Vinculan desarrollo de capacidades cognitivas con caza de presas pequeñas

Desde la ciudad de Madrid, la agencia Europa Press, comparte esta información, hoy 03 de marzo del 2021.

Extinguidos los grandes animales, la necesidad de cazar presas más pequeñas llevó a los humanos a desarrollar capacidades cognitivas superiores, evidenciadas por el crecimiento del volumen cerebral.

En un estudio de la Universidad de Tel Aviv se propone esta explicación para la evolución fisiológica, conductual y cultural de la especie humana, desde su primera aparición, hace unos 2 millones de años, hasta la revolución agrícola (hace unos 12 mil años). La nueva teoría se publicó en "Quaternary Journal".

En los años recientes se ha acumulado cada vez más evidencia de que los humanos fueron un factor importante en la extinción de los animales grandes y, en consecuencia, tuvieron que adaptarse a la caza menor, primero en África y luego en todas las demás partes del mundo. Es ahora una tendencia de las conclusiones que los humanos tenemos del resto de los seres evolucionados, un antes o un después de nuestra especie.

En los siglos anteriores al siglo Veintiuno, incluso los hombres de ciencia, se compartía la peregrina idea de que todos los demás seres vivos, eran: "idiotas", "cretinos", "débiles mentales", etc; desde los antiquísimos dinosaurios, los más antiguos seres unicelulares, los otros homínidos, y de propina también, las demás razas humanas, que no son la propia.

Ahora se va otorgando reconocimiento a las aptitudes mentales de los demás seres vivos, desde los unicelulares, que sin cerebro, tuvieron la "ocurrencia" de sentirse consientes de si mismos, en el sentido de ser ellos mismos los que propiciaron su permanencia y después sus modificaciones que les coloco en la carrera evolucionista, que por consiguiente los llevó a sobrevivir, hasta llegara a ser propiamente seres multicelulares y posteriormente muy grandes seres multicelulares, tanto vegetales como animales. Reconocer que nuestros, cada vez mejor, conocidos neandertales tenían muchas características similares a los sapiens, e inclusive, mirar sin prejuicios, a las demás razas, confirmar que la potencialidad de los seres humanos está en el contenido genético, no en sus particularidades físicas, estaturas, color de la piel, etcétera., pues esta es una circunstancia reciente, que se da en consecuencia del medio en que se desarrollan generaciones y generaciones de seres humanos.



Ilustración. Un modelo que representa a un hombre de Neandertal en una exposición del museo de Mettmann, Alemania, el 3 de julio de 2019. Foto Afp / Archivo


En África, hace 2.6 millones de años, cuando surgieron los seres humanos, el tamaño medio de los mamíferos terrestres era cercano a los 500 kilos. Justo antes del advenimiento de la agricultura, la cifra había disminuido en más de noventa por ciento, y acezaba un peso de tan sólo algunas decenas de kilos.

Según los investigadores, la disminución del tamaño del juego y la necesidad de cazar animales pequeños y veloces obligaron a los humanos a mostrar astucia y audacia, proceso que exigió un mayor volumen del cerebro y luego condujo al desarrollo del lenguaje que permitía el intercambio de información. La teoría afirma que todos los medios sirvieron a la conservación de la energía corporal.

Al comparar el tamaño de los animales en las culturas arqueológicas, que representan diferentes especies de humanos en el este de África, el sur de Europa e Israel, hallaron que en todos los casos hubo una disminución significativa en la prevalencia de ejemplares que pesaban más de 200 kilos, junto con el aumento en el volumen del cerebro humano (hipercefalización).

“Relacionamos el aumento del volumen del cerebro humano con la necesidad de convertirnos en cazadores más inteligentes”, explicó el experto en Arqueología, Arqueología Prehistórica y Arqueología del Cercano Oriente, el doctor de la Universidad de Tel Aviv,  Miki Ben-Dor, autor del estudio. Por ejemplo, la necesidad de cazar docenas de gacelas en lugar de un elefante generó una presión evolutiva prolongada sobre las funciones cerebrales de los humanos, que ahora gastaban mucha más energía en el movimiento y en los procesos de pensamiento.

El profesor Ran Barkai también adscrito al Departamento de Arqueología Jacob M. Alkow de la Universidad de Tel Aviv, participante del estudio, propone una explicación unificadora original para la evolución fisiológica, conductual y cultural de la especie humana, desde su primera aparición hace unos dos millones de años, hasta la revolución agrícola ocurrida alrededor de diez mil  años antes de nuestra era.

"La caza de animales pequeños, constantemente amenazados por los depredadores y, por tanto, muy rápidos, requiere una fisiología adaptada a la persecución, así como herramientas de caza más elaboradas. La actividad cognitiva también aumenta a medida que el seguimiento rápido requiere decisiones rápidas, basadas en un conocimiento fenomenal del comportamiento de los animales, información que debe almacenarse en una memoria más grande”.

