A partir de los últimos doce mil años, se transformó el estilo de vida actual de la humanidad.
Retoma la Machincuepa Cuántica la publicación anterior que trata sobre el proceso de mutación en los humanos del Pleistoceno, y se profundiza en las investigaciones recientes.
Investigadores excavan en Çatalhöyük, una de las primeras grandes comunidades agrícolas del orbe. Fotografía Scott Haddow.
Aunque los seres humanos llevan millones de años evolucionando, los pasados doce mil han sido de los más dinámicos e impactantes para la forma en que vivimos hoy día.
Así lo explica Clark Spencer Larsen, profesor de antropología de la Universidad Estatal de Ohio, en un artículo especial publicado en Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
En un comunicado, el investigador apuntó que: "El mundo moderno empezó con la llegada de la agricultura. Junto con los cultivos alimentarios, los humanos también plantaron las semillas de muchos de los problemas más acuciantes de la sociedad moderna. Aunque los cambios provocados por la agricultura nos trajeron muchas cosas buenas, también condujeron al aumento de los conflictos y la violencia, a un incremento de las enfermedades infecciosas, a una reducción de la actividad física, a una dieta más limitada y a una mayor competencia por los recursos”.
Larsen es organizador y editor del artículo especial y autor de la introducción a la sección, titulada “Los últimos doce mil años de comportamiento, adaptación, población y evolución dieron forma a lo que somos hoy”, que incluye ocho textos basados en su mayor parte en la "bioarqueología", es decir, el estudio de los restos humanos y lo que pueden decir a los científicos sobre los cambios en la dieta, el comportamiento y el estilo de vida a lo largo de alrededor de los pasados diez milenios. De lo que el doctor Larsen es coautor en dos de ellos.
Un mensaje que conecta todos los artículos es que los principales problemas sociales actuales tienen raíces antiguas. Expresó que: “No hemos llegado a donde estamos por casualidad. Los problemas actuales, como las guerras, las desigualdades, las enfermedades y la mala alimentación, son consecuencia de los cambios que se produjeron cuando se inició la agricultura. El paso de la búsqueda de alimentos a la agricultura llevó a los humanos, que habían llevado una vida principalmente nómada, a crear asentamientos y vivir una existencia mucho más sedentaria. Ello ha tenido profundas implicaciones en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas en aquel entonces, ahora y en el futuro”.
El cultivo de alimentos permitió que la población mundial pasara de unos diez millones de personas, en la última época del Pleistoceno, a más de ocho mil millones en la actualidad.
Pero este éxito, tuvo un costo, ya que la variada dieta de los recolectores fue sustituida por una dieta mucho más limitada de plantas y animales domesticados, que a menudo tenían una calidad nutricional reducida.
Puntualizó Larsen: "Ahora, gran parte de la población mundial depende de tres alimentos: arroz, trigo y maíz, sobre todo en zonas con acceso limitado a fuentes animales de proteínas. Asimismo, otro cambio importante en la dieta de los humanos fue la incorporación de los lácteos".
En uno de los artículos de la sección especial, los investigadores examinaron cálculos dentales hallados en restos mortales para demostrar que los primeros indicios de consumo de leche datan de hace unos cinco mil años, esto en el norte de Europa.
Con lo anterior Larsen concluye: “Se trata de una prueba de que los humanos se adaptaron genéticamente para consumir queso y leche, y ocurrió de forma muy reciente en la evolución humana. Demuestra cómo los humanos nos estamos adaptando biológicamente a nuestro nuevo estilo de vida.”
A medida que la gente empezaba a crear comunidades agrícolas, también se producían cambios sociales. El doctor Larsen, dentro de su especialidad como antropólogo biológico, experto primordialmente sobre los últimos diez mil años, en consecuencia de que su investigación se refiere a ese lapso, es coautor de un artículo en el que se analizaron los isótopos de estroncio y oxígeno del esmalte dental de las primeras comunidades agrícolas de hace más de siete mil años para ayudar a determinar la procedencia de los residentes.
Los resultados mostraron que en Çatalhöyük, ubicada en la Turquía actual, era quizás la única de las comunidades estudiadas en la que aparentemente vivían personas no autóctonas.
Çatalhöyük que es también conocido como Çatal Höyük o Catal Hüyük, se halla en la península de Anatolia, en la planicie de Konya, y es un antiguo asentamiento de los períodos Neolítico y Catalítico, y el conjunto urbano más grande y mejor preservado de la época neolítica en el Cercano Oriente. En su apogeo este asentamiento llegó a cubrir trece hectáreas. A su vez, es considerada, según algunos historiadores, la primera aldea del mundo.
Se ha conocido que un canal del Río Çarşamba fluía antiguamente entre los dos montículos que forman el yacimiento, levantado sobre terrenos de arcilla aluvial que pudieron ser favorables para una precoz agricultura. El que está situado hacia el este pudo llegar a alcanzar unos veinte metros de altura sobre la llanura en los últimos momentos de ocupación en el Neolítico. El del oeste forma una elevación menor y hay también un yacimiento bizantino, a unos cientos de metros hacia el este. Los asentamientos de época prehistórica fueron abandonados antes de la "Edad de Bronce". En sus capas inferiores, que son las más antiguas, el yacimiento se ha datado hacia mediados del octavo milenio anterior a nuestra era y las más recientes hacia el sexto milenio, aproximadamente al 5700 antes de nuestra era. Aunque, surgen diversas opiniones al respecto, por ejemplo, la «Escuela de Lyon», considera que pertenece a los períodos "4" y "5" de la prehistoria del Oriente Próximo, esto es, del 6600 al 5600 antes de nuestra era. El desarrollo de esta cultura fue interrumpido bruscamente hacia el 5700 anterior a nuestra época, por un gran incendio, el cual coció el adobe y permitió que paredes de hasta tres metros quedaran en pie, la mayor parte del asentamiento fue destruido o abandonado.
Información sorprendente para el grueso de la población, pues en general se sabe poco de los inicios de la vida en el estilo sedentario. y se conjeturan muchas circunstancias, más por los pensamientos preconcebidos que por realidades comprobadas científicamente. Es la "Bioarqueología" la que nos abre la posibilidad de conocer con mayor precisión lo que aconteció en tiempos tan remotos, aunque claro, esto depende al cien por ciento de los descubrimientos realizados, y como se sabe, los descubrimientos son pocos en comparación a lo que en realidad ha sucedido en el largo camino evolutivo de los Homo sapiens. Habrá que seguir atentos.





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