La "Sexta Extinción", y los últimos descubrimientos: Los "ungulados" surgieron en el actual territorio de India hace 56 millones de años.

 

Señalan a India como el lugar donde surgieron los animales ungulados

Los ungulados son un antiguo superorden de mamíferos placentarios que se apoyan y caminan con el extremo de los dedos, o descienden de algún animal que lo hacía. Típicamente están revestidos de una pezuña como en las cabras, los caballos, los cerdos, las jirafas, los antílopes, los ciervos y los camellos, entre otros muchos. El término "ungulado" deriva del latín "ungula", que significa "uña".

Este es el Cambaytherium del Eoceno (de hace de 56 a 34 millones de años). Anteriormente los estudios fósiles encontrados, así como el correspondiente a las características anatómicas conectaron cinco órdenes a varios grupos de ungulados, ya extintos, a un único ancestro común, el orden de los Condylarthra, proveniente del Paleoceno (hace 65 – 54.8 millones de años). Este grupo de animales también dio lugar a otros órdenes como los cetáceos, nada similar actualmente a ese ancestro común. Desde que se definió la "pezuña" como característica principal de los ungulados, los estudios evolutivos se han centrado en buscar el ancestro común que poseyó por primera vez esta característica. Estos ungulados primitivos tenían un dieta poco especializada y eran más bien omnívoros, incluso se sabe que algunos eran insectívoros.


Ilustración de 'Cambaytherium' elaborada por Elain Kasmer, y dos caballos, parientes del primero. Europa Press. La Jornada Foto Ap

La primera vez que me tomé en serio a los "ungulados" lo hice porque mi hija me informo que tenía un adeudo de un libro que había adquirido en la "Feria del Libro Escolar", y ese libro era "La vida de los animales con pezuñas", el autor W. Roger Hamilton en Espasa-Calpe, que se anunciaba en la portada como: Una sencilla introducción a la vida y comportamiento de los Ungulados. Dedicada a los jóvenes lectores, con una sección especial de referencia y proyectos; y de inmediato pude hojear el libro y también me llegó el aviso de cobro. Mi hija sería zootecnista pensé.

Los "ungulados" una de las familia de los mamíferos, una muy especial e importante, de los linajes más antiguos de los animales que impusieron su supremacía numérica en los últimos millones de años, he tomado parte del material de las hojas "Experto Animal" y "Curiosoando".

La propia definición de "ungulado", como antes mencione, nos adelanta la característica principal del grupo, que es tenerlas. Las pezuñas o cascos son uñas modificadas y, como tal, están compuestas por el unguis (placa con forma de escama muy dura) y el subunguis (tejido interior más suave que conecta el unguis con el dedo). Los "ungulados" elegantemente no tocan el suelo con los dedos, sino con esta uña modificada que rodea el dedo como un cilindro. Las almohadillas de los dedos se encuentran detrás de la pezuña y tocan el suelo en animales como los caballos, tapires o rinocerontes, pertenecientes al orden de los "perisodáctilos" (tienen número impar de dedos). Los "artiodáctilos" (tienen número par de dedos) solo apoyan los dos dedos centrales, estando los laterales muy reducidos o ausentes.

La aparición de los cascos fue todo un hito evolutivo para estos animales. Los cascos soportan todo el peso del animal, estando los huesos de los dedos y de la muñeca formando parte de la pierna. Estos huesos se han alargado tanto como los huesos propios de la extremidad. Estos cambios permitieron a este grupo de animales evitar la depredación. Sus zancadas se hicieron más amplias, pudiendo correr a una mayor velocidad, esquivando a sus depredadores.

Pero existe una gran diversidad en los cascos, el caballo tiene una y gran pezuña redondeada en cada pata, las vacas, por su parte tienen dos grandes pezuñas en punta y dos más pequeñas, y los elefantes poseen cinco pequeñas pezuñas parecidas a botones.

La mayoría de los ungulados son herbívoros, a excepción de los "suidos" los cerdos, que son omnívoros. Además, dentro de los ungulados encontramos a los animales rumiantes, con su aparato digestivo ampliamente adaptado al consumo de plantas. Por el hecho de ser herbívoros y, además, animales presa, las crías de ungulados, tras nacer, pueden mantenerse en pie y en muy poco tiempo podrán correr para huir de sus depredadores. Además, la mayoría,  están dotados de cuernos o astas, los cuales usan para defenderse y tienen, a veces, un papel primordial en la búsqueda de pareja y en el cortejo, ya que son usados en los rituales que llevan a cabo los machos para demostrar su superioridad, y la naturaleza les ha proporcionado una gran variedad de formas.

