La Neurociencia, se aplica a la gran obra maestra de Leonardo Da Vinci: "la Mona Lisa".

Los avances realizados en el campo del conocimiento humano y reflejados en la tecnología vigente, dan frutos en zonas antes veladas, lo que es innegable consecuencia de la incansable  curiosidad y la imaginación de los investigadores y científicos en muchas áreas del quehacer humano.

El pasado día dos de mayo fue el aniversario del fallecimiento de Leonardo Da Vinci, ocurrido en el año de 1519, ello propicio la difusión de artículos dedicados a actividades sobre la vida y obra del "polímata" por excelencia, ocurrida y realizada con anterioridad a la formalización de la investigación científica y que por consecuencia resultaba mucho más complicada.

Si por algo se conoce a la Mona Lisa (pintada entre 1503 y 1517), es por ser una de las pinturas más famosas y enigmáticas del mundo. Son muchos los misterios que encierra este retrato pintado por Leonardo Da Vinci (1452 - 1519) y expuesto en el Museo del Louvre, y múltiples las teorías en torno al personaje que lo protagoniza. Ahora, un reciente descubrimiento llevado a cabo por un equipo de científicos italianos podría arrojar más luz sobre uno de sus interrogantes: la ubicación real del paisaje que aparece al fondo de la "Gioconda".

Desde hace años, la historiadora medieval Carla Gori sostiene que el paisaje detrás de la "Mona Lisa" no es la campiña toscana, sino la pequeña localidad de Bobbio, en la provincia de Piacenza, en el norte de Italia, vista desde el Castillo de Malaspina dal Verme.


Madona (Mona) Lisa Camilla Gherardini, bosquejo atribuido a Leonardo Da Vinci. Fotografía de autor desconocido. Tomada de Hydecollection.org.details.image.cfm

Además del "Ponte Gobbo" (el puente Jorobado), el "Río Trebbia" y su gran recodo coinciden con el arroyo representado a la derecha de la "Madonna Gherardini" (Lisa Camilla,15 Junio 1479 - 1551) en la pintura de Da Vinci. Lo mismo ocurre con las montañas del fondo, similares al relieve del "Valle de Tidone" y la montaña "Pietra Parcellara", en Travo Piacenza, Italia.

El Trebia o Trebbia es un río de la Italia septentrional, con una longitud de 115 a 118 kilómetros. Es uno de los cuatro principales afluentes del famoso "Río Po", este le alimenta por la derecha; los otros tres son el Tanaro, el Secchia y el Panaro.

De ser cierta la hipótesis de Gori, la identidad de la Mona Lisa podría ser otra, ya que no se trataría de la famosa Lisa Camilla Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, como creen la mayoría de los estudiosos del pintor italiano.

Esta teoría se ha visto reforzada ahora tras el hallazgo liderado por Andrea Baucon, de la Universidad de Génova, y Gerolamo lo Russo, del Museo de Historia Natural de Piacenza, tras publicar un estudio que demuestra la presencia de Leonardo da Vinci en Pierfrancesco di Gropparello, población muy próxima a Bobbio.

Carla Gori ha declarado a la agencia "Ansa": "Los estudios realizados en icnofósiles han demostrado que las mismas formas en piedra fueron estudiadas y reproducidas por Leonardo en el Códice de Leicester".

Durante toda su vida, una gran parte de sus ideas y reflexiones se guardaron en sus cuadernos de notas. Estos manuscritos, tratados o códices contienen sus anotaciones y dibujos y están considerados como el más asombroso testimonio de sus observaciones, imaginación y estudio e interés en conocer, entender y controlar todos los aspectos de la naturaleza a través del estudio de las más variadas disciplinas, desde la ingeniería hasta la botánica.


Leonardo Da Vinci, polímata. Tomada de la página latitudinex. com europa. leonardo. valle della loira. rinascimento. Web Gallery of Art.

Estas anotaciones, en su mayoría, Leonardo no las concibió como libros, son obra de compilaciones, realizadas sobre una base en los distintos cuadernos existentes que fueron reorganizados por los primeros coleccionistas, por lo que se considera al "Códice Leicester" una excepción. Estos escritos se estiman en unos 15 mil pero sólo se conservan alrededor de 7 mil repartidos en varios lugares.

