De los Neandertales y sus relaciones amorosas.

Todo parece indicar que el tronco común entre los distintos linajes de homínidos, fue mucho más diverso de lo que se suponía, la secuenciación de los genomas y el avance de las técnicas de análisis de ADN está permitiendo conocer con detalle algunas estampas impensables en el pasado, se ha documentado cómo fueron algunos “romances” entre miembros de distintas especies.

Los descubrimientos de numerosos restos fósiles y de diversos vestigios que comprueban las andanzas de los diversos homínidos en aquel lejano panorama, tan poco parecido a la circunstancia en la que se ha desarrollado la humanidad en los últimos cuarenta y cinco mil años, esa que sirvió de filtro a las comunidades de animales para poder aparecer en la época que actualmente se vive.

Por ejemplo tenemos que los orangutanes, gibones, gorilas y chimpancés, acompañan al Homo sapiens como únicos supervivientes de la época de apogeo de los simios, que se sucitó a mediados del Mioceno (período que abarca desde hace 23 millones de años hasta hace cinco millones de años del presente), una muy larga temporada en que simios de formas y tamaños distintos vivían desde la costa de Portugal hasta la costa de China, y desde Kenia a Namibia.

Clive Finlayson autor del libro “El sueño del neandertal”, nos dice que la etapa en que aparecieron los “humanos anatómicamente modernos”, que se ha caracterizado por mantenerse en un clima mundial estable y pro Homo sapiens, inició hace cuarenta y cinco mil años aproximadamente.

Antes de esta etapa, el clima en el mundo tuvo varias glaciaciones y entre ellas períodos de aumento en las temperaturas y modificaciones en grandes extensiones de tierra continental.

Es curioso como se ha modificado la visión sobre la evolución que llevó a la aparición de nuestra especie, hace ciento cincuenta años se buscaba al “eslabón perdido”, ello fundamentado en lo establecido en la teoría contenida en el libro “El Origen de las Especies”— On the Origin of Species— título original en inglés, de Charles Darwin, que fue publicado el 24 de noviembre de 1859.

El Eslabón Perdido, caricaturizado con Charles Darwin como modelo.
Tomado de YouTube

Se pensaba que tan sólo con dos especies se llegaba de un simio al humano, un híbrido que explicara la transformación, era el eslabón extraviado de la cadena .

La situación actualmente ya es diferente, se ha confirmado que el proceso llevó millones de años y requirió una serie de especies variantes, algunas de las cuales incluso, convivieron en el transcurso de los milenios.

"Ardi" es el sobrenombre dado al esqueleto de una hembra perteneciente a la especie Ardipithecus ramidus, (primate bípedo), que está considerado el homínido más primitivo conocido hasta la fecha y que vivió hace unos 4.4 millones de años. Tomado de Neoteo

"El eslabón perdido... Es muy difícil verlo. La evolución –explica el gallego Arturo de Lombera– no es lineal sino ramificada. Hay ramas de homínidos que se extinguieron por selección natural o cultural mientras otras ramas fueron sobreviviendo.

Imaginemos los posibles entornos geográficos en que habitaron y desarrollaron su cultura las distintos especies de homínidos que han existido en el transcurso del último millón de años. Se ha comprobado la existencia de:

Homo erectus” campeón de sobrevivencia, se estima apareció hace alrededor de dos millones de años, se distribuyó ampliamente, generando versiones semejantes para Asia y África y aún grupos endémicos, como el “enano” descubierto en la isla de Flores, en Indonesia y que al parecer se extinguió recientemente entre cincuenta mil y veinte mil años; 

Hombre de Neandertal”, que habitó Europa y Asia Central, desde hace 240 mil años y hasta hace 30 mil años; 

Hombre de Denisova”, habitante del este de Asia y se ubica en el período de 300 mil años hasta 40 mil años aproximadamente;

Hombre Anatómicamente Moderno” llegado a Asia hace unos 120 mil años, procedente de África donde se diseminó ampliamente. Se establece su aparición en el este de África hace unos doscientos mil años.

Hoy se sabe, como consecuencia a los estudios sobre el contenido genético, que hace más de un millón de años, aproximadamente, vivió el último antepasado común entre “neandertales”, “denisovanos” y los “humanos anatómicamente antiguos”. También se ha establecido que denisovanos y nenadertales compartieron un último antepasado común hace alrededor de entre seiscientos mil y cuatrocientos mil años.

Se ha confirmado que convivieron al menos estas cuatro especies de humanas en Eurasia, por un lapso de varios miles de años.

Existe una cueva en la zona sur de Siberia (Rusia), en el macizo de Altai, que preservó una gran cantidad de objetos y huesos desde hace alrededor de ciento ochenta mil años, los arqueólogos han identificando veintidós estratos que contenían dichos artefactos arqueológicos y en las capas correspondientes a lapso comprendido entre 48 mil y 30 mil años del presente, huesos de distintas especies de homínidos.

En el mes de agosto pasado, se dio a conocer la siguiente información, que me permito compartirles:

Érase una vez, hace unos 50 mil años, que una neandertal y un denisovano tuvieron una hija...