Miki Ben-Dor, que también ostenta un doctorado en filosofía, está dedicado a la reconstrucción de la dieta paleolítica. La asociación entre nutrición y evolución en humanos, le da un impulso a sus conclusiones obtenidas sobre los hechos encontrados, y conjuntamente con el profesor Barkai señala: "Si bien el cerebro del chimpancé, por ejemplo, se ha mantenido estable durante siete millones de años, el cerebro humano se triplicó, alcanzando su mayor tamaño hace unos trescientos mil años. Además del volumen cerebral, la presión evolutiva hizo que los humanos usaran el lenguaje, el fuego y las herramientas sofisticadas, como arco y flecha, adaptaran sus brazos y hombros a las tareas de lanzar y arrojar, y sus cuerpos a la persecución más prolongada, mejoran el lenguaje, lo hacen más preciso y más amplio, agregando "palabras" que ellos mismos inventaban, sus herramientas de piedra se convierten en instrumentos más elaborados, agregando detalles que el uso mismo les aconseja, empiezan a utilizar los recursos que la naturaleza les acerca, y por ejemplo domestican perros, en definitiva también domestican el juego en sí y recurren a la agricultura, es decir, a domesticar plantas que les indican que les son propicias. Debe entenderse que nuestra perspectiva no es determinista. Los humanos se trajeron este problema a sí mismos. Al centrarse en la caza de los animales más grandes, provocaron extinciones, se manifiesta que los plazos de reproducción son más largos y la caza constante, no daba oportunidad a que esas grandes especies alcanzaran a reponer a los ejemplares sacrificados, lo que llevó a su desaparición. Dondequiera que aparecieran los humanos, ya sea "Homo erectus" u "Homo sapiens", se ha visto que, tarde o temprano, la extinción masiva de animales grandes sucedía. La dependencia de animales grandes tuvo su precio. Los seres humanos socavaron su propio sustento, nos hemos asignado la etiqueta a nosotros mismos de ser oportunistas y muy adaptables.  Por ello, creemos que, mientras otras especies, como nuestros primos los neandertales, se extinguieron cuando desaparecieron sus grandes presas, el "Homo sapiens" decidió empezar de nuevo, esta vez confiando en la agricultura y la ganadería".



Ilustración del modelo filogenético homininae, tomado de IIEH.

Y en el proceso que lleva a la aparición de los homínidos se teoriza, el "Homo erectus", es un capítulo aparte y de muy larga vigencia, adicionado con nuevos descubrimientos y aún nuevos puntos de vista al mejorar las tecnologías con las que los antiguos descubrimientos se miran ahora, por ejemplo tenemos, que se le otorga una pervivencia de casi dos millones de años, lo que la transforma probablemente en la especie humana más longeva

El conocido como "Hombre de Java" fue el primer espécimen de "Homo erectus" (aunque ello se conoció hasta muchos años después) en ser descubierto, ello en 1891 y descrito originalmente en Java por el médico y anatomista Eugène Dubois (1858 - 1940), quien encontró dichos restos en un lugar llamado Trinil a orillas del Río Solo. El hallazgo consistió en la calota o tapa de un cráneo. Un año después fueron descubiertos un fémur y dos muelas, a dieciséis metros de donde se encontró la tapa de la primera calavera encontrada y consideró que todas las piezas provenían del mismo individuo y las fechó con una antigüedad de medio millón de años, adicionalmente calculó su capacidad craneana en 855 centímetros cúbicos, y desde ahí empezaron las correcciones, en consecuencia de que "Anthropopithecus erectus" se convirtió posteriormente en "Pithecanthropus erectus" y finalmente llegó al nombre actual, claro que en aquellos tiempos, imperaba la idea de que la evolución había sido un proceso lineal y se buscaba con urgencia al "eslabón perdido", esto es, un espécimen que hacia la bisagra exacta del salto de lo simiesco a lo humano.

En la década de los años treinta del siglo Veinte, el paleontólogo Ralph von Koenigswald (1902 - 1982) obtuvo nuevos fósiles, tanto cerca de Trinil como en nuevas localidades, como  lo fue Sangiran, distante a unos 75 kilómetros; ya para 1938, von Koenigswald identificó claramente el magnífico cráneo de "Sangiran 17. Al año siguiente el mismo von Koenigswald, con la participación de Franz Wiedenreich (1873 - 1948), se enfrascaron en un análisis para encontrar las semejanzas de los descubrimiento de Java con otros fósiles hallados en China y que se conocían como "Hombre de Pekín" denominado por entonces "Sinanthropus pekinesis" y al final concluyeron las semejanzas claves entre ellos, que demostraron que representan una misma forma humana antigua. Una curiosa historia rodea a este tipo de homínido. Sus restos se descubrieron al suroeste de la ciudad de Pekín, esto, en una de las cuevas de la localidad de Zhoukoudian, que es un sitio arqueológico formado por un sistema de cavernas ubicado a 42 kilómetros de la ciudad y en la que durante años los habitantes de la zona vendían a los extranjeros toda suerte de dientes de aspecto extraño o antiguo, pretendiendo que eran dientes de dragón, y el azar se presentó cuando uno de estos dientes fue a dar a manos de un científico sueco, quien, al estudiarlo, lo reconoció como perteneciente a un mamífero extinto.

Las investigaciones comenzaron en el año de 1921, de acuerdo con el relato posterior de Otto Zdansky (1894 - 1988), quien trabajaba para el geólogo, arqueólogo y paleontólogo, Johan Gunnar Anderson (1874 - 1960), quienes fueron guiados hasta lo que hoy en día se conoce como la Colina del Hueso del Dragón, un lugar lleno de huesos fosilizados. Zdansky comenzó su propia excavación y finalmente encontró huesos que parecían molares humanos. En el año 1926 llevó los huesos hasta la Facultad de Medicina de Pekín, en donde fueron analizados por el anatomista Davidson Black (1884 - 1934) quien posteriormente, publicaría su descubrimiento en la revista especializada "Nature", con el nombre de "Hombre chino de Pekín". Fue en el año 1929, que dos arqueólogos chinos Yang Shongjian (1897 - 1979), conocido también como Chung Chien YoungPeí Wenzhong (1904 - 1982), se hicieron cargo de las excavaciones, en los años siete subsecuentes fueron desenterrados más de cuarenta fósiles pertenecientes a cuarenta diferentes individuos, tanto de adultos, como de jóvenes y aún de niños, entre ellas seis bóvedas craneanas casi completas, por lo que se llegó a la conclusión de que aquello era un cementerio, participo también el célebre jesuita Pierre Teilhard de Chardin (1881 - 1950) sacerdote y filosofo, quien cobrara fama por sus controversial teoría de la Evolución.