Los elefantes, manatíes, cerdo hormiguero y damanes fueron considerados ungulados pero se ha comprobado que tienen un origen distinto y en la actualidad forman su propio orden, el orden Paenungulata (conocidos como penungulados, del latín «casi ungulados»), diferenciado del orden Euungulata o ungulados verdaderos.

Existen áreas desconocidas en la taxonomía de los ungulados, incluso se discute si los ungulados son un "grupo cladístico monofilético" (surgido de la evolución desde un antepasado común) o si son en realidad un "grupo fenotípico" con una característica morfológica común pero no necesariamente evolutiva o biológicamente relacionados. Así, el orden Ungulata (= Euungulata) es actualmente un clado taxonómico situado en algún lugar por encima de Orden y por debajo de Clase que incluye los siguientes grupos (no incluidos filos extintos): Orden Perissodactyla, Orden Artiodactyla (o Cetartiodactyla).

Actualmente se incluyen también a los cetáceos (ballenas, delfines, marsopas) que, a pesar de no presentar las características morfológicas generalmente descritas de los ungulados, evolucionaron desde ungulados tempranos como han podido confirmar los estudios moleculares. Entre los cetáceos encontramos los odontocetos, que son carnívoros, y los misticetos, que se alimentan de plancton y pequeños peces (micronecton), por lo que se consideran omnívoros. Cómo característica distintiva, los artiodáctilos herbívoros presentan adaptaciones en el aparato digestivo para la digestión de la celulosa, destacando las cámaras estomacales de los rumiantes.

El Pakicetus (la ballena de Paquistán), es un género extinto del Infraorden Cetaceaque vivió durante el Eoceno (hace de 53.8 a 40.4 millones de años), en el territorio que actualmente ocupa Paquistán. Los estratos donde se halló el fósil formaron parte de la costa del antiguo Mar de Tetis, que es el antecedente de la era Mesozoica (de hace de 542 millones de años a 66 millones de años, está compuesto por los períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico) del Océano Índico.

Pero ahora las cosas se modifican, hay reportes de un nuevo descubrimiento que da fuerza a la teoría del "grupo cladístico monofilético", veamos, lo que la agencia Europa Press, dio a conocer el día martes 10 de noviembre del 2020.

Una nueva investigación publicada en Journal of Vertebrate Paleontology describe una familia fósil que arroja luz sobre el origen de los perisodáctilos, el grupo de mamíferos que incluye caballos, rinocerontes y tapires, concluyendo que surgieron en territorios que actualmente ocupa India.

Con más de 350 fósiles nuevos, el estudio de 15 años reúne una imagen casi completa de la anatomía esquelética del Cambaytherium, un primo extinto de los perisodáctilos que vivió en el subcontinente indio hace casi cincuenta y cinco millones de años.

Entre los hallazgos se incluye un animal del tamaño de una oveja con una capacidad para correr moderada y características intermedias entre los "perisodáctilos especializados" y sus precursores mamíferos que eran mucho más generalizados.

Al comparar sus huesos con muchos otros mamíferos vivos y extintos, se reveló que Cambaytherium representa una etapa evolutiva más primitiva que cualquier otro perisodáctilo conocido, lo que respalda el origen del grupo en India, antes de que se dispersaran a otros continentes cuando se formó la conexión terrestre con Asia.

Este nuevo artículo histórico fue seleccionado para su publicación como parte de la prestigiosa serie de memorias de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, una publicación anual especial que proporciona un análisis más profundo de los fósiles de vertebrados más importantes.

El Cambaytherium, descrito por primera vez en 2005, ha proporcionado a los científicos pistas únicas sobre los orígenes antiguos y la evolución del grupo de perisodáctilos.