Existen varios "Códices", entre ellos están: los conocidos como Códices Madrid 'I' y 'II', Códice Atlántico, Códice Arundel y el Códice Leicester también conocido como Códice Hammer. (Puede consultar al final del texto, el anexo descriptivo de ellos)

Los icnofósiles o pistas fósiles son estructuras etológicas fósiles individualmente identificables que reflejan en mayor o menor grado la morfología del organismo productor. Una pista puede estar formada por un solo elemento o por varios elementos físicamente separados pero en conexión etológica. Se trata habitualmente de estructuras formadas por procesos digestivos, excrementos, pelets fecales o regurgitaciones aunque también incluye otras causas como pelets de excavación o residuos de estructuras de bioerosión, son objeto de estudio por parte de la Paleoicnología. Presentan características propias que los hacen identificables y permiten su clasificación como parataxones: "icnogéneros" e "icnoespecies".


La nueva traza fósil está datada en 6 millones de años y consiste en dos pozos verticales y paralelos conectados entre sí por un túnel horizontal y semicircular. Tomada de SINC. com.

La Icnología es una disciplina de la paleontología que estudia las trazas o huellas fósiles que ha dejado la actividad de los organismos en el pasado. La importancia de los icnofósiles radica en tres aspectos principales: primero, la mayor parte se conservan in situ, es decir, proporcionan información directa del paleoambiente en el que se generaron; en segundo lugar, constituyen un registro del comportamiento del animal productor (paleoetología y paleoecología) que generalmente está ligado a las condiciones paleoambientales, y por último, a menudo son el único registro de determinados organismos —por ejemplo, los de cuerpo blando— cuyas características corporales favorecen que no se fosilicen.

"He recibido la confirmación de los paleontólogos de que los típicos icnofósiles de Pierfrancesco se encuentran en Bobbio, fácilmente accesibles por Leonardo", ha declarado la estudiosa. 

Gori escribió en el año 2011 que esa área era de gran interés geológico para Leonardo, y el reciente descubrimiento "tiene un valor científico absoluto", sostiene la historiadora.

Teniendo en cuenta este descubrimiento, y según Carla Gori, la verdadera modelo de la famosa pintura sería entonces Bianca Giovanna Sforza(nacida en 1482 - 23 de noviembre de 1496 ), la hija natural de Ludovico "il Moro", duque de Milán y señor de Bobbio, en el tiempo en que fue iniciada la pintura, ella era esposa de Galeazzo Sanseverino, mecenas y amigo de Leonardo.

"Sfumato", la técnica que usó Leonardo Da Vinci para hacer sonreír a 'La Gioconda".

La Gioconda es una de las obras de arte más reconocibles a nivel mundial, a pesar de que el este retrato sigue despertando muchas dudas, incluso, entre los científicos que tratan de descubrir qué expresión y emoción refleja su rostro.

Desde el principio los renacentistas quedaron sorprendidos por aquella cautivadora sonrisa. En el siglo XIX el poeta y dramaturgo Théophile Gautier (1811 - 1872), fue de los primeros en plantear este problema. 

Un retrato que sonríe misteriosamente, cuyo enigma no ha sido resuelto. Tras observarlo durante horas, seguimos buscando la emoción que transmite. O, mejor dicho, la mezcla de emociones involucrada, tan dinámica como si estuviese viva.

El código que Sigmund Freud (1856 - 1939) intentó descifrar, desde la revisión de los documentos conservados del artista, hasta la evaluación de la enigmática sonrisa.

Freud pensaba que la sonrisa era una reminiscencia de su madre, de la cual Leonardo se separó tempranamente.