En el año 1940, fue Franz Weidenreich que reinterpretó los restos de Trinil y Java como "Homo erectus iavanensis" pero, fue en 1944 cuando el genetista Theodosius Dobzhansky (1900 - 1975), les renombró como "Homo erectus erectus". El es recordado por su frase: "Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución"

El último grupo conocido de estos homínidos lo encontró un equipo holandés en los años treintas del siglo XX, cerca de la localidad de Ngandong. Estaban  en una terraza que se eleva veinte metros sobre el Río Solo, W. F. F. Opeernoorth y sus colegas encontraron doce tapas del cráneo y dos tibias de un tipo avanzado de Homo erectus, con una capacidad cerebral mayor que la de otros de sus parientes. Ninguno de ellos tenía la base del cráneo y se especuló con que se hubiese arrancado, en un ancestral caso de canibalismo, para extirpar el cerebro y el misterio no se ha resuelto aún, pero es ahora que un grupo internacional de científicos publica en el mes de diciembre del 2019 en la revista "Nature" un trabajo que encuadra el momento en el que murieron aquellos “últimos erectus”.

La dificultad de datación de los fósiles y las deficiencias de las técnicas paleontológicas de hace casi un siglo dejaban espacio a una incertidumbre excesiva sobre la edad de los restos. Los "Homo erectus" de Ngandong podían haber muerto hace tan poco como veinticinco mil años y tanto como seiscientos mil años.  La reconstrucción del yacimiento original y su datación con la última tecnología, liderada por el paleoantropólogo Rusell Ciochon (11 marzo 1948), de la Universidad de Iowa y la doctora Kira Westaway, de la Universidad Macquarie en Sidney, sitúa los últimos días de los humanos del Río Solo en un periodo entre hace 117 mil años  y 108 mil años.

Las nuevas fechas confirman que los "Homo erectus" vivieron durante casi un millón y medio de años en la Isla de Java, en una región del planeta que, según apunta el paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro (18 junio 1952),  doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense y codirector de los "Yacimientos de Atapuerca": “Esta isla se convirtió en un laboratorio para la evolución humana”.

Las islas de Indonesia, donde también se encuentra la famosa Isla Flores, que fue el hogar de  otros homínidos de reducida talla, permanecían conectadas al continente cuando bajaba el nivel del mar. Después, cuando subía, aquellos grupos humanos quedaban aislados y tomaban caminos evolutivos propios, incrementando su capacidad craneana, como los humanos del Rio Solo, o disminuyendo su tamaño, como hacen muchos animales cuando viven aislados en islas, y produjeron a los "Homo floresiensis" de la Isla Flores o los "Homo luzonensis", otra especie de humanos pequeños que habitaron en otra isla, la de Luzón, en la actual Filipinas.

En la época en la que aquellos últimos "Homo erectus" conocidos vivían en la Isla de Java, en la misma región del mundo convivían, probablemente, seis especies humanas distintas. Los erectus eran “el pueblo originario”, indonesios desde hacía millón y medio de años, y junto a ellos se encontraban los que probablemente sean versiones suyas reducidas, luzonensis y floresiensis. Mientras que en el continente, los neandertales y sus parientes asiáticos cercanos, los "Hombres denisovanos", tenían hijos entre ellos y también junto a los "Homo sapiens", que también se hibridaron con ambas especies, curiosamente los últimos humanos en llegar y los únicos que sobreviven hasta hoy.

Según nos cuenta Antonio Rosas y González, (26 agosto 1960), que es biólogo y paleoantropólogo, doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense, y funge como director del Grupo de Paleoantropología en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid: "La confirmación de que había "Homo erectus" en una época tan tardía puede acercarnos aún más a esta especie, no solo como ancestro evolutivo. La "paleogenética" nos ha enseñado sobre las hibridaciones entre neandertales y sapiens, entre denisovanos y sapiens o neandertales y denisovanos, pero en esos análisis genéticos, a veces aparece un componente genético de una especie arcaica desconocida, concretamente en análisis de restos encontrados en Papúa Nueva Guinea. Estas nuevas dataciones de "Homo erectus" dan más crédito a la suposición que hacíamos muchos de que esa tendría que ser la especie que aparecía en los análisis. En el sudeste asiático, los restos más antiguos de nuestra especie tienen unos sesenta mil años, pero los nuevos descubrimientos en los yacimientos de la región no hacen descartable que ya hubiesen llegado cuando aún existían los erectus. En este caso, como en gran número de extinciones de grandes animales y de especies humanas, los sapiens aparecen en las listas de principales sospechosos. Pudieron reproducirse con ellas antes de aniquilarlas".