Explica Ken Rose, profesor emérito en la Universidad Johns Hopkins y autor principal del estudio: “Los órdenes modernos Artiodactyla (ungulados de dedos pares), Perissodactyla y primates aparecieron abruptamente al comienzo del Eoceno, hace unos 56 millones de años, en todo el hemisferio norte, pero su fuente geográfica sigue siendo un misterio”, 

El paleontólogo Rose quien es egresado como Geólogo y Geofísico, en  Paleobiología por Yale en 1972, graduado Maestro en "Ciencias Geológicas" en Harvard en 1974 y después, doctorado en la misma especialidad por la Universidad de Michigan en 1979, se sintió intrigado por una nueva hipótesis que sugería que los perisodáctilos pueden haber evolucionado de forma aislada en la India. Entonces esa nación era un continente insular que se desplazaba hacia el norte hasta que chocó con Asia para formar una masa continental continua.

En 1990, los investigadores David Krause y María Maas publicaron un artículo que propuso que estos órdenes podrían haber evolucionado en India durante su desplazamiento hacia el norte desde Madagascar, dispersándose por los continentes del norte cuando India chocó con Asia, recuerda.

Armados con esta nueva hipótesis, Rose y sus colegas obtuvieron fondos de la Sociedad National Geographic para explorar India en busca de rocas raras con fósiles de la edad correcta que podrían proporcionar evidencia crítica del origen de los perisodáctilos y otros grupos de mamíferos.

El primer viaje a Rajasthan en 2001 tuvo poco éxito. Aunque encontramos sólo algunas espinas de pescado en ese viaje, al año siguiente un colega indio, Rajendra Rana, continuó indagando en las minas de lignito al sur y se encontró con la Vastan en Gujarat, rememora.

Esta nueva mina resultó mucho más prometedora. En este sentido, Rose agrega que “en 2004 el equipo pudo regresar a la mina, donde el colaborador belga Thierry Smith halló los primeros fósiles de mamíferos, incluido el Cambaytherium.

Se regresó a las minas y se recolectaron fósiles de Cambaytherium y de muchos otros vertebrados, a pesar de las difíciles condiciones.

Ahora la situación se ha tensado, según la lista roja de la Organización Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)), muchas son las especies de animales ungulados que se encuentran actualmente en declive, como son:
Rinoceronte de Sumatra
Cebra de llanuras
Tapir de tierras bajas
Asno salvaje africano
Tapir de montaña
Tapir malayo
Okapi
Ciervo de agua
Jirafa
Serau común
Kob
Oribi
Duiker negro.

La principal amenaza de estos animales es el ser humano, que está acabado con las poblaciones a través de la destrucción de su hábitat, ya sea para la creación de cultivos, extracción de madera o creación de zonas industriales, la caza descontrolada y furtiva, el tráfico ilegal de especies, la introducción de especies invasoras, etc. Contrariamente, el ser humano ha decido que ciertas especies de ungulados sí le son de interés, como los ungulados domésticos o los ungulados cinegéticos. Estos animales, al carecer de depredador natural, hacen que aumente la fragmentación en los ecosistemas y crea un desequilibrio en la biodiversidad.

Recientemente, la población de algunos animales que estaban trágicamente amenazados ha comenzado a aumentar, gracias a las labores de conservación internacional, presiones de los distintos gobiernos y a la concienciación general. Este es el caso del rinoceronte negro, el rinoceronte blanco, el rinoceronte indio, el caballo de Przewalski, el guanaco y la gacela.

Pero el avance en las amenazas a las distintas especies de la fauna salvaje es constante, y nos exclusivo de los ungulados, la Agencia Afp informo el miércoles 9 de septiembre del actual año de la pandemia por Covid-19, que desde 1970 ha desaparecido el 68% de la fauna salvaje en el mundo:según reporta a la opinión pública el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), por sus siglas en inglés.

Este osezno está en un centro de rehabilitación para cachorros huérfanos. Foto tomada del Twitter @WWF

El mundo perdió más de dos tercios de los vertebrados en menos de cincuenta años, y en las zonas tropicales de América Central y del Sur, que son las más afectadas, se ha presentado un desplome del 94 %, según el informe del WWF, que dibuja un negro panorama de consecuencias potencialmente nefastas para el hombre.

La actividad humana que genera la sociedad de consumo degradó además tres cuartas partes de las tierras y el cuarenta por ciento de los océanos. En concreto, la deforestación y la expansión agrícola son claves para explicar la desaparición del 68 % de los vertebrados entre 1970 y 2016, indica la Edición 13 del Índice Planeta Vivo publicado este jueves 10 de septiembre pasado.

