La Humanidad deberá comprender como es que deberá vivir de ahora en adelante.

Hace unos cuantos años (2016) vi una película sobre la existencia de extra terrestres con un nivel de inteligencia y de comunicación, no solamente equiparable al nivel alcanzado por el Homo sapiens, sino incluso, de mayor desarrollo. Salíamos de la visión que a partir de los años setenta nos obsequiara Steven Allan Spielberg (18 diciembre 1946).

Adiós a los arquetipos de "Encuentros Cercanos del tercer Tipo", al adorado "ET" de los ochentas y ahora, en el siglo Veintiuno, se nos presenta una versión de seres que nos visitan con un propósito distinto a los trillados como en "Taken" (2002) y similares; ni quieren estudiarnos (esa tarea se realizó con antelación, y conocen muy bien la psicología del humano), ni mucho menos destruirnos (quedaron atrás las ideas de la destrucción como principal aliciente de ambas especies, aunque eso se haya constituido en motivo de comercialización muy exitosa), esas tareas no competen a seres  dotados de inteligencia real y que morfológicamente tienen siete patas o pies (los heptápodos), lo que los hace distintos a los animales mayores de la Tierra que provienen de los "tetrápodos", que además de saber viajar en naves enormes (de más de quinientos metros) y saben aterrizarlas exitosamente en doce  lugares, que corresponden a las principales naciones de la civilización terrestre.

En "Arrival" (La Llegada) la intención de estos seres es que la humanidad trabaje en conjunto para que se comprenda y aprenda su idioma; esto con el fin de que en un futuro, cuando sea necesario, sean los humanos sus asociados en la superación de circunstancias adversas para ambas civilizaciones.

La protagonista de la historia es una doctora en filología (Louise Banks) que logra aprender  el idioma de los "visitantes", mediante el cambio de estrategia que sigue la mayoría de los científicos convocados, ella recurre a la expresión "escrita", renunciando a lo verbal y con ello logra el objetivo. Se recorre la aventura de estudiar un lenguaje simbólico, fundamentado en un círculo grabado de muy distintas formas y condiciones, muy diferente a nuestros alfabetos nativos.

Y dejo de lado el manejo de las teorías lingüísticas aquí convocada,  interesantísimas, y reducir considerablemente la aportación que logra la cinta de Denis Villeneuve (3 octubre 1967), basada en el relato de Ted Chiang (20 octubre 1967) "La Historia de tu Vida", y me conformo con centrarme en la necesidad de que la humanidad trabaje unida, mas allá de nacionalidades, como hasta ahora ha sido la costumbre en boga. 

Las investigaciones en el espacio exterior siguen, se mantiene la actividad científica, impulsada por el objetivo de hacer llegar las ventajas de los recursos que el Sistema Planetario al que pertenecemos podría beneficiar a la economía humana.

Un ejemplo de este tema les comento en seguida, en primera instancia el acuerdo entre diversas naciones sobre el espacio exterior, específicamente con La Luna,  y, en segundo lugar el desarrollo, en tres fechas consecutivas, a la misión que colocó por muy breve lapso, una nave terrestre en el asteroide Bennu.

Ocho países firmaron un pacto internacional para la exploración lunar llamado Acuerdos Artemis, anunció la Agencia para la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio  (NASA) ayer, en un momento en que ésta busca fijar los estándares para edificar asentamientos a largo plazo en la superficie del satélite terrestre, es importante mencionar que el programa tiene como gran objetivo llevar al próximo hombre y a la primera mujer a la Luna en el año 2024.

Los acuerdos, que reciben su nombre del programa lunar "Artemis" de la NASA, buscan ampliar la ley espacial internacional vigente, estableciendo zonas de seguridad que rodearían a futuras bases lunares para evitar conflictos entre los estados que operen allí, al tiempo que permitirían que compañías privadas sean propietarias de los recursos que extraigan. 

«Bajo el programa Artemis, la humanidad explorará regiones de la Luna que nunca han sido visitadas, uniéndonos en torno a lo desconocido, lo nunca visto y lo que alguna vez fue imposible. Regresaremos a la Luna con robots el próximo año, enviaremos astronautas a su superficie dentro de cuatro y construiremos una presencia permanente para finales de la década» aseguró Jim Bridenstine, administrador de la NASA en un documento. «Me enorgullece compartir el plan Artemis de la NASA: así es como volveremos a la Luna y como la utilizaremos como trampolín para nuestro próximo gran salto: la exploración humana de Marte.»

