil defunciones);
hepático (830 mil defunciones);
gástrico (769 mil defunciones); y
de mama (685 mil defunciones).

Cada año, cerca de 400 mil niños contraen un cáncer.
Los tipos de cáncer más frecuentes varían en función del país, el de cuello uterino es el más habitual en veintitrés países.
Los tipos de cáncer más comunes son los de mama, pulmón, colon y recto y próstata.
Alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se deben: al consumo de tabaco, a un elevado índice de masa corporal, al consumo de alcohol, a una baja ingesta de frutas y verduras y a la falta de actividad física.
Además, las infecciones oncogénicas, entre ellas las causadas por los virus de las hepatitis o el papiloma humanos, ocasionan aproximadamente el 30% de los casos de cáncer en los países de ingresos bajos y medianos.
No obstante los avances logrados, en muchos casos la curación es factible si se detectan a tiempo y se tratan eficazmente.

Finalmente se ha informado que: La mortalidad por cáncer se puede reducir si se detecta y se trata a tiempo. La detección precoz tiene dos componentes: el diagnóstico precoz y el tamizaje  o cribado.
 
Cuando el cáncer se detecta en una fase temprana es más probable que responda al tratamiento, lo que podría aumentar las probabilidades de supervivencia, reducir la morbilidad y abaratar la terapia. Si la enfermedad se detecta pronto y no se retrasa la atención se puede mejorar significativamente la vida de los enfermos oncológicos.

El diagnóstico precoz consta de tres componentes: Primero el conocimiento de los síntomas de los distintos tipos de cáncer y de la importancia de acudir al médico si se observan anomalías que suscitan preocupación; Segundo el acceso a los servicios clínicos de evaluación y diagnóstico; y Tercero la derivación oportuna del paciente a los servicios de tratamiento.

El diagnóstico precoz de los cánceres sintomáticos se puede y se debe hacer en todas las situaciones para la mayoría de los tipos de cáncer.

Los programas oncológicos deben diseñarse para reducir los retrasos y los obstáculos al acceso a los servicios de diagnóstico, tratamiento y atención.

La finalidad del tamizaje es detectar indicios de un cáncer concreto o una determinada lesión precancerosa en personas asintomáticas. Cuando se encuentran anomalías durante el tamizaje deberán realizarse más pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico y para derivar al paciente a tratamiento, de ser necesario.

Los programas de tamizaje son eficaces para algunos tipos de cáncer, pero no para todos, y en general son mucho más complejos y requieren muchos más recursos que el diagnóstico precoz, pues se precisa usar equipos especiales y dedicar personal específico.

Incluso cuando se aplican programas de tamizaje, se siguen necesitando programas de diagnóstico precoz para detectar el cáncer en las personas que no cumplen los criterios de edad o no presentan los factores de riesgo establecidos.

La selección de las personas que se incluyen en los programas de tamizaje se basa en la existencia de factores de riesgo y en la edad, con miras a evitar la realización de demasiados estudios que conduzcan a un exceso de falsos positivos.


Los papilomavirus (VPH) son virus desnudos, icosaédricos, de doble cadena de ADN, con un diámetro de 45 a 55 nm. Infectan tejidos epiteliales de todo el cuerpo produciendo lesiones tanto benignas como malignas que incluyen las verrugas comunes y genitales. Tomada de Vircell.

Estos son algunos ejemplos de métodos de tamizaje: las pruebas de detección de papilomavirus humanos, por ejemplo, para detectar su ADN o ARNm, como técnica prioritaria para el cáncer de cuello uterino; y la mamografía para detectar el cáncer de mama en las mujeres de 50 a 69 años.

Los virus del papiloma humano (VPH) son un grupo de más de 200 virus relacionados y algunos de estos se transmiten por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Hay dos grupos de (VPH) de transmisión sexual: de riesgo bajo y de riesgo alto. Los (VPH) de riesgo bajo casi no causan enfermedades. La mayoría de las infecciones por el (VPH) no causan cáncer: el Sistema Inmunitario suele controlar las infecciones por el (VPH) para que estas no causen cáncer. Las infecciones por el (VPH) de riesgo alto persistentes causan cáncer: a veces el Sistema Inmunitario no logra controlar esas infecciones. Cuando una infección por el (VPH) de riesgo alto continúa durante muchos años, tal vez produzca cambios celulares. Si estos cambios no se tratan, empeoran con el tiempo y derivan en cáncer.

Así que siguen lográndose avances en la lucha de la medicina humana contra el cáncer, sin embargo, aún falta un largo camino para encontrar soluciones definitivas, menos invasivas y de costos accesibles a las mayorías, espero seguir presentando los avances parciales que animan la lucha.


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