El informe, elaborado cada dos años por WWF International en colaboración con la "Zoological Society of London", alerta además del riesgo de futuras pandemias, a medida que el hombre extiende su presencia y entra en contacto con animales salvajes.

"Durante 30 años, hemos estado siguiendo esta caída en la biodiversidad, que se acelera. Seguimos como humanidad yendo en la dirección equivocada", dijo a la AFP el director general de WWF, desde abril del 2014, el doctor Marco Lambertini (14 noviembre 1958). Con 25 años de experiencia en la conservación mundial, el también ambientalista comenzó su asociación con WWF como un joven voluntario mientras crecía en Italia, su país natal. Antes de desempeñarse como el máximo responsable de WWF, su trabajo fue como Director General de "BirdLife International", y fue el Director Global de Redes y Programas durante más de 10 años.

"En 2016, documentamos una disminución del sesenta por ciento, ahora, se ha actualizado a un setenta por ciento", un lapso que representa "un abrir y cerrar de ojos comparado con los millones de años que llevan viviendo muchas especies en el planeta", afirmó el también químico Lambertini.

La principal causa de esta pérdida de biodiversidad es la modificación de las tierras, especialmente cuando la industria convierte los bosques en granjas o explotaciones agrícolas, destruyendo el hábitat de los animales salvajes. A ello, se suman las especies invasivas y la contaminación.

En total, un tercio de la superficie terrestre y tres cuartas partes de los recursos de agua dulce se dedican ahora a producir alimentos. En los océanos, el setenta y cinco por ciento de las reservas de peces también están sobre explotadas.

Así, en las zonas tropicales de América Central y del Sur, la pérdida es casi absoluta, del noventa y cuatro por ciento, especialmente para los anfibios, reptiles y peces, debido a un "cóctel" de factores, como la sobre explotación y el desarrollo de la energía hidroeléctrica, que "impacta de forma severa las poblaciones" de peces y se prevé suponga "una mayor amenaza en el futuro".

El Índice advierte además de que la enfermedad es el principal peligro para los anfibios. Por ejemplo, en Panamá el hongo responsable de la quitridiomicosis (una enfermedad infecciosa) causó una "mortalidad masiva", provocando la desaparición de 30 especies.

"Es abrumador. Un indicador de nuestro impacto sobre la naturaleza. La sociedad, de triste a preocupada.", expresó Lambertini.

El nuevo Índice fue publicado a la par con un estudio elaborado por más de 40 instituciones académicas y ONG, que enumera las maneras de frenar y revertir las pérdidas provocadas por el consumo humano.

La investigación, publicada en la revista "Nature", sostiene que reducir el derroche alimentario y favorecer dietas más sanas y más favorables para el medioambiente podría "doblegar la curva" de esta degradación.

Si se combinara con un esfuerzo radical de conservación, estas medidas podrían evitar más de dos terceras partes de las futuras pérdidas de biodiversidad, indicaron sus autores.

"Debemos actuar ahora. El ritmo de recuperación es generalmente mucho más lento que" las pérdidas, indicó el doctor David Leclere, autor principal del estudio e investigador en el "International Institute of Applied System Analysis", (IIASA) de Austria.

"Si nos demoramos, habrá más pérdidas y se tardará décadas en recuperarlas", afirmó Leclere, admitiendo que algunas serán "irreversibles", si la especie se extingue, por ejemplo.

Lambertini explicó que, así como sobre el cambio climático, las sociedades están cada vez más sensibilizadas sobre el vínculo entre el estado del planeta y la salud humana.

"Antes, la gente estaba triste por la degradación de la naturaleza, ahora empieza a preocuparse".

"Todavía tenemos el deber moral de coexistir con la vida en el planeta, pero ahora también se tienen en cuenta los impactos en nuestra sociedad, nuestra economía y desde luego, nuestra salud", agregó.

En este mismo asunto, se ha dado a conocer que el Homo sapiens es culpable de la desaparición de 96% de las especies de mamíferos.

El pasado jueves, 10 septiembre 2020, la agencia Europa Press, difundió la nota que así lo asegura y entre otros medios de comunicación, el periódico La Jornada, entre otros muchos medios lo replicó.