Esta información fue dada a conocer entre otras fuentes por la agencia Reuters, a mediados del mes de octubre del presente año.


En la imagen, Buzz Aldrin, en 1969. Foto Ap y Afp

Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, Luxemburgo, Italia, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos firmaron los acuerdos bilaterales durante una conferencia anual espacial, tras meses de negociaciones en un intento estadunidense de crear aliados bajo su plan de volver a enviar astronautas a la Luna en 2024. Debieron incluirse a los demás países que incursionan en la aventura espacial, como Francia, Rusia y China, notable falta

Lo que intentamos hacer es determinar normas de comportamiento que puedan aceptar todas las naciones, sostuvo Jim Bridenstine, administrador de dicha agencia, a los medios. Según indicó, los acuerdos son coherentes con un tratado de 1967 que indica que la Luna y otros cuerpos celestes están exentos de reclamaciones nacionales de propiedad.

Estamos haciendo operativo el "Tratado del Espacio Exterior" con el propósito de crear la coalición humana más amplia, inclusiva y grande de viajes espaciales en la historia de la humanidad, destacó el antes citado Jim Bridenstine.

Estados Unidos y otros países con capacidad de vuelo espacial ven la Luna como un activo estratégico. También tiene valor para una investigación científica a largo plazo que podría permitir futuras misiones a Marte, actividades que entran bajo el régimen de la ley espacial internacional, considerada en general como desfasada.

En 2019, el entonces vicepresidente de Estados Unidos, dio instrucciones a la NASA para el regreso de astronautas a la Luna en 2024 –reduciendo a la mitad el cronograma previo de la agencia– y establecer una presencia humana a largo plazo en el satélite. A su vez, Italia contribuirá al programa con el suministro de módulos habitables para la tripulación y con la prestación de servicios de telecomunicación. Y según el subsecretario del Consejo de Ministros de Italia Riccardo Fraccaro, hemos protagonizado: “una firma histórica, porque abre un capítulo nuevo y apasionante en la exploración espacial, 50 años después del primer desembarco en la Luna". Este documento nos permitirá a nosotros y a las generaciones futuras una exploración pacífica, segura y sostenible del espacio para mejorar la vida en la Tierra, añadió.

Por otro lado, dentro del mismo programa "Artemis", la empresa Blue Origin, de Jeff Bezos, lanzó el pasado martes 13 de octubre un cohete New Shepard por séptima vez desde un rincón remoto de Texas para ensayar una nueva tecnología de alunizaje por parte de la NASA.

El vuelo, que alcanzó una altura máxima de 106 kilómetros, duró 10 minutos. El cohete impulsor regresó al centro de lanzamiento y lo siguió la cápsula, que cayó en paracaídas en el desierto.

La cápsula transportó experimentos científicos, además de 1.2 millones de semillas de tomate que serán entregadas a niños de Estados Unidos y Canadá, así como decenas de miles de tarjetas postales con dibujos de temática espacial que serán devueltos a los jóvenes remitentes.

El cohete impulsor llevaba equipo de navegación de la agencia para futuros alunizajes. Los sensores y la computadora –ensayados durante el descenso de la nave– tendrán un nuevo viaje suborbital con Blue Origin. Esto también, como antes se advirtió, forma parte del programa "Artemis", que sabemos tiene entre sus propósitos el de enviar a la primera mujer y un hombre a la Luna.

(Con información de Ap y Sputnik)

El Asteroide Bennu será visitado por una sonda espacial (primera parte).

La sonda estadounidense Osiris-Rex bajará el 20 de octubre a la superficie del asteroide Bennu para ecabar información sobre el origen del sistema solar. Foto tomada del Twitter @OSIRISREx

La sonda estadounidense Osiris-Rex bajará el 20 de octubre a la superficie del asteroide Bennu para tomar muestras de su suelo, con la esperanza de llevarlas a la Tierra y aportar así información sobre el origen del sistema solar, anunció este jueves la (NASA).

