Muestras del asteroide "Ryugu" arrojan luz sobre cómo fue la aparición de los océanos terrestres y el origen de la vida.
La hipótesis, publicada en la revista científica "Nature Astronomy" por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) y otros, se extrajo de un análisis de muestras del asteroide "Ryugu" y fueron recolectadas por la sonda "Hayabusa 2".Asteroides que viajaron desde los límites del Sistema Solar a más de cuatro mil quinientos millones de kilómetros de distancia, pueden haber traído agua y materia orgánica a la Tierra en su etapa de formación.
El asteroide Ryugu, captado hace dos años por ‘Hayabusa 2’. Foto Europa Press.
Para nosotros, aún en este siglo, sigue siendo un misterio cómo fue que la Tierra, que consistía en el principio de su formación, casi en su totalidad por magma fundido, llegó con el paso del tiempo a transformarse y quedar cubierta por agua.
El investigador principal de Ciencia de Geomateriales en la Agencia de Japón para la Ciencia y Tecnología de la Tierra Marina, Motoo Ito citado por uno de los principales periódicos de Japón "The Mainichi Shinbun", afirmó: “En un sentido amplio, es posible que los pequeños cuerpos celestes trajeran cosas que condujeran al agua y la vida en la Tierra”.
En diciembre del año 2020, se recibió en nuestro planeta, una cápsula que contenía más de 5.4 gramos de material superficial desde el asteroide "Ryugu", que había sido transportada por la nave "Hayabusa 2", en una misión después de seis años de recorrido. La nave salió de la Tierra en el año 2014 y alcanzó su posición estacionaria sobre "Ryugu" en junio del 2018 después de viajar tres mil doscientos millones de kilómetros en una órbita elíptica alrededor del Sol durante más de tres años. La sonda aterrizó en el asteroide dos veces al año siguiente, recolectando las primeras muestras del subsuelo de un asteroide.
Un análisis de ocho partículas, con un peso total aproximado de 59 miligramos, encontró en casi todas ellas materia orgánica y agua, pero no en forma líquida, sino en un grupo hidroxilo, que consiste en un átomo de oxígeno unido a uno de hidrógeno, con una composición similar a la de agua contenida en el polvo cósmico y aun en cometas.
Protegidos por una “cubierta” de filosilicatos, se cree que soportaron duros cambios ambientales después de abandonar el sistema solar exterior, donde están presentes el agua y la materia orgánica. Los filosilicatos son una subclase de los silicatos que incluye minerales comunes en ambientes muy diversos, caracterizados por el apilamiento de capas
Imagen que muestra la estructura de los filosilicatos. Tomada de Ecured. cu.
Si bien las partículas de "Ryugu" mostraron una composición similar a la del agua de la Tierra, hubo algunas ligeras diferencias, lo que llevó a los investigadores a plantear la hipótesis de que el planeta también pudo haber obtenido su agua de otros lugares, además de los asteroides.
En el nuevo informe, los científicos indicaron que estas muestras del asteroide ofrecen pistas sobre el misterio de la aparición de los océanos en la Tierra hace miles de millones de años.
Revisando lo sucedido, se tiene que la cápsula que transportaba las muestras aterrizó el sábado 5 de diciembre de 2020, en el desierto de Australia Meridional poco después de entrar en la atmósfera terrestre alrededor de las 2:30 de la mañana según hora de Japón, esto es : 1730 Greenwich Mean Time (GMT).
Uno de los supuestos principales es que el material no ha cambiado desde el momento en que se formó el Universo, para estos pequeños cuerpos siderales.
Aseveró el doctor Makoto Yoshikawa, director de la misión Hayabusa-2: "Los cuerpos celestes más grandes, como la Tierra, sufrieron cambios radicales que incluyeron calentamiento y solidificación, cambiando la composición de los materiales en su superficie y debajo. Sin embargo, cuando se trata de planetas o asteroides más pequeños, estas sustancias no se derritieron, y por lo tanto se cree que todavía existen sustancias de hace cuatro mil seiscientos millones de años. Desde un principio los científicos están especialmente interesados en descubrir si las muestras contienen materia orgánica, lo que podría ayudar a aclarar como fue que se sembró la vida en este planeta. Al desconocer el origen de la vida en la Tierra y, a través de esta misión, veremos si somos capaces de estudiar y comprender estos materiales orgánicos de Ryugu, podría ser que estos materiales orgánicos fueran la fuente de vida en la Tierra".