El Sifaka de Verreaux ('Propithecus verreauxi') es uno de los muchos animales en peligro crítico. Foto tomada del sitio de la Universidad de Freiburg http://www.unifr.ch/news/fr/23844/trad?&p=1

El impacto humano puede explicar el noventa y seis por ciento de todas las extinciones de especies de mamíferos ocurridas en los últimos 126 mil años, según un nuevo estudio publicado en "Science Advances".

Durante esos años ha habido un aumento de un mil seiscientas veces en las tasas de extinción de mamíferos, en comparación con los niveles naturales de extinción. Según el nuevo estudio, este incremento se debe casi de forma exclusiva al impacto humano.

El estudio muestra, además, que incluso los humanos prehistóricos ya tuvieron un impacto destructivo significativo en la biodiversidad, uno que fue más desastroso que los cambios climáticos más grandes de la historia reciente de la Tierra, como la pasada Edad de Hielo.

No encontramos esencialmente ninguna evidencia de extinciones provocadas por el clima durante los pasados 126 mil años. En cambio, hallamos que el impacto humano explica 96 % de todas las pérdidas de las especies de mamíferos durante ese tiempo, afirma Daniele Silvestro, uno de los investigadores.

Esto contradice las opiniones de algunos estudiosos, que creen que los fuertes cambios climáticos fueron la principal fuerza impulsora detrás de la mayoría de las extinciones de mamíferos prehistóricos, aquella mega fauna, que se caracterizaba por la gran talla alcanzada por los especímenes.

Por el contrario, los hallazgos sugieren que en el pasado las especies de mamíferos eran resistentes, incluso a las fluctuaciones extremas del clima.

Sin embargo, junto con los hábitats fragmentados, la caza furtiva y otras amenazas relacionadas con los seres humanos, representan un gran riesgo para muchas especies, señala el doctor por la Universidad de FribourgDaniele Silvestro, adicionalmente al cambio climático actual, que agrava las circunstancias.

Las conclusiones del investigador se basan en un gran conjunto de datos de fósiles. Recopilaron y analizaron datos de 351 especies de mamíferos que se han extinguido desde el comienzo del "Pleistoceno tardío". Entre muchos otros, estos incluían especies icónicas como mamuts, tigres dientes de sable y perezosos terrestres gigantes. Los datos fósiles proporcionados por la Sociedad Zoológica de Londres fueron una contribución importante al estudio.

Estas extinciones no ocurrieron de manera continua y a un ritmo constante. En cambio, se detectan estallidos de pérdidas en diferentes continentes en momentos en que los humanos los alcanzaron por primera vez. De forma más reciente, la magnitud de las despariciones provocadas por ellos ha acelerado nuevamente, esta vez en una escala global, sostiene el doctor Tobias Andermann, de la Universidad de Gotemburgo.

La tasa actual de declive de mamíferos es probablemente el evento de extinción más grande desde el final de la era de los dinosaurios, según los investigadores. Utilizando simulaciones por computadora, predicen que estas tasas continuarán aumentando rápida y posiblemente lleguen a 30 mil veces por encima del nivel natural para el año 2100. Esto es así si continúan las tendencias actuales en el comportamiento humano y la pérdida de biodiversidad.

A pesar de estas sombrías proyecciones, la tendencia aún puede cambiar. Podemos salvar cientos o miles de especies con estrategias de conservación más específicas y eficientes. Pero para lograr esto, necesitamos aumentar nuestra conciencia colectiva sobre la inminente escalada de la crisis de la biodiversidad y tomar medidas para combatir esta emergencia global. El tiempo apremia. Con cada especie desaparecida, perdemos irreversiblemente una parte única de la historia natural de la Tierra, concluye el doctor Andermann.

Con toda esta gama de eventos, ahora se observa con temor que suceda una "extinción masiva" más, identificada como "la sexta", y se ha creado una teoría con rigor científico, que incluso ha cambiado el nombre al lapso conocido como "Holoceno" y ahora se renombra  "Antropoceno".