Los investigadores de la agencia espacial estadounidense eligieron ese asteroide de 490 metros de diámetro porque pensaban, basándose en observaciones por telescopio, que estaba cubierto de arena "como una playa", explicó por videoconferencia Dante Lauretta, de la Universidad de Arizona, el responsable científico de la misión.

Semejante superficie habría garantizado una operación de muestreo sin mucho peligro.

Pero al llegar cerca del asteroide a finales de 2018, las imágenes mostraron que en realidad estaba cubierto de rocas. "La superficie es rugosa, escarpada y rocosa", describió el científico.

Los científicos de la misión pasaron el año 2019 cartografiando la superficie para seleccionar el lugar más seguro para el muestreo y eligieron el cráter de Nightingale.

El 20 de octubre, la sonda se acercará lentamente a Bennu, desplegará un brazo para tomar muestras y apuntará a una zona de ocho metro de diámetro, bastante plana y ancha como cuatro plazas de aparcamiento.

"Años de preparación y de trabajo duro de este equipo van a resumirse en ese contacto con el suelo durante cinco a 10 segundos", dijo Mike Moreau, jefe de proyecto adjunto en la NASA.

Al tocar el suelo, el robot va a soplar nitrógeno, lo que hará volar granos del suelo del asteroide que serán recogidos por el brazo de Osiris-Rex. El objetivo es tomar una muestra de al menos 60 gramos.

La operación es especialmente complicada ya que, a más de 320 millones de kilómetros de distancia, los ingenieros no pueden garantizar una precisión absoluta.

En caso de fallo, la NASA podría llevar a cabo un segundo intento en enero en otro cráter.

Si todo va según lo previsto, en marzo de 2021 la sonda Osiris-Rex emprenderá su largo viaje de regreso a la Tierra, y el 24 de septiembre de 2023 soltará con un paracaídas el contenedor con las muestras del asteroide. La carga aterrizará en el desierto de Utah.

Antes de eso, un grupo de científicos estudiará las muestras de otro asteroide, Ryugu, al que viajó la sonda japonesa Hayabusa 2 el año pasado. Su llegada a la Tierra está prevista para el próximo 6 de diciembre.

La sonda Osiris-Rex besó al asteroide Bennu en una misión perfecta
(Segunda parte)

La sonda estadunidense Osiris-Rex entró brevemente en contacto este martes con el asteroide Bennu, tal como estaba previsto, confirmó la NASA, aunque el nivel del éxito de la operación de toma de muestras no se conocerá hasta dentro de algunos días.

"Aterrizaje confirmado", "Muestreo terminado", anunció la agencia espacial durante la retransmisión en vivo de las operaciones, arrancando una ovación entre el equipo al terminar esta intervención de algunos segundos, que llega más de cuatro años después del lanzamiento de la sonda.


Representación artística del robot al descender en el astroide.Foto tomada de La Jornada de Afp

"Todo fue perfecto, explicó minutos más tarde Dante Lauretta, jefe de la misión, emocionado.

Escribimos una página de la historia esta tarde, añadió.

Tras arrojar nitrógeno comprimido a la superficie de Bennu, el brazo del robot debía recoger las partículas de menos de 2 centímetros de diámetro. El objetivo era acumular al menos 60 gramos durante esos pocos segundos, lo que sería la mayor muestra extraterrestre recogida desde las misiones lunares Apolo.

Sin embargo, la masa exacta de la muestra no se conocerá hasta sábado.

Hasta ahora, Osiris-Rex sólo ha podido enviar mensajes de confirmación, pero ninguna imagen: la sonda apenas lo hizo la noche del martes al miércoles, en cuanto regrese a su órbita y se encuentre a distancia segura del asteroide, tras cargar las baterías.

En las próximas horas y días, enviará numerosos datos e imágenes que darán una estimación del resultado de la toma de muestras.

Existe la posibilidad de que el brazo de la sonda no se haya podido posar sobre una superficie plana y aspirar el polvo, por ejemplo si ha caído sobre una gran roca.

En caso de fracaso, se podría decidir hacer un nuevo intento, en otro punto, en enero.

En realidad no podemos aterrizar en la superficie de Bennu, así que sólo se besó la superficie, agregó Beth Buck, de Lockheed Martin.

El interés de analizar la composición de los asteroides del sistema solar se basa en que están hechos de los mismos materiales que formaron los planetas.