Existe un estudio publicado en la revista "Nature" en el año de 2016, que indica la sugerente coincidencia de que la extinción del pequeño "Homo de la Isla de Flores" empataba con la llegada de nuestra especie a la isla. En el caso de los neandertales, Bermúdez de Castro señala que las últimas teorías plantean que la dureza del último periodo glacial había dejado tocados a aquellos humanos, con los que convivimos hasta hace menos de cuarenta mil años. “Es posible que los neandertales se autodestruyeran y que los sapiens que salieron de África en aquella época se encontrasen una especie debilitada desde el punto de vista genético. Los análisis paleogenéticos nos dicen que tenían una uniformidad genética que es letal para una especie”, afirma el también investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), Bermúdez de Castro. Y agrega: "En cualquier caso, considero que nosotros somos responsables de estar solos ahora mismo en el planeta”.

La "uniformidad genética" explica que si se cruzan dos líneas puras para un determinado carácter, los descendientes de la primera generación serán todos iguales entre sí, fenotípica y genotípicamente, e iguales fenotípicamente a uno de los progenitores (de genotipo dominante), independientemente de la dirección del cruzamiento.

El doctor Antonio Rosas coincide en que es innegable que después de decenas de miles de años en las que coincidieron sobre el planeta varias especies humanas, hace unos cincuenta mil, los sapiens se quedan solos, abunda : “Yo me resisto a esa idea de la evolución lineal en la que pasamos de una especie inferior a otra superior con los "Homo sapiens" en la cúspide y la pervivencia de los "Homo erectus" mientras había sapiens sobre la Tierra contradice ese esquema. Sin embargo, el hecho es que algo sucedió, porque ahora solo estamos nosotros, y es algo que yo atribuyo a nuestra capacidad para sobrevivir y, sobre todo, para dejar más descendientes, y es una capacidad que atribuyo en última instancia a unas relaciones sociales que se establecen a partir de capacidades cognitivas nuevas”.

Oportunismo y adaptabilidad, concluyo yo; o como lo expresa el paleontólogo Clive Finlayson (15 enero 1955) en su libro "El Sueño del Neandertal; Por qué se extinguieron los neandertales y nosotros sobrevivimos" (Critica, Barcelona 2010): "Si sapiens perduró y nenadertal no lo hizo, creo se debe a una combinación de capacidad y suerte, dado que se estuvo en los lugares adecuados en los momentos oportunos", lo que es sinónimo de que al estudiar y entender las reales capacidades de ambas especies, no se encuentran entre ellas abismales diferencias, como en el pasado se establecieron.

De la misma manera que sobre homínidos hay, también existe la teoría de que en la antigüedad, hace unos trece millones de años, existían al mismo tiempo varias especies de antropomorfos, con una distribución muy extendida, ejemplos se han venido encontrando a través del tiempo, en el 2004 un fósil de un primate de hace once millones de años, a quien se nombró "Pierolapithecus catalanicus", con un peso de 35 kilogramos y estatura de entre cien y ciento veinte centímetros, se estima marcó la separación de las especies de simios antropomorfos mayores y menores.

Por otro lado,  en el año 2009, se encontró el fósil del ahora nombrado "Ardipithecus ramidus" de hace 4.4 millones de años localizado en lo que hoy es en África, el país de Etiopía. Con un peso de cincuenta kilogramos y talla de 120 centímetros. Este ejemplar pudiera ser el último ser que tuvimos los homínidos en común con los grandes simios.



Ilustración árbol filogenético de "Homo" que compartieron el planeta. tomada de Blogs20minutos.es. 

"Homo" (palabra proveniente del latín "homo", que significa 'hombre' o 'humano'), y es la referencia al llamado género humano, el cual está clasificado con los primates homínidos de la llamada "Tribu Hominini, y se caracteriza por ser un animal bípedo y plantígrado, con pies no prensiles con primer dedo alineado con los restantes, hipercefalización y una verticalización completa del cráneo, se observa la creación de nuevos términos y clasificaciones en la medida que vamos tomando más cercanía en los detalles de la evolución humana.

Agrupa a todas las especies que son consideradas como humanas o que llevan el apelativo de "hombre", y por tanto incluye a nuestra especie "Homo sapiens" u "hombres modernos", término que nos aplicamos a nosotros mismos, y a nuestros parientes más cercanos.

La antigüedad del género se estima en 2.5 millones de años con las especies denominadas "Homo habilis" y "Homo rudolfensis", se ha encontrado que todas las especies, bastante numerosas por cierto, están extintas, a excepción de la nuestra.

Detengamos un poco en el detalle del "Homo habilis", que es reconocida como una especie de humano arcaico del "Pleistoceno Inferior", que habitó en el sur y el este de África hace unos 2.3 a 1.65 millones de años.

Por la etapa en que fueron encontrados sus primeros vestigios, le ha tocado enredarse en diversas polémicas, debates y ajustes a su existencia y clasificación. Tras la descripción de la especie en 1964, muchos investigadores recomendaron que fuera sinomimizado con el "Australopithecus africanus", el único otro homínido conocido en ese momento, sin embargo "Homo habilis" recibió más reconocimiento a medida que pasó el tiempo y se hicieron nuevos descubrimientos, ya para la década de los años ochentas del siglo Veinte, fue entonces que se propuso que este había sido un ancestro humano, que evolucionó directamente hacia "Homo erectus", en la línea directa de nosotros los humanos modernos. Su nombre significa "hombre hábil" y hace referencia al hallazgo de herrramientas hechas con piedra  probablemente confeccionados por este. Se han realizado estudios detallados de los restos óseos de sus manos para verificar si realmente sería posible que este Homo los hubiera realizado. Los científicos concluyeron que era capaz de hacer presión de agarre para realizar las manipulaciones necesarias en la fabricación de utensilios de piedra; probablemente, era carnívoro oportunista, es decir, carroñero. Es importante señalar que entre las características que llevaron a separar "Homo habilis" del género "Australopithecus" destacan el tamaño del cráneo y, más importante aún, la capacidad de crear herramientas y conservarlas para un futuro uso.