La existencia de un descendiente de una neandertal y un denisovano fue revelada tras el hallazgo de un hueso de 1.5 centimetros Foto Afp

Un minúsculo fragmento de huesos reveló que estas dos especies de la línea de los humanos, ahora extintas, se reprodujeron.

Es la primera vez que se identifica un descendiente directo de estos dos grupos, señaló Viviane Slon, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolucionista de Leipzig, en Alemania, coautora del estudio publicado este miércoles.

Los denisovanos y los neandertales se separaron hace 400 mil-500 mil años, convirtiéndose en dos especies distintas del género Homo.

Los neandertales desaparecieron hace alrededor 40 mil años. Se desconoce el motivo exacto. Los denisovanos también se extinguieron, pero no se sabe cuándo.

Sin embargo, pruebas de ADN demostraron que ambos dejaron parte de su herencia al Homo sapiens. Las poblaciones asiáticas y amerindias comparten menos de uno por ciento de su material genético con los denisovanos y los aborígenes de Australia o los papúes de Nueva Guinea hasta 5 por ciento.

Asimismo, todos los humanos modernos, excepto los africanos, tenemos en nuestro propio genoma aproximadamente 2 por ciento de ADN legado por los neandertales, lo que demuestra que se pudieron haber producido cruces entre estas especies en un pasado lejano.

La existencia de un descendiente de estas dos especies fue revelada tras el hallazgo de un hueso de 1.5 centímetros, tan pequeño que los científicos no podían decir a primera vista si pertenecía a un homínido o a un animal.

En las montañas de Altai.

Descubierto en 2012 en una cueva de las montañas de Altai en Siberia, cerca de la frontera actual entre Rusia y Mongolia, Dennycomo lo llamaron los investigadores, pertenecía a una hembra de al menos 13 años, que existió hace alrededor de 50 mil años.

La cueva donde murió Denny ya era famosa porque ahí se encontraron por primera vez restos fósiles del hombre de Denisova. Se trataba de fragmentos de una falange auricular perteneciente a una niña de unos siete años, que demostraron la existencia de este primo del Homo sapiens.

Al analizar a Denny, los genetistas lograron distinguir los cromosomas que la joven heredó de su padre y de su madre. Para ellos no cabe duda: su madre era una neandertal y su padre un denisovano.

Al principio pensé que había un error en las pruebas, admitió Svante Pääbo, investigador del Instituto Max-Planck de antropología evolucionista y coautor del estudio publicado en la revista Nature.

Cuando se fueron de África, los neandertales se dispersaron por Europa y el oeste de Asia, mientras los denisovanos se dirigieron hacia el este de Asia.

Posiblemente los neandertales y los denisovanos no se vieron muchas veces. Pero cuando ocurría, todo apunta a que no tenían prejuicios los unos con los otros, afirmó Svante Pääbo, quien identificó por primera vez al hombre de Denisova.

Seguramente se reproducían con frecuencia, mucho más de lo que pensábamos, si no, no habríamos tenido tanta suerte, concluyó el especialista.


Excavaciones en la cueva de Desinova cerca de la frontera actual entre Rusia y Mongolia, donde fue encontrado el dedo de “Denny” como llamaron los investigadores a la hembra de al menos 13 años, que existió hace unos cincuenta mil años. La imagen es de 2011. Foto Ap

Por otro lado, las noticias que recién se tienen, destruyen el mito de considerar a los demás homínidos como seres de escasa inteligencia, se asumía que los neandertales eran hombres – mono, en realidad se les puede describir como una población evolucionada, fuertemente distribuida en Europa y Asia, estas grandes personas, fuertes e inteligentes, aprendieron de la experiencia, desarrollaron técnicas de caza, métodos para la recolección de vegetales, lo que les llevó a una dieta bastante amplia, a base de la flora y fauna de esa época en que el clima de la Tierra iba de los glaciales fríos a los interglaciares cálidos, alternadamente. Esto, desde hace unos 230 mil años hasta hace 40 mil años, y alcanzaron su zenit hace 125 mil años, durante el último interglaciar.

Estaban bien constituidos, poseían un cerebro grande, incluso mayor que el del Homo sapiens, seguramente eran capaces de comunicarse mediante el habla, ya poseían dos variantes en el gen “FOXP2” que se sabe está implicado en el desarrollo del habla y lenguaje, y que también esta contenido en nuestro propio genoma.

Estuvieron en buen nivel de logros físicos, eran buenos cazadores, poderosos e inteligentes, capaces de liquidar a mamíferos grandes, caza mediante emboscada, con lanzas que se empujaban, fue su técnica regular. Buscaban ambientes en los que ya sabían sobrevivir, se desplazaban a nuevos espacios, donde las condiciones climáticas les resultaban favorables.