Caterina, (1427 - 1495) la madre de Leonardo, de quien pocas noticias se tienen, sólo se conoce que en la primavera de 1452, dio a luz a Leonardo, para ser precisos el 15 de abril. Ella contaba con alrededor de veinticinco años de edad, y el padre del niño era el señor Ser Piero Da Vinci, (1426 - 1504), perteneciente a una familia "económicamente bien acomodada", no eran ricos, ni nobles, pero disfrutaban de una vida doble: Ciudad y campiña, esto es, negocios y agricultura. Era una familia dedicada a la "Actividad Notarial", él con una carrera iniciada en la ciudad de Florencia en el año de 1448, por lo que se infiere que el no quería o no podía casarse con ella, dado que se unió e matrimonio con la hija de otro notario llamada Albiera, ese mismo año del nacimiento de Leonardo. Ella fue casada con un hombre de clase humilde un año después del nacimiento de Leonardo y fueron separados definitivamente, para que él fuera a vivir con su abuelo paterno, ello a la edad de los cinco años. 

En sus notas, Leonardo refiere a la llegada, a su lugar de residencia, de Caterina en 1493, y sobre el fallecimiento de su padre en 1504. Freud interpretó estas anotaciones, conectándolas a fenómenos psicológicos, por el estudiados y conocidos. En lo que se refiere a ella, escribió: El 16 de julio. Caterina llegó el 16 de julio de 1493.

Por otro lado, en lo referente a su padre, en el escrito que realizó sobre su fallecimiento, repite esa especie de reiteración nerviosa, a las que Freud otorga una interpretación que el denominó "perseveración" y que es un mecanismo psicológico mediante el cual las emociones más intensas son sublimadas o desviadas recurriendo a una serie de repeticiones obsesivas o prestando una atención excesiva a detalles triviales. 

Es ahora, en el siglo XXI que la neurociencia ha dado algunas respuestas. 

Por ello, un grupo de investigadores especializados en neurociencia, pertenecientes a la Universidad de Ámsterdam, han elaborado un estudio que busca las diferencias del rostro de la modelo, respecto a una expresión neutra, con el fin de descubrir su emoción real, tal y como se recoge en "The Conversation".

Los científicos utilizaron para ello programas de reconocimiento emocional, es decir, un programa de ordenador que busca diferencias entre el rostro de la modelo de "La Monalisa" y una expresión neutra, por ejemplo, observando el ensanchamiento nasal o las arrugas de expresión en los ojos. 

Las conclusiones del estudio se reflejan en la siguiente lista, que los investigadores concluyen, sobre una serie de porcentajes respecto a las emociones que detectaron en el rostro de la musa de Da Vinci: Felicidad: 83%; y entre otras emociones:  Disgusto: 9%, Temor: 6%  y Enfado: 2%.

Hay que saber que estos programas informáticos todavía no están del todo desarrollados, por lo que hay emociones o matices más complejas que no son capaces de captar, algo que sí consigue el cerebro humano, capaz de identificar cualquier ápice de emoción hasta en rostros que traten de estar totalmente neutros. Estos programas son todavía rudimentarios porque no captan matices, indicios de deseo ni decepción.

En contraposición, el cerebro humano ha evolucionado para captar cualquier cambio en la expresión facial, por mínimo que sea. Aquí, el ser humano es superior a la máquina.  Somos tan increíblemente buenos que adivinamos rasgos emocionales, aunque se oculten bajo una expresión neutra, o "cara de jugador de póker".  Se trata de una habilidad social clave, así que el misterio nos interpela a nosotros, seres humanos.

La neurobióloga Margaret Livingstone notó que "La Gioconda" parece sonreír, sobre todo desde lejos. De cerca, mirándola a los ojos, aún sonríe. 

Sin embargo, al observar directamente la boca, no se encuentra la sonrisa. Los labios están contraídos, sin la curvatura típica de la alegría. ¿Dónde está escondida?

El ojo humano tiene dos tipos de visión: central y periférica. La visión central tiene mayor resolución debido a la concentración de fotorreceptores cónicos en el centro de la retina, en la fóvea. Por ello, se especializa en frecuencias espaciales altas. Es decir, líneas y contrastes fuertes. La visión central capta detalles concretos.

En cambio, la visión periférica detecta frecuencias bajas en zonas borrosas. Su objetivo no es percibir detalles, sino grandes áreas. 

