Reptiles: La extinción amenaza al 21% de las especies, aunque hay esfuerzos por evitarlo, la destrucción de su medio ambiente es un hecho.
Mirando desde el comienzo, reviso lo concerniente a las "Extinciones"; podemos decir que una "extinción masiva", es un tipo de extinción terminal en la cual desaparecen sin descendencia un 10% ó más de las especies a lo largo de un año, o bien un 50% o más de las especies en un periodo comprendido entre uno y tres millones y medio de años, cuando en momentos normales las extinciones se producen a un ritmo de entre dos y cinco "familias biológicas" de "invertebrados" marinos y "vertebrados" cada millón de años.
Desde que la vida empezó en nuestro planeta, se han detectado cinco sucesos ubicados durante el "Eón Fanerozoico" tras los cuales se han extinguido más de la mitad de las especies existentes. El Eón Fanerozoico es una división de la escala temporal geológica que se extiende desde hace 542,0 ±1,0 millones de años hasta nuestros días.
El "Fanerozoico sucede al supereón "Precámbrico", que comenzó cuando se formó la Tierra, hace entre 4 mil 567.9 y 4 mil 570.1 millones de años y concluye al surgir el Fanerozoico. Su duración es, entonces, de aproximadamente 4 mil 27 millones de años. Se conforma por tres eones: Hádico, Arcaico y Proterozoico, en orden del más antiguo al más reciente.
Intensidad aparente en la extinción de géneros marinos (no especies). No representa el total de la biodiversidad, sino su disminución en cada momento geológico. Tomada DragonsFlight.
Se observa que este tipo de fenómeno, que significa un cambio de gran intensidad en los seres vivos que pueblan la Tierra, se han repetido con el paso del tiempo, quizás en forma cíclica, cuyas características aún no se comprenden del todo. Estas extinciones, para nuestros criterios de estudio, han definido los "períodos geológicos":
el Ordovícico, que inició hace 443 millones de años;
el Devónico Tardío, que dio inicio hace 372 millones de años;
el Pérmico, que empezó hace 252 millones de años;
el Triásico, que comenzó hace 201 millones de años y
el Cretácico, que dio comienzo hace 66 millones de años.
En ocasiones se confunden las "extinciones masivas" con "un evento ligado a la extinción", que es un suceso puntual e inesperado que provoca la desaparición de una o más especies, ya sea por su acción directa o por los efectos causados.
Razón por la cual, incluso en septiembre del 2019, una investigación realizada por un equipo de científicos del departamento de biología de la Universidad de Nueva York publicó los resultados de la misma, los que podrían cambiar el orden de estos espacios geológicos.
Dicha investigación, contó también con la participación del científico Shu-zhong Shen, de la Universidad de Nanjing, y se centró en el período final del "Guadalupian", esto es, el "Pérmico Medio", cuando una gran extinción afectó la vida en la superficie terrestre y aún en los mares.
La conclusión a la llegó dicha investigación, es que: "Las clasificaciones en términos de números de especies que sufrieron la extinción, y especialmente en términos del impacto ecológico, colocan al evento de "Guadalupian", hace 259.8 millones de años, en la misma categoría con las otras extinciones masivas importantes. Por lo tanto, aparentemente ya han sucedido seis grandes extinciones".
Pero, en la medida que se profundiza en los detalles, a los que antaño no había acceso, se van ampliando las perspectivas, y nos encontramos con que tal vez, hubo más extinciones masivas, que hasta ahora podemos advertir, como por ejemplo: si con el surgimiento de las "células Eucariotas" y la exterminación de muchas de las "bacterias Procariotas" por la generación de oxígeno, bien pudo haber sido la primera; así también la misteriosa desaparición de la "Fauna Ediacárica" , de hace 635 a 542 millones de años atrás, sería otra más.
