Pingüinos en sobrevivencia desde hace millones de años peligran con el Cambio Climático.
Los pingüinos "Spheniscidae" son una familia de aves, la única del orden Sphenisciformes. Son aves marinas, no voladoras, que se distribuían casi exclusivamente en el hemisferio sur, exceptuando el pingüino de las Islas Galápagos "Spheniscus mendiculus", que vive en el lado norte de la línea del Ecuador. El nombre del orden proviene del vocablo spheniscus, el cual deriva del griego σφήν (sphen, 'cuña'), y el sufijo diminutivo -iscus, literalmente "cuñita", haciendo referencia a su forma hidrodinámica al nadar. El fósil más antiguo data de hace cincuenta y cinco millones de años, de ahí se establece que su aparición, a partir de este ejemplar que aún podía volar, hace un sesenta y dos millones de años. Aunque habitualmente se los asocia con la Antártida, mucho antes de la formación de las capas de hielo polar ya habían perdido la capacidad de volar y habían desarrollado la habilidad de bucear propulsados por sus alas. Se cree que tanto los palaeeudyptinae como los plotoptéridos tuvieron antepasados voladores que se zambullían desde el aire en el agua en busca de alimento. Con el tiempo, estas especies antepasadas mejoraron en la natación y empeoraron en el vuelo.
Una reconstrucción del ave gigante "Pachydyptes ponderosus", encontrado en Nueva Zelanda. Tomada de wikipedia Wilhelm Kunhert, The Royal Natural History.
Palaeeudyptinae es una sub familia extinta de pingüinos. Incluye a varios géneros extintos de tamaño medio a muy grande, pertenece a un linaje más antiguo que el de los actuales pingüinos; el declive y eventual desaparición de esta subfamilia parece relacionarse con el incremento de la competencia con los mamíferos marinos como los "cetáceos" y los "pinnípedos" que se estaban adaptando mejor al estilo de vida marino en el "Mioceno" (de entre 56 y 34 millones de años) y el "Oligoceno" (de entre 34 y 23 millones de años), todos existieron en el hemisferio sur.
Imagen del "Copepteryx hexeris", un pájaro plotopterido del Oligoceno tardío de Japón, que muestran una notable evolución convergente con los pingüinos, particularmente con los gigantes extintos, pero estos animales vivieron en el hemisferio norte y se consideran la versión norteña de los pingüinos, aunque no estuvieran relacionados, y se extinguieron en tiempos similares a los gigantes sureños y al parecer por la misma competencia con los cetáceos y pinnípedos. Tomada de wikipedia Digital, Nobu Tamura, trabajo propio.
Se reconocen al menos dieciocho especies de pingüinos vivas agrupadas en seis géneros, que se distribuyen desde los ambientes polares hasta los tropicales en el hemisferio sur. A finales del siglo Quince, fueron llamados "pájaros niños o bobos" por su andar torpe y erguido y ser incapaces de volar. Posteriormente fueron renombrados como "pengwyn", palabra del galés, que significa "pen" cabeza y "gwyn" blanca.
Los pingüinos son las únicas aves vivientes no voladoras adaptadas al buceo propulsado por las alas. Por ello, sus alas se han convertido en aletas con huesos fuertemente comprimidos y articulaciones rígidas que impiden el movimiento independiente de los huesos del ala. Los huesos son más densos que los de otras aves, aumentando su resistencia a los impactos y aumentando también el peso del ave, reduciendo su flotabilidad. Las patas están situadas muy atrás en el cuerpo, dificultando el desplazamiento en tierra, pero a cambio en el agua cumplen la función de timones, son capaces de nadar a velocidades de hasta sesenta km/h, aunque su velocidad normal oscila entre los cinco y diez km/h.
Pingüino Emperador, wikipedia, Ian Duffy trabajo propio.
