Situaciones detectadas en el entorno que son consecuencia del cambio climático.

En los Alpes se detecte un inusual reverdecimiento, es consecuencia del calentamiento global.

Datos de satélite han permitido demostrar que el calentamiento global tiene un impacto especialmente pronunciado en la región alpina, que es cada vez más verde. El deshielo de los glaciares se ha convertido en un símbolo del cambio climático que afecta a esta cadena montañosa ubicada en Europa Central.


Un valle de Suiza, el 17 de agosto de 2014. Foto Sabine Rumpf vía Afp.

Investigadores de las Universidades de Lausana y de Basilea, en Suiza, comprobaron que la vegetación por encima de la línea de árboles ha aumentado en casi 80% de los Alpes y la capa de nieve también está disminuyendo, aunque hasta ahora sólo ligeramente, y los resultados  de sus investigaciones han sido publicado en la revista "Science".  

Los mencionados investigadores, dirigidos por los doctores Sabine Rumpf, de la Universidad de Basilea, y Grégoire Mariéthoz y Antoine Guisan, de la Universidad de Lausana, en colaboración con sus colegas de los Países Bajos y Finlandia, estudiaron el cambio de la cubierta de nieve y la vegetación utilizando datos de satélite de alta resolución durante el período que va del año 1984 hasta el del 2021. En este periodo, la biomasa vegetal por encima de la línea de árboles aumentó en más de setenta y siete por ciento del área observada. 

Este fenómeno de “reverdecimiento” debido al cambio climático ya está bien documentado en el Ártico y empieza a detectarse también en las montañas.

La reducción de la capa de nieve ya es visible desde el espacio, pero no es en absoluto el mayor cambio, concluyó el equipo de investigación .


La Cordillera de los Alpes corre a través de: Francia, Italia, Suiza, Alemania, Austria, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Serbia y Albania. Sin embargo, solamente Suiza y Austria pueden considerarse verdaderos países alpinos. La cordillera tiene una longitud de un mli doscientos kilómetros y más de doscientos kilómetros de ancho, en su punto más amplio que se ubica entre la ciudad alemana Garmisch-Partenkirchen y la italiana de Verona, en total cubren una superficie de aproximadamente 207 mil kilómetros cuadrados. Son las más prominentes de las regiones fisiográficas de Europa occidental. Mapa tomado de Páginas Delphi. com.

Afirmó en un comunicado la doctora Sabine Rumpf, autora principal del estudio y, desde febrero, profesora adjunta de la Universidad de Basile: “La escala del cambio ha resultado ser masiva en los Alpes, son cada vez más verdes porque las plantas colonizan nuevas zonas y la vegetación es, en general, más densa y alta".

Los estudios realizados con anterioridad se centraron en la influencia del calentamiento global sobre la biodiversidad alpina, así como en los cambios sucedidos en la distribución de las especies vegetales. Sin embargo, este trabajo, abre un nuevo punto de vista, pues es hasta ahora que se ha realizado un análisis tan completo de los cambios en la productividad de la vegetación en los Alpes.

Los autores, han podido demostrar, que el aumento de la biomasa vegetal se debe principalmente a dos fenómenos, el primero de ellos, es el incremento en las captaciones pluviales,  y en seguida, a la prolongación de los "periodos de vegetación" como consecuencia del aumento de las temperaturas.

La doctora Rumpf extiende la explicación de sus ideas y precisa: “Las plantas alpinas están adaptadas a condiciones duras, pero no son muy competitivas, y en la complejidad de las nuevas condiciones ambientales, cambian estas especies especializadas, pierden su ventaja y son superadas por la competencia y la biodiversidad única de los Alpes está, por tanto, sometida a una presión considerable”.

En contraste, en estos elevados lugares,  la vegetación se transforma y aumenta su presencia, mientras que la cubierta de nieve por encima de la línea de árboles, muestra que su extensión  sólo ha cambiado ligeramente desde 1984.

Para su análisis, los investigadores excluyeron las regiones por debajo de los mil setecientos metros, los glaciares y los bosques. En el resto de las regiones, descubrieron que la cubierta de nieve había disminuido significativamente en casi un diez por ciento de la zona. Puede que esto no parezca mucho, pero los investigadores se empeñan en subrayar que se trata, no obstante, de una tendencia preocupante.


Fotografía de la Cordillera de los Alpes. Tomada de Meteorología en red. com.

