El Sistema Inmunológico Humano volvió a mutar hace cuatro mil quinientos años. Como medida positiva ante el incremento poblacional.
Con el arribo de las técnicas de búsqueda y análisis de los contenidos genéticos, se reescribieron los capítulos de entendimiento sobre los orígenes y la evolución de animales, plantas, micro-organismos y aún de los demás homínidos. Las formas externas, algo indican, pero la naturaleza se copia aquellos descubrimientos exitosos.
En lo que se refiere a la humanidad, fue a finales de la década de los ochentas del siglo pasado que se hizo patente, que no existen las razas humanas, el exterior, que sirvió de base a miles de generaciones para calificar a los semejantes, estaba superado, y los genetistas encontraron que somos una única especie.
La Machincuepa Cuántica ha expresado en ocasiones anteriores una conclusión a la que se ha llegado después de décadas de estudios y análisis genéticos, y que se comparte con Lluis Quintana-Murci (nacido en 1970), el famoso genetista, quién ha declarado, con respecto a la especie "Homo sapiens": "Las razas no existen, todos somos mestizos".
Las mutaciones ventajosas del sistema inmunológico se dieron gracias a una selección "positiva" del ser humano al medio ambiente. Fotografía de la Enciclopedia Humanidades.
Es una revolución genética que se remonta a la Edad de Bronce validada para los territorios del Próximo Oriente y Europa. Hace aproximadamente cuatro mil 500 años, el sistema inmunológico humano empezó a mutar para resistir mejor una propagación de enfermedades infecciosas, en detrimento de la protección contra otras patologías.
Nota: La Edad del Bronce, es la segunda de las tres etapas de la Edad de los Metales, se desarrolló en el lapso anterior a nuestra era, esto es a partir del año 3,300 y hasta el 1,200, es en este periodo que aquellos seres humanos descubrieron la aleación de cobre y estaño y su metalurgia, con lo que obtuvieron el bronce.
Un estudio publicado el viernes 13 de enero, en la revista "Cells Genomics", describe la evolución de las mutaciones genéticas durante los últimos diez mil años, es decir, desde el período neolítico en que los "cazadores-recolectores" abandonaron su modo de vida nómada, para desarrollar la agricultura y la ganadería.
Los científicos analizaron el Ácido Desoxirribonucleico (ADN) de dos mil trescientos individuos europeos encontrados durante diversas excavaciones arqueológicas, que había sido almacenado en una base de datos, para ello combinaron estas muestras con quinientos genomas modernos y desarrollaron un método para detectar y fechar variaciones genéticas ocurridas con el tiempo.
Esto es, utilizar un enfoque basado en la paleogenética, esa disciplina con la que el biólogo Svante Pääbo (nacido en 1955), ganó el Premio Nobel de Medicina del año 2022.
De los cientos de miles de mutaciones extraídas, encontraron algunas que son "ventajosas para combatir las infecciones. Estas mutaciones se localizan en ochenta y nueve genes".
Ha explicado el profesor del Instituto Pasteur y del Collège de France, él biólogo y genetista Lluís Quintana-Murci, quién fue el director de este estudio, en entrevista a la Agencia Francesa de Prensa (AFP): "Para su "gran sorpresa", los científicos descubrieron una frecuencia creciente de estos ochenta y nueve genes, implicados en nuestra respuesta inmunitaria contra los patógenos. Se trata, por ejemplo, de los genes (OAS) que actúan sobre las funciones antivirales o del gen responsable de los grupos sanguíneos (ABO). Estas mutaciones ventajosas para nuestra supervivencia se fueron acentuando, gracias a una selección "positiva" de adaptación del ser humano al medio ambiente. También conseguimos fechar a partir de cuándo se hicieron ventajosas, es decir, en los últimos cuatro mil quinientos años, a partir de la Edad del Bronce".
Continua con su relato, el también genetista de poblaciones Quintana-Murci: "Al mismo tiempo se producía la llegada de la gran migración procedente de las estepas de Asia Central, la de los pueblos de Cultura Yamna que habrían traído las lenguas indoeuropeas y de las que todos los europeos llevan hoy huellas genéticas. Esta migración dio lugar a un crecimiento importante de la población europea y con ello, proporcionó un terreno fértil para la propagación de microbios patógenos, generados por el, hasta entonces inusual agrupamiento de multitudes enormes en forma permanente.
Mapa que describe las migraciones indoeuropeas fechadas desde el año cuatro mil al un mil antes de nuestra era, considerando la "Hipótesis de los Kurganes". Tomada de wikipedia, Dbachmann Trabajo propio.