El resultado final del procesamiento visual se parece a la fotografía de un rostro bien definido en primer plano, mientras alrededor el paisaje se difumina.

Se concluye que Leonardo pintó la sonrisa con suaves pinceladas utilizando una técnica nueva, el "sfumato", esto es, aplicaba capas finísimas de pigmento, muy diluido. Estas capas van superponiendo tonos translúcidos, construyendo una expresión sutil. Por consiguiente, la sonrisa no es perceptible con nuestra visión central, que detecta rasgos definidos. La sonrisa emite frecuencias bajas y sólo se capta mediante la visión periférica, con el rabillo del ojo.

Se calcula que Leonardo desarrolló esta técnica a partir de 1513, durante sus últimos años. Conservó la pintura en su poder, hasta su muerte, como si fuera su laboratorio.  Experimentó nuevas formas de graduar las sombras, a veces con sus dedos. Así logró que su Gioconda sonriera de forma escurridiza. Cuando queremos atrapar la sonrisa, enfocarla de cerca, la perdemos. Se esfuma en el aire como una pompa de jabón. La visión central, por mucho que se fije, no detecta las frecuencias bajas de una sonrisa difuminada.

Da Vinci describió el sfumato como "sin líneas ni bordes, a modo de humo", o "más allá del plano de enfoque", aunque esta forma de pintar no fue solamente arte, sino que que le dedicó tiempo, investigación y ciencia. No solo es arte, sino también ciencia obtenida tras una vida de investigación.

El sfumato, la explicación científica, nos indica que Leonardo utilizó esta técnica para pintar La Gioconda, la cual consiste en aplicar capas muy finas de pigmento, muy diluido, con lo que se consigue superponer tonos translúcidos, construyendo una expresión sutil, como lo explican.


La Gioconda o Mona Lisa, izquierda del Museo Del Prado, derecha del Museo del Louvre.

El análisis de "reflectografía infrarroja" y "rayos X" permitió establecer que, desde el dibujo preparatorio hasta casi los últimos momentos de ejecución, las dos obras mostraban notables paralelismos en su realización, lo que evidenciaba que el alumno siguió a Leonardo mientras trabajaba en la original. Las figuras son iguales en dimensiones y formas, pero de distinta mano, lo que indica que quizá fueron traspasadas mediante calco desde un mismo cartón. Asimismo todas las correcciones, del dibujo subyacente de la obra alojada en el museo parisino, se repiten uno por uno en la obra del museo español: el escote, el contorno del velo y de la figura, la posición de los dedos, incluso ajustes menores en los perfiles de las mejillas y del cuello. Tal correlación existente en las correcciones, es imposible en una copia posterior, ni siquiera en una falsificación, pues se entiende que ningún copista podría conocer el proceso creativo del maestro salvo que hubiese trabajado junto a él. Más aún, los contornos de la figura de La Gioconda "española" están corregidos o reforzados a mano alzada, y también hay trazos de dibujo que, como en la  "francesa", no se corresponde con formas en la superficie ni con formas subyacentes en el original, Todo esto evidencia que el proceso de creación de esta obra es mucho más complejo que el de una copia habitual. Por otro lado, la modelo de Madrid aparece representada con cejas, aunque muy finas, mientras que en la de París no las presenta, probablemente estas debieron desaparecer progresivamente del original, circunstancia que otorga más individualidad a la versión española, una menor idealización y, por tanto, un mayor carácter de retrato en sentido estricto. Para Almudena Sánchez Martín, restauradora del Museo Del Prado,  la retratada: «es una persona real e identificable, con rasgos propios. Leonardo debía estar buscando otra cosa: es un retrato idealizado, no de una persona concreta. Hacía lo que quería para él mismo, porque no la iba entregar».

De este modo, la sonrisa no se percibe mediante la visión central, que detecta rasgos definidos, sino que se capta mediante la visión periférica, con el rabillo del ojo.

De hecho, según la restauradora Ana González-Mozola, la versión de esta obra que se encuentra en el Museo del Prado fue realizada por un discípulo cercano, bajo la supervisión del artista, las reflectografías demuestran que en ambas obras, se encuentran los mismos detalles ocultos y correcciones. Sin embargo, por entonces Leonardo no había desarrollado completamente la mencionada técnica.