Hoy en día se continua con la revisión de los hallazgos realizados y sus reclasificaciones, a la luz de los nuevos conocimientos y avances tecnológicos, como con la utilización del contenido genómico, esta es una nueva e importante herramienta, con la que nunca antes se contó.

Se ha observado en habilis un importante incremento en el tamaño cerebral con respecto a "Australopithecus", que se ha calculado entre 650 cm³  y 800 cm³. La mayor parte de los restos se han hallado en territorio de la actual Kenia, en la localidad "Koobi Foray" (orilla oriental del "Lago Turkana"); en Tanzania, en la famosa "Garganta de Olduvai", que es una gran depresión que comprende unos 2,900 kilómetros, donde la téctonica y la erosión, han dejado al descubierto sedimentos de una antigüedad comprendida entre algo más de 2 millones de años y hasta hace unos quince mil años, ubicada al Este de la "Llanura del Serengueti", dentro de lo que es el "Gran Valle del Rift").


Tomada de Khan Academy

Aquí entra la anécdota de los Leaky, que aparecen realizando trabajo de campo en la fotografía arriba,  y el descubrimiento de "Lucy", esto fue, de la siguiente forma:

La vida fue una aventura para Louis (1903 - 1972) y Mary, cuyo nombre completo fue  Mary Douglas Nicol (1913 - 1996); en Olduvai y otros sitios en el Gran Valle del Rift. Ellos vivían en tiendas de campaña o chozas de barro con pisos de tierra y lámparas de queroseno. A menudo no tenían verduras o frutas frescas, y se alimentaban de pescado fresco, comida enlatada, harina de arroz y maíz, café y té. (Ambos fumaban mucho.) A veces, Louis cazaba una gacela por su carne. Además, las manadas de los leones merodeaban por sus campamentos por la noche. Mantener los autos y camiones funcionando en el desierto resultó ser una tarea monumental. En ocasiones, el agua disponible provenía de abrevaderos donde se revolcaban los rinocerontes; la sopa, el café y el té sabrían a orina de rinoceronte. Sin embargo ello tuvo su recompensa, ella fue vivir al aire libre en medio de algunos de los paisajes más hermosos del mundo: magnificas montañas volcánicas, con la llanura del Serengeti extendiéndose ante ellos, albergando flamencos, rinocerontes, jirafas, leones, leopardos, antílopes y cebras. La pareja trabajó temprano y tarde en el día para evitar el sol más caliente, en arena que irradiaba calor. Utilizaron un palillo dental y un pincel de artista para revelar, muy lentamente, los fósiles ocultos de hace mucho tiempo, animados por la emoción de encontrar pistas sobre cómo llegaron a ser los humanos.

Louis y Mary encontraron muchas herramientas antiguas y fósiles de animales extintos, pero encontrar fósiles humanos resultó más difícil. En 1948, Mary encontró un cráneo de primate que pensaron que podría ser el "eslabón perdido" que conectaba a los simios y los humanos, pero resultó que no lo era. En 1959, Mary descubrió un cráneo que databa de 1.75 millones de años, el hallazgo que hizo mundialmente famosos a la pareja, y trajo como consecuencia que  "National Geographic", les otorgara su patrocinio mediante un financiamiento. En 1960 Louis encontró los huesos de la mano y el pie de un niño de 12 años, al que llamó "Homo habilis", clasificando así a esta especie de homínido. Y encontramos aquí los pesados detalles que solamente los avances tecnológicos han facilitado el camino de los descubrimientos en campo abierto: Hasta la década de 1950, la búsqueda de fósiles estuvo llena de confusión porque nadie tenía una forma de fechar con exactitud los huesos hallados,  excepto, realizando la  estimación de la antigüedad de las rocas del sedimento en que fueron encontraron. Cada expedición, por tanto,  tenía la obligación de contar con un geólogo para estudiar las capas de roca, pero incluso, estos científicos y sus mediciones, sólo se  aproximaban a lo exacto. Las cosas cambiaron a partir de esa década con el advenimiento de la técnica conocida como "datación radiométrica", que permitió identificar las edades de los fósiles con mucha más precisión. Los átomos del elemento "carbono 14" no funcionarían para fechas que se remontan a los primeros homínidos; en cambio, el potasio encontrado en la ceniza volcánica se utilizó en una técnica de "datación radiométrica" de "potasio-argón".

Louis Leakey estaba convencido de que los humanos habían evolucionado a partir de los simios, y se dio cuenta de que estaban perdiendo rápidamente su territorio en África. Nunca habían sido estudiados en la naturaleza, solo en cautiverio. Dado que saber más sobre ellos proporcionaría información sobre el comportamiento de los homínidos, Leakey tomó la iniciativa de recaudar fondos para las personas elegidas por él para estudiar a los simios en su propio hábitat antes de que fuera demasiado tarde. Buscó mujeres jóvenes que pudieran hacer este trabajo. En el año de 1960 ayudó a una joven de nombre Jane Goodall (3 abril 1934) a comenzar su estudio de los chimpancés en la naturaleza; más tarde a Dian Fossey (1932 - 1985) quien estudió a los gorilas y en 1969 a Biruté Marija Filomena Galdikas (10 junio 1946) quien se encarga de estudiar a los orangutanes en su hábitat natural.