El área magenta corresponde al propuesto "Urheimat", la Patria Primitiva, sede de la "Cultura de Tamara", así como de la "Cultura de Srendy Stog" y la ulterior "Cultura Yamna". El área roja corresponde al territorio donde pudieron haberse asentado los pueblos indoeuropeos por el 2500 a. C. y él área naranja en el 1000 a. C.
Nota: Las migraciones indoeuropeas se refieren a las que ocurrieron cuando los primeros hablantes de lenguas indoeuropeas se expandieron por Europa y Asia, se aventura la hipótesis de que la primitiva civilización indoeuropea, habitaba entre el norte del Cáucaso y el norte del Mar Caspio y se desarrolló durante el sexto milenio, todo esto en tiempos anteriores a nuestra era.
Lo que se sabe de estas migraciones se basa en datos: lingüísticos, arqueológicos, antropológicos y genéticos. La lingüística describe las similitudes entre varias lenguas y los cambios de estas lenguas a lo largo de la historia. Según investigaciones arqueológicas, las "lenguas Indoeuropeas" y su cultura propia, constituida con elementos que le dieron ventaja sobre las demás culturas, como son: la ganadería equina, el carro y la agricultura del trigo, se dispersaron en varias etapas: desde el "Urheimat", esto es "La Patria Primitiva", donde fuera que ella estuviera físicamente, pues aún no hayan acuerdo absoluto; pero se establece que posiblemente, de los protoindoeuropeos, seres que habitaron en el Neolítico tardío, o aproximadamente en el cuarto milenio antes de nuestra era; en la conocida como "Estepa Póntica", que es una región que se extiende desde: el norte del Mar Negro y del Cáucaso hasta la actual frontera entre Rusia y Kasajistán, en el sur de los Montes Urales, con destino en Europa Occidental y Central, y el sur de Asia. Investigaciones genéticas recientes ayudan a entender las relaciones históricas entre varias culturas a lo largo de la historia.
Mapa que muestra la ubicación de la Estepa Póntica. Ecoregion PA0814. Tomada de wikipedia, Terpsichores. Trabajo Propio.
En detalle, puede encontrarse que las lenguas y cultura indoeuropeas se expandieron en varias etapas, y se estima que las primeras sucedieron aproximadamente desde el 4200 y hasta el 3000 antes de nuestra era, llegando al Valle del Bajo Danubio (Territorio de las actuales: Rumania, Moldavia y Ucrania), Anatolia (Asia Menor) y la región Altaica (Del Macizo de Altai, que es una Cordillera que ocupa territorios de Rusia, China, Mongolia y Kasajistán).
Los protoceltas y protoitálicos probablemente se expandieron a Europa luego de nuevas migraciones al Valle del Danubio, mientras que protogermánicos, protoeslavos y protobálticos se desarrollaron al este de los Montes Cárpatos, en lo que hoy en día es Ucrania, mudándose después al norte y extendiéndose con la "Cultura de la Cerámica Cordada" en Europa Central aproximadamente en el año tres mil antes de nuestra era.
La Cultura de la Cerámica Cordada es un vasto "horizonte Arqueológico" europeo que comenzó a despuntar a finales del Neolítico regional el de la Edad de Piedra, alcanzó su apogeo durante el "Calcolítico" el de la Edad de Cobre, y culminó a principios de la Edad del Bronce, esto es entre los años 2900 y el 2450/2350 antes de nuestra era. También se le denomina Cultura del Hacha de Combate o Cultura de los Sepulcros Individuales. Tanto la cerámica decorada con cuerdas como las hachas de combate, más simbólicas que artefactos de guerra, ya que estaban pulidas en piedra, lo que las convertía en armas poco eficientes para esa época, eran típicas ofrendas funerarias masculinas, depositadas en tumbas individuales, por lo que los tres elementos forman una asociación recurrente.