Gracias al estudio de los genes de los pingüinos por "Biología Molecular" y "Bioinformática", se han hecho reconstrucciones filogenéticas que muestran que las dos especies de los grandes pingüinos "Emperador" (Aptenodytes forsteri) y "Rey" (Aptenodytes patagonicus), son hermanos de todos los demás pingüinos existentes, de la que perduran dieciocho especies, que se agrupan en seis géneros, que son: Aptenodytes, Eudyptes, Eudyptula, Megadyptes, Pygoscelis y Spheniscus. Todos los pingüinos, al igual que otras aves marinas, poseen la glándula supraorbital, que les permite eliminar el exceso de sal al ingerir agua de mar, con ella se, que hace innecesaria la ingestión de agua dulce
Pingüino barbijo (Pygoscelis antarticus) con crías. Fotografia de wikipedia de la US National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). gov.
Los resultados genéticos confirman, además, que el "árbol filogenético" de los pingüinos tiene su origen en el Mioceno temprano en Nueva Zelandia y Australia, y no en la Antártica como se pensaba. Esto significa que los pingüinos ocuparon zonas templadas y luego fueron colonizando hacia las frías aguas antárticas y posteriormente regiones con mayores temperaturas.
El primer grupo a separar es el Aptenodytes, después se diversificaron los Pygoscelis que son los que actualmente viven en la península Antártica. Luego aparece el Spheniscus que colonizó América del Sur y África y que está integrado por el "pingüino de Galápagos", el "de Humboldt", de África y el "magallánico" de Sudamérica, y que se separaron del Eudyptula los pingüinos más pequeños, "Azul pequeño" y "Enano de patas blancas". Después aparece una especie amenazada del género Megadyptes, el "de ojo amarillo"; y separándose de ella viene el grupo Eudyptes que son las siete especies de pingüinos que tienen penachos o crestas.
Pasan la mayor parte de su tiempo en el agua fría, es su tamaño, otra adaptación al clima, ya que las especies que habitan en zonas más templadas son en general más pequeñas, siendo el pingüino "Spheniscus mendiculus", el más pequeño del género Spheniscus, hecho que les ayuda a disipar el calor más velozmente que a las especies de mayor envergadura.
Pingüino de ojo amarillo "Megadyptes antipodes" llamando, Fotografía de wikipedia trabajo propio de Christian Mehlführer
El tiempo de inmersión aumenta con base al tamaño de la especie, las realizan más prolongadas mientras buscan alimento, las dos especies del género Aptenodytes pues alcanzar profundidades de más de trescientos metros, tienen la capacidad de almacenar oxígeno en sus pulmones, sangre y músculos, y sus tasas de consumo de oxígeno pueden ser muy bajas, siendo (Aptenodytes forsteri) el que contiene más tiempo la respiración hasta por dieciocho minutos, mientras la (Aptenodytes patagonicus) es por ocho minutos.
Las principales reservas de oxígeno durante estos periodos se encuentran no en forma de oxígeno pulmonar, sino que se halla captado en la musculatura, que contiene altas cantidades de "mioglobina"; las especies de pingüinos más pequeños, con la excepción de los "pingüinos de barbijo" (Pygoscelis antarcticus), tienden a bucear en aguas poco profundas, esto es, menores de cincuenta metros y la duración es mucha más baja, de uno a dos minutos. En este sentido, las diferencias de "nucleotidos" en la "mioglobina" entre los grupos de especies podrían asociarse con diferencias en la capacidad de buceo.
Son capaces de retener la mayor parte de su calor corporal y esta adaptación les permite habitar las regiones muy frías, su plumaje consta de tres capas y poseen una capa de grasa bajo la piel, así como un sistema de vasos sanguíneos en las aletas y patas especializado para estas regiones expuestas del cuerpo. Estas adaptaciones son tan efectivas en la conservación del calor que las especies que viven en regiones templadas suelen sobrecalentarse, para lo cual han desarrollado sus propias adaptaciones, tales como la existencia de áreas de piel desnuda en el rostro, aletas más largas y patas que actúan como radiadores.
Fotografía de Pingüino azul "Eudyptula minor", de wikipedia, trabajo propio de J. J. Harrison.