Es casi una piedra Rosetta, algo que está ahí fuera y cuenta la historia de toda nuestra Tierra, del sistema solar durante los pasados miles de millones de años, aseguró Thomas Zurbuchen, científico jefe de la NASA.

Las muestras regresarán a la Tierra el 24 de septiembre de 2023, con un aterrizaje planeado en el desierto de Utah. Con ese material, los laboratorios podrán llevar a cabo análisis mucho más potentes de sus características físicas y químicas, informó Lori Glaze, directora de la división de ciencia planetaria de la agencia espacial.

Bennu no es un asteroide liso, cubierto por una playa inofensiva de arena fina, que esperaba la NASA. En realidad, se eligió porque está convenientemente cerca y es antiguo: los científicos estiman que se formó en los primeros diez millones de años de la historia del sistema solar, hace unos cuatro mil quinientos millones de años.


La NASA almacena con éxito muestras de asteroide en sonda Osiris-Rex.
(Tercera parte)


Fotografía de AP, tomada de La Jornada.

La NASA anunció este jueves 29 de octubre, que su sonda espacial Osiris-Rex logró almacenar en una cápsula hermética piedra y polvo del asteroide Bennu recogidos la semana pasada, después de que un fallo pusiera en riesgo la misión.

"Hemos terminado esta operación con éxito", dijo Rich Burns, el director de ese proyecto de la NASA. Un fallo en el cierre del compartimento de recogida de muestras enviaba fragmentos al espacio, amenazando con echar a perder la misión.

Y en concordancia con el proyecto de exploración del asteroide Bennu, se realiza otro proyecto que confirma la presencia de agua en la Luna, y detalla que es mayor a la cantidad que se suponía existía.

Agua en gran cantidad existe en la superficie lunar.

El Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (Sofia, Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy) de la NASA confirmó la presencia de agua en la superficie de la Luna.

Este descubrimiento indica que el agua se puede distribuir por la superficie lunar, y no se limita a lugares fríos y sombreados.

El equipo, dirigido por Casey Honniball, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Maryland, detectó agua molecular, atrapada en vidrios naturales o en granos. Se utilizó un método que arrojó hallazgos inequívocos.

La única forma de que el agua exista en las superficies lunares iluminadas por el Sol, donde se encontró, es que esté incrustada en granos minerales protegiéndola del ambiente gélido. Los investigadores utilizaron datos de Sofia, que es un avión Boeing 747SP modificado para llevar un telescopio, que detectó las moléculas de agua en el cráter Clavius, uno de los más grandes visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna. Las observaciones anteriores de la superficie del satélite detectaron alguna forma de hidrógeno, pero no pudieron distinguir entre el agua y su pariente químico cercano, el hidroxilo.

La presencia de bolsas de agua ocultas podría ser mucho más común en la superficie de la Luna de lo que los científicos habrían sospechado, favoreciendo un horizonte de colonización.

En algunos casos, estos pequeños parches de hielo podrían existir en sombras permanentes no más grandes que una moneda, según un estudio liderado por la Universidad de Colorado Boulder, que se publica en "Nature Astronomy".

Si pudieras situarte de pie en la superficcie de la Luna cerca de uno de sus polos verías sombras por todas partes. Muchas de ellas podrían estar llenas de hielo, explicó en un comunicado Paul Hayne, profesor asistente en el Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial en la Universidad de Colorado Boulder.

La Luna carece de las masas de agua líquida características de la Tierra, pero científicos indicaron que el agua lunar es más común de lo que se pensaba. Las investigaciones de hace 11 años indicaron que en pequeñas cantidades era relativamente común.

Durante mucho tiempo se creyó que era un astro muy árido, pero en 2008 unos investigadores descubrieron moléculas de agua en el magma traído por astronautas de las misiones Apolo.

El estudio actual revela la existencia de una multitud de microcráteres que contienen en el fondo agua helada. Se les llama "trampas frías".

El equipo de investigación usó datos de dos instrumentos del orbitador de reconocimiento lunar "Lunar Reconnaissance Orbiter" (LRO) en español: Orbitador de Reconocimiento Lunar , y combinando estas medidas con modelos 3D consiguió reproducir el tamaño y la distribución de las sombras, a escalas inferiores a un milímetro.