La "Cultura Yamna", de "iamna" que es una palabra que significa ‘hoyo’ tanto en ucraniano como en ruso, también conocida como la «cultura del sepulcro», es una de las últimas culturas del final de la Era Calcolítica y comienzos de la Edad de Bronce, en la región de la "Estepa Póntica". La cultura yamna estuvo activa entre el Siglo XXXVI y el Siglo XXIII antes de nuestra era. Esta cultura era predominantemente nómada, aunque ya practicaban algo de agricultura, cerca de ríos y de algunas fortificaciones, llamadas "castros". Se identifica con la última cultura "protoindoeuropea". Son características de esta cultura las inhumaciones en "kurganes" (túmulos), esto es, en sepulcros tipo hoyo en los que se introducía el cuerpo en posición de decúbito supino con las rodillas dobladas con los cuerpos cubiertos con ocre. En estos kurganes se han encontrado sepulcros múltiples, a menudo con inclusiones posteriores y se ha descubierto que realizaban ofrendas de animales: ganado, cerdos, ovejas, cabras y caballos, una característica que se asocia tanto a los pueblos protoindoeuropeos como protoindoiranios. Los restos más antiguos encontrados en la Europa Oriental de un carro con ruedas fueron hallados en el "kurgán", Storozhova Mohyla en Ucrania, que fue realizado por personas pertenecientes a la cultura yamna, asimismo en el sitio de sacrificio recientemente descubierto en Luhansk, Ucrania, se considera una colina-santuario en la que se practicaban sacrificios humanos.
Mapa de la extensión aproximada del "Horizonte Arqueológico" de la «Cultura de la Cerámica Cordada», con las culturas adyacentes del tercer milenio antes de nuestra era, Tomada de wikipedia, que especifica que esta se debe a la "Encyclopedia of Indo - European Culture".
Precisa el autor Lluís Quintana-Murci: "El estudio descarta nuevos patógenos traídos por los pueblos yamna. Las mutaciones genéticas ya estaban allí antes de esta migración […] Es con el crecimiento demográfico que se volvieron ventajosas para combatir las infecciones". Pero había un "precio que pagar"; mientras aumentaba la protección contra las enfermedades infecciosas, estas mismas mutaciones hacían que los humanos se volvieran cada vez más vulnerables a las enfermedades autoinmunes, como la enfermedad de Crohn, el lupus o la artritis reumatoide, así como a las enfermedades inflamatorias.
Nota: Enfermedades autoinmunes.
Son una afección en la que el Sistema Inmunitario ataca equivocadamente al cuerpo, este sistema normalmente protege contra gérmenes como bacterias y virus. Cuando detecta a estos invasores extranjeros, envía un ejército de células combatientes para atacarlos, y tiene la capacidad de poder diferenciar entre células extrañas y sus propias células.
En una enfermedad autoinmune, el sistema inmunitario toma ciertas partes del cuerpo, como las articulaciones o la piel, como algo extraño. Libera proteínas llamadas anticuerpos que atacan las células sanas. Aún se desconocen las causas por las que esto sucede, pero se ha observado que algunas personas presentan mayor probabilidad de desarrollarlas
Patologías cuya naturaleza mata mucho menos individuos que las enfermedades infecciosas, lo que explicaría la adaptación del Sistema Inmunológico ante el peligro más grave, enfermaban, pero dejaban descendencia.
"Sabíamos que nuestro sistema se había vuelto menos resistente a las enfermedades autoinmunes e inflamatorias, pero no sabíamos que se remontaba a los comienzos de la Edad de Bronce", subraya Quintana-Murci.
Ello viene a refutar la hipótesis higiénica, según la cual es la llegada de las vacunas y de los antibióticos en el siglo XX son las que habrían favorecido el desarrollo de las enfermedades autoinmunes e inflamatorias, frente a la disminución de la prevalencia de las enfermedades infecciosas.
A falta de muestras suficientes en otros continentes a parte de Europa, los autores del estudio no han podido averiguar si en todo el mundo se produjo la misma evolución.
Pero su descubrimiento será útil para la investigación médica, y dará lugar a la aparición de terapias enfocadas a determinados genes, inicialmente esos ochenta y nueve que han sido identificados.
Es claro que estas investigaciones apenas abren un mundo de posibilidades, las incursiones en la búsqueda de los antecedentes de la humanidad, son difíciles por la cantidad de tiempo transcurrido, al revisar los descubrimientos de culturas de hace unos milenios en el pasado, se percibe que se hacen generalizaciones que no siempre son constantes en las distintas poblaciones, varían en los detalles en cada región, tenemos por ejemplo, la evolución en África Subsahariana, cuna de la humanidad, el desarrollo del manejo de los metales pasó directamente a la Edad del Hierro, sin tener antecedentes de etapas de cobre y bronce.
Las culturas generadas en ese remoto pasado, van insertándose de manera poco clara, pues son procesos humanos que abarcan diversas generaciones y distintos territorios, cercanos unos de otros en tiempo y lugar geográfico, lo que impide certezas totales sobre los resultados encontrados y respuestas inamovibles.
Falta mucho por descubrir, pero hoy se cuenta con mejores herramientas y mucho menos cerrazón en las ideas, lo que ayuda a que se produzcan nuevas hipótesis que habrán de consolidarse.






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