Explica el doctor en ecología Antoine Guisan: “Los análisis anteriores de los datos de los satélites no habían identificado ninguna tendencia de éstas. Esto puede deberse a que la resolución de las imágenes de satélite era insuficiente o a que los periodos considerados eran demasiado cortos”.

Por otra parte, añade el doctor Grégoire Mariéthoz“Desde hace años, las mediciones locales sobre el terreno muestran una disminución de la profundidad de la nieve en las zonas bajas. Esta reducción ya ha provocado que algunas zonas queden prácticamente sin nieve.  A partir de los datos del satélite, es posible distinguir si una zona concreta está cubierta de nieve o no, pero, no permite sacar conclusiones sobre la profundidad que guarda la nieve sobre el terreno".

Concluye su intervención la doctora y profesora Rumpf, y vaticina que: "A medida que continúe el calentamiento global, los Alpes pasarán cada vez más del blanco al verde, con lo que se crea  un círculo vicioso:  Las montañas más verdes reflejan menos luz solar y, por tanto, provocan un mayor calentamiento y, a su vez, mayor reducción de la capa de nieve reflectante”.

En equivalencia con lo sucedido en las alturas europeas, se ha observado un efecto similar en los bosques tropicales de Australia, ahí debido a los cambios en las temperaturas, se comprueba que el ritmo de desaparición de los arboles  se ha incrementado.


El cambio climático acelera el problema que implica la desaparición de los árboles en bosques tropicales australianos. Foto Europa Press.

Los árboles de los bosques tropicales de Australia han muerto al doble del ritmo anterior desde la década de 1980, primordialmente a causa de los impactos climáticos. Así lo muestra la publicación en la revista "Nature", de los resultados y conclusiones de un estudio internacional a de largo plazo, en él se describe el fenómeno ocurrido con las tasas de mortalidad de los árboles tropicales, que en los últimos treinta y cinco años se han duplicado, a medida que el calentamiento global aumenta la desecación de la atmósfera y su impacto en los mantos terrestres y la vegetación ahí establecida.

El deterioro de estos bosques, tiene como una de sus principales consecuencias, la reducción de la biomasa y el almacenamiento de carbono, lo que hace cada vez más difícil mantener las temperaturas máximas globales muy por debajo del objetivo de 2 grados Celsius, como exige el "Acuerdo de París", que es un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, firmado el 22 de abril del 2016 y puesto en vigor en el mes de noviembre del mismo año.


Mapa que muestra la ubicación de los bosque tropicales de Queensland. Tomada de Terpsichores. Dominio Público

El estudio, dirigido por investigadores del Centro Smithsoniano de Investigación Medioambiental, en Estados Unidos; de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y del Instituto Nacional de Investigación para el Desarrollo Sostenible (Inids), en Francia, con participación de científicos de Australia y Perú, utilizó registros de datos excepcionalmente largos de toda la selva tropical australiana.

En él se constata que la tasa media de mortalidad de los árboles en estos bosques se ha duplicado en los pasadas cuatro décadas. Los investigadores descubrieron que los árboles viven aproximadamente la mitad de tiempo, lo cual es una pauta consistente en todas las especies y lugares de la región.

El doctor David Bauman, ecólogo de los bosques tropicales del Smithsoniano, Oxford y el Inids, y autor principal del estudio, admite que: “fue impactante detectar un aumento tan marcado de la mortalidad de los árboles, y más aún una tendencia consistente en toda la diversidad de especies y lugares que estudiamos. Una duplicación sostenida de ese riesgo implicaría que el carbono almacenado en ellos vuelve dos veces más rápido a la atmósfera”.

Por su parte, Sean McMahon, investigador principal del Smithsoniano y otro de los autores principales del estudio, sostuvo: “Se necesitan muchas décadas de datos para detectar cambios a largo plazo en los organismos de larga vida, y la señal de un cambio puede verse abrumada por el ruido de muchos procesos”.

Ambos especialistas subrayaron que: “Un resultado notable es que no sólo se detectó un aumento de la mortalidad, sino que éste parece haber comenzado en los años ochenta del siglo pasado, lo que indica que los sistemas naturales de la Tierra pueden haber estado respondiendo al cambio climático durante décadas”.


Fotografia del bosque lluvioso de Gondwana de Australia. Tomada de SobreAustralia. com.