Pero situando las cosas en el período sucedido hace unos 65 millones de años, después de la última extinción masiva, aquella que marcó el fin de los dinosaurios en el planeta, los científicos advierten de que estamos en los primeros estertores de otra aniquilación de este tipo. A diferencia de otras, esta extinción masiva, también conocida como la del "Antropoceno", es la única agravada por el ser humano, pues en ella intervienen además del "cambio climático"; los hechos humanos tales como: la "destrucción de los hábitats", la "contaminación" y la "agricultura industrial". El "Antropoceno" es una época geológica propuesta por una parte de la comunidad científica para suceder o reemplazar al denominado "Holoceno", la época actual del período Cuaternario en la historia terrestre, debido al significativo impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas terrestres.
En las extinciones masivas, al menos tres cuartas partes de las especies dejan de existir en unos tres millones de años. Pero la situación ahora vigente es distinta, pues algunos científicos dedicados al estudio de este tema creen que, al ritmo actual, podríamos estar en camino de perder ese número en unos pocos siglos.
Tan sólo en las próximas décadas, al menos un millón de especies corren el riesgo de desaparecer. Eso es lo que se estima en un informe histórico publicado en 2019, pero muchos científicos dicen que podría ser un recuento insuficiente.
Intentar predecir los resultados de un colapso total de la biodiversidad es casi un arte negro: los ecosistemas son increíblemente complejos. Sin embargo, los científicos están de acuerdo en que hay varias predicciones claras si las extinciones continúan a este ritmo. Y todos los efectos están inextricablemente relacionados, como un juego de mesa, como el "Jenga".
Proporcionalmente es muy alarmante los datos que se tienen de la desaparición de especies, revisaremos lo referente a los reptiles.
Estos animales se originaron a partir de los "Reptilomorfos", que son un grupo de "tetrápodos", los que poseía características tanto de "anfibio" como de "reptil", que poblaban los humeantes pantanos del periodo "Carbonífero", esto es, hace unos 310 - 320 millones de años, los que resultaron muy exitosos, por ello la mayoría de los linajes se diversificaron durante el "Mesozoico", que se inició hace 251 millones de años y finalizó hace 66 millones de años.
A finales de esa era desaparecieron casi por completo varios grupos, en la ya mencionada extinción masiva ocurrida hace unos 65 millones de años.
En época reciente, se encontraron una serie de huellas en los estratos fósiles en Nueva Escocia, que datan de hace 315 millones de años, las que muestran dedos típicos de reptiles y huellas de escamas. Estas huellas se atribuyen al "Hylonomus", que es el reptil incuestionable más antiguo que se conoce. Era un animal pequeño, parecido a un lagarto, de entre unos veinte a treinta centímetros de largo, con numerosos dientes afilados que indicaban una dieta insectívora.
Ilustración del Hylonomus, reptil que vivió durante el Carbonifero. Tomado de Nobu Tamura.
Ahora mismo, año 2022, una de cada cinco especies de reptiles en el mundo están amenazadas de extinción, de acuerdo con un estudio que abarca de miles de ellas, publicado ayer en la revista "Nature".
De las 10 mil 196 especies de reptiles analizadas, 21% fueron clasificadas: en peligro, críticamente en peligro, o, vulnerables a extinción, y esta cuenta incluye a las icónicas "cobras reales" (Ophiophagus hannah), que habitan en el sur y el sudeste de Asia.
Los reptiles que viven en áreas boscosas, como la cobra real cuyo nombre "Ophiophagus", significa literalmente "comedora de serpientes", tienen más riesgo de estar amenazados de extinción que los habitantes del desierto, en parte porque los bosques enfrentan más daños causados por actividad humana, concluye este nuevo estudio.
La familia "Elapidae", a la que pertenece la "Cobra Real", tiene varios miembros que habitan en zonas boscosas vulnerables, así como las demás serpientes que componen su dieta. Las especies más comunes de las cuales se alimentan son: "serpiente rata" (Ptyas mucosa), "cobra india" (Naja naja), "serpientes kraits" o "Bungarus" (Bungarus fasciatus), y varias especies de "pitones" o "Pythonidae" (Python molurus). También complementa su dieta con algunos lagartos, por lo que se le atribuye el papel de medio de control de estas especies.