Al mismo tiempo que pintura alojada en el Museo del Louvre, realizada por el maestro, y la versión del Museo del Prado, fue elaborada en el taller florentino.

Hacia el año 1506, estas pinturas mellizas inician caminos distintos.

Por una parte la obra que hoy esta en el Museo del Prado fue terminada y se entregó al cliente. 

En ella, las comisuras de la boca están marcadas y la transición de las sombras es menos delicada. El rictus resulta más serio. Esta dama parece esperar que la anime una banda de música, como dijera el arquitecto, pintor y escritor italiano Giorgio Vasari (1511 -1574). Es considerado uno de los primeros historiadores del arte, es célebre por sus biografías de artistas italianos, colección de datos, anécdotas, leyendas y curiosidades recogidas en su libro: "Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos " (1550).

Mientras que la obra realizada por Leonardo continuó mejorando hasta que el maestro sufrió una parálisis en 1517. 

Fue un "trabajo en progreso", su testamento vital, quizá un autorretrato, o el de su madre. De alguna forma, la obra y el artista envejecieron juntos. Hoy, a la par, ambos nos siguen interrogando. Según Leonardo, los rasgos evidentes son importantes, pero también las sutilezas, como una sonrisa a punto de surgir o en peligro de desvanecerse.

La pregunta de Leonardo continúa vigente. La neurociencia trata de averiguar cómo funciona el reconocimiento de emociones, proceso cognitivo esencial para nuestras interacciones sociales.  Si no reconocemos bien las expresiones emocionales de otros, tendremos dificultades interpersonales. 

Sobre la versión original de la "Mona Lisa", vale decir que entró en las colecciones reales de François I, en Francia, poco después de 1517 y fue objeto de varias copias a partir del siglo XVII, incluida, una muy famosa, propiedad del anticuario Raymond Hekking (1886-1977) l, que es una nueva versión de principios del siglo XVII. En este sentido, la "review de Christie’s" de la Mona Lisa de Hekking indica que las columnas de cada lado no están incluidas en esta versión, como en otras, sin embargo, la imagen sigue siendo tan impactante como siempre.

Y el año pasado, cobro nuevamente notoriedad, pues la copia fue subastada en la sede de "Christie's" en París en el día 25 del mes de junio, en un cálculo conservador, se podría alcanzar la cantidad de entre 236 mil y 355 mil dólares.  Pero, la historia dice algo distinto;  ventas previas de copias similares a la Mona Lisa del siglo XVII han superado el millón de dólares, como ocurrió con una versión que se vendió en Nueva York en marzo de 2019 por un millón 695 mil dólares. Ese mismo año, otra versión alcanzó más de 670 mil dólares, y una tercera cerca de los doscientos mil dólares. En aquella ocasión se celebraba el 500º aniversario de la muerte de Leonardo, y se conmemoró con varias exhibiciones de prestigio, por lo que se puede decir que el mercado para su obra estaba en un momento álgido.

La historia más fascinante de todas las copias, es sin duda, la de Hekking. Su trayectoria ofrece una brillante visión de las actitudes cambiantes a lo largo de los siglos hacia el valor que se le da a la originalidad frente a la imitación.

Es fuera de toda duda, la más deseada obra de arte, tanto que se convirtió en sujeto del robo de arte más tristemente célebre del siglo XX: el agosto de 1911, el empleado del Louvre Vincenzo Perugia la sustrajo de su sitio de exhibición. El cuadro estuvo perdido dos años antes de ser recuperado en Florencia y devuelto al Louvre en 1913 después de una triunfante gira por museos italianos. El hurto fue noticia en los periódicos de todo el mundo y contribuyó grandemente a la fama de la pintura.