Su radiación desde las costas de Nueva Zelanda y Australia, hacia otras partes del hemisferio sur, se vio facilitada por los cambios en los patrones de circulación mundial durante los últimos veinte millones de años. Los análisis detectaron una selección positiva a través de varias redes genéticas, lo que sugiere que la adaptación molecular promovió el establecimiento de poblaciones de pingüinos en la Antártida y en las regiones tropicales, y mejoró la capacidad de algunas especies para bucear en profundidad. Las reconstrucciones demográficas de los últimos millones de años muestran que la mayoría de las especies de pingüinos han disminuido durante las severas condiciones de hielo imperantes en el último máximo glacial en el Océano Antártico, un resultado acorde con el recuperado para varias otras especies de aves. Esto sugiere que los pingüinos se originaron en áreas con una temperatura de la superficie del mar máxima de 9 °C y se diversificaron a lo largo de millones de años para ocupar las frías aguas antárticas y las cálidas aguas tropicales.
Fotografía de Pingüino Rey (Aptenodytes patagonicus), wikipedia, Samuel Blanc.
Los pingüinos antárticos constituyen el ochenta por ciento de la "biomasa" de vertebrados del "ecosistema antártico", lo que junto a su posición en la parte alta de la "cadena trófica" les confiere el papel de indicadores del ecosistema al reflejar en su biología muchos de los cambios que se producen en el ambiente.
El cambio global es uno de los factores ambientales más notables en la Antártica. Entre los distintos componentes que lo determinan se encuentran el Cambio Climático, la contaminación y la introducción de especies invasoras. En las últimas décadas la variación de las temperaturas ha producido profundos cambios ambientales tanto en el medio físico como en la "biota" de esta región.
Hoy día, parece poco probable que las especies adaptadas localmente puedan seguir el ritmo del rápido cambio climático actual, un ritmo muy superior al observado a lo largo del tiempo geológico, especialmente porque las especies marinas pueden ser más vulnerables al calentamiento que las especies terrestres.
Miles de ejemplares llegan cada diciembre a la isla Posesión, parte del archipiélago subantártico Crozet, en el sur del océano Índico. Fotografía Agencia Afp.
Afortunadamente, sin embargo, pese al cambio climático, pingüinos reales (Eudyptes schlegeli) arriban a las islas de Crozet.
Hembras y machos de pingüinos reales comparten al cincuenta por ciento el trabajo de incubar al huevo. Fotografía de la agencia Afp.
Como cada año en diciembre, la Bahía de los Marinos, en la isla francesa de la Posesión, está llena: miles de pingüinos reales acuden a ese territorio aislado en el océano Índico, para reproducirse, aunque el cambio climático los amenaza.
Esta especie, reconocible por su plumaje blanco y negro rematado con un penacho amarillo, casi no sobrevive a la masacre sufrida entre finales de XIX y la primera mitad del siglo XX a manos de los cazadores de focas en el archipiélago de las Crozet.
"Hacia el final", cuando ya no había más focas que cazar, "los cazadores los usaban como carburante, quemándolos para fundir la grasa de foca en los calderos. Durante un corto periodo, hacían aceite de pingüino. Pero no era de buena calidad", explica el doctor en Ecología y Biología de la Evolución, Robin Cristofari, investigador especializado en estas aves de la Universidad de Turku, Finlandia.
Pingüinos Reales en la Isla Crozet, una multitud organizada. Tomada de Twitter Patricia Hertzog. Agencia Afp. vía La Jornada.
Recuerda el científico, observando la colonia de esta isla situada en los "Territorios Australes y Antárticos Franceses"(TAAF): "La especie estuvo cerca de la extinción. La población se reconstituyó en el siglo XX, pero hace una veintena de años que se ha estancado, tras un primer muro, la especie se dio contra otro más insidioso: el calentamiento climático. Debido a que el pingüino real se pasa la vida en el mar y solo vuelve a tierra para poner sus huevos. Para ello, necesita un lugar seco pero a una distancia razonable del frente polar, la zona donde se encuentras las aguas calientes y frías del océano Índico, que es donde va a alimentarse de plancton y de peces".