Gracias a su trabajo pionero, hoy no se discute sobre la evidencia abrumadora que respalda esa historia. Confirmado por pruebas genéticas recientes, está claro que el "Homo sapiens" se originó en África, hace mucho más tiempo de lo que se pensaba, después de separarse de la línea de los chimpancés, e hace entre 5 y 7 millones de años antes. Ellos pasaron la vida cavando en la tierra y recaudando fondos incansablemente en la búsqueda de orígenes humanos. En un momento en el que pocos podían pensar en ello, se demostró que nuestra especie tuvo sus inicios en el continente africano, y ahora agregaríamos que ello sucedió varias veces, tal y como los cambios en el clima y la conformación geográfica lo izo necesario.


Fotografia del arqueólogo Donald Johanson, tomada de  Bettmann/CORBIS

Pero la historia continuó, pues ante el éxito de esta pareja de pioneros, otros arqueólogos habían comenzado a buscar huesos fósiles en África. Después de que Louis Leakey murió de un ataque cardíaco en 1972, Mary Leakey continuó trabajando en la Garganta de  Olduvai; pero, el siguiente hallazgo espectacular ocurrió en la parte etíope del Gran Valle del Rift, en Afar. El 29 de noviembre del año 1974, Donald Johanson, un arqueólogo de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, encontró partes de un esqueleto que databan de hace 3.2 millones de años, los huesos de homínidos más antiguos descubiertos hasta ese entonces. Johanson apodó al esqueleto "Lucy" porque esa noche, mientras él y los demás compañeros celebraban su descubrimiento, escucharon repetidamente la canción de The Beatles "Lucy in the Sky with Diamonds". Se asumió que "Lucy" era una mujer porque los huesos eran de un pequeño homínido, de aproximadamente tres pies y medio (106.68 centímetros) de altura. Solo se encontró alrededor del veinte por ciento del esqueleto completo, cincuenta y dos huesos exactamente, y faltaba la mayor parte del cráneo. Los fragmentos sugieren que era pequeño, mientras que los huesos del pie, la pierna y la pelvis mostraban que Lucy caminaba erguida. Esta fue una evidencia importante de que, en la línea humana, el bipedalismo llegó antes que el crecimiento del cerebro, que anteriormente se suponía que iba primero. Quizás el ancestro homínido más famoso en la actualidad, está clasificada como una "Australopithecus afarensis", es decir, un homínido extinto, miembro de la "subtribu Hominina", que vivió entre 3.9 y 3 millones de años en el pasado. Según la evidencia arqueológica era de contextura delgada y grácil, y se cree que habitó solamente en África del este. La mayoría de la comunidad científica ha aceptado que puede ser uno de los ancestros del género Homo. Según las últimas teorías, contaba con veinte años de edad, y estaba gestando, hay quienes aseguran que falleció al caer de un árbol, pues el análisis reciente de los huesos omoplatos indican que aún conservaba la capacidad de trepar los árboles, no obstante ser bípeda  Sus restos se encuentra en la actualidad en una caja fuerte, a fin de mantener su preservación de la mejor manera posible, en el Museo Nacional de Etiopía, con sede en su capital Addis Abeba.


La célebre osamenta perteneciente a Lucy. Tomada de Wipipedia.

Varios especímenes de especies no identificadas fueron asignados a "Homo habilis", lo que generó argumentos para su división, es decir, como sucedió con "Homo rudolfensis" y "Homo gautengensis", de los cuales solo el primero recibió un amplio apoyo por parte de los estudiosos del tema.

Ahora describamos lo concerniente al "Homo rudolfensis", que es una especie que habitó en el este de África entre hace 2 y 1.7 millones de años, durante el "Gelasiense" (Pleistoceno inferior). La especie fue propuesta por en el año de 1985, por el antropólogo del "Instituto Arqueológico de MoscúValeri Alekséyev (1929 - 1991), cuyo espécimen tipo "KNM-ER 1470", localizado en la localidad de "Koobi Fora", por Bernard Ngeneo, un miembro del equipo del paleontólogo, arqueólogo y ecologista Richard Leakey Jr. (19 diciembre 1944), en el año 1972. Rompiendo en el tiempo con su ubicación como parte de la familia "Pithecanthropus".

Por último abordó el tema del olvidado "Homo gautengensis", fue el antropólogo, arqueólogo y paleoantropólogo, doctor Darren Curnoe, de la Escuela de Ciencias Biológicas, Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Nueva Gales del Sur de Australia, anunció en el mes de mayo del año 2010 que los restos fósiles de parte de un cráneo encontrados más de treinta años antes en la "Cuevas de Sterkfontein", que se encuentran cerca de la ciudad Johannesburgo en Sudáfrica, pertenecían a una especie que denominó "Homo gautengensis". 

Si bien los fósiles que sirvieron de base para la descripción de esta especie habían sido reconocidos como parte la familia "Homo", no habían sido clasificados dentro de una especie determinada. El año de su descubrimiento fue el de 1977 y se considerados "anómalos" y fueron ignorados. La identificación se basó en partes de cráneos, así como de varias mandíbulas, dientes y otros huesos que fueron encontrados en distintas ocasiones. Ahora se estima que la especie surgió hace mas de dos millones de años, con anterioridad a la aparición del "Homo habilis" y se extinguió hace unos seiscientos mil años.