Fotografía de Cobra Real con capucha desplegada. Tomada de Michael Allen Smith.
Como se puede apreciar es una serpiente de gran tamaño, con una capucha, propia de las cobras, y que no es tan pronunciada como las cobras del género "Naja". Su coloración suele ser parda u olivácea, a veces amarillenta, con "parches ventrales" de un color más claro; las escamas de la cabeza están orladas de negro.
“Este trabajo es un logro muy significativo, pues aumenta nuestro conocimiento de cuáles son las especies en peligro y dónde debemos trabajar para protegerlas”, señaló el ecólogo Stuart Pimm, de la Universidad Duke, quien no participó en el estudio.
Evaluaciones similares han sido realizadas antes sobre: mamíferos, aves y anfibios, influyendo en las decisiones gubernamentales sobre cómo trazar los límites de los parques nacionales y asignar fondos ambientales.
Los trabajos en el estudio de los reptiles, en los que participaron un mil científicos y cincuenta y dos coautores, comenzaron en el año 2005. El proyecto fue demorado por problemas de fondos, aclaró Bruce Young, doctor en zoología y coautor, quien se desempeña como Zoólogo Jefe y Científico Senior de conservación, para la organización científica sin fines de lucro "NatureServe", fundada en 1994.
Sostuvo Young: “Cuando se trata de protección, la atención suele ir a las especies de vertebrados peludos y con plumas, lamento que no haya tanto interés para los reptiles que son también fascinantes y esenciales para los ecosistemas".
Fotografía de Iguana Marina de las Islas Galapagos. Tomada de Wakima.
Afirmó el coautor del estudio Blair Bridges, biólogo en la Universidad Temple: "La Iguana marina "Amblyrhynchus cristatus" oriunda de las Islas Galápagos, es el único lagarto en el mundo adaptado a la vida marina, y lamentablemente está clasificada como “vulnerable a extinción, tomó cinco millones de años para que este animal se adaptara a la búsqueda de alimentos en el mar, cuánta historia evolutiva puede perderse si esta especie deja de existir. Entre las causas principales de esta situación encontramos incidencias de la especie humana: la destrucción de su hábitat y la caza".
Otro ejemplo de esta circunstancia la hacen las seis de las especies de tortuga marina, en el mundo, ellas están seriamente amenazadas. Sobre la séptima, se estima que está casi seguramente en apuros, pero los científicos, hoy en día, carecen de datos suficientes para hacer una clasificación.
Una tortuga marina verde muerta en la playa de la Reserva de Conservación Khor Kalba, en la costa este de los Emiratos Árabes Unidos, el pasado 1 de febrero. Foto Ap
Las siete especies de tortugas marinas son:
Tortuga Caguama (Caretta caretta), mide hasta 120 centímetros y hasta 200 kilogramos de peso, es carnívora, come medusas, pequeños peces, cangrejos y camarones. Un potente músculo de la mandíbula le permite aplastar a los crustáceos antes de ingerirlos;
Tortuga Carey del Pacífico (Eretmochelys imbricata), pesa de entre 60 y hasta 90 kilogramos para un tamaño de entre 60 a 120 centímetros. Es omnívora, se alimenta de esponjas por lo que su piel es tóxica para el ser humano. Esta característica le ha permitido alejarse de los cazadores furtivos interesados en la carne. Sin embargo, se caza por sus hermosas escamas que son fáciles de convertir en artesanías como peines o joyas;
Tortuga Verde (Chelonia mydas), es el mayor de los "quelónidos". Su peso puede variar de entre los 160 y los 250 kilogramos y su altura de 80 a 130 centímetros. En la etapa juvenil, la tortuga verde es esencialmente carnívora y se alimenta de pequeños crustáceos y peces. De adulto, se vuelve vegetariana y se alimenta principalmente de plantas marinas. Debe su nombre al inusual color de su carne, que es atribuible a su dieta. Cabe aclarar que para los estudiosos, la Tortuga Prieta (Chelonia agassizii), se considera a veces como una subespecie de la tortuga verde Chelonia mydas, es decir de la Tortuga Verde;