Pingüinos Reales en la Isla Crozet, una multitud amenazada. Tomada de Twitter Patricia Hertzog. Agencia Afp. vía La Jornada.
Detalla Robin Cristofar: "El frente polar se sitúa a 350 kilómetros al sur del archipiélago de Crozet en invierno, pero los años malos de mucho calor puede alejarse hasta 750 kilómetros, demasiado para ir a alimentarse y volver a tiempo para dar el relevo a la pareja y alimentar al polluelo y el éxito de la reproducción depende de la distancia del frente polar. Con el calentamiento climático, el frente se está desplazando hacia el sur y, al final, Crozet podría volverse inhabitable para estos pingüinos, que deberán trasladarse a otras islas más al sur.
Pingüinos Reales en la Isla Crozet, convivencia en tierra. Tomada de Twitter Patricia Hertzog. Agencia Afp. vía La Jornada.
Indica Cristofari: "De las cerca de un millón de parejas registradas en el mundo, la mitad se reproducen en las Crozet y 300 mil, en las islas Kerguelen, mil 400 kilómetros más al este. Y aunque los investigadores no creen que la especie corra peligro de desaparecer en los próximos 50 años, su modo de vida podría verse seriamente alterado. En detalle se tiene que un pingüino, que de media vive 25 años, tiene su primer polluelo a los seis o siete años. "Juguetón y curioso", se amontonará en gigantescas colonias con el huevo en equilibrio sobre sus pies y la barriga encima. Ahora bien, machos y hembras comparten el trabajo al cincuenta por ciento y se pasan el huevo para incubar, un momento peligroso porque los depredadores acechan. En un ciclo clásico, machos y hembras llegan a Crozet a principios de noviembre, se encuentran y se aparean. La hembra pondrá un huevo, se lo entregará al macho e irá al mar a alimentarse. Durante los cincuenta días que dura la incubación y en el primer mes de vida del pollito, lo cuidan de forma alterna: pueden pasar hasta un mes sin comer para cuidar su huevo. Los polluelos están bien alimentados hasta mayo y luego ayunan durante el invierno austral, aunque los padres van a darles de comer de vez en cuando. Los jóvenes pingüinos abandonan la tierra, alentados por el hambre, doce meses después de la eclosión del huevo".
Esta alternancia de alimentación y ayuno es de particular interés para los investigadores. "Es una especie que pasa de una obesidad aguda a una gran delgadez varias veces al año", observa Robin Cristofari, algo que "para un organismo humano sería devastador".
Pingüinos Reales en la Isla Crozet, su aglomeración les brinda oportunidades de éxito para la reproducción. Tomada de Twitter Patricia Hertzog. Agencia Afp. vía La Jornada.
Así estas aves migratorias nos hacen voltear a mirarlas, han sobrevivido millones de años, y se han adaptado a los cambios climáticos, utilizándolos para incrementar exitosamente su población, pero hoy día se encuentran en el principio de una nueva etapa, que le amenaza como nunca antes, en consecuencia del cambio climático, que romperá con el equilibrio necesario para su existencia. Pues este panorama afectará no solo sus exclusivos lugares de anidación, tanto como su dieta, que se compone en un 30% de kril y 50% de peces linterna y aún otras clases de peces, calamares y diversos crustáceos, que se localizan en las inmediaciones de los lugares de apareamiento y nacimiento de los polluelos.
En la actualidad, se estima la población en alrededor de 850 mil parejas de esta especie, por lo que se encuentran clasificadas como “Vulnerables” por la "Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza" (IUCN).
Especial simpatía despiertan entre los humanos estas aves buceadoras, la promoción que en consecuencia a las películas de entretenimiento infantil realizadas, les han colocado en un elevado nivel de popularidad, el problema es que las ansías de incrementar ganancias económicas, está poniendo en riesgo que a humanidad contribuya a alcanzar "un punto de no retorno" en las condiciones climáticas, que los científicos especialistas han dado a conocer y que se resume en la meta de no incrementar la temperatura en el planeta por encima de un grado y medio. Número mágico, que la Machincuepa Cuántica, tiene muy presente y difunde continuamente.
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