El Genoma de los primeros pobladores de America
Mexicanos
descifran el genoma de los primeros pobladores de América.
El
pasado 5 de abril, en el periódico “La Jornada” se publicó una
nota que hace referencia al estudio realizado sobre el genoma de los
pueblos nativos de México, estas etnias descendientes directos de aquellos humanos que habían llegado con
antelación a los europeos del siglo XV, y que en tiempo récord
poblaron el territorio americano, incluido el correspondiente al sur
del ecuador.
Comparto con ustedes amables estudiosos la información.
Como
sabemos, la migración asiática cruzó por medio de la plataforma
que emergió del mar al descender sus niveles en la última
glaciación, por el Istmo de Beringia, esto permitió el paso de la
fauna asiática, incluyendo humanos, al continente americano.
Istmo de Beringia tomado de Todos Somos Amigos de la Tierra.
Sykes
nos dice que son cinco las “Evas mitocondriales” de América y
las llamó: Ina, Chochmingwu,
Djigonasee, Alyana
y Xenia.
El
estudio cuyos resultados se dan a conocer recién, no contradice la
información que ha trascendido desde el análisis de Sykes y los que
posteriormente han venido ampliando la información sobre los
orígenes de los seres humanos.
Existen
dos grandes migraciones que han marcado la evolución genética de
los americanos. La primera la que ocurrió hace más de diez mil años al
ingresar el “Homo sapiens” al continente y la segunda con la
llegada de los europeos a partir del año 1492, sin embargo, ha
habido otros movimientos menos extensos pero que han dejado huella,
como el caso del clan Ina, que Sykes documenta en América
actualmente, sobre todo en Centro y Sudamérica, presente en
Norteamérica, de manera intensa, a partir de la isla de Vancouver,
ubicada en el pacífico y perteneciente a la provincia de Columbia
Británica (la más sureña de las entidades federales de Canadá),
pero no se encuentra más al norte.
Por
otra parte este clan aparece asociado con la colonización de las
islas de Polinesia en el sudeste asiático, las secuencias detalladas
de las poblaciones de polinesios y americanos son bastante diferentes
para pensar en una migración directa por vía marítima desde Asía,
atravesando el Océano Pacífico con escala en Polinesia. Pero el
hecho de que no se encuentre la presencia de dicho clan en Siberia y
Alaska indica que no estuvieron ahí.
Ello
le hace suponer una segunda migración asiática, realizada con
posterioridad a la efectuada por el Istmo de Beringia. Bordeando la
costa pacífica de Asia, sin llegar más al norte cruzó por mar al
continente americano y dejó su huella desde el sur de Canadá hasta
Sudamérica.
Mapa de Oceania por Zonas. Tomado de Mapas para Niños.
Fueron
especialistas mexicanos del Instituto de Biotecnología del campus
Morelos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los
que secuenciaron el genoma de los primeros habitantes del continente
americano.
Alejandro
Garcíarrubio, uno de los especialistas, del citado instituto que
participan en la investigación, explicó que uno de los resultados
más importantes del estudio es la confirmación de que los indígenas
del país presentan una uniformidad genética, lo cual corrobora que
todos son producto de una sola migración de pocos individuos.
El
universitario y otros 30 científicos dedicaron cinco años a
secuenciar e interpretar la información obtenida de 15 individuos
(12 indígenas y tres mestizos). Los resultados de la investigación,
encabezada por el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen),
fueron publicados recientemente en la revista “Nature
Communications”.
“Era
importante ahondar en esto, porque los proyectos para analizar
genomas humanos se habían enfocado en europeos, africanos y
asiáticos, y dejaron de lado a los americanos nativos, por lo que se
ignoraba cuál era su aportación a la diversidad genética del mundo
y al mestizaje en América Latina tras la llegada de los
conquistadores”,
señaló Garcíarrubio.
Para
llevar a cabo esta labor, los investigadores seleccionaron a 12
miembros de seis grupos étnicos que representan al norte, centro y
sur de México, es decir, tarahumaras y tepehuanos; nahuas, totonacas
y zapotecos, y mayas. Los mestizos elegidos fueron padre, madre e
hijo, y sirvieron como individuos de control.
Tomado de Pinerest de fuentes Oficiales
Se
tomaron muestras de sangre a fin de extraer material genético, que
se mandó a secuenciar a una compañía de Estados Unidos. Los
resultados fueron analizados en México.
Entre
las conclusiones más notables, está que los pueblos del norte, por
haber mantenido comunidades pequeñas y un carácter nómada, son muy
distintos a los del resto del país. Ello
también explica el hallazgo funcional más importante de este
trabajo: la identificación de genes relacionados con el desarrollo
muscular y la capacidad física de los tarahumaras.
Uno
de los argumentos que se daban para justificar esta aptitud
sobresaliente para la carrera era la de una adaptación biomecánica
derivada de los usos y costumbres de una cultura gestada en las
cumbres de la Sierra Madre Oriental, aunque la secuenciación del
genoma apunta a una respuesta mucho más compleja.
Fue
una sorpresa encontrar en los tarahumaras un enriquecimiento justo en
los genes asociados con el desarrollo muscular y la resistencia. Éste
es un hallazgo muy interesante, porque hay pocos ejemplos similares
en la literatura mundial y es equiparable a la adaptación a la
altura entre los incas y tibetanos.
Respecto
de los pueblos de la parte central de México, Garcíarrubio observó
que se mantuvieron separados y comenzaron a mezclarse de forma muy
reciente, en los pasados mil años.
Los
mayas presentaron una gran heterocigosis, concepto que se refiere a
qué tan grande es la comunidad de la cual se obtiene un individuo y,
en este caso, los datos señalan un gran éxito poblacional. Se
estima que en la época clásica llegaron a ser 5 millones.
El
período clásico de la cultura maya sucedió entre el año 250
después de Cristo y el 950. Caracterizado por la existencia de
muchas “Ciudades – Estado”, siendo las dos principales y
acérrimas rivales Tikal y Calakmul.
Las
ciudades mayores, se estima, tenían poblaciones de entre 50 mil 120
mil pobladores y estaban interconectadas por redes de ciudades
subsidiarias, algunas serían aliadas y algunas otra vasallas.





Comentarios
Publicar un comentario