Fotografía de la nave Hayabusa-2, de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). Tomada de Sistema Solar. nasa. gob
En lo que respecta a este estudio, realizado por científicos de Japón y así como de otros países, se ha destacado: “Asteroides de tipo C volátiles y ricos en elementos orgánicos pueden haber sido una de las fuentes principales del agua de la Tierra. La llegada de ellos, es decir, elementos orgánicos y agua, a la Tierra es todavía un importante debate. Pero los materiales orgánicos hallados “en las partículas de Ryugu, identificadas en este estudio, probablemente representen una importante fuente de volátiles”.
Los investigadores también se encontraron áreas orgánicas compuestas de una materia conocida como hidrocarburo alifático dentro de los filosilicatos de grano, relativamente grueso. Los granos gruesos circundantes, que son más resistentes al calor, pueden haber evitado que el agua y la materia orgánica fueran alteradas por el medio ambiente.
Asimismo los investigadores descubrieron que esta asteroide, nacido de un cuerpo padre formado en el Sistema Solar Exterior, viajó al Sistema Solar Interior y que sus partículas contienen aminoácidos, que son compuestos orgánicos considerados la “fuente de la vida”.
El Sistema Solar Exterior, comprende a los planetas gigantes gaseosos, así como a sus lunas, a los planetas enanos transneptunianos, pero también a una gran cantidad de cometas con un período orbital corto. Debido a su mayor distancia del Sol, los objetos sólidos del Sistema Solar Exterior contienen una mayor proporción de sustancias volátiles, como: agua, amoniaco y metano; que los planetas rocosos incluidos dentro del Sistema Solar Interior no contienen como sólidos, ya que en medio de las temperaturas más frías, debidas a su lejanía del Sol, hacen que estos compuestos permanezcan en estado sólido. Por ejemplo, un planeta enano ubicado en esta región, conocido como "Makemake", el cual tiene un promedio de temperatura extremadamente bajo, cerca de −243.2 °C, de manera que su superficie está cubierta con metano, etano y posiblemente nitrógeno, en estado sólido. Por cierto, este tipo de cuerpos celestes a dado lugar a una nueva categoría denominada "plutoides", en el que se incluyen a los planetas enanos ubicados más allá de la órbita de Neptuno, y el planeta enano Plutón es considerado su objeto tipo. "Makemake" fue descubierto el 31 de marzo de 2005 por un equipo dirigido por Michael Brown, doctor en Astronomía por la Universidad de California en Berkeley. Este equipo tiene a la fecha descubiertos catorce "Objetos Transneptunianos" (TNO), entre ellos el planeta enano llamado "Eris", que es más masivo que Plutón, lo que llevó directamente a la degradación de Plutón del estatus de planeta que gozaba anteriormente.
El Sistema Solar, para su estudio, ha debido desmenuzarse, y ahora se tienen dos divisiones, si Galileo Galilei (1564 - 1642), observara el avance logrado, se sorprendería, o quizás no, su mente pudo haber llegado a conclusiones que no pudo difundir, pues con lo poco que externó estuvo en serio predicamentos, con su enfrentamiento con la inquisición de la iglesia católica se presenta como un ejemplo de conflicto entre la religión y la ciencia en la sociedad occidental, de ese lejano siglo.
En la actualidad ya es otra la postura de la humanidad y estos trabajos que revelan datos que llevan a fundamentar nuevas teorías, si bien no son aceptados apacible y rápidamente, se incorporan de algún modo en el mundo de los científicos, desde donde permean al resto de la humanidad.
La Machincuepa Cuántica seguirá observando lo que suceda y difundirá los contenidos con el ánimo de llegar más lejos en los conocimientos que el futuro, que ya va llegando, nos depara.






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