Tortuga Golfina (Lepidochelys olivacea), debe su nombre al color verde oliva de su caparazón. Mide de entre 50 a 75 centímetrose para un peso de entre 40 y 50 kilogramos. Es muy conocida por sus desembarcos masivos «arribadas», de hembras que acuden a poner huevos en las playas de las costas del Pacífico de América Central (México, Costa Rica, Panamá), así como en América del Sur y en las costas de Surinam;
Tortuga Lora o Kempi (Lepidochelys kempii), es la más rara y discreta. También es la más pequeña: de entre 45 a 70 centímetros y un peso que varía de entre 30 y 50 kilogramos. Se encuentra principalmente en la playa mexicana de Rancho Nuevo;
Tortuga Espalda Plana (Natator depressus) se encuentra exclusivamente entre Australia, Papúa Nueva Guinea e Indonesia. Hasta la fecha, sólo unas pocas playas del norte de Australia parecen albergarlas para su reproducción. Su nombre proviene de su caparazón especialmente plano. Mide de entre 95 a 130 centímetros para un peso de 100 a 150 kilogramos. Su dieta de pepinos de mar, mariscos y medusas la convierte en una tortuga carnívora; y
Tortuga Laúd (Dermochelys coriacea), que es la más imponente de las tortugas marinas. Puede alcanzar los 400 kilogramos de peso y superar los dos metros de longitud. Su caparazón no está cubierto de escamas, ni tampoco presenta cuernos, sino de una piel dura, es la única especie de la familia "Dermochelyidae".
Ilustración de las siete especies de Tortugas Marinas. Tomada de pngbyte. com.
De las siete especies de tortugas marinas, seis pertenecen a la familia "Cheloniidae". Esta familia se caracteriza por tener un caparazón sin carena cubierto de escamas y una o dos garras en las aletas.
Destacó el también coautor Neil Cox, administrador de la Unidad de Evaluación de Biodiversidad en la Unión para la Conservación de la Naturaleza: "A escala mundial, la mayor amenaza a la vida de los reptiles es la destrucción de hábitat. Y se añaden a esta, la práctica de la caza, la presencia de especies invasoras y el consabido cambio climático".
En complemento a estos resultados y las causas del peligro de extinción que asolaron a los reptiles, en especial a los que habitan en zonas boscosas vulnerables, expongo estos resultados, sobre la materia.
El año 2021 se caracterizó por las perdidas de millones de hectáreas de bosque tropical, 11.1 de ellas, es la estimación.
Grandes extensiones de bosque tropical fueron quemadas o taladas en 2021 y sustituidas por cultivos o áreas para ganado, fenómeno sucedido especialmente en Brasil, y, el cambio climático dificulta la conservación de la cubierta forestal, advirtieron los investigadores abocados al tema.
Según el estudio anual de "Global Forest Watch" (GFW), el "World Resources Institute" o "Instituto de Recursos Mundiales" (WRI), así como la Universidad de Maryland, el año pasado se perdieron unos 11.1 millones de hectáreas de bosque en las regiones tropicales, de los cuales 3.75 millones correspondían a arboledas primarias, nombre que se asigna a aquellas que habían permanecido inalteradas al menos ochenta años.
Ha detallado el Maestro en Derecho Ambiental Rod Taylor, que dirige el programa forestal de WRI, al referirse a los bosques primarios: “La dimensión de la pérdida equivale a diez campos de futbol por minuto. Y lleva un año ocurriendo”.
La destrucción de esos hábitat liberó 2.5 gigatoneladas de dióxido de carbono a la atmósfera en 2021, el equivalente a las emisiones anuales de India, según los cálculos realizados por científicos.