Más adelante, en enero de 1963, en medio de una enorme atención internacional, "La Gioconda" viajó a Estados Unidos y fue exhibida con gran éxito en Washington D.C. y Nueva York. La entonces primera dama Jackie Kennedy había logrado el acuerdo en 1961 y la atención mediática que recibió la obra fue frenética. En medio de este frenesí, el anticuario Hekking alegó que la obra que se exhibe en el Museo del Louvre, y que iba a enviar a Estados Unidos no era la original, la original era la que tenía él, la adquirió a finales de la década de los cincuentas de un marchante de arte en la ciudad francesa de Niza, por unos cinco dólares.

El anticuario defendió que el cuadro devuelto al Museo del Louvre en 1913 era solo otra copia contemporánea de la original. Y resultó ser un excelente comunicador y orquestó una sorprendentemente llamativa campaña mediática para que la copia en su poder fuera reconocida como la original. Invitó a los medios a escudriñar su copia e incluso produjo una película para sustentar su afirmación.

Los intentos de Hekking de autentificar su versión como la original han sido desde entonces rebatidos y desmentidos. Su pintura ha sido fechada de forma concluyente en los principios del siglo XVII y su realización se le atribuye a un anónimo "seguidor italiano de Leonardo". Todo esto plantea la pregunta de dónde reside realmente el valor de una imagen. Para coleccionistas de la era moderna temprana (alrededor de 1500-1800), el valor de un objeto no residía necesariamente en el hecho de que el artista lo hubiera producido él mismo. Más bien valoraban tener una copia de una imagen icónica. Es importante recordar que, históricamente, había menos imágenes y eran menos accesibles de forma rápida. Ver una pieza de arte podía requerir viajar al lugar donde se guardaba y el acceso podía depender de que el propietario te permitiera la entrada. La propiedad de una copia de una imagen codiciada significaba estatus y privilegio y confería un prestigio cultural significativo al coleccionista. Muchos objetos se producían en talleres con la ayuda de múltiples asistentes (en oposición a un único artista), pero esto importaba poco. Para hacernos una idea, podemos imaginar esos talleres comparándolos con un estudio de diseño actual. Esas obras llevan la marca del artista, pero quizá no hayan sido diseñados, creados o ejecutados por la mano del maestro. Y aun así, merece la pena ser asociado con la marca, porque son la huella y la asociación las que dan valor al propietario del objeto. Esto es especialmente así cuando la creación de reproducciones implicaba copiar a mano, producir versiones que eran únicas a su manera.

Pero ahora que vivimos en una era en la que podemos ver cualquier obra de arte reproducida online o a través de técnicas como la fotografía, la serigrafía o el grabado, ¿reduce eso el valor de una copia o reproducción? El filósofo alemán Walter Benjamin (1892 - 1940), fue el primero en intentar desentrañar esos debates. En su artículo "El trabajo artístico en la era de la reproducción mecánica", defendió que una obra de arte original posee un aura irreproducible e inimitable de singularidad que no está presente en la reproducción mecánica y sostuvo, por tanto, que esta reduce su valor.

Pero también enfatizó que cualquier obra de arte tiene "autenticidad artística y que eso la hace importante, porque refleja las intenciones del mecenas que quería poseer la imagen y el rol del artista que la elaboró a petición de ese mecenas". En otras palabras, Benjamin plantea las razones de por qué una obra como la Mona Lisa de Hekking es tan importante. Tiene una historia totalmente única y eso le confiere valor, por lo que es más que solo otra copia de una obra Maestra. No es una reproducción mecánica, sino una copia auténtica elaborada en el siglo XVII de una imagen icónica, y tiene por tanto, autoridad cultural con creces y sus propias historias. 

El resultado en la subasta realizada en línea, operada por Christie’s Paris, obtuvo un pago por más de 3.4 millones de dólares, debido a la óptica que estos tiempos otorga a las copias de las obras maestras, realizadas siglos atrás. No se engaño al comprador, según un comunicado de prensa de Christie’s: "La obra a la venta es propiamente una reproducción realizada por una escuela italiana de principios del siglo XVII, seguidora de Leonardo da Vinci.”