En este sentido,  el director del Centro de Oxford para los Bosques Tropicales, el doctor Yadvinder Malhi,  y coautor del estudio, recordó que “en los años pasados se han conocido los efectos del cambio climático en la Gran Barrera de Coral. Y alertó: “Nuestro trabajo muestra que, si se mira hacia la costa del arrecife, los famosos bosques tropicales de Australia también están cambiando rápidamente. Además, el probable factor impulsor que identificamos, el creciente poder de desecación de la atmósfera causado por el calentamiento global, sugiere que pueden estar produciéndose aumentos similares en las tasas de mortalidad en todos los bosques tropicales del mundo, y de ser así, los bosques tropicales podrían convertirse pronto en fuentes de carbono, y el reto de limitar el calentamiento global por debajo de los dos grados Celsius se hace más urgente y más difícil”.

En resumen, los bosques tropicales intactos son grandes almacenes de carbono y hasta ahora han sido efectivos “sumideros de carbono”, actuando como frenos moderados del ritmo del cambio climático. Los bosques y los océanos comparten la tarea de reductores de carbono, constituyéndose en depósitos naturales del dióxido de carbono (CO₂), esto es, que absorben el carbono de la atmósfera y contribuye a reducir la cantidad de este gas en el aire. 


Un ejemplo más, se observa en la Amazonía brasileña donde la deforestación alcanza un incremento histórico.

La deforestación en la Amazonía brasileña durante la primera mitad del año 2022 batió todos los registros anteriores, un síntoma de la creciente destrucción que sufre a consecuencia de las políticas vigentes bajo la presidencia de Jair Bolsonaro.


Rompe récords la deforestación en Amazonía Brasileña. Foto Afp

Las imágenes satelitales tomadas entre enero y junio muestran cuatro mil kilómetros cuadrados de bosque destruido, más que en cualquier período de seis meses en los siete años de registros con la metodología actual.

Lo que hace que el dato sea más notable es que esta tala se ha llevado a cabo durante la temporada de lluvias, cuando se sabe que la deforestación es mayor en la segunda mitad del año, que es la más seca, esto es, en la temporada que presenta situaciones climáticas que hacen más fácil acceder a áreas remotas por las carreteras sin pavimentar de la región.

El área destruida en la primera mitad de 2022 es ochenta por ciento más grande que en el mismo período de 2018, el año anterior a la toma de posesión de Bolsonaro, de acuerdo con un análisis del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (IPAM), que es una organización no gubernamental brasileña, sin fines de lucro. Y se precisa que alrededor de la mitad de la tala ocurrió en tierras públicas, según el análisis del (IPAM). El modo de operación en Brasil para los talamontes, es que estos delincuentes se apoderan de tierras públicas esperando que las áreas sean legalizadas para la agricultura o la ganadería en el futuro. La directora científica de (IPAM) Ane Alencar afirmó: "Otras transacciones ilegales de bienes raíces y madera, así como la falta de la aplicación de la ley, contribuyen al incremento de las tasas de deforestación. Quienes controlan el Amazonas no quieren que se conserve, el bosque erguido no tiene valor en la Amazonía actual”.

Se ha observado que en este lapso, la tala más rapaz tuvo lugar en el estado de Amazonas, superando a Pará (a la derecha de Amazonas) y a Mato Grosso (al sur de Pará), que históricamente han registrado mayores pérdidas de zonas arboladas. Esta es una tendencia muy preocupante, en virtud de que el estado de Amazonas se ubica en lo profundo de la selva tropical y se ha mantenido prístina en relación con otras regiones amazónicas.


Mapa que muestra la ubicación del estado de Amazonas. Yaniel Brito de Ecured. com.

El estado de Amazonas es uno de los veintiséis estados que, junto con el distrito federal, forman la República Federativa del Brasil, siendo Manaos su capital. Su relieve está comprendido desde las márgenes Del Río Orinoco hasta el pico De La Neblina que con sus casi tres mil metros de altitud, es el punto culminante del estado, el relieve del estado es muy variado, contiene  llanuras o sabanas, que van de los cien hasta los quinientos metros, cuenta con una superficie de casi un mil 571 millones de kilómetros cuadrados, es el de mayor extensión en la nación brasileña.

Lamentablemente los bosques, y en general la flora del planeta se ve muy afectada por la utilización de sus medio ambientes en actividades generadoras de ganancias económicas, la especie "Homo sapiens", valora más los beneficios económicos que los ecológicos. Son tres regiones del planeta alcanzadas por los efectos del cambio climático, en Europa, Oceanía y  América. Pero son ejemplos, estas situaciones se repiten en todos los continentes y en los océanos por igual. Por el bien de todos los seres vivos que poblamos el planeta, esperemos se detenga el deterioro de las zonas boscosas, o será como lo mencionó el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas: "Un suicidio colectivo".

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