La "Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y a Cultura" (UNESCO) generó un muy interesante artículo escrito por Ruth Irwinprofesora de ética en la Universidad de Tecnología de Auckland (del 2007 al 2013, en Nueva Zelandia). Autora de "Heidegger, Politics and Climate Change; Risking It All", y quien dirigiera también la obra colectiva "Climate Change and Philosophy: Transformational Possibilities", publicados respectivamente en los años 2008 y 2010, en la editorial Continuum (Londres). Ahora y desde el año 2016 está adscrita a la "Universidad de Aberdeen", cuenta con maestría en Filosofía de la Educación por la "Universidad de Auckland" (1998 - 2000) y doctorado en Filosofía Continental, Cambio Climático y Educación, de la "Universidad de Glasgow".

He aqui un extracto:

La sucesión de hechos data desde que en 1995 comenzaron a celebrarse conferencias internacionales sobre el "cambio climático", año tras año los dirigentes políticos, a la hora de cuestionar las normas tecnológicas que prevalecen en nuestras sociedades modernas, fracasaron y continúan fracasando, lo que nos ha llevado a quedar inmovilizados.

Ese inmovilismo van más allá de los problemas de legislación o de moral tradicional. Tienen su origen en el tándem que forman la tecnología moderna y la economía mundial. En efecto, ese tándem, que muchos consideramos problemático, constituye el nudo central de la civilización actual. Desatar ese nudo parece imposible, ello equivaldría a cambiar de civilización, a entrar en una nueva una era. Ahora bien, según la Royal Society del Reino Unido, ya lo hemos hecho. 

Esa venerable institución anunció en una declaración oficial en 2010, el paso del Holoceno al Antropoceno.

El planeta ha pasado, pues, del templado Holoceno, una época geológica que duró más de diez mil años y conoció el desarrollo de las civilizaciones agrícolas y urbanas, al turbulento y probablemente catastrófico Antropoceno (que procede del griego anthropos, hombre), la primera era condicionada por la actividad humana.

Puede afirmarse que esa transformación se operó a partir de 1945 (con nuestra entrada en la era nuclear), pero sin duda empezó mucho antes, hacia finales del siglo XVIII, cuando la Revolución Industrial alteró de modo significativo la manera en que el ser humano se relaciona con el ecosistema en el que vive.

Las tecnologías modernas nos han hecho perder la "conciencia ecológica". El hombre actual tiene la sensación de que se ha liberado de las cadenas que lo ataban al resto de la Naturaleza. Gracias al progreso tecnológico, las grandes ciudades ya no morirán de hambre, como en el pasado, si falla una cosecha. Ya no dependen de las zonas rurales que las rodean y puede que ni siquiera estén al tanto de las inundaciones o las sequías que afectan a esas zonas.¿Cuántos habitantes saben de dónde viene el agua potable de sus ciudades o en qué estado se encuentran los bosques vecinos? En las ciudades ya no dependemos de los productos de temporada pues los medios de transporte y almacenamiento favorecen el comercio internacional y modifican así la relación entre zonas urbanas y rurales. Además, las ciudades crecen, invadiendo el campo y absorbiendo migraciones masivas. A menudo, su construcción responde a imperativos tecnológicos y económicos, y no a necesidades públicas.

La configuración de nuestras ciudades, la agricultura, la minería, la producción energética, la silvicultura, la pesca y el comercio, todas las actividades humanas han cambiado radicalmente en el lapso de ciento cincuenta años años, transformando así nuestro planeta.

Estamos tan condicionados por las innovaciones tecnológicas, tan encadenados a ellas, que hasta nuestra manera de vernos como “individuos”, como humanos, se ha modificado, a la vez que nuestra visión de la Tierra se ha tornado más estrecha y distante.

Aunque siempre han existido movimientos ciudadanos con conciencia ecológica, su influencia en las normas de la vida moderna ha sido limitada. La ética individual tiene un peso insignificante frente a la apisonadora del progreso. Pero la toma de conciencia colectiva sobre el fuerte impacto ecológico del mundo moderno y los efectos devastadores que éste puede tener en el porvenir de la humanidad es algo totalmente nuevo.

El Antropoceno podría convertirse en uno de esos periodos de extinciones masivas que la Tierra ya ha conocido, como la que produjo la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años. De una manera sin precedentes, el cambio climático muestra a las claras nuestras limitaciones. Y somos cada vez más conscientes de que se imponen transformaciones radicales.

Pero esas transformaciones tardan en llegar. Los sistemas internacionales de intercambio de cuotas de emisiones de gases de efecto invernadero muestran que todavía no tenemos en cuenta la envergadura del problema que plantea nuestra realidad ecológica.