Es de advertir que huesos aún más antiguos que los del "Homo gautengensis", aguardan ser estudiados debidamente y clasificados. Según lo expresado por el biólogo, antropólogo y zoólogo Colin Groves (1942 - 2017), profesor en la Escuela de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Australiana en Camberra: "Aquí hubo una serie de especies diferentes de proto-humanos, tal vez de corta duración, que vivieron en el oriente y el sur de África en el período entre hace dos millones y un millón de años.

Los supervivientes más recientes han sido "Homo neanderthalis" en Europa —que se extinguió hace menos de treinta mil años—, en Indonesia, en Asia, el "Homo floresiensis" de dimensiones bastante pequeñas, en comparación con los especímenes actuales —que, según las excavaciones realizadas por el Australian Research Council entre 2007 y 2014 y publicadas en marzo de 2016 en la revista "Nature", sobrevivió hasta hace poco más de cincuenta mil años atrás—y el encontrado en en el año de 1979, también en Asia, en el actual territorio de China, en el interior de una cueva llamada del ciervo, y a quien se nombra como "Hombre del ciervo rojo" —desaparecido hace cerca de once mil años—, y que podría estar emparentado con el "Hombre de Desinova" descubierto en el año 2010, en una cueva en Altái, ubicada en la región de Siberia, quien vivió por un gran lapso, entre un millón de años y los cuarenta mil, y lo pone en escena al mismo tiempo que los mencionados en primer término en esta lista y nosotros mismos, los modernos humanos; aunque su origen se encontraría en una migración (salida de África) distinta de las asociadas con las de los humanos modernos y los neandertales.

Sin embargo, contando con la herramienta de la "paelogenética", hoy se cuenta con lo expresado después de una  investigación estadística, aparecieron las matemáticas, que analizó la herencia genética de distintas poblaciones, el hombre salió de Africa en tres grandes corrientes migratorias. Además, tuvo intercambio genético con las poblaciones de Europa y Asia desde un millón y medio de años atrás, lo que descarta la idea de razas puras y distintas.

El contenido aquí expuesto se extrajo parcialmente de una publicación del 21/03/06, por  CyTA - Instituto Leloir, elaborada por Ricardo Gómez Vecchio, y dice que hubo una investigación, publicada en el "Yearbook of Pshysical Anthropology 2005", la cual analizó cuidadosamente los "árboles de genes humanos" y comprobó que hubo tres grandes olas migratorias humanas desde Africa en lugar de dos, como se creía anteriormente.

La investigación, fue realizada por el doctor Alan Templeton, profesor emérito de biología Charles Rebstock de Biología y Genética de la Washington University en St. Louis, y también de la Universidad de Haifa, donde realiza la cátedra en el Instituto de Evolución y el Departamento. de Biología Evolutiva y Ambiental; en ella se refuta estadísticamente la teoría que sostenía que las poblaciones de "Homo sapiens" salieron de Africa, por única vez, hace cien mil años y que, que quizás, reemplazaron completamente a las otras poblaciones humanas que habitaban en Europa y Asia.

Saca en claro que en realidad hubo otras dos expansiones, la primera hace 1.9 millones de años y la segunda hace 700 mil años.

En el período de alrededor de los casi dos millones de años, los homínidos existentes en África eran: "Homo habilis", "Homo rudolfensis" y por supuesto "Homo erectus". Que sabemos se extinguieron en épocas más recientes, aunque se han lanzado múltiples propuestas y aún hoy se discuten; pero herramientas genéticas como la utilizada por el doctor Templeton, son muy recientes y abordan las herencias e intercambios genéticos, de una forma novedosa, al igual que las conocidas como "Genética Matrilineal" o "Genética Patrilineal", que se adicionan a las metodologías clásicas de investigación, las que son realizadas por medio de descubrimientos físicos, arqueológicos, tanto de fósiles, como por los vestigios paralelos, estos son, las herramientas utilizadas (culturas o períodos mustriense, achelense, etc.), la forma de ultimar a los animales cazados, y la manera en que estos fueron procesados; y las indirectas, como es el estudio de las lenguas utilizadas, las que hacen sus terrenos de aplicación a etapas más recientes, es decir, después de que el lenguaje se había inventado y ya era de uso común. 

El profesor Templeton utilizó el programa de computación GEODIS, creado en 1995 y modificado posteriormente con ayuda de especialistas de Brigham Young University, para determinar las relaciones genéticas entre poblaciones basándose en haplotipos específicos, conjuntos de genes que se heredan como una unidad.

Ya en el año 2002, Templeton había analizado diez árboles de "haplotipos diferentes" (haplotipo es un conjunto de variaciones del ADN, o polimorfismos, que tienden a ser heredados juntos) y realizó análisis filogeográficos que reconstruyeron la historia de las especies a través del espacio y del tiempo y detectaron una posible expansión hace 700 mil años. Tres años después, ya contaba con 25 regiones para analizar. Los datos le  suministraron evidencia molecular de la tercera y más antigua migración, que tuvo lugar hace 1.9 millones de años y confirmaron la expansión que habían detectado en 2002.

Según Templeton “este espacio de tiempo corresponde con los registros fósiles que muestran que en ese entonces el "Homo erectus" se expandió fuera del continente Africano”.