Más del cuarenta por ciento de la floresta primaria perjudicada en 2021 se encontraba en Brasil, con cerca de 1.5 millones de hectáreas taladas o quemadas y República Democrática del Congo, con casi 500 mil hectáreas destruidas. En Bolivia se registró el nivel más alto de bosques socavados desde que comenzaron las mediciones en 2001, con casi 300 mil hectáreas.
El informe muestra que los bosques boreales del hemisferio norte han sufrido la mayor pérdida de cobertura forestal en dos décadas. En Rusia, por ejemplo, una temporada excepcional de incendios hizo desaparecer 6.5 millones de hectáreas verdes.
Los investigadores advierten de un posible “efecto bola de nieve”, en el que los incendios, que son más frecuentes, liberan más dióxido de carbono a la atmósfera, lo que alimenta el calentamiento global y aumenta el riesgo de incendios forestales.
Estos datos fueron publicados después de que 141 líderes mundiales se comprometieron en la "COP26" de Glasgow, Inglaterra, a finales de 2021 a: “Detener y a revertir la destrucción de bosques para 2030”. «Conference of the Parties», por su nombre en inglés o «Conferencia de las Partes», en español. Son conferencias de alto nivel organizadas por las Naciones Unidas que reúnen a Estados, organizaciones regionales y actores no estatales.
La "Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021" fue la "26.ª conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático", y se llevó a cabo, entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre del 2021 en la ciudad de Glasgow, Escocia.
Los analistas fueron claros al establecer que para alcanzar el objetivo en el año 2030 será necesario reducir drásticamente la destrucción de florestas primarias cada año hasta el final de la década.
“El propio cambio climático está dificultando el mantenimiento de las arboledas que aún tenemos.”, señaló Frances Seymour, del (WRI), y añadió que esto muestra la necesidad de reducir las emisiones de tóxicos de efecto invernadero.
Un estudio reciente sugiere que la "selva amazónica" puede estar más cerca de un “punto de inflexión” de lo que se pensaba. Podría convertirse en una sabana y liberar grandes cantidades de dióxido de carbono.
El ritmo de destrucción de los bosques se ha acelerado en los años recientes en Brasil, país que alberga alrededor de un tercio de los ecosistemas tropicales primarios del mundo; es decir, aquellos que han existido sin perturbaciones humanas significativas u otros disturbios durante periodos que exceden el largo normal de la vida de los árboles maduros, medida establecida de entre 60 a 80 años, por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La devastación que no es causadas por incendios, sino que está vinculada a la creación de zonas agrícolas, ha aumentado en un nueve por ciento, comparado al año 2020, según el (WRI). Ese nivel es superior en un veinticinco por ciento en algunos Estados del oeste de la Amazonia Brasileña.
Señaló el experto en desarrollo sustentable, Frances Seymour: “Estos hechos son un desastre para el clima, para la biodiversidad, para los pueblos indígenas y las comunidades locales y las investigaciones recientes muestran que los bosques también ayudan a enfriar la atmósfera. Indonesia, en cambio, ha logrado frenar los daños a florestas primarias en 25%, respecto de 2020, tras haber alcanzado niveles muy altos, gracias a acciones del gobierno y el sector agrícola. Sin embargo, el fin de la congelación temporal de las nuevas explotaciones de aceite de palma, así como su precio, que está en su punto más alto en cuarenta años, podrían socavar estos esfuerzos. Está claro que no estamos haciendo lo suficiente para incentivar a quienes están en posición de detener la devastación de bosques y de proteger las zonas que quedan”.
En este contexto, el "Supremo Tribunal Federal" (STF) de Brasil anuló los decretos del presidente en funciones, relacionados con su política ambiental. Por diez votos contra uno, los ministros del (STF) fallaron a favor de una demanda del partido Red de Sustentabilidad que cuestionaba partes de la orden del mandatario que reduce la participación de la sociedad civil en el consejo deliberante del Fondo Nacional del Medio Ambiente.