No propongo una "postura ludista". Afirmo que no podemos permanecer ajenos a nuestro propio hábitat. La modernidad es hoy un fenómeno de alcance mundial, y también nuestro nicho ecológico se ha mundializado. La época en que el hombre soñaba con una realidad ideal ha quedado atrás. Las condiciones ecológicas nos obligan a volver a tener los pies sobre la tierra y a afrontar una realidad más dura, a la que la actividad humana, la tecnología y la economía deben adaptarse.

La conciencia de una ecología planetaria que el cambio climático despierta en nosotros debería forzarnos a cambiar el ángulo normativo desde el que miramos el mundo. No hay nada que podamos hacer sin decisiones políticas firmes tomadas a escala internacional. La mundialización debe ser vista también como una nueva ecología.

Concluyó que la famosa "Aldea Global", está áquí y ahora. Y me pregunto ¿Los humanos surgidos de la cultura occidental a partir del siglo XVIII, alguna vez tuvieron conciencia ecológica? Y es que esa corriente de pensamientos y actuación vigente, arrolla todo y le incorpora.

Para una mayor información en el tema es recomendable la lectura del libro de Elizabeth Kolbert (1961) "La Sexta Extinción" de la editorial Crítica del año 2014, en el se realiza un recorrido por las cinco extinciones anteriores y se pormenoriza en las circunstancias actuales.

Del pasado remoto, hasta el futuro y sus proyecciones.

Optimistas que predicen que lograremos salvar el planeta y opiniones en contra, de pesimistas, como Stephen Hawking (1948 - 2018), quien declaró que sería necesario que la humanidad, o una parte más bien pequeña de ella, abandone la Tierra, que huya hacia otros planetas.

Las causas son muchas y variadas, avisa el célebre científico: la guerra nuclear, los virus creados con ingeniería genética o el calentamiento global plantean un futuro en el que la humanidad lo tendrá muy difícil para poder subsistir en la Tierra. En los próximos 100 años, asegura Hawking, deberíamos abandonar nuestro planeta. Así también considera la elevada población humana, que se acerca rápidamente a los ocho mil millones de habitantes, como un argumento más.

En el mes de septiembre la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presentó un informe sobre ls evaluación de las acciones comprometidas por los países para combatir la "Sexta Extinción", y el panorama, muy lamentablemente no es alentador. Según el quinto informe sobre la biodiversidad las naciones no han cumplido con los compromisos establecidos.

Hubo sesenta criterios de éxito, acordados en el año 2010 en la reunión cumbre realizada en la ciudad de Nagoya (Japón) de la Conferencia de las Partes (COP) que es la cumbre de mayor nivel político del "Convenio de Biodiversidad Biológica". Esta es de carácter periódico y en ella se toman las decisiones multilaterales que deben ratificar los gobiernos nacionales se aprobó un nuevo protocolo sobre el Acceso a los Recursos Genéticos conocido como "Protocolo de Nagoya", y el nuevo Plan Estratégico 2011-2020. Este Plan concibe una visión a largo plazo y una misión a medio plazo, y establece las Metas de Aichi.

Dichas metas crearon una hoja de ruta a seguir para la conservación de la biodiversidad y sus valores y que nuevamente persigue detener la pérdida de biodiversidad, sin embargo, de ellas solamente se pudieron completar  siete, en otras treinta ocho existe "algún progreso", pero en trece no se muestran avance alguno y de los dos criterios finales no se conoce su situación real.

En 2010, unos 190 Estados miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU se dotaron de un plan estratégico de diez años, con 20 objetivos llamados Aichi, para frenar esta degradación, mas no se han conseguido lograr esos objetivos.

Va triunfando el pesimismo, de la mano de los beneficios económicos, si bien el presupuesto destinado a la financiación para la biodiversidad se duplicó, las subvenciones a los sectores perjudiciales, son mucho más elevadas. (estimados en 500,000 millones de dólares y de ellos 100,000 millones van a la agricultura)

Veremos los resultados, o mejor dicho, sentiremos los efectos en el futuro. ¿Qué opinas?

Hay mucho material sobre estos temas, demasiado extensos para revisarlos aquí, pero espero que los esfuerzos emprendidos tengan un adecuado desenlace. Si, soy optimista.


 





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