Habría la misma temperatura allí que en los grandes cráteres: alrededor de menos 160 grados centígrados. Sin embargo, son muchos más: Hay decenas de miles de millones de ellos, mientras los más grandes son unos cientos, detalló Hayne.

De modo que la superficie total de agua en la Luna abarcaría 40 mil kilómetros cuadrados, de los cuales 60 por ciento están en el polo Sur, sostuvo este investigador.

¿De dónde viene esa agua? Probablemente de la caída de asteroides que chocaron contra la Luna hace miles de millones de años. Lo mismo que se cree que ocurrió con la Tierra. Las moléculas de agua expulsadas durante la caída de esos cuerpos habrían descendido al fondo de los cráteres, donde quedaron atrapadas para siempre.

Si se logra desarrollar técnicas de extracción, esto representaría un recurso potencial para futuras misiones espaciales, que, por ejemplo, podrían despegar de la Tierra, hacer una parada en la estación de servicio en la Luna, desde donde se enviarían sondas a la superficie lunar para recoger agua y así abastecer a la tripulación que realiza el viaje a Marte, agregó el doctor Francis Rocard (23 mayo 1957), quien no ha participado en los estudios, pero es una voz autorizada sobre el tema, en función a su doctorado de la Universidad de París Sur en Ciencias de Astrofísica, y que actualmente es el director del programa de Investigación del Sistema Solar en el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia.

"Esto abarataría el costo del programa, porque es más barato que llevar agua desde la superficie de la Tierra", señaló el citado astrofísico francés, haciendo hincapié en que el viaje a Marte duraría seis meses.

Esto nos regala la idea de la importancia del esfuerzo francés en la exploración espacial y por tanto la necesidad de incluirlo en las negociaciones de explotación de los recursos lunares.

Y en lo referente al país asiático, la Agencia china Xinhua dio a conocer que los  módulos de exploración y aterrizaje de la sonda Chang'e-4 pasaron a modo inactivo al entrar en la noche lunar tras funcionar establemente durante su día lunar número 23, según informó el Centro de Exploración Lunar y del Programa Espacial de la Administración Nacional del Espacio de China.

El módulo de alunizaje cambió a modo "inactivo" a las 21:40 (hora de Pekín) del viernes 23 de octubre, como estaba previsto, y el vehículo explorador Yutu-2 (Conejo de Jade-2) lo hizo a las 12:00 horas del viernes, precisó el centro.

Un día lunar equivale a 14 en la Tierra, y la noche tiene similar duración. La sonda Chang'e-4 cambia a modo inactivo durante la noche lunar, debido a la falta de energía solar. El artefacto ha permanecido 660 días terrestres en el lado oculto de la Luna hasta hoy sábado, y el explorador ha recorrido 565.9 metros.


Fotografia de La Jornada tomada del archivo de Afp

Durante el día lunar 23, el Yutu-2 se dirigió hacia el noroeste, viajando hacia un área con basalto y un área de cráter de impacto con alta reflectividad. En el camino al destino, se utilizó el espectrómetro infrarrojo cercano del explorador para detectar una roca de unos 30 centímetros de diámetro. El equipo de investigación está analizando los datos transmitidos.

Los científicos llevaron a cabo las primeras mediciones de radiación en la Luna documentadas sistemáticamente con datos adquiridos por el detector de radiación de neutrones a bordo.

Según un estudio reciente publicado en la revista "Science Advances", la superficie de la Luna es altamente radiactiva, aproximadamente una o dos veces más que la Estación Internacional del Espacio, cuatro a nueve veces más que un vuelo civil y trescientas veces más que la superficie de la Tierra en Pekín.

El estudio proporcionó una referencia para la estimación de los peligros de la radiación de la superficie lunar y el diseño de protección radiológica para los futuros astronautas lunares.

La sonda, lanzada el 8 de diciembre de 2018, llevó a cabo el primer aterrizaje suave en el cráter Von Karman, en la cuenca Aitken del Polo Sur, en el lado oculto de la Luna, el 3 de enero de 2019.

El explorador Yutu-2 ha superado con creces su vida útil de diseño de tres meses, convirtiéndose en el explorador lunar de mayor duración en la Luna.