Gran parte del agua dulce del mundo procede de humedales que purifican y redistribuyen esta fuente de vida. Por ejemplo, la torre de agua del Himalaya, que se alimenta de ríos y humedales, abastece a unos dos mil millones de personas. Si sistemas como estos se colapsan, como resultado de impactos que incluyen la floración de algas y el retroceso de la vegetación, la humanidad podría perder mucha agua para beber y para uso agrícola.
A medida que los bosques retroceden, es probable que los patrones de lluvia cambien, ya que la evapotranspiración –el proceso en el que la humedad se devuelve a la atmósfera a través de la evaporación y la transpiración de las plantas– se ve afectada, secando aún más el paisaje, como se ha visto en el Amazonas.
La (FAO) calcula que a partir del año 2015 se talaron unos diez millones de hectáreas de bosque al año.
Y con la pérdida de árboles y vegetación, reguladores fundamentales del dióxido de carbono atmosférico, se prevé que el cambio climático se acentúe, lo que desencadenará más fenómenos meteorológicos extremos. Las condiciones más secas y los bosques insalubres también aumentan el riesgo de incendios forestales.
Mientras tanto, las pérdidas de cosechas y otras amenazas ecológicas probablemente desencadenen migraciones masivas para escapar del hambre y de los conflictos por la disminución de los recursos.
En el parque Doral Glades, en Florida, fueron liberadas más de 30 mil catarinas el Día de la Tierra, celebrado el 22 de abril, a fin de controlar de manera natural las plagas dentro del parque y ayudar a reducir el uso de pesticidas. En la imagen, un niño observa algunas de ellas. Foto Afp
Que esperar de la llamada extinción masiva del "Antropoceno".
Estos efectos, antes descritos, son sólo los que se pueden cuantificar. Para muchos conservacionistas y científicos, dejar que las especies se extingan de forma imprudente es similar al vandalismo. Incluso si sobrevivimos y evitamos las consecuencias catastróficas, el mundo quedaría muy mermado de forma irreversible por las extinciones masivas.
Las pérdidas más trágicas podrían ser las que ni siquiera podemos ver.
"Piensa en las consecuencias de la extinción como si se quemara una galería de arte. Ni siquiera está pensando en un valor potencial directo, sino en la pérdida intangible del Patrimonio Mundial", dijo Thomas Brooks, científico jefe de la "Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza" (UICN).
"Recuerde que cualquier especie es producto de millones de años de evolución. Estamos ante la pérdida de lo que hace que la humanidad forme parte del planeta. Estamos viendo lo que nos hace completos", continuó.
A pesar de estas predicciones catastróficas, hay motivos para el optimismo. Si los humanos hacen algo.
Ha expresado Brooks, su punto de vista: "La conservación de la vida en la Tierra se enfrenta a lo que a veces parecen ser probabilidades insuperables. Pero, por otro lado, también hay muchas historias inspiradoras de éxito, y ejemplos de casos en los que la gente ha sido capaz de cambiar el rumbo, de poner en marcha acciones que permiten doblar la curva o que las tendencias vayan en la dirección correcta".
El científico está íntimamente familiarizado con los retos a los que se enfrenta. La (UICN) elabora minuciosamente la "Lista Roja", que constituye la base fundamental de los conocimientos científicos sobre la pérdida de especies.
La investigación demuestra que los esfuerzos de conservación funcionan. Existe un estudio reciente que ha revelado que, de no haber sido por las intervenciones de conservación, las pérdidas habrían sido de tres a cuatro veces peores desde 1993.
La ampliación de los éxitos de conservación –como la reintroducción de castores en Europa– parece ser un arma clave en la batalla contra la pérdida de biodiversidad.
Elizabeth L. Bennett, vicepresidenta de la Wildlife Conservation Society (WCS) o la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, que trabaja en aras de la conservación de especies, es categórica al afirmar que el establecimiento de grandes áreas de conservación puede suponer una diferencia significativa para la biodiversidad.
"Si se hace en los lugares adecuados y se planifica y gestiona muy bien, sin duda será de gran ayuda", afirma.