Mientras que los denisovanos habitaron en el oriente de Asia y se distribuyeron en un territorio de norte a sur, la zona de Siberia en el norte y hasta las inmediaciones de las costas índicas en el sur. Se desconocen aún, en buena medida, el detalle de sus características, debido a que se les ha conocido muy recientemente

Sin embargo se puede aventurar que no debieran ser extremadamente distintos a los otros homínidos. Sus poblaciones no debieron ser numerosas, al igual que las demás especies que compartieron el escenario euroasiático.

Esto se concluye con los resultados del análisis de un dedo encontrado en la misma cueva denisova, y cuya propietaria fue fruto de una unión consanguínea. “Hicimos simulaciones de varios escenarios de endogamia y descubrimos que los padres de este individuo neandertal eran medio hermanos de una misma madre, o dobles primos carnales, o tío y sobrina, tía y sobrino, abuelo y nieta, o abuela y nieto”, detalla el coautor del estudio Montgomery Slatkin, de la Universidad de California en Berkeley. Según los investigadores, esta endogamia parece haber sido algo frecuente en los neandertales y denisovanos, tal vez debido al pequeño tamaño de sus poblaciones.

Hasta esta fecha se han rastreado dos grupos de humanos modernos con ancestros denisovanos – los individuos de Oceanía y los del este de Asia– son singularmente diferentes, lo que indica que se produjeron dos episodios separados de mezcla con esos humanos arcaicos: una procedente de una población cercana a los Montes Altai en Siberia –donde se encontraron los restos de denisovanos– y otra más alejada.

“Las dos poblaciones mezcladas de denisovanos estaban genéticamente diferenciadas, lo que sugiere que estaban geográficamente separadas. Puede ser que los antepasados de los asiáticos orientales se encontraron con un grupo de denisovanos que vivían en el centro o este de Asia, mientras que los oceánicos se encontraron con los denisovanos que vivían en el sur o el sureste de Asia”, detalla la investigadora.

Y el conocimiento se sigue enriqueciendo, un nuevo estudio se ha elaborado a partir de una falange de neandertal hallada en 2010 y que corresponde al cuarto o quinto dedo del pie de una mujer adulta que vivió hace al menos cincuenta mil años.

Según los autores del estudio, entre un 1.5 y un 2.1% del genoma de los humanos no africanos actuales es de origen neandertal.

En análisis previos se ha mostrado que los denisovanos dejaron su huella hasta en el 6% de los genes de aborígenes australianos, papuanos y melanesios. El nuevo estudio descubre además que el 0.2% del genoma de los chinos de la etnia Han, de los nativos americanos y de otras poblaciones asiáticas se debe a la herencia denisovana

A su vez, los denisovanos recibieron un 0.5% de su ADN de los neandertales, incluyendo genes importantes relacionados con la inmunidad y la función del esperma. “El estudio realmente muestra que la historia de humanos y homínidos durante este período fue muy complicada”, concluye Slatkin. “Hubo un montón de entrecruzamientos que ya conocemos y probablemente otros que aún no hemos descubierto”.

Hay una contribución de entre el 2.7 y el 5.8% que el genoma de los denisovanos recibió por parte de otro grupo de humanos arcaicos. Este linaje, cuya identidad aún es un misterio, se separó del resto hace más de un millón de años. “Esta antigua población de homínidos vivió antes de la separación de neandertales, denisovanos y humanos modernos”, dice la primera autora del estudio, Kay Prüfer, del Instituto Max Planck. 

Respecto a la posible identificación de este grupo, Prüfer sugiere una interesante hipótesis: “Es posible que este homínido desconocido fuera lo que conocemos por el registro fósil como Homo erectus. Se requieren más estudios para apoyar o descartar esta posibilidad”, agrega. En el estudio, los investigadores escriben que “este grupo comenzó a dispersarse desde África hace 1.8 millones de años, pero las poblaciones de Homo erectus asiáticas y africanas pudieron separarse hace solo un millón de años”. Es más: su descendencia pudo pervivir hasta hace poco más de doce mil años en el disputado Homo floresiensis de la isla de Flores (Indonesia).

Los científicos han comparado la secuencia de los denisovanos, con otro ADN neandertal procedente de la región del Cáucaso y con los genomas de 25 humanos modernos, descubriendo una serie de huellas genéticas que revelan un cierto entrecruzamiento de estas especies a lo largo del tiempo

La secuencia demuestra que los neandertales estaban estrechamente emparentados con los denisovanos.

Fruto de los cruces entre las distintas especies es el legado genético de los neandertales y denisovanos en distintas poblaciones de los sapiens modernos, según lo antes descrito.

Las circunstancias de la forma en que se dieron las relaciones amorosas entre especies distintas, son un misterio, podemos imaginar miles de argumentos factibles, pero quizás estemos tan lejos de la realidad como con el asunto del “eslabón perdido”.

Archaopterix, “eslabón perdido” entre dinosaurios y aves.
De H. Raab (User: Vesta) - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8066320

Con el transcurso del tiempo y el avance tecnológico seguramente se descubrirán nuevos detalles que no dejaran de sorprendernos y, es posible que lleguemos a descubrir la razón por la cual los hombres de neandertal y el denisova se extinguieron y los Homo sapiens seguimos aquí.

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