El 24 de octubre ha sido un día importante para la exploración lunar de China, pues ese día se lanzó la primera sonda lunar Chang'e-1 de China, lo que convirtió a este país en la quinta nación en desarrollar y lanzar su propia sonda lunar y abrió una nueva era de exploración del espacio profundo para China.

Después de orbitar la Luna durante unos 16 meses, la sonda hizo un choque controlado en la superficie lunar en marzo de 2009.

El 24 de octubre de 2014, China lanzó una nave espacial experimental para probar tecnologías que se utilizarán en el Chang'e-5, que se espera que traiga muestras de la Luna a la Tierra.

Por ello pienso sería muy recomendable incluir a los chinos en la celebración de acuerdos en materia espacial y su explotación .

Y en cuanto a los rusos, protagonistas de la carrera espacial de mediados del siglo Veinte, con los norteamericanos, están ahora, menos separados de los proyectos, de investigación pero mantienen presencia, por ejemplo con la Estación Espacial Internacional (EEI).

Cohete ruso se acopla en tiempo récord a la Estación Espacial Internacional.

Una nave Soyuz con los cosmonautas rusos Serguéi Ryjikov y Serguéi Kud-Svershkov y la astronauta estadunidense Kathleen Rubins a bordo se ha acoplado este miércoles a la (EEI) en un tiempo récord, tan solo 3 horas después del despegue.

El cohete ruso Soyuz MS-17 se "acopló" según lo previsto a las 08h48 GMT a la Estación Espacial, indicó la agencia espacial rusa Roskosmos en un comunicado.


Vista panorámica desde la ventana del Módulo Lunar (LM) del ‘Apolo 16’ tomada en órbita durante la Revolución 16 de la misión. Foto tomada de www.flickr.com/photos/nasa2explore

"Se ha establecido un nuevo récord (...) El tiempo total entre el lanzamiento y el acople fue de 3 horas y 3 minutos", agregó.

Con este récord, se redujo a la mitad el tiempo de los vuelos tripulados hacia la EEI, que antes tardaban como mínimo seis horas. El viaje ha sido posible gracias a un nuevo sistema de guiado de los cohetes Soyuz.

El despegue de esta nave rusa hacia la Estación Espacial es el primero desde que el pasado 30 de mayo el cohete estadunidense SpaceX rompiera nueve años de monopolio ruso en los viajes a la EEI, logrando despegar desde el Centro Espacial John F. Kennedy (Florida).

La Estación sigue siendo, sin embargo, uno de los escasos ejemplos de cooperación entre rusos y occidentales. Los astronautas de ambos países han resaltado la capacidad que tienen los viajes espaciales para unir a naciones rivales por una causa común.

Por otra parte existe el proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roskosmos, para hacer llegar a Marte la nave Rover ExoMars Rosalind Franklin, estaba programada para ser lanzada en el mes de julio se este año, sin embargo, el lanzamiento ha sido pospuesto, y en dicho mes lo que ocurrió fue que se sometió a una prueba más de verificación. Los directores generales de la ESA Jan Wörner y de la agencia rusa Roskosmos Dmitry Rogozin, comunicaron que se necesitan más pruebas para la nave espacial con el hardware y el software final. Además, las partes tuvieron que reconocer que la fase final de las actividades de ExoMars se han visto comprometidas por el agravamiento general de la situación epidemiológica en los países europeos.

“Queremos asegurarnos al 100% del éxito de la misión. No podemos permitirnos ningún margen de error. Más actividades de verificación garantizarán un viaje seguro y los mejores resultados científicos en Marte”, dijo Jan Wörner. “Quiero agradecer a los equipos de la industria que han trabajado todo el día durante casi un año para completar el ensamblaje y las pruebas ambientales de toda la nave espacial. Estamos muy satisfechos con el trabajo que se ha realizado para hacer realidad un proyecto único y tenemos un sólido cuerpo de conocimientos para completar el trabajo restante lo más rápido posible”.

La decisión se debe principalmente a la necesidad de maximizar la solidez de todos los sistemas ExoMars, así como a las circunstancias de fuerza mayor relacionadas con la exacerbación de la situación epidemiológica en Europa que han dejado a nuestros expertos prácticamente sin posibilidad de realizar viajes a las industrias asociadas. Estoy seguro de que los pasos que nosotros y nuestros colegas europeos estamos tomando para garantizar el éxito de la misión se justificarán e indudablemente traerán resultados exclusivamente positivos para la implementación de la misión”, ha declarado Dmitry Rogozin.