Como primer paso hacia ese objetivo, (WCS) está impulsando la adopción del acuerdo "30 treinta por treinta 30" en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de Kunming (COP15) en primavera, en el que el 30% de las tierras y los mares se pondrían bajo protección para 2030, lo que representa aproximadamente, el doble de lo que el mundo tiene ahora. La decimoquinta conferencia de las partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15), del 11 al 15 de octubre de 2021, en Kunming (China).
Conseguirlo sería un buen comienzo, pero cualquier acuerdo que se alcance en la (COP15) será solo el principio de un largo camino. Y aquí un ejemplo sucedido en Sudamérica.
En Venezuela científicos buscan salvar de la extinción a rana endémica.
La rana de Mucuchíes, un pequeño anfibio que habita en un reducido espacio de los Andes venezolanos, guarda esperanza de salvarse de la extinción con un proyecto de reproducción en laboratorio.
Un ejemplar de la rana de Mucuchíes, una especie que habita en un área reducida de los Andes venezolanos en peligro de extinción, en Mérida, Venezuela, el 11 de abril de 2022. Foto Afp
Quedan pocos ejemplares de la "Aromobates zippeli", especie endémica del bosque seco montano en la "Región de Mucuchíes", estado Mérida (oeste), mermada por la destrucción de su hábitat, nos explica el doctor y herpetólogo Enrique La Marca, del "Centro de Rescate de Especies Venezolanas de Anfibios" (REVA), en una entrevista otorgada a la Agencia Frances Press.
El doctor La Marca, junto a Reinhold Martínez y Janina Puente, encabeza un programa que dio inicio en el año 2018, con la creación del (REVA), que abarca investigaciones de campo, reproducción en cautiverio y reintroducción a la naturaleza.
El nombre de esta rana, descubierta por Enrique La Marca, doctor en Ecología Tropical de la Universidad de Los Andes (ULA), en el año de 1985, es un homenaje al científico estadunidense Kevin Zippel, de la organización conservacionista "Amphibian Ark" (AArk), en funciones desde el año 2006.
Aclara el doctor La Marca: "Un problema importante que afecta las poblaciones remanentes de las ranas en la región es la abusiva extracción del agua de las lagunas de páramo, que hace que disminuyan los acuíferos. Hemos detectado que hay riachuelos que se han secado y manantiales que han disminuido notablemente en cantidad de agua. Todo esto repercute negativamente en unos organismos que están directamente asociados con el agua".
La "lista roja" de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ubica a esta rana en la categoría de "peligro crítico". Subraya La Marca, en su papel de integrante del grupo de especialistas en anfibios de la (UICN): "Esta categoría, es el paso que antecede a la extinción de la especie".
Aunque indica que es "prácticamente imposible" saber el número exacto, se estima que hay unos doscientos ejemplares en vida silvestre y en "cautiverio tenemos unos veinte".
Programa de reproducción en cautiverio.
"Se sabe poco sobre los hábitos de esta rana que mide poco menos de dos centímetros y se distingue por tonalidades marrones y cobrizas, además de pequeños puntos blancos en los costados. No sabíamos de qué se alimentaba, cómo era la reproducción, fuimos improvisando y aprendiendo sobre la marcha. Gracias a estos avances, hemos sido exitosos en lograr reproducir en cautiverio esta especie que está en peligro de extinción y mantener este programa de repoblación, a partir de diez parejas que han procreado un ciento de ejemplares.", destaca el herpetólogo La Marca, al considerarlo internacionalmente como un hito en la conservación de anfibios, con una fructífera carrera de más de 35 años.
Ampliando la información el doctor La Marca:, expresa: "Las crías se liberan en sitios donde han avistado poblaciones de esta especie, que suele ocultarse debajo de piedras al borde de ríos. Esta liberación de ejemplares ocurre aproximadamente al año de haber completado su metamorfosis desde renacuajo a una ranita con cuatro patas. Cuando logramos que se reprodujera la ranita de Mucuchíes fue muy emocionante, porque era la primera vez que una especie de bosque nublado producía descendencia en el centro de cría. La crianza se hace en recipientes desinfectados donde se recrea el hábitat de esta rana que deposita sus huevos sobre hojas secas, y para fertilizar los huevos, se hace necesario el concurso de ambos sexos. El macho, subido y abrazado al dorso de la hembra, se encarga de fertilizar los huevos que va depositando la hembra, a través de la liberación de la esperma que los fertilizará.