Otro descubrimiento es que las poblaciones de "Homo erectus" en Eurasia tuvieron un repetido intercambio genético con las poblaciones africanas ya hace 1.5 millones de años atrás, que es mucho más temprano de lo que se creía. Adicionalmente, las poblaciones en Eurasia persistieron, en lugar de extinguirse, como postulaban algunos investigadores de la evolución humana.

“Las dos expansiones coinciden con recientes datos paleoclimáticos que indican que hubo períodos de fuertes lluvias en el este de África, lo que convirtió al "Desierto de Sahara" en una sabana. Esto hace a esa época muy proclive de haber tenido grandes movimientos de poblaciones a través del área del norte africano”.

Los registros fósiles indican que 700 mil años atrás hubo un cambio en el tamaño del cerebro de los humanos modernos y una adaptación y expansión de una nueva cultura de piedra, que primero se encontró en Africa para luego expandirse a través de Eurasia.


Jugando a reconstruir a Lucy, según el Museo de Historia Natural de Nueva York, dotada de un compañero, que muestra una actitud amigable al posar su brazo en la espalda de ella, como una pareja emocionalmente cercana de humanos, poseedores de un andar completamente erecto y con mucho menos bello corporal, entre otras características destacables. Tomada de La Vanguardia.

Según los registros arqueológicos, en esa época, en África se encontraban diversos homínidos, aunque las figuras centrales serían el "Homo Hedelbergensis", que habitó un amplio rango geográfico, adentrándose en las frías estepas europeas durante las glaciaciones del "Pleistoceno Medio", también conocido como "chibaniense" (774 mil a 129 mil años en el pasado). En cuanto al origen exacto de esta especie existe un fuerte debate a causa de las similitudes morfológicas (especialmente craneales) que este presenta con relación al llamado "Homo rhodesiensis", cuya capacidad neurocraneal era relativamente alta, entre 1,280 y 1,325 centímetros cúbicos.  Un cráneo que podría ser el más antiguo de esta especie, hallado en Etiopía, en Bodo, fechado en 630 mil años antes del presente, tenía una capacidad endocraneana de 1,250 centímetros cúbicos. Otros fósiles con características morfológicamente similares han sido encontrados en la actual Sudáfrica (Hombre de Saldanha), en Tanzania, Marruecos y Argelia. Presenta características antiguas que lo asocian a los más antiguos linajes de: "erectus", "ergaster" y "Antecessor". El "Hedelbergensis", descubierto en primera instancia en la región alemana correspondiente a la ciudad de  Heidelberg , con una capacidad de 1,350 centímetros cúbicos, estaturas de entre 1.75 metros, los machos y 1.57 las hembras. Se reconoce en ellos, a la primera especie en desarrollar la capacidad del "pensamiento simbólico" que tenían, ello al haberse encontrado en el año 1998, en "Sima de Huesos de Atapuerca", un "Bifaz" de Cuarcita roja, esto es, una herramienta hecha de piedra  que servía para cortar, raspar y perforar otros materiales. Se trata de una piedra de gran dureza, generalmente sílex, que es tallada por ambas caras hasta conseguir una forma triangular con una base semicircular, pero cuyo trabajo de elaboración le dotó de elementos que permiten suponer símbolos, en este caso relacionados con la muerte. 



Los últimos hallazgos han convertido la historia de la familia humana en un árbol genealógico cada vez más enrevesado y lleno de secretos. Fotos: S. Entressangle / Elizabeth Daynes / Science Photo Library/Agefotostock. Revista XL Semanal.

“Podemos afirmar con un 99% de confianza que hubo intercambio genético repetido entre las poblaciones de Africa y Eurasia, por lo que la idea de razas humanas puras y distintas no puede sostenerse. Los humanos estamos entrelazados”, concluye Templeton.

Y aunque el panorama es aún confuso, es claro que las ideas de una evolución lineal están fuera de lugar, nunca se encontrará al muy deseado espécimen llamado el "eslabón perdido", pues el camino evolutivo, fue algo más complicado, en consecuencia de que los primates tienen ideas complicadas y los homínidos además son sumamente curiosos, lo que les ha llevado a andar y desandar, los caminos que se les presentan.

Ya no es posible creer que los grupos humanos avanzan en un sólo sentido, van y vienen a su antojo, inspirados en la necesidad vigente, la que varía de cuando en cuando. Al analizar los "haplotipos", con los que se clasifican los grupos emanados de la "herencia genética mitocondrial", se puede encontrar que las combinaciones vigentes en la actualidad en la población mundial, son explicadas por las constantes migraciones, sin que les caracterice un plan calculado, lo que se observa es que es el oportunismo y la adaptabilidad siguen siendo la constante en los comportamientos humanos, como siempre, con la adición a la práctica de entremezclarse con los vecinos y vecinas más cercanos. Algo similar a lo sucedido con el lenguaje, que también evoluciona sin un plan específico, y observamos que muchos idiomas se extinguen, para dar nacimiento a nuevos, no se puede detener esta costumbre tan humana.


Ilustración de hapotiplos mitocondriales TEA Neurociencia José Ramón Alonso.

Es toda una experiencia viajar al pasado, cada vez dotados de mejores herramientas, de tecnologías innovadas e innovadoras y puntos de vista enriquecidos, no obstante, ello en ocasiones nos lleve a mayores ambigüedades, pues es claro, que si hay tiempo suficiente se llegara a estar cerca del detalle hoy todavía inconcluso.








Comentarios

Entradas populares