De acuerdo a Pierre Etienne, director internacional de antiguas pinturas de la casa, (Old Master Paintings), la obra es muy especial por demostrar la fascinación de otros artistas por el trabajo de Da Vinci. “El arte desafía, fascina y a veces obsesiona. La Mona Lisa de Hekking, lleva el nombre de su propietario e inventor, el señor Raymond Hekking (1886-1977). Ella es la ilustración perfecta de la fascinación que la Mona Lisa siempre ha inspirado y que ejerce cada vez más. Es el sueño de un hombre apasionado por el arte. Raymond Hekking fue su acérrimo defensor entre los historiadores del arte y los medios de comunicación del mundo en la década de 1960. Ella será su musa, y él será su poeta”, define elegantemente Etienne a través de la web de la casa de subastas.

La ciencia marcha de la mano del arte, el polímata posee la sabiduría que abarca conocimientos sobre campos diversos de la ciencia, el arte o las humanidades, y se le reconoce plenamente, es fascinante ser testigo de las cosas que ocurren en el siglo XXI, ya lejos de las visiones utilizadas en centurias anteriores. Afortunada la Machincuepa Cuántica, que está con la posibilidad de recorrer antiguos caminos, pero con una nueva mirada. Y en el futuro, considero que dadas las condiciones de contar con nuevas herramientas se sabrá más con respecto a la autoría y método utilizado en ambas versiones.

Anexo:
Los Códices de Leonardo Da Vinci.

Los Códices Madrid I-II:
Estos reflejan el pensamiento y los estudios que Da Vinci realizó sobre el arte, la mecánica, entre otros temas diversos relacionados de una manera con el arte. Ambos Códices se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid.


Ilustración del Código Madrid. Mecánica de los fluidos. Tomado de Scielo.

El Códice Madrid I se titula “Tratado de estática y mecánica”, es el más homogéneo en cuanto a contenido, es un tratado de mecánica y estática, de gran riqueza visual, descriptiva y técnica en el que se recogen varios mecanismos con aplicabilidad hoy en día como lo son los esquemas de diversos mecanismos, como los tornillos sin fin, las cadenas de tracción, maquinarias, entre otros. Los dibujos que contiene están realizados a tinta negra.

El Códice de Madrid II se llama “Tratado de fortificación, estática y geometría”, estudios topográficos, problemas de náutica, hay dibujos de arquitectura e ingeniería militar, el vuelo de las aves, el movimiento de las alas, otros estudios de física y teorías musicales sobre el origen, dispersión y refracción del sonido, y algunas notas dispersas sobre cuestiones personales como su colección de libros.


Ilustración Código Madrid. Crecimiento del lirio. Tomado de Scielo.

El Códice Atlántico se llama así por su gran formato y es considerado el más famoso debido a su extensión y abarca el período transcurrido desde el año 1478 hasta el año de su muerte en 1519.

En su contenido se observa una gran variedad de temas: arte militar, física, hidráulica, astronomía, geometría, diseño de maquinaria para uso civil, la arquitectura, la pintura. Desde los diseños de los buques de guerra, planos de fortalezas; estudios de la luz y la acústica, las diferentes máquinas para elevación de aguas, observaciones sobre el movimiento de la Tierra, estudios de medición de la superficie de la Tierra. Numerosos estudios de edificios, cúpulas y plantas afines, con los estudios sobre la perspectiva y observaciones sobre las técnicas de pintura. Se conserva actualmente en la Biblioteca Ambrosiana de Milán.


Ilustración del Códice Atlántico. Tomada de Scielo.

El Códice Arundel incluye materiales escritos entre 1480 y 1518 y consta de tratados sobre varias disciplinas como mecánica, geometría y óptica, así como de investigaciones arquitectónicas. Aquí se puede observar una faceta de medioambientalista que poseía Leonardo con su visión sobre el futuro del planeta cuando “y los ríos perderán sus aguas, y la fructuosa tierra no podrá impulsar desde sí ningún renuevo, y no crecerá sobre los campos la inclinada belleza de la espiga; y así morirán los animales, no pudiendo nutrirse con el fresco herbazal de los prados… y los hombres, tras múltiples intentos, de igual manera perderán la vida, falleciendo por fin la especie humana. Y la tierra fértil, rica en frutos, quedará convertida en un desierto”. También incluye bosquejos y gráficos de aviones, paracaídas, submarinos y automóviles. Se conserva actualmente en el Museo Británico de Londres.