Y ahora se sabe que el cuidado de los huevos recae sobre los machos.
La rana de Mucuchíes, es un componente de una trama ecológica bien compleja que había cuando existía el bosque seco en su plenitud. Son un comprobado regulador de plagas pues al ser depredadores de insectos, de invertebrados, que son plagas para el ser humano, como en el caso de los mosquitos y otros vectores que transmiten enfermedades. Pero también son fuentes de alimento para otras especies".
Finalmente lamenta el científico, preocupado por la deforestación: "Su merma es una señal de que el bosque seco está dejando de funcionar por todas las intervenciones que le hemos hecho, los humanos".
Y no todo son malas noticias, pues con el nacimiento de las primeras ranas de Mucuchíes en cautiverio se renuevan las posibilidades de supervivencia para este anfibio.
Debido al "alto riesgo de desaparición de la especie en su ambiente natural", la meta es sostener su reproducción asistida tanto como sea posible, pues "la mayoría de las poblaciones desaparecieron, en toda la región, desde hace, entre quince y veinticinco años atrás.
Una vez liberados, "el máximo reto es que sobrevivan en las nuevas condiciones naturales que van a afrontar", apunta, y agregó: "Por ello, la mayor alegría viene en sí cuando en monitoreos posteriores notamos que hay más cantos en el lugar, un indicativo de que se están reproduciendo".
Hasta ahora, la "Conferencia Sobre el Cambio Climático" (COP26) y la "Conferencia Sobre la Divergencia Biológica" (COP15) se han reunido de forma independiente. Sin embargo, los actores que insisten en la necesidad de buscar soluciones al cambio climático que combinen ambos sectores son cada vez más numerosos.
«Son dos crisis entrelazadas que deben abordarse conjuntamente», afirma Elizabeth Maruma, Secretaria Ejecutiva de la "Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica".
Sin embargo, las COP "sobre el cambio climático" y "sobre la biodiversidad" no son las únicas. El próximo año se inaugurará otra COP. Esta vez son las "Partes de la Convención de Lucha contra la Desertificación" las que se reúnen por 15ª vez en otra (COP15), la que se llevará a cabo en Costa de Marfil, en este mes, del día 9 al 20.
Fotografía. La desertificación cuesta 42 mil Millones de dolares anuales. Tomada de Rep. Panama .gob.
Vale destacar que esta (COP15) se centrará en la restauración de mil millones de hectáreas de tierras degradadas de aquí al 2030, incluyendo el papel de la restauración a la hora de hacer frente a las nuevas cuestiones en materia de riesgo de desastres, como las sequías, las tormentas de arena y polvo o los incendios forestales. Así mismo se negociarán medidas sobre las principales políticas que pueden permitir la acción de restauración, en particular los derechos de la tierra, la igualdad de género y el papel de los jóvenes en la futura gestión de la tierra. La Convención reúne a gobiernos, científicos, responsables de la formulación de políticas, el sector privado y las comunidades en torno a una visión compartida para restaurar y ordenar las tierras del mundo.
En este panorama surge esperanza de que los avances en favor de evitar los mayores daños generados en combinación de la naturaleza y los negocios humanos, no perjudiquen al mundo entero en un grado superlativo, dado que, incluso si sobrevivimos y evitamos las consecuencias catastróficas, el mundo estaría muy mermado de forma irreversible por las extinciones masivas.
La Machincuepa Cuántica seguirá de cerca lo que acontezca en la reunión (COP) en Costa de Marfil, y lo difundirá en el futuro próximo.











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