Será en el año 2022, entre los meses de agosto y octubre que se realice el lanzamiento, debido a que las condiciones espaciales, otorgan solamente dos ventanas, de diez días cada una, cada dos años, que posibilitan la realización exitosa y óptima del viaje

“Esperamos que el Rover Rosalind Franklin de la ESA ayude a escribir una nueva página en la exploración de Marte al permitirnos estudiar moléculas orgánicas en el lugar”, dice Jorge Vago, científico de dicho proyecto.

La ESA y docenas de socios industriales evaluaron el jueves 23 de julio la preparación del explorador robótico ExoMars, llamado Rosalind Franklin (1920 - 1958), en honor a la científica descubridora de la estructura del ADN en 1953, para un viaje al Planeta Rojo en 2022. Mientras la exploración de Marte se prepara para un renacimiento, el rover europeo afina su equipo para los desafíos que se avecinan.

Este Rover perforará hasta dos metros en la superficie marciana para tomar muestras de su suelo, analizar su composición y buscar evidencia de vida enterrada bajo su superficie.

El Rosalind Franklin demostró con éxito que está en condiciones de soportar las condiciones marcianas durante la campaña de prueba ambiental a principios de este año en Toulouse. Este laboratorio sobre ruedas soportó temperaturas tan bajas como -120° C y menos de una centésima parte de la presión atmosférica de la Tierra para simular los extremos de su viaje a través del espacio y en la superficie de Marte.

A finales de esa semana, un conjunto más robusto de paneles solares comenzará su viaje para reunirse con el rover después de detectar algunas grietas durante esas pruebas ambientales. Se han implementado nuevos elementos de fijación que estarán en camino desde las instalaciones de Airbus en Stevenage, en el Reino Unido, hasta Thales Alenia Space en Turín, Italia, donde el vehículo explorador espera el encendido a principios de agosto.

Las interrupciones causadas por la pandemia de coronavirus han agregado nuevos obstáculos para la industria en toda Europa en el camino a Marte. Se espera que las pruebas de paracaídas e interfaz se reanuden este mismo año.

Además de esta misión, pospuesta para el año 2022, también se incluye el Trace Gas Orbiter lanzado el 14 de marzo de 2016, ingresando a su órbita el 19 de octubre de ese mismo año. El (TGO) ya está entregando importantes resultados científicos obtenidos por sus propios instrumentos científicos rusos y europeos y transmitiendo datos del Rover Curiosity Mars, lanzado el 26 de noviembre del año 2011, que se posó en la superficie del planeta Marte el cinco de agosto del 2012, exactamente en el cráter "Gale"; y el módulo de aterrizaje "Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat"  (InSight) de la Nasa, que fue lanzado el cinco de mayo del año 2018 y que "aterrizó" en el 26 de noviembre de ese mismo año, en la llanura llamada "Elysium Planitia"; cuenta con un sismómetro para detectar terremotos, sensores para medir la presión del viento y del aire, un magnetómetro que detecta señales magnéticas y una sonda de flujo de calor diseñada para medir la temperatura del planeta; además de dos radios, el primero para enviar y recibir datos regularmente y una radio más poderosa diseñada para medir el "bamboleo" de Marte a medida que este gira.

El módulo también transmitirá los datos de la misión ExoMars 2022 una vez que llegue a Marte.

Los robot-naves que han llegado a la luna con anterioridad a Curiosity son: Sojouner, Spirit y Opportunity.

Después de conocer lo sucedido en los esfuerzos proyectados para cumplir con un objetivo común a todas la naciones del planeta, y la falta de resultados efectivos, entiendo que solamente con la cooperación total se triunfará en cumplir metas que son acciones en beneficio de los Homo sapiens.

Tanto en el manejo de los recursos y especies que pueblan la Tierra, en lo referente a la pandemia, al cuidado de los materiales lunares o marcianos o en cualquier lugar del Sistema Solar. Una meta es lograr las metas en conjunción uniendo esfuerzos y logrando resultados comunes para todos los seres vivos, tanto en nuestro mundo, como en el espacio exterior.

Sigo optimista.

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