Ilustración del Ciclo hidrológicoCódigo Leicester, tomado de Scielo.

El Códice Leicester (Hammer que fue su anterior dueño) es una compilación de textos y dibujos realizados entre los años 1508 y 1510. Con temas que incluye astronomía, meteorología, hidráulica, cosmología, geología, paleontología y otros temas técnicos y científicos. Aquí se destina más espacio al tema del agua y sus aplicaciones, se abordan distintos conceptos científicos vinculados con el agua y su movimiento que fue un tema muy recurrente en sus investigaciones y observaciones: corrientes, remolinos, olas, saltos, canales, diques, esclusas, túneles, proyectos de embalses, regeneración, listas de equipos para el aprovechamiento del agua suministrada, planes para utilizar agua para fines militares. Tuvo en cuenta también en sus anotaciones la estructura necesaria para reforzar los márgenes de un río, desviar la corriente o la forma de construir un puente para pasar por encima de él, molinos de agua, cauces de ríos, tormentas y diluvios, inclusive sus premoniciones sobre desastres medioambientales utilizando la técnica de tintas, lápiz negro y pluma todo sobre papel. Esta compilación tiene una marcada intención de realizar un verdadero tratado hidráulico llamado “El libro del agua”, tema que no pudo terminar, aunque dejó mucho contenido, pero se encuentra disperso entre todos los códices. En cuanto al movimiento del agua, estableció que “todo movimiento de agua de igual amplitud y superficie, será tanto más veloz cuanto menos profundo sea en un lugar que otro” y esta observación le valió para entender la oscilación del movimiento del agua y le permitió, entonces, poder proyectar canales de navegación e irrigación y fertilizaciones agrarias. Aunque Da Vinci era reconocido como un gran artista del Renacimiento, su genio científico y tecnológico no lo era así pues muchas de sus tesis y descubrimientos no fueron publicadas en su época sin embargo desde hace unos años, es considerado como un adelantado de su época.

Se conserva actualmente en la colección particular del magnate de la Informática Bill Gates, quien la compró por un valor de 40 millones de dólares en 1994.

Leonardo Da Vinci fue muy creativo, con gran sentido de la observación y gran capacidad de hacer asociaciones, con gran facilidad para aplicar lo que descubría y le otorgó una gran importancia al ser humano. Fue un adelantado de su época y proyectó sus ideas y descubrimientos sin restricción. Como rasgo que define su genialidad, está su curiosidad, como virtud principal, pero le faltaron los medios indispensables para poder ponerlas en funcionamiento. Es claro que tenía un pensamiento sistémico, capaz de combinar arte y ciencia, y de considerar la vida y la naturaleza, incluido el ser humano, como un ente único en el que todo está conectado y en movimiento. Fue uno de los primeros en observar y analizar científicamente la naturaleza con ojos modernos, coincidieron con él la vocación científica y la preocupación técnica, que serán caracteres eminentes de los nuevos tiempos, su vivo interés por los hechos, su curiosidad insaciable ante los casos singulares y concretos de la realidad se acompañaron de un sentido para teorizar adecuadamente lo observado. Por ejemplo las contribuciones que hizo a la botánica abrieron nuevos campos de investigación y una forma de pensamiento que, hasta cierto punto, le convierten en un precursor del ecologismo moderno.

Los cuadernos son un caudal de anotaciones de todo tipo, observación de lo más mínimo, datos y todo lo acompañaba de dibujos., aunque estaba convencido que a la naturaleza no le faltaba nada, la observó con respeto y sabiduría y no le faltaba sus observaciones porque entendió a la naturaleza como un todo y que el hombre no era el centro de todo el universo, pensamiento muy adelantado a su época.

Me imagino lo que Leonardo Da Vinci hubiera logrado con herramientas tecnológicas, que surgieron en tiempos muy posteriores, y aún más con las ideas y perspectivas científicas, que aparecieron siglos después de su muerte.

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